Atracción Mutua - 3
Empezamos el trabajo para el que fuimos contratados como strippers, siete mujeres completamente desmadradas en lo que resultó ser una despedida de casada
ATRACCIÓN MUTUA- 3
El fin de semana del trabajo para el que nos contrataron Laura y Nuria, quedamos los cuatro en las afueras de la urbanización de la que nos dieron las señas. Yo fui con mi moto y los otros tres con la furgoneta de Tony, llevando en ella toda la parafernalia. Cuando llegamos a la dirección de la casa donde se suponía que sería el espectáculo llamamos, abriéndonos Laura la puerta. Tras de ella entramos con todos los trastos, llevándonos al garaje, tenía espacio más que de sobra para dos coches, aunque en ese momento solo había uno aparcado. Eso nos dio espacio más que suficiente donde cambiarnos y esperar a que ella misma, o Nuria, nos llamasen para hacer nuestro espectáculo.
El jolgorio que se escuchaba en lo que parecía ser el salón era de aúpa, decidimos ir de uno en uno. Cuando Laura regreso le dimos varios Cd para que pusiese según fuésemos apareciendo, en cada uno especificaba para qué personaje era y para el final el del espectáculo con los cuatro a la vez. El primero en ir fui yo. Estuve casi doce minutos haciéndoles el baile, moviéndome entre ellas que iban todas con unos bañadores a cual más exiguo. Entre enseñando musculo, dejándome sobar a conciencia, pero sin permitirle a ninguna que me quitase el taparrabos o pudiese sobar mucho mi miembro bajo el. Por lo que vi les deje a todas con un calentón impresionante cuando me retire para dar paso al siguiente de mis compañeros. Eran un total de siete mujeres, pero parecían un regimiento entero de pulpos. Lo peor del asunto es que la homenajeada resulto ser Silvia... Si, exacto, esa misma Silvia que todos vosotros estáis pensando.
Según explicó Laura mientras nos conducía al lugar desde donde haríamos nuestras entradas, se trataba de una "despedida de casada". Una amiga se acababa de divorciar, obteniendo la libertad del capullo de su esposo dejándole además bastante limpito, por lo que las amigas habían decidido que se diese su primer homenaje de tíos buenos de su nueva libertad. Que alegrón me lleve, al verla allí sentada y de invitada de honor encima, no os hacéis una idea. Entramos bailando de uno en uno como dije, cuando entre yo estuve bailando entre ellas, moviéndome y poniéndolas cachondas perdidas, la única que tuvo todo el tiempo con cualquiera de nosotros entera libertad para tocar todo lo que quiso y palpar a discreción fue precisamente la homenajeada.
Cuando por fin terminaron mis compañeros ni os digo el estado de las siete féminas, parecía que se fuesen a subir por las paredes y todo. Por fin salimos los cuatro bailando juntos, haciendo el numerito de los guerreros y permitiéndolas desarmarnos, solo que para lograrlo, de paso aprovecharon para ponerse a magrearnos a conciencia antes... no os digo como se esmeraban en ello todas. Por fin de uno en uno y por riguroso orden fuimos perdiendo los taparrabos, con la exclusiva condición de que fuese la homenajeada, que para esas alturas estaba sentada en una silla en el centro del salón, quien lo hiciese con uno por uno de nosotros.
Si alguno se piensa que se cortó un pelo que se olvide, cuando mi taparrabos desapareció y salto mi polla como un muelle, se apresuró a cogerla con ambas manos como para calibrarla, después de metió la punta en la boca y le pego un buen chupetón, para pasar luego a lamerla todo a lo largo, chupándola, hasta terminar metiéndosela en la boca hasta lo más profundo que pudo, moviendo su cabeza como si la estuviese follando la boca..., sacándosela después dando un sonoro chupetón final, entre risas y aplausos de todas ellas.
Fue haciendo lo mismo con todos mis compañeros, les sobó a conciencia y uno por uno fue probando sus pollas, lamiéndolas y metiéndoselas también hasta las amígdalas. La apoteosis, como siempre, llegó con Dikembe y su misil balístico. Cuando quedo al descubierto su enorme tranca, todas las que aún no lo habían visto se quedaron literalmente con la boca abierta, mas de una babeo incluso de la excitación, mas aún cuando la homenajeada se la intento meter en la boca sin que esta casi le diese de si para acoger su cabezota dentro de ella, con que mucho menos el intentar ver hasta donde le llegaba, eso sí, le pegó una serie de lamidas que parecía que se la quisiese desgastar, estuvo casi cinco minutos entretenida con ella. Laura me hizo una discreta consulta sobre continuar y "festejarlo", mire a mis compañeros y estos me hicieron la indicación de que si, que estaban deseando follar tanto o más que ellas. Cuando Laura tuvo su sí, animo a sus amigas a hacer una especie de juego usándonos a nosotros como trofeos.
Su idea fue todo un fracaso, estaban todas descontroladas… Una de ellas tras rechazar la idea del juego, dijo que la homenajeada eligiese al que quisiese para ser la primera con él…, que luego sería un a por ellos de todas las demás, aunque dejo caer, que si escogía al Guerrero Nubio para ella solita, sería una autentica zorra sin corazón. Para mi sorpresa la homenajeada me eligió a mí ante el asombro de todas, que esperaban que pese a todo, se decidiese por Dikembe con su enorme serpiente, y el disgusto de dos muy concretas que veían como se les escapaba de entre los dedos un nuevo polvo conmigo. Me cogió de la mano y dijo a Laura que se iba conmigo a una de las habitaciones…
Según nos pusimos en marcha se desato el caos… Desaparecía cuando vi como Dikembe le abría el coño en canal a la propia Laura, que esta vez sí que estuvo rápida, con su enorme tranca mientras esta soltaba auténticos alaridos al sentirse traspasada de semejante forma… Mi amigo no había esperado a que decidiesen, el mismo se había ido al encuentro de su presa, cuando Laura le enganchó la primera, él mismo la había colocado en posición y empezado a follàrsela sin esperar su iniciativa para empalarse como hacía siempre. Cuando entramos a la habitación, y Silvia llego ante la cama…
- Ahora Bárbaro, vamos a ver porque Laura y Nuria te querían a toda costa para ellas dos solitas… llevan todo el tiempo intentando que no nos fijásemos en ti… demuéstrame el porqué… -dijo con la voz ronca por la excitación.
Me sonreí para mí, Silvia se había dado cuenta de que en todo momento tanto Laura como Nuria habían estado procurando que ninguna de sus amigas centrase su vista sobre mí, intentando para ello que se centrasen en mis tres compañeros… No lo dude me lance sobre ella derribándola sobre la cama, me coloque con rapidez un preservativo mientras ella misma se deshacía de la braguita y sostén del bikini que llevaba como únicas prendas. Estaba bastante mojadita por lo que pude apreciar cuando abrió las piernas, pidiéndome que me diese prisa en demostrarla como follaba, porque tenía ganas de probar también el trancazo del negro y quería que le diese tiempo, algo que por cierto no me molestó, porque era más de lo de siempre estando Dikembe por medio.
Como hacía habitualmente cuando empezaba a follarme a alguna tía, me introduje en su interior con delicadeza, lentamente, hasta que estuve dentro por completo. También como casi siempre, la clienta me pidió más, entre jadeos me exigió más rudeza y que me esmerase, que quería follar, no comprarse un hombre tierno. No hice el menor caso, además me ocupe de que sus piernas se mantuviesen abiertas por completo por mis muslos, que sus manos estuviesen también inmovilizadas, entrelazadas con las mías. Cuando empecé a notar como su cuerpo se tensaba, como sus manos apretaban con mucha más fuerza, comencé a rotar un poco mis caderas imprimiéndoles un ritmo endiablado de repente.
Tal y como pretendía, eso disparo su orgasmo de inmediato, alzo la cabeza hasta mi hombro, que mordió con fuerza en medio del clímax, especialmente al sentir como mi polla seguía entrando y saliendo de su interior al mismo ritmo endiablado que la hizo alcanzar el orgasmo. Mi polla continuo entrando y saliendo de sin parar, sin hacer caso de sus suplicas de que me detuviese, suplicas que se fueron cortando poco a poco, siendo sustituidas por gemidos a medida que se fue recuperando, pero pocos minutos después, le alcanzo su segundo orgasmo…, haciéndola gritar al sentir de nuevo las sensaciones que se desataron en su interior. No por eso me detuve, continúe con el ritmo vertiginoso con que me la estaba follando, solo unos pocos minutos después, apenas recuperada de ese segundo orgasmo empezaba de nuevo a gemir y jadear, aunque se la veía sin fuerzas y medio acabada… Normalmente en ese instante le hubiese dado algo de tregua antes de seguir como estaba haciendo, aunque en este caso y por ser Silvia, pensaba darme un “gustazo” con ella.
Aprovechando su agotamiento por los orgasmos y la excitación que aún mostraba, pare en seco saliéndome de ella que se quejo en el acto. Después maniobre tumbándola bocabajo, puse dos altos almohadones que había en la habitación bajo su cintura, alzando de ese modo su culito y su sexo. Me situé tras de ella mientras la pobre intentaba evitarlo, me situé tumbándome encima, y como la vez anterior, metiendo de nuevo mis piernas semiflexionadas entre las suyas, obligándola a tenerlas bastante abiertas, ofreciéndome de ese modo su coñito completamente a mi merced. Cuando se recuperó por fin, conmigo encima suyo, intento escaparse de inmediato, pero no se lo permití, de nuevo entrelace mis manos con las suyas…, mi palma sobre su dorso y mis dedos por entre los suyos. Entonces le incruste mi polla en su coño de un solo empeñon, nuevos jadeos, gemidos y grititos por su parte escaparon de su garganta.
No rebaje la intensidad ni la fuerza, la seguía embistiendo como antes, a toda velocidad y con todas mis fuerzas, al tener sus manos entrelazadas impedía que pudiese hacer cualquier cosa, mi peso lo sostenía sobre mis codos, la posición de ella hacía que mi polla entrase aún más profundamente que antes, haciéndola gemir de placer en un volumen mucho más alto, nuestros cuerpos sudaban profusamente. Nuevamente la lleve a un orgasmo sin parar por ello de follàrmela para que se recuperase, aún en pleno orgasmo yo seguía fòllandomela a lo bestia… cuando pasó, lentamente mientras se intentaba recuperar, empecé a introducirle mi polla en su culito. No tenía ni fuerzas para poder oponerse a mí, obviamente estaba doliéndola debido al tamaño de mi aparato. Apoyando mi cara en su espalda solté la parte inferior de mi mascara, usando después mi lengua para pasarla por su espalda, a lo largo de su columna, acariciándola.
Poco a poco sus gemiditos ahogados de dolor fueron trocándose en placer, en jadeos ahogados de estar disfrutando, quizá de un modo inesperado pero disfrutándolo. Cuando por fin estuve dentro del todo y empecé a follarme su culito abandone sus manos para centrarme sobre sus caderas, metiendo las manos bajo ellas, una para acariciar su ombligo y estomago pellizcándolos levemente, la otra para ocuparme de su castigado coño, con su clítoris prácticamente al doble de tamaño y muy sensible al contacto. Le ofrecí un nuevo orgasmo, esta vez anal aunque más dilatado en el tiempo que entre los vaginales, y debo de reconocer además, que para mi sorpresa me corrí, llene el preservativo de leche cuando su culito se apretó con fuerza contra mi polla, estrujándola como si desease ordeñarla a como diese lugar… Me corrí de forma abundante entre mis propios gemidos de placer en sus oídos. Cuando terminamos quedo tumbada sobre la cama total y completamente destrozada, aunque reconozco que yo no estaba mucho mejor.
Cuando me retire debido a su posición vi como su coñito y toda la zona del culo estaban enrojecidos, aparte de sus dos orificios completamente ensanchados por la follada. Cuando volví al salón de nuevo, tras descansar un buen rato, estuve un poquito antes de entrar, volviendo a ponérmela en forma por si tenía que ocuparme de alguna, por un instante viendo lo que me estaba costando, me temí que tuviese que tomarme alguna pastillita azul, desde luego la zorra de Silvia me había ordeñado bien ordeñado. Vi que tanto Laura como Nuria estaban con el coño abierto como un bebedero de patos, era indudable que Dikembe había pasado por allí. A su lado había otra mujer en las mismas condiciones que ellas, luego vi como cada uno de mis compañeros estaba ocupado con una cada uno, follándoselas a lo bestia, los grititos, jadeos, gemidos y quejidos se extendían por todo el lugar.
Por cómo estaban las tres y dado que vi que la primera en pasar por el ariete de Dikembe fue Laura, hacia ella me dirigí tras colocarme una nueva gomita. La hice levantarse y ponerse contra el sofá, con medio cuerpo colgando fuera. Me situé tras de ella y con una mano sobre su boca le perfore el culo de un solo empeñon. Mi mano ahogo el alarido de dolor que pegó la rubia. Cuando entendí que estaba por fin “acostumbrada” a mi tamaño dentro de su culo, empecé a moverme, pero esta vez directamente empecé a darla como un salvaje, mientras que casi la mitad de una de mis manos entraba en su coño gracias a lo dilatado que estaba. Le paso como en el local, fue de alarido de placer en alarido de placer hasta correrse de nuevo y quedar definitivamente muerta por completo, totalmente exhausta del todo.
Cuando la ayudé a tumbarse para descansar, me encontré con Nuria en la misma posición en que puse a Laura, también la otra chica no paraba de mirarme con ganas, me situé detrás de Nuria…, tal y como sucedió con Laura, se la metí hasta las amígdalas de una sola estocada. Fòllandomela a lo bestia también en cuanto se acostumbro a tenerme dentro. Como Laura la termine dejando para el arrastre, teniendo que ayudarla a acostarse también porque no daba ya más de sí. Cuando me volví a por la otra chica pensando en que para ella iba a tener que tomarme una pastillita azul, porque ya no daba para más, me lleve la sorpresa de que entre Tony y Erik que habían terminado con las suyas, estaban ocupándose de ella, Tony la estaba follando el culo y Erik la boca. La que estaba sobre Dikembe se había tragado casi unos 24cm de espada cuando él empezó a follàrsela con ganas… los alaridos de placer que daba la chica al sentir como ese bate la abría en canal eran de aúpa. Cuando se corrió poco después, quedó casi sin sentido al sentir como los chorros de semen golpeaban en su interior, siendo recogidos por el preservativo, que más que preservativo parecía toda una sabana de plástico por el tamaño que tenia.
Estuvimos aún casi una horilla más allí, descansando todos y recuperándonos de la sesión. Cuando nos fuimos, todas quedaban para el arrastre y según admitieron, satisfechas de sexo para una buena temporada… Curiosamente, la homenajeada no volvió a salir al salón, la había dejado en la cama deshecha de verdad, supuse que se habría quedado dormida. Nos cambiamos de nuevo en el garaje, salimos de allí y nos largamos, dejando a las siete completamente satisfechas de sexo para una buena temporada según nos imaginábamos. Con Silvia cambie escasas palabras, me había limitado solo a escucharla, besarla cuando estaba de espaldas y a follàrmela de la mejor forma posible para dejarla reventada por los orgasmos. Sabía que pudiese ser que nos hubieran grabado para hacerse copias de la juerga, también que incluso Silvia me hubiese reconocido, aunque lo dudaba seriamente, pero todo eso lo aceptaba como gajes y riesgos del oficio al que me estaba dedicando los fines de semana, por lo que me fui sin preocuparme para nada de haberme follado a Silvia hasta dejarla en el estado en que la deje.
Ayude a meter todos los trastos en la furgoneta, luego abrí la gran puerta del chalet para que ellos saliesen, saque mi moto y volví a cerrarla. Me puse el casco tras despedirme de los chicos, arranque y tras salir ellos primero, me largue de allí en dirección a mi casa. Nada más llegar, en lugar de acostarme tras darme un poco de crema en la polla, ya que la tenía un poco maltratada, me puse a ver una película, quería relajarme tomando una copa antes de irme a dormir. Lo cierto es que le hice muy poquito caso a la televisión, por mi mente pasaban una y otra vez las imágenes de Silvia, también el hecho de que me hubiese llevado a correrme dentro de ella aún con el preservativo puesto, y lo extraño que resultaba algo como eso en mi, especialmente lo que luego me costó volver a poner la polla en forma. No puedo negar que sentía cierta curiosidad por ese detalle en concreto y el motivo.
Nuevamente el lunes de regreso al trabajo “normal”. La semana hasta el jueves paso sin pena ni gloria, me enteré de todos los nuevos chismes como siempre, también de cómo iban los avances de los ligones de la empresa en referencia a Silvia, mientras por dentro me descojonaba de risa pensando que mucha gente “experta” intentando llevársela al huerto, y el único que ya se la había follado realmente era yo, de forma casual y circunstancial, pero follado del todo, por todos lados y dejándola además completamente satisfecha de mis “servicios”. Evidentemente no dije ni media palabra a nadie. Por otro lado, también es cierto que me daba cierto morbo la posibilidad de encontrarme con ella, y que no supiese nada de lo que había pasado entre los dos, eso precisamente, pasó el jueves.
Recibí una llamada de su despacho por un problema con su equipo, de modo que para allí que me fui, la secretaria no parecía haberse olvidado de cómo me había visto la vez anterior, porque pese a que iba como siempre, pareció taladrarme con la mirada intentando ver por debajo de mi ropa. En lugar de cómo como habitualmente hacia, o bien hacerme pasar en el acto, o decirme que esperase e ignorarme después por completo hasta que Silvia le avisaba que ya estaba disponible, en esta ocasión, me hizo esperar, pero en cambio se puso a pegar la hebra conmigo. Estuve hablando de un montón de cosas con ella, era una chica ciertamente simpática, me mostré de lo más cordial y abierto con ella… Conocía a las mujeres lo suficiente, como para saber que esta, desde luego, estaba más que predispuesta a catarme si se daba la ocasión propicia para ello, lo que no quiere decir que de cualquier forma o en cualquier sitio, que conste, que no es eso lo que digo.
Cuando por fin la secretaria, sonriente, me hizo pasar, me encontré a Silvia sentada hablando por teléfono, me hizo señas de que el problema era con su equipo de sobremesa, de modo que en voz baja le pedí si por favor me dejaba espacio para poder mirarlo, ya que estaba tranquilamente sentada en su sillón justo delante. Para mi sorpresa no solo no puso pegas sino que se levantó, indicándome que podía ocuparlo, me fije que iba vestida de la misma forma elegante de siempre, pero bastante más sexy que lo habitual hasta la fecha. Por los nombres que decía, junto con la parte de su conversación que podía escuchar, supe que debía de estar hablando con su amiga Laura, y además en referencia a la juerga del sábado. Aunque también es cierto que, de no saber como había ido la cosa, nunca hubiese podido suponerlo por lo que hablaban. Cuando por fin colgó…
¿Qué es lo que le ocurre?
Nada serio, un pequeño problema con el arranque… No tardo más de cinco minutos en volver a dejárselo listo de nuevo
Estaba hablando con mi amiga Laura de la fiesta que tuve el sábado por la noche para celebrar mi divorcio… -dijo sin venir a cuento, sorprendiéndome.
Pues que suerte tuvo usted, yo estuve trabajando hasta muy tarde esa noche… -respondí, dejando lo que hacía para mirarla fijamente.
Vi como acusaba el golpe de lo que acababa de decirle, lo que me dejo claro que sabía perfectamente lo que había sucedido entre los dos esa noche. Cuando me salió con lo de la fiesta me mosquee, ya que si no sabía nada a ver a qué coño venia ese comentario… También hubiese podido ser algo como para romper un poco el hielo, pero tras mi respuesta y su reacción, quedó claro que si sabía también como yo con quien había estado follando esa noche. Cuando volvió a empezar a hablar se la notaba ciertamente molesta conmigo.
Vaya, no me esperaba eso, pienso que usted y yo tendríamos que hablar de lo que pasó el sábado en su “trabajo”, ¿no cree? –me espetó molesta.
Vamos a ver si lo dejamos claro señora, tuvo una fiesta con unas amigas, de lo cual me alegro muchísimo por usted. Yo estuve trabajado en un bolo con unos amigos. Ni a mí me interesa como fue su fiesta, ni a usted él porque yo estuve trabajando ese mismo día o en que… ¿No opina usted igual? –dije con voz suave, intentando evitar un enfrentamiento con ella dejando claro que no diría nada.
¿Y no cree que eso debería de decirlo yo que soy quien tengo la sartén por el mango? –sonrió irónica.
Bueno, veamos si se cómo funciona el mundo –empecé, con el mismo tono irónico que ella-, si un hombre si lo monta con una mujer es un machote, pero si es ella quien lo hace, entonces es un zorrón. Si a un hombre le pagan por hacerlo con una mujer es un gigoló que tiene que ser la leche follando, si quien lo hace es ella, en cambio quedaría muy, pero que muy mal por contratar un hombre para poder satisfacerse, la empezarían a denominar de puta hacia arriba… ¿no cree usted igual señora? –rematé sarcástico.
Bueno por fin salió, ¿es eso lo que usted piensa decir de mí? –dijo con tono de claro enfado.
Aclarémonos de una vez por todas con esto –suspiré-. Ni a mí me interesa que se sepa lo que ocurrió el sábado, ni a usted tampoco, ni yo voy a abrir la boca para contar nada de nada, ni usted tampoco lo hará por los mismos motivos que yo, de modo que por esa parte puede estar la mar de tranquila al respecto. Si se siente incómoda por mi presencia aquí, no es mi problema señora, eso lo tiene muy fácil de solucionar, en lugar de llamarme cuando a su equipo le ocurra algo, puede llamar a cualquiera de los otros informáticos de la empresa, que estarían más que encantados de poder venir a solucionarle cualquier problema del tipo que sea –dije, intentando parecer coherente.
Ya –vi como cruzaba los brazos sobre su pecho-, el problema es que son unos babosos, ya avise a uno de ellos para que viese el ordenador. Pero después de tres minutos de mirarme a mi más que al aparato, pretendía llevárselo dejándome uno en sustitución, según él, solo hubiese tardado media hora en configurarme el suplente si no surgía ningún problema. Usted en cambio, ha tardado menos de cinco minutos en solucionarlo, y sin desnudarme con la mirada o intentar ligar conmigo de forma discreta. Además, solo quería tantearle para ver de qué pie cojeaba…, ahora creo que me puede ser útil -me miró fijamente muy seria.
Perdone pero creo que no la entiendo –dije perplejo.
Mejor será que nos veamos fuera de aquí, en un sitio discreto para poder hablar los dos de esta situación tan incómoda…, entre otras cosas. Pero al menos ya me quedo más tranquila sabiendo que no va a decir nada de lo que pasó entre nosotros.
No me quedó otra que aceptar, me citó en una taberna Irlandesa de las afueras que ella misma me indicó. No sabía bien a qué coño venia todo esto, pero lo cierto es que curiosidad no me faltaba para nada. Esa misma tarde después de salir, nos dirigimos los dos hacia allí, yo la seguí con mi moto, mientras ella delante de mí procuraba no ir muy deprisa por no perderme, lo que con el tráfico de Madrid, yo en moto y ella en coche no dejaba de tener su guasa. Cuando entramos me fije que era un sitio bastante ruidoso, siguiéndola nos sentamos en un esquinazo, los dos juntos ante un barril que hacía de mesa. A los pocos minutos un camarero nos trajo las dos cañas que había pedido Silvia según entrabamos…, por lo que vi no debía de ser la primera vez que iba por allí.
Bien Raúl, lo primero, gracias por no contar nada de nada, como bien dijiste, no me interesa en lo mas mínimo que se sepa lo que sucedió el sábado en esa fiesta, y por tus palabras, a ti tampoco -sentenció.
Eso quedó claro, lo que no se es para que quería que nos viéramos aquí los dos. Lo que sucedió ese sábado solo fue trabajo por mi parte, las clientas nos gustaron y no vimos mayor problema en pasar a divertirnos con ellas
Ya…, entiendo, solo fuimos un trabajo mas entonces –no pareció que le hiciese mucha gracia lo que dije- Lo entiendo perfectamente, pero no era exactamente de eso de lo que quería hablar contigo.
Entonces usted dirá, pero no entiendo el que es… -me hizo un gesto para que le permitiese hablar.
En primer lugar quiero que sepas que no tengo el menor problema en recurrir a ti para que soluciones mis problemas en el trabajo, como te dije eres sin duda el más competente de la plantilla, por eso te llamo a ti, no por otro motivo. No tengo el menor interés en tocarte las narices o molestarte, si lo hago es simplemente por eficacia
Vale, me alegra saberlo, y para que quería que nos viéramos… por favor, al grano…
Veras…, algunas veces, para cerrar negocios entre hombres, estos se van a determinados lugares, o contratan determinados servicios para que sus contrapartes estén… “contentos”, ¿me sigues?
Perfectamente, pero no entiendo a que… -Me cortó.
Pues resulta que me han…, ¡ehhh!, digamos que aumentado mis obligaciones. Me han encargado que sea la encargada de atender y acompañar a nuestros clientes, cuando se trate de mujeres. Mira Raúl, lo cierto es que nuestros deseos no son tan diferentes de los de los hombres, tan solo lo es la forma en que nos comportamos de cara a la galería, pero eso… eh… veras… -la interrumpí, entendiendo por fin de que iba todo aquello.
Supongo que dado que me muevo en el mundillo, usted querría saber si tengo ciertos contactos que pueda aprovechar, ¿me equivoco? –pregunté con gesto muy serio.
Pues no, pero no me refería a strippers… no me malinterpr… -La corte de nuevo.
Ya lo supongo, usted se refiere a chicos de compañía, chicos cultos, que sean capaces de hablar de casi cualquier cosa con una mínima idea al menos. Alguien capaz de acompañar a sus contrapartes sin desentonar en el ambiente, entretenerlas, hacerlas pasar un buen rato y si llegado el caso se tercia, hacerlas… eh… digamos que felices durante la noche, ¿no? –intente ser lo más claro posible con cierta delicadeza.
Si, efectivamente, eso es, si… ¿tienes esos contactos? –preguntó también muy seria.
Si mis compañeros de la otra noche en la fiesta le parecen apropiados, cualquiera de ellos le serviría, son lo que acabo de decirle, de hecho también se dedican a ello. También se prestarían llegado el caso, a cumplir con la última parte, esta no sería la primera vez que hacen algo así.
¿Tu también has…? Bueno, has cobrado por… -tragó saliva- perdona no es cosa mia y… -la detuve con un gesto.
Si, yo también he trabajado de chico de compañía, y si, también he cobrado por follarme a la clienta, por lo que efectivamente podríamos decir que he trabajado de puto de alto standing, si prefiere llamarlo de ese modo.
Lo siento, yo no pretendía, es decir, no quería sab… -de nuevo la corté.
Pues claro que si, por supuesto que quería saberlo, se moría de ganas de ello –se removió incomoda-, no tengo ningún problema en reconocérselo. Si quiere le facilitare los curriculums de unos cuantos chicos, de ese modo tendrá donde elegir y podrá optar por el que mejor se adapte a su contraparte –dije completamente tranquilo.
Me parece perfecto, gracias, me vendría genial, pero que todos de ser posible, sean de los que acepten llegar hasta el final de ser necesario… -concretó.
Eso pensaba hacer. Pero tenga claro si quiere que el elegido llegue con ella hasta las últimas consecuencias que ese es un servicio caro, el precio también dependerá de cómo sea esa “ella”…, y no es algo que solo se pague si pasa. Ese tipo de servicio se arregla por anticipado y pase, o no pase algo, el servicio se cobra integro…
Claro, eso ya lo suponía… -me aseguró.
Ya, pero es mejor no suponer, mejor dejar las cosas claras para que después no haya problemas ni malentendidos.
Y tú también vas a incluirte… -se refrenó al ver mi cara- bueno tu mismo has dicho que… -intentó disculparse.
Yo ya no hago ese tipo de trabajo, me gusta follar por placer y diversión, como hice contigo el sábado por la noche, no por obligación, como estaría forzado a hacer en esos casos de aceptar un trabajo –le aclare sonriente.
No pude evitar echarme a reír cuando vi la cara que ponía cuando le dije eso y con ese gesto. Sinceramente, para ser una mujer divorciada, con lo abierta y lanzada que se mostro el sábado cuando nos chupo la polla a todos, luego cuando me eligió, por cómo se comporto en la cama conmigo, por un montón de cosas, os aseguro que nunca me pude haber imaginado que se fuese a ruborizar como una colegiada solo por oír algo como lo que dije. Cuando me fije que volvía a cambiarle la cara a una de disgusto por mis risas, me apresure a salir del charco en que me estaba metiendo al reírme así…
Perdón, pero es que no me imaginaba que te pudieses llegar a ruborizar por algo como eso y me ha hecho gracia.
¿Tanto así? –se la notaba aún medio enojada
Mira, eres una mujer importante, el sábado te mostraste muy segura de ti misma en todo momento, también cuando me elegiste… simplemente me has sorprendido, no pretendía reírme de ti, perdóname, de verdad…
No te preocupes, pero lo cierto es que vi que eras tú cuando os ibais, te vi montado en la moto, y como eras el único que no conocía por ir enmascarado, no me costó nada saber con quién había follado…
Debió de ser una sorpresa
Jajajajajajaja, no lo sabes tú bien, más aún con todo lo que me hiciste y lo modosito que parecías como hombre en el trabajo… Eso sí, reconozco que en cierto modo y para ser sincera contigo, aunque si dices que yo he dicho esto lo negare, aparte de ser el más eficaz, me gusto eso de que me replicases, con educación y sin faltar al respeto, pero me dijiste lo que pensabas en cada ocasión
Vaya, no sabía que eso te gustase. Fíjate que creía que te sacaba de quicio en cada ocasión…, incluso en algún momento temí haberme pasado bastante, incluso te confieso que llegue incluso a pensar que me tratarías de sancionar.
Y lo hacías, alguna vez te pasaste, también tienes razón en eso de la sanción, lo pensé, pero prefiero a alguien como tú, que si me tiene que decir algo me lo dice a la cara, y no uno que me ponga su mejor sonrisa para luego destriparme por la espalda. Esa es otra de las razones para llamarte a ti, especialmente ahora mismo, con la panda de babosos que tengo tras de mi…, y por favor –dijo haciendo un cómico gesto con las manos-, no me seas cínico diciéndome que no sabes de qué te hablo, ¿vale? –termino en tono sarcástico.
Jajajajajajaja, no tranquila, que no te lo diré…, sí que se de sobras de que me hablas, e incluso posiblemente de quienes en concreto con eso que has dicho
Aún estuvimos hablando como una hora más después de esto, luego nos fuimos cada uno por nuestro lado. Lo cierto es que descubrí que Silvia era una mujer ciertamente agradable fuera del trabajo. Era tan divertida fuera, como dura cuando estaba en el. Me resulto alguien agradable para tomar unas cervezas y hablar un ratito de todo un poco, y no, sinceramente lo de volver a follàrmela ni paso por mi cabeza, como le dije a ella misma, aquello únicamente fue trabajo, o más bien, diversión en el trabajo.
CONTINUARA