Atracción Mutua - 2
La despedida de soltera en el reservado del Club sigue su curso. En el trabajo, Raúl continúa teniendo encontronazo tras encontronazo con Silvia.
ATRACCIÓN MUTUA- 2
Siempre ocurría lo mismo, las mujeres que al final se lanzaban lo hacían sobre Dikembe y su pollazo de 28cm. Otro asunto era luego cuántas de ellas, de verdad, eran capaces de follárselo, muchas de las mujeres solo lo toqueteaban, después, el atreverse a dejar que semejante cacharro les perforara, ya era harina de otro costal. Cuando no eran la totalidad de las chicas las que saltaban sobre nosotros, íbamos con mucho cuidado con lo que hacíamos, lo cierto es que en un sitio como los reservados, en privado, estando solo unas pocas de ellas y nosotros, era raro que no se lanzasen todas con lo calientes que terminaban con nuestro espectáculo, más todo el alcohol ingerido.
La primera que llego a Dikembe se intento meter todo el capullo en la boca, pero no le dio para ello, de modo que solo estuvo dedicándose a la punta, chupándolo con fruición. Las dos siguientes se repartieron el resto de la polla para ir lamiendo, cada una de ellas por un lado del tronco, incluso juntando sus lenguas de vez en cuando. Las tres restantes que llegaron tarde al reparto, estaban como lobas hambrientas, mirando por donde podían meterse para tener su parte del pollazo negro. Entonces fue cuando entramos Erik, Tony y yo en acción.
Me gustaba una morenita que no debía de tener más de diecinueve añitos, pero llegue tarde, en cuanto Erik se le puso a tiro, o más bien, le puso la polla en la mano, la chica pareció perder el norte por completo, olvidándose de Dikembe casi al instante, para centrarse únicamente en el rabo de Erik. Tony se ocupo de una pelirroja bastante menudita, pero que según me contaría después, resultó ser una autentica salvaje follando, dejándole marcas de sus uñas y sus dientes por buena parte del cuerpo.
A mí me quedo una rubia de unos veintiocho o veintinueve años, muy voluptuosa, y con una pinta de loba en celo que no os digo. El problema es que cuando entraron al reservado, se sentó tras las demás, y tras el pistoletazo de salida, no llego a tiempo. Cuando me acerque a ella y me vio disponible por completo, con la polla en ristre, mi mascara tapándome la cara, mis músculos relucientes…, la hija de su madre hizo algo que no me gusto en lo más mínimo, fue algo que provoco que me decidiese al instante a esmerarme con ella…
- Vaya, para mí me quedo el de la pollita pequeña… -dijo en tono burlón-, ¿Seguro que sabes que hacerme con eso?, jajajajajajaja… -me cogió de la polla como calibrándola mientras se reía.
Ni me moleste en contestarla, la sujete por la cintura, la levante a pulso pasando un brazo por debajo de sus piernas mientras ella se reía a carcajadas. La lleve en vilo a uno de los divanes de la sala, pero no la tumbe como sin duda ella se pensó que haría, la situé tras ellos dejándola con el culo en pompa. Después le levante la mini hasta la cintura, quitándole las bragas de un tirón, me coloque un preservativo de capa gruesa y la sujete por el cuello haciendo que se inclinase colocándola en posición para poder follàrmela a conciencia… Intento quitarse al verse así tratada, como un fardo, pero no le di tiempo a nada, mi polla entro dentro de su coño lentamente, hasta que mis testículos llegaron a tocar contra su piel, haciéndola boquear un poco y lanzar un gemido.
Nada mas estar completamente dentro de ella, pase a sujetarla con fuerza por los hombros con las dos manos, y empecé a moverme. Fui lento al principio, muy lento, entrando y saliendo de su coño muy despacio, con el único fin de calentar un poco mis abdominales. Salía hasta que únicamente era la cabeza lo que quedaba dentro, luego despacio volvía a introducir mi polla por completo en su interior. La rubia gemía sin cesar mientras yo poco a poco iba acelerando las embestidas. Cuando por sus gemidos y jadeos comprendí que estaba al borde de su ansiado orgasmo acelere el ritmo al tope de lo que era capaz. Empecé a meter y sacar con todas mis fuerzas, golpeando sus nalgas con dureza, debido a la fuerza de mis embestidas. Cuando termine con ella, sus cachetes estaban completamente enrojecidos.
Cuando la rubia alcanzo el orgasmo su cuerpo se aflojo, pero al tener mis manos sujetando sus hombros no le permití moverse ni un centímetro de su posición, en ningún momento deje de embestirla con ganas… Unos minutos después volvía a gemir y a jadear, llamándome de todo, pidiendo que parara un poco, unos minutos después, abandone sus hombros para coger sus pechos con mis manos, retorciéndola los pezones, amasándoselos con fuerza, tirando de ellos como contra peso para follàrmela duro, igual que hacía con sus hombros. Todo esto la llevo a correrse por segunda vez, alcanzo un orgasmo que la hizo desplomarse sobre el respaldo del sofá, quedando fláccida, como sin gota de fuerza… Tras este, seguí fòllandomela sin parar hasta conseguir arrancarle un tercero, que por cierto, me costó conseguirlo más de lo que pensé en un principio, machacándome los abdominales a base de bien.
Tras ese orgasmo, comprendí que la rubia ya no daba más de sí, y para decir la verdad, debido al ritmo infernal que había mantenido, yo también estaba bastante cansado, pero aun sabiendo que no aguantaría mucho de seguir así, continúe dándola sin piedad, lográndola arrancar aun un tardío y suave orgasmo más, que en la practica la aniquilo físicamente… Lo que yo pretendía estaba muy claro, la chica no terminaba de recuperarse del orgasmo cuando ya me volvía a tener dándola de nuevo con fuerza, minándola poco a poco, destrozándola físicamente por la tensión de querer revolverse, de intentar tener el control, de no verse manejada como un muñeco y no poder, la quería rota. Cuando termine del todo con ella, tuve que sujetarla, alzarla en brazos y dejarla tumbada sobre el diván…
Cuando me disponía a alejarme, me fije detenidamente en ella, vi como la rubia estaba casi sin conocimiento, jadeante, laxa por completo, incluso babeaba un poco por la comisura de los labios, parecía completamente ida del todo. Me quite el preservativo tirándolo a una de las papeleras que había allí adentro a tal efecto y me quede a su lado descansando un buen rato, jadeante. Mis abdominales me recordaban lo bruto que había sido con un leve dolorcillo, continúe allí aún durante un buen rato, recuperando el resuello, cuando me normalice permanecí allí, relejándome, durante unos cinco minutos más.
Cuando me considere suficientemente descansado, me fui hacia donde se encontraba sentado Dikembe, sobre él, sentada en cuclillas, se encontraba una tía, ensartándose lentamente sobre su enorme tronco… La chica tenía la cara desencajada por las sensaciones, que el grosor y el tamaño del rabo que su coño se estaba intentando tragar, debía de estar mandándole a su cerebro. A su lado estaban otras dos mujeres mas, una con el coño abierto por completo del todo, señal de que Dikembe había pasado por allí. Viéndola, estaba seguro que hubiese podido meter en él la mano casi sin problemas de lo dilatado que lo tenía. La otra, una morenita preciosa, se lo pelaba sin parar entre gemidos, mientras miraba a su amiga, ir metiéndose la tranca, con cara de vicio y una envidia malsana. Le pregunte a Dikembe si necesitaba ayuda con alguna, haciendo un gesto hacia la rubia le dije que la mia ya iba servida de polla por una temporada… La morena que se estaba pelando el coño, siguió con la mirada hacia donde había señalado, escapándosele un gesto de sorpresa.
¿Has dejado tu solito a Laura en ese estado? –preguntó.
La verdad es que si, si te refieres a cuantos hemos follado con ella, solo lo he hecho yo.
Joder, entonces yo también quiero probar contigo, si a un putòn como Laura la has dejado así, yo también quiero que me folles, que ya no aguanto esperar a que me la metan ni un minuto más… vamos…
La morena se levanto de un salto, me agarro de la mano y me llevo a uno de los divanes que había libres, se tumbo sobre él con las piernas abiertas y los brazos tendido incitándome a tumbarme sobre ella y metérsela sin dilación, no paraba de llamarme “mi Bárbaro Salvaje”. Me tire sobre ella tras ponerme un nuevo preservativo de capa gruesa, metiéndosela hasta el fondo con cuidado, igual que hice con la Rubia, empecé a moverme dentro suyo, despacio… A la morena aquello pareció no hacerle excesiva gracia, no paro de pedirme que la diese más fuerte, que parecía una nenaza. No le hice el menor caso.
Fui marcando mi propio ritmo, calentándola lentamente, llevándola de ese modo al borde del orgasmo, para en ese preciso momento ir acelerando hasta que se corriese cuando más fuerte le estaba dando. Como con la rubia, la tal Laura, tras correrse viva debajo de mí, no me pare más que un solo segundo a recuperar un poco el resuello. Luego también con ella, seguí fòllandomela a lo bestia, embistiéndola como un salvaje, llevándola a encadenar un nuevo orgasmo varios minutos después, mientras no paraba de embestirla. Ella tampoco era capaz de reponerse por completo e intentar tomar el control de la follada conmigo.
Se veía que ambas mujeres estaban acostumbradas a llevar la voz cantante en la cama, pero yo sabía cómo manejar a este tipo de mujeres para evitar que se hiciesen con el control. Cuando la morena casi estaba recuperándose por completo, tenía prácticamente el siguiente orgasmo encima, y este les llegaba de un modo arrollador, dejándolas como si un camión les hubiese pasado por encima. La diferencia fue que con esta, pare cuando vi que ya estaba lista para un rato, principalmente debido al cansancio acumulado en mis músculos, tras el trote a que me habían sometido las dos chicas con sus folladas… Con la rubia no lo hice, no lo necesité, como estaba completamente fresco, con la tal Laura, después de su comentario sobre mi “pollita”, seguí hasta dejarla hecha una autentica mierda. Suavemente tras su segundo orgasmo, volví a empezar de nuevo el proceso, pero esta vez fòllandomela a menor ritmo hasta que se corrió por tercera vez, afortunadamente, porque ya no podía mas con mis músculos. Salí del interior de la morena con cuidado, quitándome entonces el preservativo… dejándola derrengada, completamente espatarrada, con el coño abierto por completo, jadeante y extenuada… Aunque más entera que su amiga, aun así, cuando me retiraba de su lado…
- Hijo de puta…, me has destrozado como a Laura, y tu todavía sigues empalmado, además de sin correrte… eres… eres… eres… eres un autentico bárbaro… lo tuyo desde luego no es un disfraz… eres un animal… -dijo con voz jadeante.
Me acerque a ella, me quite la parte de debajo de la capucha y la bese en los labios, ella se alzo como pudo, echándome los brazos al cuello e intentando devorarme vivo con su beso. Cuando me separe de sus labios, me fui hacia donde estaban mis compañeros, por si necesitaban alguna cosa, aunque por fortuna para mi, fui a encontrándome que todos ellos seguían ocupados con sus “chicas”, y Dikembe con las otras dos a la vez, por lo que me marche a las duchas, dejando allí a todo el mundo terminando la orgia.
En la ducha me termine de hacer una paja para poder correrme ya que había evitado cuidadosamente hacerlo con esas dos, por eso me puse un preservativo de capa gruesa en lugar de uno extrafino, o de los ultrasensibles. Estuve casi quince minutos dale que te pego para que se me aflojase el instrumento, esa era la parte negativa de mi problema como ya os dije anteriormente…, agravándose además el no poder hacérmela con comodidad, por el hecho de que estaba completamente reventado por las dos folladas, si las chicas quedaron para el arrastre, yo desde luego no les fui a la zaga, menudas dos lobas.
De los cuatro yo era siempre el que menos llamaba la atención en función de que era el que la tenía más pequeña, aunque al final resultaba que los que más éxito y contentas dejaban a las “clientas” solíamos ser siempre Dikembe con su enorme miembro, y yo con mi capacidad para poder follàrmelas hasta reventarlas vivas, sin parar prácticamente para nada durante muchos minutos. De todas estas cosas lo cierto es que sacábamos también partido, ya que muchas veces luego si volvían al club, lo que solía pasar es que también nos volvían a pedir a nosotros cuatro específicamente. Incluso también nos caía alguna petición para hacerles pases privados en sus casas…, aunque, eso si, siempre procurábamos hacerlo por mediación del local. También dependiendo de cómo viésemos el trabajo y a las clientas, debo de confesar que en alguna ocasión nos habíamos visto en la obligación de tomarnos la pastillita azul para poder rendir adecuadamente.
El lunes volví de nuevo a mi trabajo “normal”, estuve todo el día de lo más tranquilo. A mediados de semana, escuche algunos comentarios al respecto de Silvia y su divorcio, según comentaban había llegado a un acuerdo con su marido, debido a la gran cantidad de pruebas este para evitar el juicio tuvo que arrascarse el bolsillo a base de bien, no tanto como de haber ido a juicio. Silvia a cambio de ese acuerdo obtenía la firma de su marido en los papeles, con lo que sería algo rapidísimo, casi puro trámite al estar los dos de acuerdo. Yo como siempre, mientras mis compañeros hablaban entre ellos cotilleando, yo no abría la boca, trabajaba y escuchaba con atención, solo participaba de las conversaciones cuando se trataban cosas ajenas al trabajo o a gente del trabajo.
El viernes recibí una llamada de la secretaria de Silvia, pidiéndome que acudiese al despacho de su jefa para solucionar un problema con el ordenador. Cuando llegué, pedí permiso para entrar, me la encontré hablando por teléfono mientras tomaba café a sorbitos de una taza grande. Tapando un momento el auricular del teléfono, me indico que el problema procedía de una caja que estaba a su lado, vamos, del registro al que iba conectado el ordenador para acceder a la red de la empresa, lo cierto es que parecía que lo hubiesen reventado a patadas. No dije nada, simplemente me reincorpore indicándole a Silvia que iba a por un nuevo registro para cambiarlo, me hizo un gesto con la mano de que me fuese, aunque no sé si pretendía decirme que me había entendido, o que le importaba tres pimientos lo que tuviese que hacer, pero que lo hiciese.
Diez minutos después regresé, esta vez estaba ocupada con su portátil, me situé junto a ella, sentándome en el suelo, con muchísimo cuidado de no voltear mi cabeza ni una sola vez hacia ella. Mi cabeza quedaba más o menos a la altura de sus muslos, por lo que observe al sentarme llevaba la falda bastante arriba, y con ella no quería malentendidos de ningún tipo, por eso procure evitar fijarme en ella. Con mucho cuidado retire la caja vieja, comprobé que los cables y terminales estuviesen en buenas condiciones, y después, me dispuse a colocar la nueva caja de registro que había llevado. Si yo no le hice ni caso a Silvia, ella aun menos a mí, le llamaron por teléfono de nuevo y empezó a charlar, supuse por la conversación que debía de ser alguna amiga, ya que muy contenta le indico que esa misma tarde tenían que verse ante el juez su ex y ella para formalizar el divorcio. Por lo que me enteré, habían tenido la suerte de encontrar un juzgado que había ido rapidísimo, comentó que en un plazo de diez días tras la firma, su divorcio seria un hecho consumado. Seguía hablando muy contenta con su amiga cuando me retire sin mediar palabra tampoco esta vez, ni yo hice gesto alguno de despedida, ni por supuesto, ella tampoco.
Ese fin de semana me tocaba marcha, ya que mis colegas y yo solo trabajábamos como strippers en fines de semana alternos. Los libres los usábamos para divertirnos, o por si nos salía algún privado por nuestra cuenta, aunque principalmente, era porque ellos aun hacían también trabajitos como chicos de compañía y necesitaban de cierto tiempo disponible. Aclaro, que aunque llevaba ya dos años sin pareja estable, cuando salía por ahí una de mis prioridades, como podréis suponer, no era precisamente el buscarme alguna tía para follar, puesto que normalmente iba servido de ello solamente con el trabajo. Tampoco es que todas las semanas que trabajábamos follásemos con las clientas, pero sí que alguna que otra vez lo hacíamos. Incluso algunas veces, las chicas no se animaban a despendolarse, y discretamente quedabas con alguna que veías mas lanzada, para irte por ahí de juerga, en esos casos, las tenias esperándote a la salida. Como digo ese fin de semana estuve por ahí de copas con amigos, no me comí ni meda rosca, tampoco es que lo intentase con mucha insistencia que digamos cuando me acerque a alguna chica.
El lunes y el martes todo fue de lo más normal, el miércoles mis compañeros, como siempre, acudieron a mi garito a tomarse el cafecito llevándome uno de paso, empezaron a comentar el cambio que había dado la tal Silvia, según parece el lunes llego vestida como de costumbre, muy elegante, pero a diferencia de veces anteriores, ahora no iba para nada discreta. Como cualquier otra mujer de las oficinas, iba lo más guapa y atractiva posible, parecía que todos los tíos de las oficinas de repente se hubiesen dado cuenta de lo deseable que era y el cuerpazo que tenia, ya que hasta la fecha había lo llevado escondido bajo sus discretísimas ropas. Estuve en un tris de partirme de risa delante de todos ellos.
Incluso ellas hicieron algún que otro comentario sobre el asunto, principalmente de lo bien que le sentaba y lo cambiada que estaba como vestía ahora, y no como antes de su divorcio, que claramente no se sacaba todo el partido posible. Al final terminaron de nuevo volviendo a sacar el tema de su ruptura, comentando todos los cotilleos que habían andado rondando por las oficinas durante todo el proceso. Eso fue otra cosa que me hizo muchísima gracia, antes los tíos medio entendían al marido al verla “tan poquita cosa” y tan poco sexy. Ahora que ya no lo parecía, y más que eso, que demostraba que era una pedazo de tía buena, lo de la comprensión hacia el marido infiel había bajado muchísimos enteros entre el personal masculino. También comentaron entre risas, que más de uno de los rompe corazones de la empresa ya había puesto sus ojos en la recién divorciada, y estaban maniobrando para ver si podían consolarla… Las risas eran generales cuando salió ese tema, incluso a mí se me escapo alguna por lo bajini sin poder evitarlo, más que nada porque sabiendo lo arpía que era, suponía que más de uno iba a salir trasquilado.
Esa semana no paso nada apreciable, pero el fin de semana, el sábado, cuando terminábamos una representación, en la que por cierto salvo que nos toqueteasen a placer, no había pasado nada mas, nos encontramos con que unas clientas estaban interesadas en hablar con nosotros para un pase privado en casa de una de ellas. Según parecía, nos querían a los cuatro con nuestros disfraces y nuestro espectáculo de los guerreros. Cuando entramos en el despacho para ver en qué consistiría y si nos interesaba, me fui a encontrar con mis dos “clientas” de quince días antes, la rubia y la morena a las que deje para el arrastre.
Tras saludarnos con un beso en las mejillas, divertidas, me pidieron que me quitase la máscara para ver lo guapo que era y pidiéndome que para el pasa no me la pusiese, a lo que me negué en redondo, dejando muy claro que yo siempre trabajaba así y que era algo no negociable para nada. Aceptaron, querían darle una fiestecita a una amiga para felicitarla por un hecho especial acontecido en su vida, sin explicar para nada dicha razón, pero eso ciertamente no era extraño, tampoco preguntamos por ello, ya que no era nada que nos interesase. Al final, llegamos a un acuerdo sin mayores problemas.
Antes de que se marchasen les explicamos algunas cosas, por ejemplo, que nosotros únicamente garantizábamos el espectáculo y el calentón para ellas, incluso que llevando el asunto un poquito más allá, no tendríamos pegas tampoco en que nos tocaran a gusto, pero lo que sí que dejamos meridianamente claro, es que el sexo no estaba incluido en el paquete, ni era algo negociable para nada. No pusieron pegas a lo que les dijimos, después de eso nos fuimos a cambiar, nos duchamos y salimos del local, como siempre por la puerta trasera.
Ya me había despedido de mis amigos, estaba ya sentado en mi moto, preparándome para ponerme el casco, cuando se presentaron ante mí las dos chicas, o más bien mujeres, ya que como dije rondarían mi edad, los veintiocho o veintinueve años.
Vaya Bárbaro, eres muchísimo más guapo de lo que suponía por lo de la máscara… Soy Nuria y ella es mi amiga Laura, supongo que aunque ahí adentro no hemos dicho nada, te acordaras de nosotras, ¿no? –dijo Nuria.
Desde luego, te garantizo que nosotras, de ti nos acordamos casi todas las noches después del trabajito que nos hiciste –dijo Laura
Por supuesto que me acuerdo de las dos, de hace quince días. Laura me pregunto si sabría hacerle algo con mi cosita y creo que le demostré que algo sí que sabía. Tu Nuria –dije señalándola-, si no recuerdo mal, al ver como quedo ella, cambiaste de opinión sobre el esperar tu turno para probar la polla de mi amigo de color, para pedirme, o más bien, exigirme, que te demostrase lo que le había echo a ella, ¿me equivoco en algo? –pregunte sonriente.
Jajajajajaja, en nada… Solo queríamos saber si habría alguna posibilidad, aunque fuese de quedar los tres para después de vuestro numero, nos gustaría a las dos poder volver a jugar juntitos… Nos tienes con muchísimas ganas de repetir, oh poderoso guerrero Bárbaro –dijo con algo de coña Nuria con eso ultimo
Realmente creo que no tenéis que preocuparos por eso, según cuantas penséis ser… -deje colgado.
Siete u ocho como mucho, puede incluso que solo seamos seis –dijo Laura con cierta ansiedad
Vale, si sois un número manejable y estáis con las mismas ganas de cachondeo del otro día, no habría problemas con ninguno de nosotros para follar… Pero entended, que depende de cómo nos encontremos también, y las ganas que vosotras mismas nos despertéis… La última vez, desde luego, nos las despertasteis bien despertadas –dije pasándome la lengua por los labios.
Jajajajajajaja –se rio al ver mi gesto-, creo que entonces no hará falta irnos a ningún sitio después…, pero haríais bien en tomaros mucha viagra para aguantarnos… -dijo maliciosamente Nuria mientras yo sonreía irónico
Casi mejor que eso de la pastillita solo sea para tus tres amigos, tu déjala estar guapo, que si te la tomas lo mismo nos matas a alguna de las dos –respondió Laura con risas a la idea de su amiga.
No pude evitar reírme con ganas cuando también Nuria, riéndose, dijo que eso sería lo mejor en mi caso, que lo único que me faltaría ya es tomarme una viagra para matar a alguien como decía su amiga. Se despidieron de mí con un beso en la mejilla despulpándose por haberme sorprendido sin mascara, alegando que se morían de ganas por verme la cara. Que conste, que porque no me quise ir con ellas por ahí, que me lo propusieron, aunque más que salir por ahí, la propuesta fue directamente ir a casa de una de las dos, que según dijeron pillaba cerquita, y allí me invitaban a una última copa. Riéndome rechace su oferta argumentando que las veía venir, y que de aceptar, no dudaba de que mi virtud estuviese en serio peligro, arrancándoles a ambas autenticas carcajadas.0
Tras despedirnos, me fui de allí con mi moto rumbo a mi casa, cuando llegué, sabiendo que estos aún estarían por ahí de copas, les llamé para explicarles lo que había estado hablando con las dos chicas… Tal y como supuse se empezaron a frotar las manos los tres por anticipado, pensando en follarse el fin de semana siguiente a las clientas… Las otras no sabíamos cómo serian, pero estaba seguro de que esos tres cabrones, estaban pensando en lo buenas que estaban las dos chicas que nos habían contratado, y que yo ya había catado.
La siguiente semana en el trabajo, fue más de lo mismo, y con la misma rutina, los comentarios y cotilleos estaban concentrados en Silvia con su espectacular cambio en su forma de vestir. Ahora según comentaban, gran cantidad de “aves” de distinto tipo se cernían sobre la pobre mujer. Realmente fue algo que sí que me sorprendió, eso de pobre mujer no dejaba de tener su guasa tratándose de esa tipa, según mi más modesta opinión, pero como de costumbre yo estaba a lo mío mientras que ellos hablaban. El viernes, de nuevo fui llamado a su despacho otra vez.
No creáis que no me jodìa, que si, tenían todo un departamento de informática donde ir a dar por culo, donde la mitad de ellos se estaban tocando los huevos a dos manos, que estarían la mar de contentos de poder ir a verla, también deseosos de lamerla el culo, por no decir de follàrsela, y me tenían que estar jodiendo a mí, que siempre tenía más trabajo que otra cosa, que no me cortaba en contestarla y que estaba meridianamente claro que me caía como el culo. Lo que me temía, es que me estuviese intentando joder, y terminase buscándome las cosquillas.
Como la vez anterior, le pedí permiso a la secretaria para acceder, y nada más entrar vi cual era el puñetero problema. Cuando se diseña un despacho, se sitúan mesas, muebles, sillas y se preparan todas las conexiones junto al lugar donde se supone que estará el ordenador, pero es algo automático, al poco tiempo, al ocupante del mismo le da el venazo y tiene que cambiarlo todo de sitio, luego claro, los cables del ordenador no llegan y a informática le toca cambiarlos… Eso sí, procurando siempre que quede bonito para que el gilipollas del despacho no se moleste por ver cables sueltos por el suelo. Según entré, me di cuenta de que habían cambiado un archivador antiguo por uno nuevo con casi el doble de capacidad, con lo que hubo que mover, ciertamente en este caso por necesidad, la mesa de Silvia, y como el anormal que puso los cables en la anterior modificación del despacho los puso justos, ahora el ordenador no se podía mover más de dos centímetros, y me iba a tocar recablear de nuevo los enlaces del equipo… Me llevaban los demonios acordándome de todos los muertos del inútil que había hecho aquello.
Lo que hice fue hablar con Silvia, le dije que iba a recablear y conectar su ordenador de forma provisional para no interrumpirla el trabajo, luego por la tarde a última hora me pondría con ello para que al lunes siguiente lo tuviese todo listo para poder trabajar sin mayor problema, y así molestarla lo menos posible. Acepto sin poner pegas, a las tres nos fuimos casi todos, unos a comer y otros a casa, ya que muchísima gente los viernes terminaba a esa hora, porque entre semana salían más tarde precisamente para esto mismo. Lo malo es que al quedar casi vacías las oficinas, el aire acondicionado prácticamente quedaba desconectado en todos lados, salvo en los despachos donde se trabajase… Supuse que en el de Silvia pasaría eso precisamente, ya que los viernes hasta donde suponía, que no que supiese, era de las que se iban a su casa.
Cogí todas las cosas, pero pensando en el calor que haría allí puesto que era primavera, y el sol daría sobre sus cristales, me cambie, tenia siempre por allí unos pantalones con una camiseta por si me manchaba mi ropa habitual poder cambiarme para irme a casa. Lo malo es lo de siempre, que la lleve hacia la tira, y ahora me quedaba más o menos ajustada, bueno, lo cierto es que mas que ajustada. La primera en la frente me la llevé cuando vi a la secretaria de Silvia en su mesa, que por cierto, me miro con cara de estar alucinando. Yo siempre llevaba camisetas largas y ropa abrigada, pero ahora, iba con una de manga corta, muy ajustada, y que marcaba todo el musculo que tenia, que era considerable, también ayudo a ello no llevar las gafas puestas, con lo que también me cambiaba el aspecto. Por lo que conozco a las mujeres, la señorita secretaria parecía estar teniendo conmigo pensamientos nada castos, cuando hasta el momento me había ignorado por completo, cada vez que aparecí por allí.
Tal y como me temí al ver a la secretaria, dentro estaba Silvia, que se me quedo mirando de una forma muy extraña, pero que en contra de la evidente admiración de su secretaria, a ella me resulto más que evidente que no le hizo la menor gracia el verme de esa guisa en su despacho. Incluso por un momento vi como apretó los dientes nada más entrar en el, creo que pensó que era otro gilipollas mas intentando ligársela. Lo cierto es que solo por ver cómo le jodìa, por primera vez, me alegre de haberme cambiado de ropa y haber ido a su despacho de esa guisa.
Salude al entrar con un “buenas tardes” en tono zumbón al ver como estaba de enfadada, para pasar de inmediato a ponerme serio…
Si desea seguir con el portátil puedo instalarla momentáneamente un Wifi y configurárselo en un instante para que pueda conectarse a la red de la empresa
No se preocupe, solo necesito trabajar con datos que ya tengo en el ordenador, de modo que puede ponerse a lo suyo y dejar de hablar que pierde tiempo…
Indudablemente seguía siendo tan cariñosa como siempre, era el mismo cielo de mujer, estuviese buena o no, menuda imbécil crónica que debía de ser la tía. Estuve con lo mío, sin dejar por ello de observar que la tal Silvia de vez en cuando no podía evitar mirarme, especialmente mis brazos en los que al ir en manga corta se veían perfectamente cómo se movían mis músculos. Me hizo gracia, porque se veía que le estaba gustando lo que tenia ante sus ojos e intentaba evitar mirarme, de modo que decidí jugar con ella un poquito más duro. Justo una de las veces que me miró levemente de reojo, aproveche para levantarme la camiseta, simulando sacarme un poco de sudor y que no me cayese en un ojo.
Por el rabillo del ojo vi como tragó saliva al ver mis perfectamente definidos abdominales, lo malo fue que en esos instantes entró la secretaria, que también los vio perfectamente… Silvia disimulo perfectamente, pero la secretaria para nada, se quedó como embobada mirándome, estuve más que seguro que esa misma noche, como no tuviese novio o algún amigo con derecho a roce al que matar a polvos cuando saliese de trabajar, iba a tener sueños de lo más calientes conmigo. Silvia la tuvo que llamar la atención, preguntándola que quería para que saliese de su ensimismamiento… Pasó dentro un pelín colorada, sin dejar de mirarme de reojo, mientras le ponía unos documentos delante a Silvia para que los firmase. Después se retiró de allí a toda velocidad.
Por lo que veo ha causado estragos en mi secretaria al venir con esa camiseta tan ajustada… ¿pensaba que alguna cayese a sus pies por ir así? –dijo sarcástica
Pues lamento defraudarla, pero lo que pensé es que el despacho estaría vacio sin y sin el aire conectado, en previsión del calor que haría es por lo que me puse esta camiseta…
Claro, que tonta, es natural, seguro que ha sido por eso. Seguro que si le pregunto, también me dirá que no ha comentado usted nada sobre mi divorcio, ¿verdad?
Mire señora, no sé qué coño tiene usted contra mi desde el principio, pero no creo que me conozca lo suficiente como para hacer ese tipo de suposiciones…
Supongo que ahora me dirá que con lo mal que le caigo no se habrá usted alegrado de mi divorcio y de que me pusiesen los cuernos, mas después de ver todo el reportaje de fotos de mi ordenador, ¿no?
Así que toda esta tontería es por eso, porque vi en su ordenador las fotos de su marido engañándola… Mire señora, para haberme alegrado de verdad el día, tendría que haberla llamado su jefe a su despacho para pisarla el cuello en la semana en la que se entero de sus cuernos, y que seguro que estaría hecha una puta mierda…, ve, eso sí que me hubiese sido entretenido.
Sabe, me alegro de no haberme equivocado con usted, no creo que haya un ser más rastrero y ruin que usted. No creo que haya otro peor, tan miserable como para desear a alguien que lo tiene que estar pasando así de mal algo como eso…
Pues mire por donde, yo sí que conozco a alguien que es tal y como ha descrito, a usted… -dije en tono sarcástico
Como dice… -Se levanto de un salto, congestionada por la cólera al oír eso…
Lo que ha oído, cuando las empresas se fusionaron la recuerdo entrando en mi despacho a leerme la cartilla argumentando que estaba un poco en las nubes, que dejase mis problemas fuera de la empresa que no me pagaban por ocuparme de ellos en horas de trabajo… Me uso para darse a conocer como tía dura.
Pero que… -Se calló, al ver mi cara comprendió a que me refería, e incluso diría que palideció un pelín.
Eso es, yo estaba en su misma situación, esa misma semana había pillado a mi novia engañándome y había roto con ella… De modo que mire por donde, queda demostrado que usted es ruin como poquísima gente, yo quizá lo desee, pero usted es infinitamente peor, usted lo hizo de verdad, machacando sobre machacado… Ya tiene todo solucionado, ¡señora!… -dije en tono irónico-. Espero de corazón que rehaga su vida de nuevo…, y ahora, adiós -dije saliendo por la puerta
Estaba más que seguro que se quedo pensativa cuando salí, os aseguro que me sentí como dios al poder haberla jodido un poquito de ese modo. Lo que le dije sobre mi novia era técnicamente cierto, cuando cayó sobre mi poniendo los puntos sobre las íes y marcando su territorio para que nadie se le fuese a subir a la chepa, yo acababa de romper con ella porque me puso los cuernos, aunque lo cierto en este caso es que fue porque yo lo permití, pude haberlo impedido pero no lo hice, en parte porque estaba agobiado con la relación y nada seguro de la chica en cuestión. Llevaba un par de semanas pensando en romper, y esto me vino de perlas para poder hacerlo.
Estaba en casa cuando me llamo Erik, él y Tony estaban trabajando en el club y por lo que me contaron allí estaba mi novia con algunas amigas y desbarrando todas ellas de lo lindo. Mi chica no sabía nada de mi trabajo como stripper, llevábamos casi diez meses y de momento no había tenido muchos problemas para poder ocultárselo, eso sí, y esto también va por mis tres compañeros, cuando alguno hemos tenido pareja no hemos participado en las folladas con las clientas, salimos bailamos, procuramos que nos toquen lo menos posible y nos largamos luego tranquilamente para casa con nuestra pareja mientras el resto se queda divirtiéndose. El caso es que les dije que no pasaba nada, que normal que estuviesen un pelín alteradas, que ya sabíamos que eso era normal, al fin y al cabo trabajábamos en ello.
A la hora me llamo de nuevo Tony, diciéndome que solo quedaban mi novia y dos de sus amigas, que estaban con cuatro chicos, que estos estaban conteniéndose porque sabían que era mi novia, pero que se le había ido la pinza muchísimo. Les dije que siguieran como siempre y que si pasaba algo quería saberlo al detalle... Lo cierto es que vi mi oportunidad de romper la relación sin complicarme la vida con explicaciones engorrosas con ella. Fue peor de lo que pensé que sería, Erik y Tony grabaron a mi novia y sus amigas con los otros chicos, incluidos dos mulatos. Aclaro que en ese local, entre nosotros había buen rollo y no teníamos problemas en fardar de nuestras chicas… Por eso es por lo que fue un marrón lo de mi chica, la novia de un compañero desbarrando en serio… Muchos hacían como yo, que a sus parejas no les decían que trabajaban en eso, y seguro que a más de uno se les pasaría por la cabeza lo que harían de ser ellos los que estuviesen en mi situación.
El caso es que, tanto Tony como Erik, se las apañaron para grabar el espectáculo de las tres zorras follando como descosidas con los chicos. Estos, dado que yo quise que se comportasen normalmente, en cuanto mi novia y las otras tragaron, las estuvieron dando más duro de lo normal, conscientes en todo momento de que estaban grabándolo, procuraron que quedara de lo más claro que eran ellas las instigadoras de la orgia. Las grabaciones fueron de lo mas explicitas y especificas, para más inri a las únicas que se les veía la cara perfectamente era a ellas tres… No os digo el cabreo que me pille con semejante zorra cuando vi el video que me llevaron esa misma noche, nada más que ellas se marcharon del local.
Ni novia vivía con sus padres en su casa, al día siguiente que era domingo, aparecí por su allí sin avisar. Entré al salón a presentar mis respetos a sus padres…, la acompañe a su habitación, donde una vez solos en ella, intentó besarme pero no la deje. Me miró enfadada, preguntándome que era lo que pasaba. Le pregunte directamente por la noche anterior, interrogándola en toda regla, cada vez se mostraba más nerviosa y se contradecía al cambiarle de forma las mismas preguntas. Cansado de sus mentiras salí de su habitación escopetado, diciendo que la dejaba. Cuando llegamos al salón, con ella tras de mí, enfadada, pidiéndome explicaciones de a qué venía todo esto… me detuve, me dirigí entonces al Dvd y puse un disco en el que había pasado las imágenes de la cámara. Edite con el ordenador toda la sesión esa misma noche, cuando Erik me lo llevo a casa tras terminar de grabarlo y que ellas se marchasen.
No os hacéis una idea de la cara de sus padres cuando vieron a su adorable niña enculada por un mulato, mientras otro se la metía por la boca, gimiendo y moviendo el culo como una zorra, mas cuando mostraba en su hombro un tatuaje que se había hecho solo tres meses antes… Fui de lo más claro con ella delante de sus padres… le dije que la dejaba por puta. Además para joderla más le explique, que esperaba que sus dos amiguitas que tan activas estaban en el video, les diesen mejores escusas a sus novios pues también estos habían recibido las imágenes. De hecho, lo cierto es que había quedado con ellos esa misma mañana antes de ir a verla, ya que tenía sus teléfonos por ser las tres muy amigas y haber salido las tres parejas juntas en múltiples ocasiones… De hecho yo aun mantengo el contacto con ellos, y quedamos de vez en cuando para tomar alguna cerveza que otra.
El caso es que a mi novia la jodi bien jodida donde más le dolía, porque sus papas que la tenían en palmitas vieron la clase de niña que tenían, pero a las otras dos les fue muchísimo peor, una se enfrento a su chico soltándole un guantazo cuando la llamo puta y este se desahogo con ella, la dio de leches hasta en el carnet de identidad. La otra se encontró su barrio empapelado con fotos la mar de sugerentes de su follada múltiple. No sé quién de los dos novios seria, pero además cargo a lo bestia contra las tres zorras, todas las amigas y amigos de las chicas, incluyendo la mia, familiares, compañeros de trabajo, todos recibieron un enlace de internet donde podían disfrutar de la orgia de las tres zorras follando con cuatro tíos a la vez.
Esa semana estaba un poco más para allá que para acá, realmente debo de confesar que sí que me jodío el que me engañase de aquella forma, cuando no tenía nada de qué quejarse conmigo, que la dejaba para el arrastre cada vez que fóllabamos, y no me refiero solo a meterla, también sexo oral, caricias, detallitos, etc. Aunque en el fondo, realmente me alegrase de haberme librado de semejante putòn verbenero de esa forma tan cómoda y además siendo el bueno de la película. Lo cierto es que además de eso, en esos días, también estaba medio descojonado de la risa por la situación en sí, ya que cada vez que me enteraba de una nueva de esas venganzas contra ellas, no podía evitar partirme el culo de risa.
Fue en esa época, justo por aquel entonces, cuando llegó a la empresa el torbellino de nombre Silvia, y lo primero que hizo para darse a conocer, fue ir a ponerme el piececito en el cuello para que me enmendase con el trabajo, si no quería ir a directo a la calle… Desde luego esa se la tenía guardada, y en cierta forma, por la cara que puso cuando le solté todo aquello en su despacho, considere que acababa de devolvérsela junto con los intereses…
CONTINUARA