Atracción en el metro.

Bajo mi falda noto como mi coño desnudo empieza a humedecerse y mis pezones se ponen duros como una piedra...

Como todos los días, me dirijo hacia mi lugar de trabajo. Vivo en una gran ciudad por lo que cojo el metro a diario y dejo el coche en casa.

Casi todos los días me meto en el mismo vagón y a la misma hora. No es casualidad. Desde hace un mes aproximadamente, coincido con un misterioso y atractivo hombre, de ojos oscuros y de piel morena. Es alto y corpulento y por sus rasgos pienso que es extranjero aunque no sé muy bien de donde.

Siempre intento ir vestida sexy y provocativa, porque me encanta que me mire. Nunca he hablado con él pero nos lo decimos todo con la mirada, nos desnudamos mentalmente cada día.

Hoy me he puesto especialmente sexy. Llevo una falda más arriba de la rodilla, una camisa de botones y unos tacones de vértigo que estilizan más mis esbeltas y contorneadas piernas. He cogido asiento frente a él y discretamente abro mis piernas dejándole ver que no llevo ropa interior, mi coño está frente a sus ojos, desnudo.

Le miro y muerdo mi labio superior mientras rizo un mechón de mi pelo largo y rubio con mis dedos. Me sonríe y desabrocho con disimulo un botón de mi camisa dejando ver el inicio de mis voluptuosos senos. Le vuelvo a mirar y noto que su pene ya empieza a despertar detrás de sus pantalones, debe ser enorme. Ya me lo imagino dentro de mi coño haciéndome gritar como una loca, ¡como me gustaría tenerla entre mis manos! Sueño con ella desde el primer día que lo vi.

Bajo mi falda noto como mi coño desnudo empieza a humedecerse y mis pezones se ponen duros como una piedra, estoy excitada tan solo con pensarlo. El vagón está casi lleno y mi coño mojado de excitación.

El hombre misterioso me mira y se da cuenta de mi estado. De repente, llegamos a nuestra parada, siempre bajamos los dos en la misma y nuestros ojos se miran fijamente. Salimos del vagón y en frente hay unos aseos. Nos metemos allí y sin decir nada ya estoy encerrada con el dentro de un aseo.

Me levanta con fuerza y me apoya contra la pared. Noto que sus grandes y viriles dedos tocan mi coño mojado y con una sonrisa de satisfacción me susurra que lleva varias noches soñando con follarme y que le encanta mi coño mojado. Me baja al suelo y noto su lengua chupando mi excitado coño. Lo recorre entero y yo me muero de placer. Mis gemidos son suaves pero mi placer es infinito. Introduce su dedo en mi coño y me dice que tengo un coño muy apetecible. Le digo que se lo coma y su lengua y dientes disfrutan de él. Mi excitación es tan grande que hace que mis gemidos suban de tono. Entre gemidos le digo que me folle que estoy deseando que su polla me folle sin parar. Se baja los pantalones y saca su gran miembro, bastante excitado y bien preparado y me vuelve a levantar apoyándome contra la pared. Me penetra en un solo movimiento. Su gran polla me folla sin parar y mis gemidos se convierten en gritos. Desabrocha los botones de mi camisa y aprietas mis pechos con sus grandes manos. Me folla con ganas, me muero de placer y le digo que quiero probar su polla. Me agacho y la cojo con mis manos. La tengo agarrada y es tan grande como había soñado. La vuelvo a mirar y la chupo un poquito por la punta, lo miro y la vuelvo a chupar como si fuera una piruleta, la cojo con fuerza y la chupo entera. La polla me llega a la garganta y la chupo infinitamente hasta que noto su semen caliente dentro de mi boca. Me lo trago y miro su cara de satisfacción.

Nos arreglamos la ropa y me dice que mañana nos veríamos en el metro.

¿Volverá a pasar algo mañana?