Atracción

Existía una atracción entre ambos que no queriamos expresar, hasta que un día en un curso de la empresa...

ATRACCIÓN

Siempre ha habido atracción entre nosotros, yo lo notaba, él lo notaba. Pero ambos estabamos casados. Solo eramos buenos compañeros, nos llevabamos bien, bromeabamos...

De vez en cuando algún roce, miradas, alguna que otra inderecta, piropos....

Me daba morbo ir algo más provocativa de lo normal cuando sabía que coincidía con él ese día de turno.

Surgió un curso en un pueblito de la costa, de un día de duración. Y me propuso ir con él. Yo acepté encantada, era una oportunidad de estar a solas con mi compañero, la idea me excitaba muchisímo.

Daba la casualidad de que era cerca de donde sus padres tenian la casa de la playa, y me propuso quedarnos unas horas para poder bajar a la playa a darnos un baño despues del curso.

Asi es que el día antes preparé mi bolsa, bikini sexi, pareo, toaya, chanclas y mi neceser. Por si nos duchabamos en la casa de los padres antes de volver a la ciudad.

No sabía que sucedería, no queria estropear la buena relación de compañeros que manteniamos, pero se que en el fondo los dos deseabamos que algo pasara, había cierta atracción, y los dos lo sabíamos.

El día del curso vino a recogerme a casa después de haber dejado yo a los niños en el cole.

Me puse un vestido muy veraniego que tengo, abotonado de arriba abajo, muy sexi y unas cuñas altas. Se que le pondría mucho, siempre decía que le gustaban las mujeres con faldas cortas y tacones altos, que estilizaban mucho las piernas. Y se que las mias le gustaban, por como me miraba cada vez que iba así al trabajo.

Durante el camino hubo miradas, sonrisas, siempre con naturalidad, pero en el fondo los dos sabíamos que estariamos a solas algun rato del día y había nerviosismo a la vez que morbo y algo de sensualidad.

Pasó la mañana, entre charlas, un café, conferencias, etc. Estuvimos sentados juntos en todo momento. Cuando nos queriamos preguntar algo el uno al otro, nos acercabamos tanto que hubo momentos en los que al sentir su aliento en mi cuello me ponía los vellos de punta. A él se le iba la mirada en más de una ocasión hacia mis piernas, yo le sonreía inocentemente.

A eso de las cinco y media acabó el curso, tomamos un café cerca de allí y fuimos a la casa de sus padres, que estaba a pie de playa. Nos pusimos los bañadores y bajamos a la playa. Hacía un día precioso, calor con algo de brisa. La playa estaba muy tranquila al ser día laborable.

Extendí mi toaya, me quité el pareo y observé como sus ojos se clavaban en mi cuerpo. Me acerqué a él con sensualidad y le dije alegremente que fueramos a darnos un baño.

Él aceptó, y fuimos avanzando por la orilla hasta que el agua tocó nuestros pies. Yo sentí un frío que se convertía en calor, en ardor, cuando sentí sus manos en mi cintura. Nos sumergimos del todo en las calidas aguas, el mar estaba tranquilo. Yo comence a salpicarle, él siguió mi juego. Hasta que estuvimos tan cerca el uno del otro que se nos cortó la respiración. Hubo un silencio, una pausa, parecía que el mundo se había parado. Me acerqué y le besé, él me correspondió y enseguida nos separamos. Nos miramos con deseo, con lujuria. Ambos nos deseabamos.

Yo decidí salir del agua para tomar un poco el sol, él se quedo dentro, supongo que en ese momento no estaría en condiciones de salir.....

Al cabo de un rato salió del agua y se tumbó al lado mia. Me miró y me dijo que me deseaba, que era solo atracción sexual. Yo le confesé que a mi me ocurría lo mismo.

Estuvimos charlando un buen rato, nos confesamos fantasias mutuamente, hablamos de sexo abiertamente....Y bueno, nos fuimos calentando más y más.

Atardecía y decidimos subir a la casa para ducharnos e irnos.

Pensé que todo se quedaría en una charla morbosa y confesiones eróticas.

Cuando nada más entrar en la casa, él cerró la puerta, me descolgó la bolsa de la playa que llevaba y comenzó a besarme con pasión. Yo no me resistí, lo deseaba tanto o más que él.

me quitó el pareo, yo lo despojé de la camiseta... y nos acariciamos, nos besamos...

Acabamos en el sofá del salón, yo agachada le hice la mamada más larga y profunda que me premitió mi garganta,ufff¡¡¡

Él me correspondió comiendome el coño de maravilla, tocándome, besándome...mmmmm¡¡¡

Me llevó de repente a la otra parte del salón y me subió encima de la mesa. Ya me había despojado del bikini asi que lo tuvo fácil. Yo estaba chorreando y me la metió sin fificultad alguna, aahhh¡¡¡¡ Me abrió de piernas y me penetró hasta el fondo, ufff. Hizo que me corriera al segundo. Después de un rato en esa postura me bajó y me puso de espaldas, me apoyé en la mesa y agachada me la metió por detras, que placer, me corrí de nuevo. Él estaba a punto de correrse, lo notaba y a mi me daba tanto morbo que se corriera dentro.....Yo gritaba de placer y le pedia que siguiera, él siguió. Yo le decía lo bien que me estaba follando, la polla que tenia y lo humeda que me tenía a mi. Noté entonces como se corrió dentro de mi...uuuufffff¡¡¡¡, solo de sentirlo me corrí de nuevo. Los dos estabamos empapados de sudor, mmmm.

Nos separamos, estabamos agotados.

Desnudos nos dirigimos a la ducha, yo delante de él. Mientras caminabamos hacia el baño me iba acariciando la espalda, el culo...

Juntos entramos en la bañera. Seguia el morbo, la excitación del momento.

Nos enjabonamos mutuamente, siguieron las caricias y nos masturbamos. Una cosa llevó a la otra y volvimos a hacerlo en la bañera, yo con una pierna apoyada en el filo de la bañera y él penetrandome por delante. Después yo me agaché y se la chupé hasta que estuvo en su estado más álgido. Le di la espalda y me penetró por detrás, que morbo le dió que le dejara follarme el culito. Me confesó que nunca lo había conseguido con su mujer, mmm. Más morbo me dió a mi y a la vez más placer sentí.

Nos terminamos de duchar despues de aquel polvazo. Nos vestimos y nos dispusimos para el regreso. De camido en el coche se creó un silencio al principio.Había tensión. Lo rompimos los dos a la vez queriendo hablar al mismo tiempo.

Yo le dije que me encantaría repetir. Que tenia sus riesgos si, pero que sentía mucho deseo. El me confesó que le ocurria lo mismo, y que había sido el mejor polvo de su vida. Ufff, que morbo me dieron aquellas palabras.

Nos despedimos con un beso en las mejillas, hasta el próximo turno en que conincidiéramos.