Aterrador martirio
Historia de una joven con su profesor...
- Relato 51
Aterrador martirio
ECSagardez
Su frente se encontraba perlada de sudor, el escozor que sentía entre las piernas le estaba provocando daño Ya no podía más, en cualquier momento podía caer desfallecida Pero no se quiso abandonar ni darle excusas a su verdugo
Esa noche su intención fue divertirse y vivir la vida como todas las jóvenes de su edad Sin embargo desde que salió de la fiesta todo le había salido mal
En la esquina la estaba esperando y como siempre la presionó para que se fuera con él Le caía mal su aspecto. Pero había también algo que le atraía.
No hizo comentarios y se fue con él, al recinto de siempre Jamás se imaginó lo que le esperaría en esa noche de calor intenso
II
Era de tez blanca Pero en ese momento su rostro adquirió un color rojizo, producto del enojo y de lo que sufría No había pretexto alguno que hiciera desistirle a él de hacer eso Parecía disfrutar del castigo que le prodigaba y ver las contracciones de su rostro
Ella no protestaba Cualquier cosa que exclamara, sólo producía una sonrisa sardónica que lo hacía dominador de la situación en que ella se debatía
Sus piernas flaqueaban, era mucho el tiempo y sus ojos se habían agrandado que parecían salirse de sus cuencas
El roce la estaba fustigando demasiado y pensó separarse para desafiarlo Pero al estar él con ella, eso era inevitable Por todos lados la perseguía, para hacerla parte de su obra
III
Rocío, ya no podía más, pero no dijo nada Esperó que él gozara con el aspecto que le mostraba La sonrisa de él, lo decía todo Gozaba con el sufrimiento que le prodigaba y ella se sentía impotente al no decir ni hacer nada
Cada minuto que pasaba, las carnes, entre sus piernas, le producían un martirio aterrador Sintió aguijonazos en todo su cuerpo, como una mezcla de descarga eléctrica y ligeros ardores que pensó disfrutar Pero todo fue inútil, ya no podía más y pensó dejar de moverse
Sabía que si lo hacía, Rafael se indignaría y la continuaría castigando con ese largo artefacto que traía y el cual asía hasta crispar su mano derecha, en una señal de repugnante orgullo
IV
Ella palideció cuando de nuevo le indicó lo que tenía que seguir haciendo, le pareció indignó bajar su cuerpo hasta permanecer en esa posición y al observarle el rostro, notó esa sonrisa burlona y gozoza que tanto le enojaba
Sólo había algo que de él le gustaba Era su silencio y el control que poseía sobre ella Pero era indigno como abusaba de su frágil figura y lo más grave era que en la escuela secundaria se lo permitían, tanto directivos como su propios padres
Y sólo musitaba, entre dientes, " como ellos no sufren, lo que sufro con este bastardo "
Pero no pasaba de ahí Seguía con la frente perlada de sudor, el calor era espantoso en ese lugar Siempre la llevaba ahí y la encerraba sin ninguna opción a salir
Sólo tenía una salvación y era cuando le daban ganas de ir al mingitorio, tiempo que aprovechaba para descansar y relajarse de los terribles ardores que sentía entre las piernas
V
Ella era una chica muy educada A sus 17 años, le gustaba hacer amigos e ir al cine Como disfrutaba las películas de Harry Potter, incluso tenía la colección, que su padre le había regalado y Rafael, el tio ese, constantemente la llevaba de viaje...
Esa tolerancia y todo lo que le permitían sus padres y directora la ponía en jaque, porque no le daba minuto de reposo Siempre quería estar haciendo eso que ya la tenía hasta el demonio
Pensó para sus adentros " Es el momento de irse y dejarlo todo " Renunciar a esa vida de sufrimientos y de no permitirse ningún acercamiento ni con él ni nadie que se le pareciera
Pero aún no alcanzaba la mayoría de edad y tenía que seguirlo soportando un año más y hacer lo que le dijera, aunque ella se sintiera indigna ante lo que él le hacía y que tanto escozor le producía entre sus piernas
VI
Llegó el momento esperado, le dijo que se detuviera y le permitiera ir al baño El dudó en darle el permiso, porque aún tenían mucho por hacer
Rafael, sabía que en esa noche tenían que terminar lo que habían comenzado Se sentía dueño de la situación y gozaba con ver el rostro de sufrimiento que ponía Rocío, cada vez que entraban a ese recinto
En sus manos siempre estaba ese instrumento que lo hacía un portento de elegancia y que aprendió a usar desde muy joven en sus viajes por Europa
Sabía que Rocío se atemorizaba al verlo Pero era la única forma de hacerla suya y sentirse orgulloso de su obra
Cuando ella le pidió permiso para ir al baño No tuvo más remedio que aceptar su petición, pero le dio como máximo tres minutos
Ella se levantó y lo miró de arriba abajo.. Pero en sus ojos se reflejó el desprecio que sentía por Rafael, ya aue le estaba robando su adolescencia El ni siquiera se inmutó
VII
Mientras él se acomodaba la ropa Porque no le gustaba perder la elegancia La joven adolescente se dirigió a los sanitarios de mujeres
Su caminar era tambaleante Pero no quiso demostrarle que ganaba la partida Y cuando traspasó el umbral de la puerta de los baños Se bajó su ropa y se sentó en la taza del WC, para orinar a gusto Mientras lo hacía se masajeaba las piernas
Las posiciones que Rafael hacía con ella, la tenían del todo adolorida Con la tenue luz que se reflejaba, alcanzó a ver unos moretones rojizos en sus muslos, los cuales eran los que más daño físico le producían
Aunque era muy educada, no dejó de exclamar:
Pinche Rafael
VIII
Terminó su necesidad fisiológica y se limpió con el papel sanitario Pero al pasar el suave papel por sus muslos, lo sintió rugoso y áspero Pero no hizo más que un mohín de disgusto
Le bajó la llave al cespol de la taza y salió apresurada El tiempo se le había agotado, con estarse masajeando las piernas
Cuando apareció en la puerta Rafael ya estaba ahí y la tomó del brazo para invitarla a esa posición que tanto le chocaba Pero que a él le gustaba y disfrutaba como la colocaba
IX
Rafael en su impavidez, sentía algo por ella Pero siempre había sido un dominador de las reacciones de las mujeres y con Rocío no era la excepción
Dueño de la situación la hizo sentarse en el suelo y con sus manos tomó sus talones para abrirle las piernas Ella se mordió los labios, porque el ardor en los muslos la estaba atormentando y esa posición la humillaba
Su frente se perló, nuevamente, de sudor Pero ahora era frío Estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural por soportar todo, lo que le hacía Rafael Y se abandonó a él
Aunque sabía que todo era difícil y que nadie le creería Se dijo a si misma: " ha llegado el momento de protestar Esto ya no lo soporto Me siento ultrajada "
X
Cuando de plano quiso protestar Rafael se levantó y le dijo, con esa voz ronca y serena:
Por hoy hemos terminado Nos vemos mañana a las 5 de la tarde Procura llegar temprano Recuerda que nos quedan pocos días para la competencia de gimnasia en Alemania Y tienes que llegar bien preparada
Esas palabras surtieron el efecto deseado, porque Rocío, se levantó y silenciosa se dirigió al vestidor a cambiarse Estaba consciente que todo el sufrimiento de las intensas prácticas tendría su recompensa, si ganaba el campeonato mundial, ya que era una de las favoritas
No tenía la menor duda Rafael la hacía sufrir con esos entrenamientos Pero la había colocado en un buen nivel como gimnasta
No le quedaba otra más que continuar y olvidarse de los moretones en las piernas y del fuete con que el instructor hacía chasquear para motivarla a mantener el ritmo
Sin duda, un buen entrenador Rocío se vistió y se marchó No había tiempo para diversiones
Rafael salió por la otra puerta y sólo se despidió con un:
Nos vemos mañana