Atenciones muy particulares (3)
Continuo atendiendo muy especialmente a mi querida sobrina Maribel, una deliciosa noche. Asimismo tengo el placer de atender a Cristina y Vero.
Maribel - Una deliciosa noche.
Me encuentro en su dormitorio sólo con el slip. Ella aún llevaba puesto los pantys De pie junto a mí, procedo a bajárselos lentamente acariciando su dulce piel. .Ahora la tenía sólo con las braguitas y el sujetador. Me toma de la mano y pasamos al baño a darnos un baño relajante. Inclinada hacia delante pone el tapón a la bañera y abre los grifos. Esparce unas sales de baño y un gel.
Comprobada la temperatura del agua, de espaldas a mí se saca el sujetador y se baja las braguitas, se da la vuelta y contemplo toda su desnudez. Se entretiene en bajarme el slip y nos metemos en la bañera. Cojo el soporte de la ducha de teléfono y mojamos nuestros cuerpos frente a frente. Observo su lindo pubis y acaricio sus pelitos rizados de color negro .Qué linda eres, nenita. Gracias tío, no sabes lo feliz que me haces. Veo una diminuta cicatriz cuando fue operada de apendicitis a sus 14 años. ¿Te acuerdas tío cuando me puse malita? Tú estabas en aquella época de vacaciones y tomaste la decisión de llevarme de urgencias al hospital. Claro nena que lo recuerdo.
Una vez nos enjabonamos mutuamente, nos sentamos en la bañera frente a frente. El agua calentita nos llegaba por la cintura. Ella me coge el pene y procede a masajearlo delicadamente. Yo le digo: ¿me dejas que te roce un poquito con el pene? Claro mi amor, lo estoy deseando, pero espera; pongámonos de pie y nos quitamos el jabón.
Me pongo de pie y la ayudo a incorporarse, Nos enjuagamos bajo los chorros de agua templadita y cierro los grifos. La ayudo a salir de la bañera y nos secamos mutuamente. Cogiditos de la mano pasamos al dormitorio.
Echa el cobertor de la cama de matrimonio hacia abajo y le digo: acuéstate cariño. Acostado junto a ella me dedico a acariciarle su lindo vientre donde un poquito por debajo del ombligo veo con todo detalle la cicatriz en sentido horizontal de cuando tuvo a la pequeña. Ella toma mi pene y me dice: relájate tío.
Se coloca encima de mí y lo roza por su linda cuevecita. Yo me entretengo en acariciarle sus lindos senos de aureolas de color marrón. La atraigo hacia mí y nos besamos apasionadamente.
Vamos nene, deseo tenerte dentro de mí. Cambiemos de postura. Como desees cariño. Acostada en la cama separa sus piernas y le digo que me gustaría primero saborear su dulce coñito. Veo su vagina y me entretengo en abrirle los labios mayores y mojándome el dedo con su saliva lo introduzco suavemente ¿sientes placer? Ya lo creo mi amor, continúa así.
Le hice un tacto como si yo fuera el doctor. La noto bien lubricada y me dedico a succionarle el clítoris. Métemela ya por favor no aguanto. Le sugiero que apoye sus piernas en mis hombros y procedo a entrarle despacio. Dios mío, que delicia de coñito. Uf que rabito más rico tienes amor. Yo me encontraba muy excitado de penetrarla por primera vez. Besaba sus pechos, su boca, la cara anterior de los muslos, ella me agarraba mi culo, me entretengo en chuparle los dedos de los pies. Toda sonriente me dice, para por favor, me haces cosquillas. Estaba a punto de correrme y le digo, no puedo más nena, me viene. Yo también llego tesoro, échame tu lechita fuera. La saco rápido y me corro sobre su vientre.
Me echo encima de ella y nos besamos locamente. Nos levantamos de la cama y me dice: démonos una duchita rápida amor.
Después de la ducha me visto recordándole que tendría que visitar a Mari Carmen a inyectarla sobre las 23.30 horas. Aún tienes tiempo me dice. Ella se pone un lindo conjunto de braguita y sujetador y se pone una bata. Enseguida preparo la cena tío. Una vez vestido paso a ayudarla a la cocina y cenamos una ensalada y un delicioso pescado al horno; acompañado de una botella de un excelente vino de marca., postres etc.
Cuando regreses me pones la inyección cielo, asimismo deseo que te quedes a dormir conmigo. Por supuesto nena con sumo gusto. La ayudo a recoger los platos y pasamos al dormitorio. Le apetecía ver un poco la tele en la cama.
Yo estaba vestido, me quito los zapatos y me coloco apoyado sobre el cabezal. Previamente ella puso un almohadón para estar más cómodo. Gracias sobrinita, de nada mi amor. Se acomoda junto a mí y estaba con la batita y debajo en ropa interior. Nena cuida de que no me quede dormido, pues debo pasar por casa de Mari Carmen sobre las 23.30/24.00 horas. No te preocupes, aún te queda más de media hora. Dejo el móvil sobre la mesita de noche; normalmente lo tengo conectado.
.Estaba mi sobrinita con la batita abierta mostrándome sus lindo conjunto de bragas y sujetador, en vez de ver la tele me dedico a acariciarle la barriguita; cariño ¿qué me haces? Sigue así, por favor.
Miro el reloj y digo, voy a refrescarme. Es la hora de marcharme nenita. Procuraré tardar lo menos posible. Aquí te espero acostada cielo. En esto suena el móvil, era Mari carmen que hiciera el favor de pasar por la farmacia. Había encargado unos medicamentos para su hija Cristina así como unos enemas.
Ahora iba de camino hacia su casa.
_Hasta ahora Mari carmen. Paso por la farmacia de guardia y como medida de seguridad la farmacéutica despacha los medicamentos a través de una ventana. Estaban de guardia la farmacéutica, cuyo nombre es Clara; una chica de unos 30 años, morena, estatura media y a la que nos une una gran amistad.
_Buenas noches Antonio, me abre por el portal y accedo a la misma por una puerta interior. Asimismo se encontraba en compañía de la dependienta, su nombre es Vero y algo más joven, unos 27 años. Morena como ella y algo más alta que Clara.
Me tenía preparado los medicamentos para llevarle a Cristina.
1 caja de 6 viales, intramuscular. Vial de 4 ml. Tratamiento cervicales.
1 envase de 4 enemas de 250 c.c.
Al parecer mi queridísima Clara me dice:
_Antonio, que oportuno has venido ya que Vero no se encuentra bien. Hace un rato llamé al doctor y afortunadamente le ha pasado reconocimiento, diagnosticándole un fuerte catarro. Le ha recetado lo siguiente:
1 caja de 6 viales, de 4 c.c., intramuscular profunda.
1 caja de 6 unidades, de supositorios para la fiebre.
Está acostada en la trastienda. Le he aplicado un supositorio y si no te sabe mal acompáñala a casa y que se meta en la cama cómodamente y le pones la inyección. Como sabes comparte piso conmigo y no es necesario salir a la calle ya que la vivienda es en el primer piso de esta finca.
Por supuesto Clara. Entro a la trastienda junto con Clara y tuve el placer de acompañar a Vero a casa. Iba vestida con un conjunto de camisa y pantalón blanco. Clara me da los inyectables de Vero y tomando el ascensor en un periquete pasamos al domicilio.
Vamos al dormitorio Antonio, estoy deseando meterme en la cama. Ella destapa las ropas de cama y pasa al baño a cambiarse. Yo me dispongo a prepararle la inyección. Sale cubierta con una bata, despojándose de la misma me muestra un maravilloso camisón por encima de las rodillas de color negro. Las diminutas braguitas eran del mismo color.
Se acuesta boca abajo y desliza la braguita. Cuando quieras Antonio.
_Enseguida Vero, relájate. Le doy con el algodón mojado en alcohol sobre la nalga izquierda e introduzco la aguja. Muy lentamente le administro el contenido de la jeringa, ¿duele? Un poquito Antonio. Ya hemos terminado Vero. Le paso el algodón en la zona del pinchazo. Puedes cubrirte Vero. Ahora descansa.
_Gracias Antonio.
_Hasta mañana Vero, vendré sobre las 9 de la mañana a inyectarte de nuevo.
_Buenas noches Antonio.
Pasé por la farmacia a recoger los medicamentos de Cristina.
Clara ya he dejado a la enfermita acostada. Mañana vendré sobre las 9 a inyectarla de nuevo. Gracias Antonio.
No hay porqué darlas Clara. Que tengas buena guardia. Vale cielo hasta mañana, respondió Clara.
A los quince minutos me encontraba en casa de Mari Carmen. Su hija Cristina salió a abrirme la puerta.
_Buenas noches Antonio. ¿Qué tal Cristina? Ya ves, algo fastidiada y para colmo padezco de estreñimiento. Pasé primero a saludar a su mamá Mari carmen.
_Buenas noches Mari carmen. Hola Antonio, atiende primero a Cristina.
_Vamos a mi alcoba me dijo la chiquita. ¿Me aplicarás primero el enema? Por supuesto, desnúdate de cintura para abajo y te acomodas en la cama en posición lateral.
Algo ruborizada, se quitó la bata mostrándome el pijama. Sentándose en la cama se quitó el pantalón y pude apreciar sus bellos muslos. Llevaba puesto un diminuto slip de color azul cielo notándosele la rajita del coñete, donde sobresalían algunos rizos de color negro. Yo me estaba poniendo de aquella manera. Por mi cabeza rondaban el cuerpo de Vero, ahora el de ella. Aún no había terminado la noche. Deseaba fervientemente regresar a casa de mi sobrinita Maribel.
Pasé al baño a lavarme las manos. Me puse unos guantes de latex y le dije: ¿preparada? Cuando quieras Antonio. Colocada en dicha posición le dije flexionara la pierna derecha hacia delante. Cristina tiene 24 añitos, morena como su madre y de un cuerpo impresionante. Procedí a lubricarle el agujerito anal. Le puse un poquito de vaselina dándole un masaje circular alrededor del dulce ojete.
Lubricada la cánula del enema la inserté cuidadosamente en el recto presionando sobre el envase de plástico. Poco a poco iba aplicándole el enema. Le dije tratara de no empujar y retener el contenido. Se portó maravillosamente, se incorporó de la cama y pasó al baño a expulsarlo.
A los pocos minutos sale del mismo, se había colocado el pantalón del pijama. Una cosa hecha Antonio. Prepárame la inyección. Tomé el envase de los inyectables y en unos minutos tenía el inyectable preparado. Descúbrete por favor, colocándose boca abajo en la cama y bajándose el pantalón; me muestra su bonito culo. No llevaba braguitas. Aplico el algodón sobre la nalga izquierda y desinfecto la zona a inyectar. Notándola relajadita introduzco la aguja y le administro la inyección de 4 c.c., muy lentamente. ¿Duele? Un poquito Antonio, no cabe duda que inyectes maravillosamente; ya me lo ha comentado mi madre. Aplico de nuevo el algodón en el punto de la inyección y le dije: puedes cubrirte. Se sube el pantalón y se gira en la cama.
Ahora voy a inyectar a tu mamá. Por supuesto Antonio, disculpa que me quede acostada, es una inyección al día. Muy bien Cristina, que descanses y hasta mañana.
_Hasta mañana Antonio, buenas noches.
Llamo suavemente a la alcoba de Mari Carmen. ¿Puedo pasar? adelante Antonio.
Voy a prepararte las inyecciones, Cristina se ha quedado acostada. Muy bien, perdona por las molestias que te ocasionamos. No debes preocuparte por ello ¿te has tomado la temperatura? Las verdad es que no, pero si no te importa tu mismo lo puedes hacer. Eres de confianza, gracias Mari Carmen. Tomo el termómetro y se echa la sabana hacia abajo. Se sube discretamente la combinación mostrándome esos lindos muslos de carnes prietas y aterciopeladas al tacto. Me siento en la cama y le digo: separa un poquito el muslo. Le coloco el termómetro en la ingle, mi lugar preferido. Mantenlo unos minutos. Le subo la sabana y preparo las dos ampollas.
Al ratito me entrega el termómetro observando que aun seguía con fiebre, por supuesto algo menos que en la tarde. Sacudo el termómetro y lo meto en su funda.
Bueno, colócate para inyectarte. Enseguida Antonio .Se gira en la cama y colocada boca abajo deslizo la sabana por debajo de su trasero y se baja las braguitas. Tomo el frasco del alcohol y humedezco el algodón, lo paso suavemente por la nalga izquierda y le inyecto la ampolla de 2 ml., para la fiebre.
Ahora como sabes la del antibiótico duele un poquito. No me quejo Antonio así que adelante. Tu hija también es una buena paciente. Ahora te toca el otro cachete, le doy con el algodón en la nalga derecha y lentamente administro el vial de 4 c.c. Paso el algodón de nuevo y me permito subirle la braguita. Puedes volverte. Gracias Antonio, veras como mañana te encuentras mucho mejor. Eso espero me dice.
Que descanses y hasta mañana Mari carmen.
_Hasta mañana Antonio, y nuevamente quedándote muy agradecida.
Por fin regreso de nuevo a casa de mi queridísima sobrina Maribel. Nena, ¿estas despierta? Si cariño, se me ha hecho interminable tu espera. Voy a ponerme cómodo le dije. No te olvides que debes inyectarme, por supuesto nenita. Primero entro al baño a refrescarme y asearme las manos. Preparo la inyección. Vamos cariño, le deslizo la sabana y se coloca boca abajo, llevaba puesta la parte superior del pijama, debajo tenia un tanguita rojo de los que compro aquella tarde. La tirita trasera la tenia metida en la rajita de su lindo culito. ¿Dónde te la pongo nena? En el lado derecho, por favor. Delicadamente aplico el algodón humedecido un poco en alcohol y desinfecto esa deliciosa nalguita, le doy una palmadita y le clavo la aguja, poco a poco voy inyectándole el contenido de la jeringa, paso de nuevo el algodón y le digo: listo cielo. Se da la vuelta y me dice: cariño desnúdate.
Enseguida mi amor, estoy deseando en acariciarte toda; se quita la blusa del pijama y me dedico a succionarle sus lindos senos de aureolas sonrosadas. Ella me acariciaba por encima del slip y me lo echa hacia abajo. Me lo quito del todo y colocándome entre sus muslos le saco el tanguita rojo.
Quiero comerte el coñito mi amor. Adelante nene, ¿a que esperas? Se abre de piernas y con los pies apoyados en la cama me bajo a su linda gruta y procedo a succionarle la vagina, introduciéndole un dedo; con cuidado mi amor, házmelo despacito. Acaricio el clítoris y mi pene se estaba poniendo en pie de guerra. Ya tenía el coñito bien lubricado.
Penétrame cariño, no aguanto más. Le alzo las piernas y las coloco sobre mis hombros, ella me coge el pene y se lo mete en su cuevecita, al mismo tiempo me mojo el dedo con su saliva y le acaricio por alrededor del ano, introduzco la puntita del dedo, ¡ay! mamacita que placer me das bribón. La follaba suavemente y le saco el dedo, ya habría tiempo de practicarle un beso negro.
Cariño no te corras dentro, descuida cielo. Estoy llegando al clímax, aguanta un poquito por favor, cuando te diga me echas el semen sobre mis pechos. Ya mi amor, me estoy viniendo. La saco de su dulce coñito y me corrí entre sus dulces senos.
Pasamos al baño y nos metimos en la bañera dándonos una ducha rápida con agua bien templadita. Nos secamos mutuamente y volvimos a meternos en la cama desnudos completamente. Pongo el despertador para las 7 de la mañana. Bien temprano me toca efectuar varias visitas.
Maribel se recuesta de espaldas junto a mí. Me sentía maravillosamente junto a ella; le rozaba con mi pene sobre su lindo culito; al mismo tiempo le acariciaba suavemente la barriguita y los dulces rizos del pubis. Vamos a dormirnos cariño, me dijo: por supuesto nena. Apaga la luz de la lamparita de noche.
Sobre las 5.00 horas a.m., mi querida sobrina se despertó, acurrucada junto a mí, enciendo la luz y le digo: ¿Qué te ocurre cariño? Me duele el vientre tesoro, me temo que me acaba de venir la regla cielo. Lo paso fatal.
Destapa las ropas de la cama y mirándose el coñito me dice: fíjate como estoy. Efectivamente, tenía la menstruación. Pasa al baño; yo me incorporo de la cama y me pongo el slip. Tenia deseos de orinar y le digo, ¿puedo pasar nena? Claro mi amor, estaba sentada en el bidet y lavándose sus partes intimas.