Atenciones muy particulares

Tratamiento de inyectables a la familia, en especial a mi sobrina Maribel. Aparte de amistades de la familia.

MARIBEL.

Continuando con la preparación del enema le dije a mi sobrina que se acostara en la cama en posición lateral. ¿Encontraste el bálsamo de bebés? Sí cariño, enseguida salgo. Me lavé concienzudamente las manos y le dije si tenía guantes desechables. Lo considero más higiénico, aunque la verdad lubricarle ese culito a pelo sería una delicia. En el cajón del armario tienes tío, pero por favor date prisa.

Cuando salgo del baño, estaba acostada como le dije, se había quitado el pantalón del pijama, mostrándome su exquisito cuerpo de cintura para abajo. Tomo el bálsamo de bebés y me pongo un poco en mi dedo deseoso de insertar la puntita. Lo aplico sobre su lindo agujerito y le doy un masaje circular. Voy a meter un poquito el dedo, relájate sobrinita. Nervioso y excitado a la vez procedo a entrar en esa linda cuevecita posterior. ¿Te hago daño? No, tito querido; aunque me sepa mal decirlo me das un placer indescriptible.

Ya estás lubricadita tesoro. Cuelgo el irrigador sobre un perchero y lo acerco a la cama. A su vez lubrico la cánula para metérsela delicadamente en ese culito y abro el paso del agua con la llavecita del irrigador. ¿Estás cómoda en esa postura? Por supuesto, eres todo un experto en tu profesión.

Gracias nena. Pacientemente iba entrándole el contenido del enema. Quedando los últimos centímetros cúbicos, me dice por favor no me puedo aguantar. No te preocupes tesoro, enseguida cierro el paso del agua y te quito la cánula. Así lo hice y ayudándola a incorporarse de la cama entró al baño a evacuar el enema.

Yo necesitaba ir al baño por lo que viendo que tardaba un poquito le digo: ¿nena te sientes bien? Sí tío, enseguida salgo. A los pocos minutos sale toda sonriente. Llevaba puesta la blusa del pijama y se había cubierto la parte de abajo con unas lindas braguitas de color blanco.

Yo me encontraba sentado en la cama; se sienta junto a mí y me dice: gracias tío, dándome un cariñoso beso. Acuéstate nena y descansa. Yo debo marcharme. Vale cariño, hasta mañana. ¿Por favor? ven sobre las diez de la mañana, la cita con la doctora la tengo a las 12. No te olvides que tienes que aplicarme el otro enema

Me marcho a mi domicilio y me meto en la cama soñando con las braguitas negras dentro de ese magnífico culo de Raquel.

Sobre las 8.30 de la mañana me levanto y una vez aseado me voy directamente al consultorio. Miro en el contestador telefónico si había algún aviso urgente. Mira por donde tengo uno de Raquel, necesitaba urgentemente que la visitara. Tenía un problema, se me echó a llorar por el teléfono. Le dije que iba directamente a casa de mi sobrina Maribel.

De acuerdo Antonio, mi marido ahora se encuentra durmiendo ya que regresó del trabajo sobre las 7. Dile a Maribel cuando la veas que si me puedo pasar por su casa y hablamos del tema. Por supuesto Raquel, tranquilízate. Llego a casa de Maribel, como tenía llave del departamento paso directamente.

Nena soy yo, tu tío. Pasa cielo me encuentro en el dormitorio. Ya he llevado a las nenas con la abuela, . En el dormitorio me la encuentro acostada. Como ves me he metido en la cama un poquito. Nos dimos un beso. Le comento lo del problema de Raquel y que la noté muy preocupada. Me dijo que si podía pasarse a verte que la llamaras al móvil. Por supuesto que la llamaré tío. Está falta de cariño y me temo que su marido no la trata como tiene que ser. Hizo uso del móvil y a los cinco minutos llamaba a la puerta. Salgo a abrir y le digo: Pasa Raquel. Maribel está en el dormitorio.

_Bueno explícanos tu problema le dice mi sobrina. Verás me encuentro muy depresiva. Será por los dolores de la maldita regla y he pasado muy mala noche. Luego para acabar de arreglar la cosa mi marido ha llegado esta mañana de trabajar con ganas de juerga, es decir que quería marcha. Le he comentado mi problema y se ha puesto hecho unos zorros.

Tranquilízate Raquel le dijo Maribel. Si necesitas que Antonio te ponga otra inyección no tienes más que decírselo.

Sois muy buenos conmigo, y no quiero causaros molestia alguna. Yo intervengo y le digo: déjate de tonterías Raquel. Ahora te pondré la inyección.

_Maribel, quédate descansando un ratito, si te parece bien Raquel puede pasar al dormitorio de las nenas y allí la inyecto. Claro tío, que pregunta. Vamos Raquel, arriba ese ánimo, ve con Antonio al otro dormitorio. Fui al salón a por mi maletín, y en el dormitorio contiguo me dispongo a preparar el inyectable. Te voy a poner una ampolla de buscapina, es mucho mejor.

_Raquel iba vestida con una bata de estar por casa, y debajo llevaba el pijama. Descúbrete por favor. Se quita la bata y se coloca en la cama de costado, se baja el pantalón junto con la braguita. Cuando quieras Antonio. Procedo a darle con el spray del alcohol sobre su nalga derecha y le doy con el algodón. Notándola relajada le introdujo la aguja. Poco a poco le administro el contenido muy lentamente, Listo Raquel. Le paso el algodón en el punto de la inyección. Puedes cubrirte. Ahora descansa que lo necesitas. Echa hacia arriba la braguita junto con el pantalón del pijama.

_Gracias Antonio, eres un solete. La dejo acostada y la cubro con una colcha.

_Paso al dormitorio de Maribel. Nena se ha quedado dormida. Falta le hace y desde luego tío, tú te portas demasiado bien. Gracias nenita, mi sobrina preferida. Ahora ponme el enema que tengo que visitar a la doctora. Las inyecciones me las pones a la noche. Además hoy las nenas se quedan con la abuela y quiero recompensarte con una buena cena, ya que hace un poquito de tiempo que no nos hemos visto. Como gustes cariño.

Paso al baño a lavarme las manos y traigo el enema preparado junto con un gel lubricante que saco de mi maletín. Cuando salí del baño ya se había descubierto de cintura para abajo deleitándome en contemplar ese maravilloso cuerpo.

En posición lateral izquierda, le dije que la pierna derecha la flexionara un poquito hacia delante. Me puse los guantes de un solo uso y procedo a lubricarle bien el culito. ¿Te lo hago bien? Por supuesto queridísimo tío. Lubrico la cánula del irrigador y la inserto delicadamente. Sujétate tú misma la cánula y yo pongo el irrigador en alto. Así será mejor.

Poco a poco le iba entrando el contenido del enema. Eres muy buena paciente Maribel.

¿Falta mucho? Enseguida acabamos. Le cierro la llave de paso del agua y procedo a sacarle la cánula lentamente.

Se incorpora de la cama y pasa rápidamente al baño. A los pocos minutos me dice: puedes pasar si lo deseas ya terminé. Entro a lavar el irrigador y se había cubierto su lindo trasero con unas mini braguitas. Voy a darme una ducha rápida. Ve a echarle una miradita a Raquel, me sabe mal si está dormida pero creo conveniente que se marche a su casa no sea que su marido despierte y monte el escándalo.

Llevas toda la razón Maribel, enseguida la llamo. Entro al dormitorio de las nenas y me sintió entrar. ¿Cómo te encuentras Raquel? Bastante mejor, gracias. El calmante me ha hecho efecto. Maribel se está arreglando, pues tiene cita con la doctora. Yo la acercaré en un momento. Por supuesto Antonio. De nuevo gracias por atenderme. Me voy a levantar y marcharme para casa. Si necesitas algo no tienes nada más que llamarme al móvil o al teléfono del consultorio. Dime lo que tengo que abonarte, no te preocupes por ello Raquel. Se incorporó de la cama y fue al cuarto de baño a refrescarse la cara. Despídeme de Maribel. Así lo haré no te preocupes.

_Hasta luego Antonio., y gracias de nuevo. La acompañé hasta la puerta. Al rato salió Maribel toda arreglada y muy elegante como siempre acostumbra. Ya le digo lo de Raquel que se había marchado a su casa. Mejor así tío, salimos del piso y me presté a acompañarla. Luego me marcharía a abrir el consultorio.

Cuando la dejé en la puerta de la consulta nos despedimos no sin antes decirle que cuando acabara me llamara y con sumo gusto iría a recogerla. Gracias tío, ella los trabajos de diseño los realiza en su casa. Pues tiene una profesión muy bonita y le encanta.

Me fui al consultorio, estuve trabajando un poco en ordenar las fichas de los pacientes y atendí a varias visitas, como tomas de tensión, inyectables, etc. Ya se aproximaba la hora de comer y me llamó Maribel. Pasé a recogerla y con sumo gusto la dejé en casa de mi hermana. No sin antes recordarme que me esperaba en la noche para cenar con ella. De paso, me enseñaría sus nuevos diseños. Le comenté en alguna ocasión que me daría mucho gusto ver sus trabajos realizados.

De camino a casa, me llaman al móvil, resultando ser Raquel, su vecina e inseparable amiga. Al parecer tuvo que ir a visitarla de urgencia el doctor. Debido a un enfriamiento por los cambios bruscos de temperatura. Estando próximo a su domicilio le dije que en cinco minutos estaría allí. Esta muchachota estaba resultando algo pesadita, pero al mismo tiempo deseaba fervientemente verla de nuevo.

En el domicilio de Raquel me abre la puerta su querida mamá a la que tuve el gusto de conocerla. Una señora muy agradable, sobre unos 50 años, bien llevados. De tez morena y un cuerpo de pan y moja.

Al estar su hijita en cama, fue a atenderla y de paso en atender las faenas de hogar, comida, ropa, etc.

Su madre nos dejó a solas a petición de ella, Quería comentarme un problemita. ¿Dime que te ocurre Raquel? La regla por fin me vino esta mañana, luego después de dejarte. Asimismo, hube de llamar al médico de urgencia pues me encontraba con malestar general y escalofríos. Me han recetado 6 ampollas balsámicas de 5 ml., también fui al baño a hacer de vientre y no hubo manera. Lo comenté con el doctor, de mi posible estreñimiento por lo que me aconseja de aplicarme dos enemas. Uno ahora y otro a la noche antes de dormir.

De nuevo te estoy dando la lata con mis males. No debes preocuparte Raquel. Con mucho gusto te atiendo enseguida. Si te parece te administro primero el enema.

Sobre la mesilla de noche estaban los medicamentos prescritos.

Tomo el enema preparado y la digo se recueste en la cama en posición decúbito lateral. Se desvistió de cintura para abajo quedando sólo con la blusa del pijama. Yo paso al baño a lavarme las manos. Seguidamente abro mi maletín y me coloco unos guantes de un solo uso. Al mismo tiempo tomo un frasquito de vaselina y le digo que flexione la pierna derecha hacia delante contemplando una buena panorámica. Al mismo tiempo observo que tenía insertado el tampax; así lo delata el hilito que sobresalía apenas de su conchita.

Ahora voy a lubricarte el recto; relájate. Por supuesto Antonio. Haz lo que creas necesario. Separo sus lindas nalgas y procedo a aplicarle la vaselina en el cálido agujerito. Tomo el enema preparado y rompo el tapón del envase. Lubrico la cánula adosada al mismo y cuidadosamente la introduzco en el culete. ¿Notas alguna molestia? Todo lo contrario, me lo haces divinamente. Presiono con mis dedos el envase y le voy aplicando el enema con toda suavidad. Era de 125 c.c. por lo que rápidamente le entró todo en su recto. Con la mano apoyada en el vientre pasó al baño.

Al ratito sale del mismo cubierta con un diminuto slip en color blanco. Se mete entre las sábanas y me dice gracias Antonio. Ahora ve preparando el inyectable por favor.

Preparando la inyección entró su madre a la alcoba. Le tocó la frente y le dijo, creo que tienes fiebre nena. Será mejor ponerte el termómetro. Caso necesario deberá ponerte Antonio una ampolla de 2 ml., perdona mamá me encuentro algo aturdida y se me pasó decirle a Antonio. Le puso el termómetro sobre la axila y le dijo mantenlo durante unos minutos. Efectivamente tenía fiebre. Ya tenia yo preparada la inyección balsámica por lo que le rogué se colocara boca abajo en la cama. Luego le pincharía en la otra nalga la ampolla de 2 ml.

Se puso como le indiqué. Se bajó algo ruborizada el slip, por notar la presencia de su madre. Me dispongo a aplicarle el spray con el alcohol sobre su nalga izquierda. Paso el algodón y le digo no te muevas por favor. Ponte relajada. Este antibiótico hay que aplicarlo muy despacio. Clavo la aguja y poco a poco administro el contenido de la jeringa. ¿Duele? Ya lo creo. Termino de inyectarla y le pongo el algodón sobre el punto de la inyección. Seguidamente me pongo a preparar la otra ampolla. Su madre pasó al baño. Esta te la pongo en la nalga derecha. Por supuesto Antonio. Aplico el spray y con el algodón me entretengo en masajearle el culito. Administro el inyectable y le digo puedes volverte. Se sube el slip y me dice. Ya me dirás lo que te tengo que abonar. No te preocupes, cuando termines el tratamiento me abonas. Tengo todo anotado en tu ficha médica.

Me dijo que era muy delicado poniendo inyecciones, lo cual se lo agradecí. Recordándome que debería pasar a la noche, le tocaba la segunda inyección. Aquí estaré no debes preocuparte. Ahora descansa y a guardar cama dos o tres días. Su madre había salido del baño y se dispuso a recoger las jeringas desechables y acompañarme a la puerta.

Saliendo de casa de Raquel, suena mi móvil. Era mi hermana que pasara urgentemente por su domicilio. Como es natural, a los cinco minutos estaba en su casa. Estaba Maribel con las nenas. Mi hermana asimismo había ido al doctor a por unas recetas por sus dolores óseos. Algo más joven que yo, tiene 52 años. Tenía prescrito unas inyecciones. En concreto 5 ampollas de 1 ml.

Su nuera la había llamado porque se encontraba enferma en cama aquejada de una fuerte afección gripal. Le habían recetado una tanda de inyectables. De pequeña le pusieron como apodo Lele. Es una chica esbelta, más o menos de la estatura de mi sobrina. De unos 25 años, pelirroja y de un cuerpo de ensueño.

Llego con Maribel, mi querida sobrina a casa de Lele. Al sentir Lele el ruido de la puerta dijo: Maribel, ¿eres tú? Sí cielo ya estamos aquí. Pasamos al dormitorio y tuve el gusto de saludar a mi sobrina política. Le habían recetado una tanda de inyectables.

6 ampollas de 5 ml., intramuscular profunda. Omito el nombre del fármaco.

6 ampollas de 2 ml., intramuscular profunda. Tratamiento febril.

Me dijo que tenía bastante fiebre, por lo que debería inyectarle:

1 ampolla de 2 ml., y 2 ampollas del otro antibiótico. Una cada 12 horas.

Primeramente me dispongo a preparar la jeringa de 2 ml. – Descúbrete por favor. Por supuesto Antonio, Maribel echa el cobertor de la cama y ella tímidamente se baja la braguita. Le doy con el spray del alcohol en la nalga izquierda, paso delicadamente el algodón e introduzco la aguja. No te muevas por favor. Delicadamente inyecto el contenido y le doy con el algodón en el punto de la inyección. ¿Te ha dolido? No Antonio, un poquito al entrar el líquido. La cubro un momentito con el cobertor de la cama y preparo la inyección del antibiótico. Esta te va a doler un poquito, pues son algo fuertes. No te preocupes Antonio. Una vez lista la inyección se descubre de nuevo y me dispongo a pinchar la nalga derecha. Después de darle con el algodón, inyecto suavemente y poco a poco administro el vial.

Se suite la braguita y me dice: gracias Antonio no cabe duda que eres un buen profesional en tu labor. Hay cada uno o una por ahí que parece que aplican banderillas en vez de inyecciones. Se da la vuelta en la cama y me dice, no te olvides que debes pincharme a la noche. Maribel se queda con ella y me da las llaves de su coche. Dándoles un cariñoso beso a las dos regreso al domicilio de mi hermana. Sobre las 8.30 aproximadamente iría de nuevo a inyectarla.

Llego a casa de mi querida hermana sobre las 3 de la tarde. Me aseo un poco y le digo a mi hermana que Maribel se queda con ella pues su hijo estaba en el trabajo. Siéntate a la mesa que enseguida te traigo la comida. Gracias hermanita. Ella ya había comido más temprano con Maribel y las nenas. La pequeñita estaba durmiendo la siesta y la mayor la recogería de la guardería sobre las 5 de la tarde. Después de comer me eché un ratito a descansar. Mi hermana se encargaría de llamarme y de paso tendría que ponerle a ella su inyección.