Atada a la cama
Follar atada con una magnifica tortura sensitiva
Tengo varias fantasías, pero la que quiero cumplir nada más vuelva mi novio de viaje es pasar la noche follando mientras estoy atada a la cama. Me pone muchísimo la idea, y nada más de imaginarlo se me moja el tanga.
Me encantaría y volvería loca que nada más llegar, me cogiera y me lanzara a la cama, claro que antes entraríamos por la puerta enganchados, besándonos como si hiciera un siglo que no nos vemos, y nuestros cuerpo no pudieran despegarse el uno del otro. Besándonos como locos, con ansias, tocándonos por todas partes, de camino a la habitación irían desapareciendo caso por completo mi ropa, adiós falda de tubo ajustada al culo, adiós camisa, adiós polo de él…al llegar a la habitación yo solo llevaría puesto un pequeño tanga a juego con mi sujetador. Y con un suave empujoncito caería en la cama mientras él me observa a los pies de ésta, con una sonrisa pícara en esa cara que me encanta. Se acerca y saca de unos de los cajones de la mesilla un pañuelo, que lo usa para atarme al cabezal de la cama, me ata las manos juntas y en ese momento me arrastra un poco hacia abajo, de forma que quedo con los brazos cómodamente estirados por encima de mi cabeza. En ese momento se abalanza sobre mí y empieza a recorrerme el cuerpo con suaves caricias que me van poniendo la piel de gallina, y hace que mi deseo de él, de tenerlo dentro vaya creciendo más y más. De repente para y yo gimoteo por la frustración por la pérdida de contacto físico y veo cómo sale de la habitación, de repente oigo música, ha puesto música de fondo cuando lo veo regresar a la habitación y sacar algo de su bolsillo trasero, es otro pañuelo, éste me lo pone en los ojos, mientras me susurra al oído: “ así lo sentirás todo mucho más, lo que voy a acerté será más intenso y placentero”… dios tan solo eso basta para elevar mi temperatura al menos 10 grados más. Tarda un siglo, al menos es la sensación que me da, cuando posa sus manos sobre mía, calientes y suaves, y ligeramente resbaladizas por lo que creo que se ha puesto aceite, y empieza a darme un ligero masaje por todo mi cuerpo, empezando por el cuello, bajando por mis pechos, siguiendo por mi vientre, sigue más abajo desviando sus caricias por mis muslos y dejando mi sexo sin esas exquisititas caricias, recorre ese mismo trayecto hacia arriba y vuelvo a sentir como se levanta de la cama y se aleja.
La música la escucho más fuerte cuando vuelvo a sentir su peso subir a la cama, solo escucho al música y mi respiración, y noto cómo empieza a besarme y darme pequeños mordisquitos por mi sensible cuerpo, dios como me está poniendo, el roce de sus labios, el notar esa barba incipiente, ,e encanta esa sensación, va dándome besos y mordisquitos conforme va bajando, deleitándose en mis pechos, que ya duelen de los duros que tengo los pezones, noto como baja las copas del sujetador quedando mis pezones al aire y de repente se introduce uno en la boca, y me atormenta, se deleita con mi pecho en su boca caliente, después de un rato se pasa al otro pocho y empieza a pasarme su lengua alrededor de mi pezón hasta que se mete el pecho en la boca y lo devora como si no hubiese un mañana, estoy tan a 100 que creo que sería capaz de correrme así, pero por desgracia para demasiado pronto para mi gusto. Sigue bajando así por mi vientre, acercándose a mi sexo, pero al igual que antes da un rodeo para besarme el interior de mis muslo, yo solo quiero que pose esa boca en otra parte de mí, me muevo lo que puedo para hacerle ver que quiero y necesito que me bese en otro sitio, ardo por ello. Al cabo de un rato, una eternidad para mí, noto su boca acercándose a mi sexo, me besa y mordisquea por encima del tanga, cómo me gusta, me baja despacio el tanga y vuelve a besarme ahí, despacio muy despacio, hasta llegar a mi clítoris y empieza a atormentarlo con esa boca, con esa lengua que me encanta. Me mete un dedo al tiempo que sigue succionando mi sexo, después otro más…creo que voy a explotar cuando se detiene, se levanta y me da la vuelta, quedando ahora bajo.
Vuelvo a notar como se posan sus manos sobre mí, resbaladizas y calientes y comienza a darme un ligero masaje desde mi nuca, pasando por la espalda, mi culo, donde se recrea un buen rato y baja hasta mis pies, para iniciar el camino de regreso y comenzar la retahíla de besos por mi cuello, se me eriza la piel de la sensación que me trasmite. Desciende de mi nuca por la espalda y al llegar a mis nalgas esos besos se hacen más intensos, alternando con pequeños y agradables mordisquitos, noto como se posa sobre mí, y noto lo duro que tiene su polla, no sé en qué momento se ha quitado la ropa porque noto su carne dura y caliente sobre mis nalgas, me eleva las caderas y abre un poco más las piernas y de repente me enviste con su polla, la siento muy dura, y grande, y gorda dentro de mía, la había echado tanto de menos estos días, empieza suave, con envestidas profundas, pero cada vez se aceleran más, y me ensarta con más fuerza, va creciendo el nudo de mi estómago, solo soy capaz de sentir una oleada de sensaciones que me van a llevar a la locura, grito pidiendo más, quiero más, mucho más…y para de forma brusca, yo gimoteo por la pérdida de contacto, me da la vuelta otra vez y por unos minutos no sé dónde está porque no noto su cuerpo cerca del mío. Tengo mucho calor y estoy empapada, vuelvo a notar su cuerpo, cómo se acerca al mío y comienza a besarme con desesperación, yo respondo con igual desesperación a esos besos, y de pronto noto cómo me penetra otra vez con su polla, que si es posible la noto más grande y gorda que antes, lo que empieza siendo arremetidas suaves y profundas van tornándose más rápidas y fuertes, al mismo tiempo que me besa la boca, me besa y mordisquea el cuello, noto su desesperación y la mía por alcanzar el clímax, necesito eso o explotaré, sus embestidas son cada vez más salvajes, más y más hasta que grito del placer y veo estrellas aun con los ojos cerrados, mi cuerpo convulsiona hasta agotar el orgasmo, unas cuantas embestidas más y noto entre mis piernas un líquido caliente, signo de que él se acaba de correr y se desploma sobre mí un rato, hasta reparar el aliento.
Ha sido un orgasmo muy intenso, y no será el último de la noche…