Asuntos Familiares IV (Cristina 2)

Continua

CRISTINA 2

Le tocó el turno a Bea. Cris se arrodillo y empezó a lavarla igual que lo había hecho ella. Las tetas hasta que se endurecieron los pezones, el culo por dentro y por fuera y el coñito, centrándose en el botoncito. Bea se puso como una moto, mirándome como pidiendo perdón. Le hice un gesto de asentimiento. Tuvo un orgasmo grandioso. Luego supe que nunca antes de llegar Cris, había tenido una relación lésbica. Desde luego no iba a ser la última.

Baje al salón y ellas bajaron a los veinte minutos. Con los tacones, las medias, la colita y Bea ya llevaba las orejitas y el collar.

-        Acércate Bea, le dije.

Se acercó meneando el culo, sin duda lo haría mientras se acostumbraba al nuevo Plug.

-        Toma, le dije, unas orejitas y un collar para la perrita.

Cris se sonrojo. Estaba aprendiendo deprisa.

-        Te gustan perrita?

Ella se puso a cuatro patas y contesto guau, asintiendo con la cabeza. Ven aquí le dije. Vino. Le acaricie la cabeza, la espalda y puse mi mano en la raja de su culo. Le agarre de la colita y tire poco a poco. Puso cara de dolor. Pegue un tirón más fuerte y salió del todo. Se le escapo un grito.

-        Esto para que veas quien manda aquí. Sin mucho cuidado se lo volví a introducir. Esta vez no grito pero puso cara de dolor.

-        Bien Cris, ponte ahí con Bea.

Se pusieron las dos enfrente de mí y esperaron mis instrucciones.

-        Vamos a hacer algunos cambios, Bea. Ya que soy el hombre de la familia, a partir de hoy ocuparé el dormitorio principal. Tú te mudaras con Cris al que he ocupado yo hasta ahora, que aunque no tanto, sigue siendo un dormitorio muy grande. Iremos metiendo más camas, pues la intención de que pronto lo compartáis.

Bea entendió lo que quise decir, y sonrió.

-        Lo que desée al amo… contestó.

-        Ve haciendo el cambio de ropa y todo lo demás. Esta noche ya la pasaremos cada uno en su cama.

Subió con Cris y se dedicaron el resto del día a hacer los cambios. Por la noche subí y me encontré con mi habitación perfectamente limpia aseada y decorada con mis cosas. Desde luego habían hecho un buen trabajo. Habían sacado las cosas de Bea de mi nuevo cuarto de baño y se las habían llevado al baño común. El del cuarto de invitados no estaban ya autorizadas para usarlo

Pase a ver la otra habitación y la había preparado con muy pocos muebles Habían dejado prácticamente las camas y al fondo de la habitación, unas sillas. Había espacio, al menos, para otras dos camas. El armario empotrado con ropa principalmente de Bea. Cris no tenía más que el vestido que trajo puesto, lavado y planchado junto con el resto de ropa de Bea.

-        Esta noche dormiréis las dos conmigo. Mañana ya estrenareis vuestra habitación. Gatita y Perrita ir para mi habitación y esperarme una a cada lado de la cama en la alfombra y con las patitas delanteras sobre la cama. Voy a ver las noticias y ahora subo.

Las dos salieron a cuatro patas meneando sus culitos al subir por la escalera. No me podía creer mi suerte al tener aquellas dos hembras a mi entera disposición.

Subí al cabo de media hora y allí estaban las dos en la posición ordenada y sin abrir la boca. Me acosté y les dije que subieran. Se pusieron de pie y subieron recogiéndose cada una a cada uno de mis costados.

-        Bea, le pregunte, habías tenido alguna relación lésbica?

Se puso colorada, pero me contestó enseguida.

-        La primera vez que he tocado a una mujer de esa manera ha sido a Cris. Antes ni se me hubiera ocurrido hacerlo.

-        Y te gusto? –

-        Bueno, no puedo decir que no me excitara. Nunca antes lo había pensado.

-        Y tu Cris?

-        Bueno yo si he tenido antes del otro día, aunque sólo una vez.

Contesto completamente sonrojada.

-        Cuando conocí al grupo de la coca hubo una chica que se fijó en mí y anduvo detrás unos días. Hasta que al final nos acostamos. Repetimos un par de veces y no fue malo. Disfruté, aunque realmente prefiero a un hombre.

-        Bea, tú has tenido relaciones con muchos hombres?

Se volvió a sonrojar.

-        Únicamente con tu padre. Bueno y contigo

Sonrió enrojecida. Cris sonrió también.

-        Y tu Cris?.

-        Yo he tenido relaciones con tres hombres. Con un novio que tuve hace cinco años, Antonio, que fue el que me desvirgó, con un muchacho de la facultad y con uno de los del grupo de la coca.

-        Hay que ver como se divirtieron contigo esos muchachos dije

Ella se avergonzó aún más. Buenos ya está bien de hablar, otro día me contareis todos los detalles

-        Hoy vais a tener la oportunidad que al menos a Bea, le faltaba. Vais a hacer un show lésbico para mí.

Las dos se pusieron coloradas y ambas dijeron…

-        Lo que quiera el amo.

-        Daos la vuelta y enseñarme el culete.

Las dos se pusieron a cuatro en la cama. Cogí las dos colitas y tire de ellas despacio pero firmemente. Ambas pusieron un gesto de dolor, que enseguida se pasó cuando salieron los plugs. Ahora quitaros los zapatos. Se los quitaron rápidamente.

-        Empieza tu Cris, que al parecer tienes más experiencia.

Cris pasó por encima de mí y se echó al lado de su hermana. Ambas estaban un poco asustadas pero muy calientes. Cris puso sus labios sobre la boca de Bea y ésta no tardó en abrirlos levemente. Cris le introdujo su lengua en la boca. Bea no tardó en responder con movimientos de su lengua. Llevaban cinco minutos besándose y la mano de Cris fue a buscar el pecho de Bea. Al instante note como se le endurecían los pezones. Al rato, ella también busco una teta de Cris, que en aquel momento ya tenía los pezones como una piedra.

Cris se salió de la boca de Bea y fue bajando la lengua despacito por su cuello primero entre los dos pechos después y fue bajando poco a poco hasta el ombligo. Me fije en que la vagina de Bea ya estaba chorreando y ya brillaba la parte interior de sus muslos. Cris siguió bajando su lengua pero cuando llegó a su coño, en lugar de comérselo, desvió la trayectoria y siguió pasando la lengua por el interior de sus muslos hasta las rodillas, luego hasta los tobillos y finalmente por la planta de sus pies hasta los dedos. Se metió el pulgar en la boca y empezó a chuparlo y a mover la lengua. Bea jadeaba. No creo que aguantara mucho. Estaba como una gata en celo. Cris pasó al otro pie y repitió la maniobra. Bea sudaba y hacía enormes esfuerzos por no correrse. Subió la lengua por la espinilla, luego por el interior del otro muslo y antes de  llegar a la altura de la rajita, se paró. Bea ya no pudo más. Le cogió la cabeza y puso la boca de Cris directamente en su vulva. Cris empezó a chupar el botoncito al tiempo que introducía un dedo en el orificio de Bea. No pudo más. Bea se corrió ruidosamente y tuvo un orgasmo prolongado mientras Cris no dejaba de jugar con su clítoris.

-        Ya está, ya está, no puedo más, dijo.

Cris me miro y le dije que siguiera. Bea se retorcía con temblores, pero yo había ordenado seguir y eso es lo que ella iba a hacer. Gritó otra vez que no podía más,  pero Cris seguía. Paso unos minutos con convulsiones y se fue calentando otra vez. Cinco minutos después se corría de nuevo con jadeos muy sonoros y evacuando un chorro de flujo enorme que fue a para directamente a la boca de Cris.

-        Trágatelo, ordene.

Me miró a los ojos y se lo tragó. Bea estaba extasiada. Se incorporó y me beso apasionadamente en la boca.

-        Gracias amo, Gracias, dijo.

A continuación beso a Cris en la boca y le dijo,

-        No creí que fueras capaz de darme tanto placer.

Yo estaba muy caliente y deseando probar a Cris así que la cogí y le bese introduciendo mi lengua en ella hasta el paladar.

-        Bea, caliéntala, ordene.

Bea, al instante se puso pasar la lengua por su espalda y su culo. Metió la lengua por el ano de Cris y esta daba muestra de una enorme calentura. Mientras tanto le agarraba los pechos y se los apretaba hasta que soltó un gritito de dolor, pero Bea no paro y siguió apretando los pezones. Yo me puse a sobarle el coño. Cris estaba que no podía más. No se la habían metido nunca por el culo. Pero como había llevado el plug durante unos días, lo tenía dilatado y no le dolió mucho. Aún así soltó un gritito cuando se la ensarté hasta el fondo.

Estaba a punto de correrse cuando Bea le dijo.

-        No tienes permiso para correrte

Al mismo tiempo le dio un fuerte azote. Esto le bajo un poco la calentura, pero al momento volvía a jadear. Le cogí la cara e introduje de nuevo mi lengua en su boca mientras le daba palmetazos en el culo. Ella no podía más. Soltó un largo gemido mientras llegaba al clímax y estuvo un buen rato gimiendo. Estaban las dos agotadas. Bea se había corrido dos veces y Cris entre lo que se había currado lo de Bea, lo del culo, las palmetadas, el orgasmo contenido y el clímax, tampoco podía más. Se acurruco una a cada uno de mis costados y dijeron, primero Bea y después Cris: Gracias amo.

Sin embargo, Cris se había corrido sin mi permiso. Así que la puse en mis rodillas y le di unos azotes, para que fuera aprendiendo a ser castigada. Al principio dio un grito, pero Bea le ordenó callar y fue encajando los azotes con cara de dolor pero sin hablar. Al decimo azote, cuando ya tenía el culo bien colorado, paré y le dije:

-        Ponte de pie. Que se dice?

-        Gracias amo,

Y vino hacia mí para darme un morreo en toda regla que se mezcló con sus lágrimas. Me supo de maravilla

Las semanas siguientes, Cris también se acostumbró a trabajar desde casa. Me divertía verlas, vestidas de cintura para abajo en la mesa de despacho, ambas con los zapatos de tacón, las medias y la colita. Les ordene que mantuvieran las piernas bien abiertas, para que yo pudiera verles el coño. Así que las abrieron tanto, que supuse que debían estar bastante incomodas, pero sonreían cada vez que veían que yo dirigía mi mirada a su entrepierna. Estaban autorizadas a vestir de cintura para arriba mientras trabajaban en casa. Bea salía al estudió con relativa frecuencia y Cris iba también de vez en cuando. Pero no perdían ni un minuto para volver en cuanto acababan. Entraban en casa y se ponían inmediatamente sus atuendos y venían a darme un largo y cálido morreo de bienvenida.

Yo había empezado la carrera de Derecho y estaba algún tiempo fuera de casa. Había puesto, cámaras por toda la casa y las podía ver desde mi Tablet. Me entretenía viendo a Bea usando a Cris de distintas maneras andando o a cuatro patas y muchas veces comiéndole el coño. Se ve que le había gustado, pues tuvo a Cris comiéndole el coño a diario después de la noche de los tres en mi dormitorio. Un día fue Bea la que se comió el coño de Cris y vi cómo se corría sin permiso. Hacía tiempo que no las castigaba. Hoy sería el día.

Cuando llegué a casa les pregunté que habían hecho durante el día. Fue Bea la que contestó.:

-        Hemos estado limpiando, haciendo la comida y luego he tenido una sesión de sexo con Cris.

-        Y que habéis hecho? Pregunté.

Bea aún se sonrojaba al hablar de estas cosas, pero contestó al momento.

-        Le he comido el coñito.

-        Y se ha corrido?

-        Si contesto Bea temiéndose lo peor.

-        Y la has autorizado?

-        Bueno…, no me di cuenta.

Dijo mirando al suelo y consciente de que había faltado a mi confianza.

-        Gatita, trae la fusta que hay encima de la chimenea.

Se fue a cuatro patas y me trajo la fusta ofreciéndomela con las dos manos.

-        Las dos habéis desobedecido, les dije, así que os voy a castigar. Subid al ático y quitaros todo. Esperadme allí.

Yo había puesto dos argollas de la viga de hierro del techo y tenía unas cadenas que podía tensar con unas manivelas. Allí estaban las dos firmes con carita de miedo y sin sus atuendos esperando a ver que se me ocurría. Les di unas muñequeras de cuero con argollas y les dije ponéroslas. Se las pusieron y las fijé a las cadenas. Las tense hasta que quedaron las dos de puntillas, tocando el suelo con la puntita de los dedos.

-        Creéis que os merecéis el castigo?

-        Si amo, me dijeron las dos casi a la vez.

Di la vuelta alrededor de ellas y le solté un fuerte fustazo a Bea en las nalgas. Gritó y lloro pero no me detuve y seguí dándole, en los muslos, después en los gemelos, en la espalda, en las tetas y volví al culo, donde le di cinco fustazos más hasta que vi un poco de sangre y paré. Lo mismo hice con Cris. Ésta lloró más, era algo más débil y además, aunque ya se había llevado algunos azotes, era el primer castigo con fusta que recibía. Cuando acabe, solté a Bea y le dije.

-        Suelta a tu perra. Ahora que se hace. V

Vino primero Bea a darme las gracias con lágrimas en los ojos y darme un beso en la boca. A continuación vino Cris he hizo lo mismo.

-        Bea, trae la cola de tamaño grande.

Me miro con temor pero no protestó, se fue corriendo y la trajo.

-        Coge la mediana, y límpiala con la lengua.

Puso cara de asco, pero la limpió hasta que quedo reluciente.

-        Ahora pónsela a Cris.

Cris dio un gritito cuando se la coloco. Había bastante diferencia con la que había llevado hasta ahora.

-        Ahora ven y ponte de espaldas a mí. Inclínate hasta colocar las manos en el suelo y abre las piernas.

Se quedó ofreciéndome su ano abierto. Le metí el plug grande y grito. En seguida se acomodó y sintió molestias, sobre todo al entrar, pero su culo ya aceptaba ese tamaño.

-        Bea, te has portado mal. De momento, pierdes tus privilegios. Cris ya no es tu esclava y deberás tener también autorización para correrte.

Bea lloró de arrepentimiento y me pidió perdón seis o siete veces, no por perder sus privilegios, sino por haberme fallado.

Así pasaron los días hasta que un día sonó el teléfono y Almudena nos dijo que venía a vernos el sábado.

Hacía bastante tiempo que yo controlaba el correo electrónico de todas las mujeres de la familia. El de Bea y Cris, porque tenía las claves del trabajo y los de Ali y Almu, porque se lo había creado yo y no habían cambiado las claves. De esa manera me enteré de algo muy interesante, que podría utilizar para conseguir a Almu. También sabía cosas muy interesantes sobre Ali, pero para ella ya habría tiempo más adelante.

A través del correo electrónico descubro de Almu que está muy apurada por algo que ha sucedido. No lo dice claramente, pero empiezo a sospechar de qué se trata.

Hace ya tiempo que fueron al apartamento de Cris a por ropa. Pues tenía que ir de vez en cuando al estudio y no lo podía hacer siempre con el mismo vestido, que por otro lado era bastante atrevido, más aun para ir sin bragas.

Cuando llegaron, las recibimos encantadores. Mis dos mascotas, preciosas con unos vestidos preciosos, medias y tacones. Por supuesto sin bragas ni sujetador.

Durante la comida, Ali comentó lo bien que se veían las dos. Con Bea ya estaban acostumbradas, pero elogiaron mucho el cambio que había dado Cris los últimos meses.

-        Pareces una mujer nueva, Cris, dijo Ali.

-        Es que me tratan muy bien aquí y ahora soy feliz. Se me tiene que notar en la cara.

Se ruborizo un poquito. Tenía mucha facilidad para enrojecerse. Sin embargo, la que estaba callada era Almu.

-        Te pasa algo Almu?, dijo mi madre.

-        No, no, estoy bien

Dijo ella mintiendo claramente. Al rato se levantó deprisa de la mesa y fue al baño. Entre en el baño y aun olía a vomito.

Más tarde, recibió una llamada al móvil y salió a la terraza a hablar. Yo me puse al otro lado de la puerta y escuche gran parte de la conversación. Hablaba con alguien en una mezcla entre español e inglés. Después supe que se trataba de un americano. Confirmo mis sospechas que está embarazada al oírla hablar y deduje que el otro no quería saber nada del bebé. Después me contaría Almu que le pidió que abortara y que el pagaría el coste y se volvería para EEUU.

Continuará…