Asuntos de Familia - 2: Perdidos entre las drogas
Relatos de una familia, sus aventuras y desventuras dictados desde los diferentes actores que participan. Mario y su hermana Silvia se pierden en las drogas, donde encuentran un terrible escarmiento a manos de delincuentes.
Mis padres siempre me apoyaron, al ser su primer hijo varón me permitieron vivir una vida completa y hasta cierto modo despreocupada; nuestro nivel de vida era bastante bueno, aunque sin rayar en la opulencia. Esto me permitió junto a mi hermana menor Silvia el poder salir a estudiar nuestras carreras en el extranjero, cosa que originalmente nos pareció la mejor opción, pero que al final de cuenta lo único que conseguimos fue perdernos en nuestras propias decisiones.
Mi nombre es Mario y lo que pretendo es mostrar la facilidad con la que en algún momento de la vida, nuestro futuro e incluso nuestra propia seguridad pueden verse inmersa en un sinnúmero de situaciones que a lo único donde nos llevan es al infierno.
Salí de mi país para estudiar economía, llevaba toda una maleta de sueños e ilusiones y la gana de conquistar el mundo. Todo empezó bastante bien, pero mi manera despreocupada de ver la vida me llevó a encontrar gente con las mismas características, pero con mucha más experiencia en el arte de vivir sin trabajar. Poco a poco me sumergí en un mar de fiestas y licor, que poco a poco fueron transformándose en un consumo despiadado de drogas y demás sustancias. Lo peor de todo es que a esas alturas mis estudios eran una completa ruina y para complicarlo todo, mi hermana siguiendo mis pasos había viajado a encontrarse conmigo para estudiar en la misma universidad, esto como requisito de mis padres para permitirle vivir en el extranjero.
Poco a poco y de fiesta en fiesta envolví a mi hermana para que fuera parte de mi vida, en lugar de tratar de enmendarla con su apoyo, lo que generó en que Silvia empezara el mismo camino que había yo recorrido durante más de un año.
Entre fiestas, alcohol, drogas y mucho sexo vivimos de las remesas que nos enviaban nuestros padres por lo menos un año más, nos engañábamos mutuamente en que cuando se inicie el nuevo semestre empezaríamos de nuevo y que esta ves si dejaríamos todo atrás, pero todo no era más que castillos de humo, que se desvanecían el mismo instante que consumíamos la siguiente dosis. Todo llevaba una vida más o menos estable, hasta que conocimos a Iván, pronto se hizo novio de mi hermana y nuestro único proveedor de drogas.
Ya te dije que Iván no dejó nada - me decía Silvia, constatando que su novio no había dejado ni un gramo de coca - Si quieres tendrás que ir a comprarla fuera, porque yo no voy a hablar de nuevo con ese puerco.
Ya no tengo dinero - decía con claras muestras de adular y convencer a mi hermana consiguiera unos gramos con su novio - Pero si hablas con Iván seguro que nos deja unos cuantos...
Terminamos Mario, ya te lo dije... No quiero volver a ver a ese malnacido por aquí...
Vamos Silvita, tan solo fue una equivocación... no lo tomes tan drástico...
¿Cómo que no lo tome así?... Lo encontré tirándose a una puta en mi propia cara y quieres que me quede tan tranquila...
Pero no ha tenido importancia... ya sabes que es muy popular y siempre las chicas se lanzan a sus brazos... No debes tomarlo por lo que no es...
Eres igual de cerdo que el imbécil de Iván, lo único que quieres son unos gramos para pasar el día...
Estas eras unas clásicas discusiones con mi hermana, tarde o temprano terminaba por ceder y buscar a Iván; claro está era todo por el cochino interés de tener más coca para pasar el día...
Nuestras vidas iban cayendo poco a poco en el vicio de la droga y únicamente giraban en las opciones que teníamos para conseguir más... Un día tras casi dos años de esa vida de jonkies fui a ver a Iván a su guarida y me encontré con que estaba con un tal Vladimir, que era una especie de jefe de la zona un tipo mal encarado, pero forrado en coca y dinero.
Tras conocerlo y hablar con él un par de veces más, me propuso que para poder pagar mi vicio, lo mejor era que me dedique a vender pequeñas cantidades, que eso me podría llevar a tener mejor flujo de efectivo y que no pasaría penurias. No lo pensé y acepté, al principio el negocio daba para más de lo que podía consumir solo, pero también estaba mi hermana y por tanto incrementé mis ventas, y también mi consumo, por lo que estaba nuevamente en números rojos... Era un viaje directo a la perdición y realmente no tenía ya más salida.
Llegado un momento estuve consumiendo mi propia mercancía y ya no vendía nada, por lo que comencé a generar una deuda importante con Vladimir y era una de las cosas que me arrepentiría de por vida. Una tarde vino con Iván a mi apartamento y me amenazó con cortarme los huevos si no pagaba, por lo que me asusté mucho, por lo que me tocó llamar a mi madre para que nos mande un fuerte depósito, no me dijo nada puesto que alegue haber chocado un coche y por tanto que debía pagarlo, pero la sombra de la duda ya quedó en la mente de mis padres.
Logre pagar mi deuda, pero mi consumo no bajó un ápice, por lo que nuevamente empecé a estar en números rojos, al mismo tiempo ya Iván y Silvia estaban distanciados completamente, aunque de vez en cuando ella aún pagaba la droga con sexo. Todo lo bajo que podíamos caer lo habíamos hecho en tiempo record, por lo que ya solo podíamos mejorar o morir...
La noche que todo estalló me encontraba en la casa de Iván; Vladimir y otro tipo raro que no conocía estaban pesando la droga que me encargaban para vender, cuando llegó Silvia en un estado algo calamitoso, no había conseguido una dosis y se encontraba algo ansiosa. Yo le ofrecí algo, pero inmediatamente se abalanzó Vladimir como un halcón a su presa y me contentó con varios gramos de "cortesía", que inmediatamente inhalé.
Ven preciosa - decía Vladimir a mi ansiosa hermana, al tiempo que pasaba su mano por su firme culo- te voy a dar todo lo que necesitas, conmigo no necesitarás nada más...
Oye no te abuses - dijo quedadamente Iván, al ver como su ex novia era ya sobada claramente por Vladimir- ella es mi... clienta.
Cállate idiota... -dijo Vladimir - metete en tus asuntos...
Iván y creo que todos nosotros, teníamos miedo a ese tipo, que a más de rufián tenía una fama de haberse despachado a algunos tipos. Tras unos minutos, la droga que había inhalado empezó a hacer efecto y mis sentidos comenzaron a entrar en ese sopor propio de estar drogado, pero la sustancia que había ingerido no era habitual, tenía algo más que incrementaba su efecto, al principio fue genial, pero poco a poco comencé caer en una pérdida de movimiento y conciencia que me dejó en un estado casi vegetal.
Mientras sufría todos estos efectos sentado en un desvencijado sillón en la esquina de la sala, Vladimir había estado drogando y sobando a mi hermana en el viejo sillón de tres puestos que estaba justo frente a mí, mientras que Iván y el otro tipo seguían en su trabajo del pesaje de la sustancia que vendían.
Entre nubes podía ver como mi hermana reía y seguía el juego de Vladimir, que ahora ya la besaba y babeaba asquerosamente; en ese momento ya Silvia se encontraba cediendo a todas las intenciones de Vladimir, que claramente buscaba follarse a mi hermana y encima más en frente mío. El efecto de las drogas ya me obnubilaba, por lo que por unos minutos cerré mis ojos y me dejé ir.
Cuando me desperté, Vladimir estaba subido en el sillón, con toda su polla clavada en la concha de Silvia, que desnuda y a cuatro patas recibía completamente gustosa la tremenda follada que le estaban pegando. A más de ver a mi hermana en tan comprometedora escena, lo que me pareció increíble era ver a su ex novio Iván con la polla clavada directamente en la boca de mi hermana que golosamente estaba disfrutando de todo lo que le hacían. De más estaba decir la cara de satisfacción que los dos crápulas tenían al estar follándose a una chica tan bella como mi querida Silvia.
Tras unos minutos más, veía como Iván descargaba toda su leche directamente en la boca de Silvia, quien sin perder una gota tomaba la corrida del traficante. Mientras tanto Vladimir bombeaba su concha con vehemencia, agarrando con una mano su cadera y con la otra sujeto la coleta de Silvia, forzándola a alzar su rostro tal como si de una potra se tratase; esa era la imagen que me quedaría en la mente, la estaban montando como una yegua a la que debían domar.
Iván tras correrse directamente en la boca de mi hermana, se retiró a un sillón de lado a observar la escena, su polla ya flácida colgaba entre sus piernas; pero en su cara no solo había satisfacción, era una muestra de enojo y excitación; supongo aún sentía algo por mi hermana, pero no podía hacer nada al respecto, debía ver como Vladimir se la follaba en sus propios ojos.
Mientras tanto empezaba a recuperar algo de mi conciencia y mi movilidad, pero los efectos de la porquería que me dio Vladimir aún persistía en mi organismo. De repente la escena cambió para mal, Vladimir se detuvo en seco, tras sentir como mi hermana comenzaba a sentir un tremendo orgasmo, que la hacían sacudirse y gemir fuertemente; el desgraciado se levantó del sillón con la polla aún erguida y fue a tomar un poco de coca que estaba en la mesa, dejando a mi hermana recuperarse por un minuto; sabía que no había terminado, pero no supuse que era lo que pretendía ahora.
Bien hecho preciosa - le decía a mi hermana al tiempo que la acomodaba boca abajo en el sillón y le daba un cachete en su firme culo - eres toda una putita que se corre siempre que tiene dos pollas... verdad.
Iván, trae un almohadón del cuarto.
Ven aquí lindura, levanta ese rico culo que tienes - le decía a mi hermana mientras que metía el almohadón a la altura de su cadera, forzándola a levantar su culo - déjame ver bien este rico culo que me voy a comer...
Nooo, nooo, por ahí no -dijo mi hermana tratando de lanzar su cuerpo al costado, siendo esto impedido por Vladimir- No por favor... no.
Porque te quejas tanto pendeja - decía Vladimir empujando su cuerpo con la pierna y soltando una buena nalgada a mí hermana - No me dirás que es virgen...
Pues si es virgen... jajaja - se contestaba él mismo, al ver que mi hermana no decía absolutamente nada - Hoy es noche de estreno... jajaja.
Déjala -atine a decir, intentando levantarme de mi sillón, pero claramente afectado aún - ya la follaste, ya déjala en paz.
Un golpe seco cayó en mi mentón, al mismo tiempo que veía como Vladimir se reía de mí; me había olvidado del otro cretino que estaba con ellos y fue el quien con la cacha de un revolver me golpeó la cabeza devolviéndome al sillón donde estaba.
Quietito imbécil - decía el desgraciado que me golpeó - ahora vamos a ver como le rompen el culo a tu hermanita...
Mientras sentía como pese al golpe mis sentidos se recuperaban de a poco, veía como con lágrimas en los ojos mi hermana permanecía en el sillón boca abajo y permitiendo que Vladimir deposite gran cantidad de su saliva en su ano, preparando el terreno para poder sodomizarla.
Al ver como aquel cerdo se montaba sobre mi hermana y apuntaba su herramienta directamente a su culo, intenté nuevamente levantarme para tratar de evitarlo, pero recibí un nuevo golpe en el estómago que me dejó casi sin aire y tumbado en medio del salón.
Cachín... -gritó Vladimir al tipo que me había golpeado - porque no le das por el culo a este idiota, a ver si aprende a no meterse en lo que no le importa y así de paso dejamos a estos hermanitos bien folladitos... jajaja
Pues no estaría mal - decía el tal Cachín, - agarrándome del cabello y llevándome hacia la sucia mesa de centro que estaba ahí. Cuando quise incorporarme, una mano sujetó mi brazo y me coloco unas esposas metálicas similares a los de la policía, luego cruzando mi brazo por la espalda, me esposó la otra mano dejándome con ambos brazos sujetos y sin poder defenderme.
Ya déjenlos, no le hagas eso Cachin - escuché decir tibiamente a Iván.
Mejor te callas o te largas de aquí - le ordenó Vladimir, haciendo que Iván sin protestar vaya al cuarto y cierre la puerta sin mirar atrás- y tú perra, mira como van a cogerse a la putita de tu hermano... o mejor diría hermana... jajajaja
El desgraciado Cachin, había comenzado a desabrochar mi pantalón pese a mi resistencia por la cual me hice merecedor a un puntapié en mis costillas. Pese a eso seguí protestando, pero no podía hacer mucho esposado y bajo el efecto de la droga.
Con una rodilla en mi espalda y tras un par de golpes en la cabeza, Cachin había logrado bajar mis pantalones hasta abajo de mis rodillas, y casi como medida adicional había colocado mi cinturón en mi cuello y había atado el otro extremo a la pada de la mesa de centro, de manera que quedé de rodillas con el culo en pompa y maniatado de manos y piernas, lo que me entorpecía completamente mis movimientos.
En el transcurso de esos momentos, no había vuelto a ver a mi hermana; por lo que cuando sentí como Cachin se colocaba a mi espalda, regresé a ver a Silvia quien de igual forma se encontraba boca abajo en el sillón, mientras que Vladimir la sujetaba con una mano en la espalda y la otra directamente en su concha; ambos me miraban directamente, él con ojos de lujuria y a ella pese a su estado de drogadicción pude ver una mezcla de excitación y temor.
Estas listo Cachin? - le dijo el maldito de Vladimir a su compinche - vamos a reventar el culo de estas putitas... para que aprendan quien es su macho de ahora en adelante.
Escupe... - me susurró Cachin, extendiendo su mano frente a mi rostro - O de lo contrario quien sufrirá más eres tú...
Pese a mi indignación y rabia, escupí... la poca saliva que tenía en mi boca estaba ahora en los dedos del miserable de Cachin, quien hundió sus dedos directamente en mi culo que casi por inercia se estrechó al sentir al invasor. Repetí nuevamente la acción y por supuesto la humillación que sentía me sobrepasaba completamente. Cuando sentí que Cachin empinaba su polla directamente a mi culo, pude oír un grito ahogado en una almohada, cuando regresé a ver, mi hermana ahora estaba siendo montada nuevamente por Vladimir; pero obviamente ahora el destino de las embestidas era su hasta ahora virgen trasero.
No pude sostener mi mirada por mucho tiempo, ya que de igual forma Cachin había comenzado a penetrarme... Un fuerte dolor me inundó el momento que el infeliz que me sodomizaba había metido parte de su polla en mi culo... cerré mis labios y apreté mis dientes para no gritar, no les daría la satisfacción, pero realmente el dolor era casi insoportable.
Tranquila nenita... - me susurró nuevamente Cachin - ya pasará... y verás como gozas igual que la zorra de tu hermana...
Quise levantar mi mirada pero no me atreví... no pude contener mis lágrimas que se derramaron sobre mi rostro... Lentamente sentí como la polla entraba en mi cuerpo centímetro a centímetro, al mismo tiempo ya podía escuchar los gemidos que comenzaba a dar mi hermana, no podía creer que mi hermana estaba ahora disfrutando ante esta violación, pero ya no lo podía negar...
Tras unos minutos que me parecieron eternos, sentí como el dolor iba pasando poco a poco, mi culo se iba acostumbrando al invasor que ahora ya más confiado comenzaba un lento bombeo. Me sentía humillado y completamente avergonzado, pero por el momento ya no adolorido; creo agradezco que la polla del tal Cachin no era de grandes dimensiones, porque siendo así me hubiera desgarrado completamente.
Cuando el dolor había menguado completamente, resultó el momento en el cual el bombeo de Cachin se volvió completamente brutal, sujetándome de la cadera y las manos me follaba con toda su fuerza hasta que de repente paró un segundo y agarrándome del cabello alzó mi cabeza para que viese a mi hermanita. Vladimir estaba follando su culo en forma demencial, mientras que ella ya entregada al placer levantaba su culo para recibir más profundamente la polla de aquel malnacido que nos había hecho esto.
En esa posición estuve por un par de minutos, tiempo suficiente para ver como mi hermanita tenía un orgasmo que hacía temblar todo su cuerpo. Cuando Cachin me soltó, pude sentir como retomaba su bombeo en forma más vehemente hasta que estalló en un orgasmo que inundó mi culo con su leche.
Mira perrita - decía Vladimir a mi hermana, al tiempo que nuevamente nos mirábamos a los ojos- a tu hermanita le acaban de romper el culo igual que a ti...
Mi hermana no dijo nada, solo nos quedamos mirando hasta que Vladimir terminó también de inundar el culo de mi hermana, entre bufidos y estertores llenaba de leche ahora el culo de Silvia. Hasta ese momento no me había percatado de que Cachin se había levantado y ahora habría las esposas que me ataban...
Ahora nenita, te puedes largar de aquí... - me dijo Vladimir, al tiempo que se levantaba de encima del cuerpo de mi hermana y sacaba un revolver de su cajón.
Vámonos Silvia... - dije acomodándome y tratando de subir mis pantalones- Vámonos...
Solo tú nenita, la puta de tu hermana aún tiene mucho que hacer...
Pero? - quise reclamar, pero Vladimir me apuntó con su revolver -
No te preocupes Mario - dijo mi hermana parándose también - vete, todo va a estar bien.
De un empujón me sacaron de ahí, quedándose mi hermana con ese grupo de malvivientes; me acomodé como pude y salí del edificio. Me senté en la vereda de enfrente a esperar que Silvia salga, no podía entrar nuevamente, pero no la dejaría sola. Pasaron escasamente dos hora cuando todo se complicó aún más.
Un grupo de uniformados estaba en el edificio y cerraban la entrada principal; habían recibido el dato que había mucha mercancía en la casa y querían atrapar a Vladimir; treinta minutos más tarde bajaban esposados Iván, Cachin, mi hermana; todos eran conducidos a la prisión mientras que Vladimir había logrado escapar.
Tras algunos días donde Silvia permanecía presa y yo luchaba tanto para sacarla como para no morir con los efectos de la falta de droga en mi organismo, decidí llamar a mis padres para que nos vinieran a ayudar; la bronca que se armó fue terrible, pero aguanté completamente los insultos y reclamos de mis padres que al fin y al cabo vendrían a ayudarnos.
Faltando dos días para que mi madre llegue; tras ir a visitar a Silvia fui a la zona roja a buscar un poco de droga, ya que me sentía fatal cuando trataba de dejarla, en ese momento me abordó Vladimir que reclamándome el haberlos denunciado me golpeó terriblemente con un bate de aluminio, rompiéndome un brazo antes de pegarme dos tiros en el hombro y en un pulmón. Para mi buena suerte el desgraciado de Vladimir estaba muy drogado y falló otros dos tiros, dejándome un segundo para reaccionar y sacar una navaja que llevaba y clavar justo en el estómago del infeliz, que tras un movimiento de muñeca le abrí el estómago de un tajo. Traté de salir de ahí, pero los tiros alertaron a la policía que me llevó junto al cadáver del desgraciado de Vladimir, que hasta en su muerte terminó complicando mi existencia.
Fui llevado al hospital, donde antes de desmayarme di el número de teléfono de mis padres por lo que ahora la labor de mi madre se tornaría completamente titánica, al tratar de sacar a su hija de prisión y adicionalmente velar porque yo no muera en el intento. Pero aún se complicó más puesto que al tratar de escapar y considerando que había ya señalado a Vladimir en las indagaciones que hacían con mi hermana, afirmaron que yo había ido a matarlo, por lo que me acusaron en la corte igualmente.
Transcurrieron tres meses y un par de operaciones más para que pueda salir del hospital, pero fui conducido a la cárcel de igual forma; mi madre Carolina estaba completamente desecha pero nos brindaba su apoyo incondicional, mi padre Marco de igual forma fue a vernos y tras sermonearme durante horas me abrazó y me dijo alegrarse por tenernos vivos y afirmó que todo saldría bien.
Después de al menos 6 meses ambos obtuvimos condenas de aproximadamente 5 años de cárcel, Silvia por tráfico de drogas, ya que entre Iván y Cachin se habían encargado de embarrarla a ella también y de mi parte 8 años con posibilidad de salir a los 6 por haber matado a una escoria que realmente merecía cosas peores.