Asuntos de Familia - 1: El despertar de Carolina

Relatos de una familia, sus aventuras y desventuras dictados desde los diferentes actores que participan. Carolina encuentra con una amiga la solución a su atascado matrimonio.

Mi nombre es Carolina, soy la matriarca de una familia algo corta pero con incontables problemas, los mismos que después de tantos años de esfuerzo y mucho dinero parecen volver al cauce. Me casé joven con Marco mi primer y único amor, con él tuvimos tres hijos, que por causas diversas tomaron caminos diferentes aunque siempre bajo nuestro cobijo.

Hace 33 años, cuando aún solo tenía dos de los niños; Mario y Silvia, la vida en pareja con Marco se volvió monótona y con las fuerzas dedicadas únicamente a nuestros retoños, que en ese momento aún necesitaban todo nuestro esfuerzo y tiempo, no disfrutábamos como antes, aunque efectivamente nuestro cariño cada día crecía. Esto hacía que nuestra vida sexual tenga muchos altibajos, ya nuestros cuerpos no tenían la juventud de los veinte, pero aún éramos atractivos para el sexo opuesto.

Todo esto, al no tener las afamadas redes sociales, lo discutíamos frecuentemente entre café y pastelillos con dos amigas más. Todas manteníamos el mismo grado de aburrimiento, pero debido a todos los dimes y diretes de la vida nos había reunido con los mismos problemas matrimoniales, aunque no imaginé la solución que plantearon.

Yo estoy segura que mi marido debe tener algo entre manos con la mosca muerta de su secretaria - nos contaba infidentemente Laura- No es más que escucharlo y estar seguro de que las trae con ella, si hasta le brillan los ojos al muy sinvergüenza...

No exageres mujer - le contestaba Diana, amiga que estaba casada con Guillermo, socio de mi esposo - si tu marido no es capaz de matar ni a una mosca, pero por si acaso, debes matarlo a polvos para que no tenga energía para nada mas... jajajaja.

Pero tampoco te pases o sino tu marido se cansará de ti... - repliqué, entre divertida y con cierta intención de contar mis penas - Yo de mi parte se lo he dado tanto a mi esposo, que el muy desgraciado ahora ya ni me regresa a ver...

Eso es tu culpa Caro - decía Diana, mientras me tomaba del antebrazo en claro símbolo de comprensión - ya te lo he dicho muchas veces, lo que deberías hacer es conseguir un amante que te satisfaga las ganas y verás como él solito se da cuenta y vuelve a ti con muchas más ganas... eso hago yo... jajajaja.

No le creas nada, es solo una habladora... - dijo Laura - ésta no se atreve a engañar a su marido así fuera la última mujer en la tierra... jajaja....

Tantas veces Diana me había dicho la misma frase y nunca como hoy la había notado tan veraz y sincera; a pesar de las risas y las bromas hubo cierto matiz en la cara de mi amiga que no dejé escapar. Realmente la Diana que conocí se había convertido infiel del bueno de su esposo o simplemente lo decía con tal convicción que incluso me hacía dudar de sus falsas palabras.

Pero bueno chicas - se despedía Laura, al tiempo de tomar su bolso y despedirse de nosotras con el abrazo y beso correspondiente -  las dejo que con mi esposo aún tenemos un compromiso y ya hemos quedado algo tarde... Adiós...

Tras despedirnos de Laura, nos quedamos un poco más de tiempo solas y no desaproveche el seguir sonsacando a Diana si era realmente cierto todo lo que nos había comentado, lo extraordinario y que me dejó completamente anonadada es que ya con cara seria y mirándome directo a la cara, me confirmó que tenía un amante.

Pero... ¿Quién?, ¿Cómo?, ¿Cuando? - decía tras mi primera impresión - Porque no nos lo habías dicho antes mujer... ¿piensas dejar a tu esposo?

Nooo, ni que estuviera loca - chillo Diana- mi amante se llama Fernando y lo conocí del equipo de futbol donde juega mi esposo, siempre voy a los partidos y como él siempre se retrasa, pasa buen tiempo en la banca por una chance para jugar, eh ahí que aprovechamos para conocernos.

Y Guillermo ¿no se ha dado cuenta de nada? - pregunté con ganas de saber otras cosas, pero primero la seguridad - ¿Estas enamorada de él?

No, ni de broma - contestó mi amiga, ya algo liberada de las trabas de hablar del tema - es un tipo algo feo pero folla de maravilla. Nunca dejaría ni cambiaría a mi esposo por él, pero me ha dado noches de placer memorables y eso no lo voy a negar... Deberías intentarlo... con otro claro está... jajaja

Jamás, yo nunca podría hacer eso - repliqué poniendo mi aire de indignación para socapar mi completa curiosidad sobre el tema. - Mi marido me sobra y basta....

Te basta, tal vez sí, pero de ahí a que te sobre es otra cosa - dijo muy hábilmente Diana, sospechando seguramente que mi indignación era falsa - Mira Caro, lo que te digo es que una cana al aire no mata a nadie, siempre y cuando lo sepas llevar bien y no se te ocurra enamorarte... Y después de todo no hay que echarle mucha cabeza, a la final yo estoy segura que tu marido se ha pegado alguna canita al aire con alguna tipeja por ahí, así que tampoco es el fin del mundo...

Suficiente, no quiero hablar más de ello, eres una loca y no te prestare oídos para que me trates de convencer - dije, con ánimo de dejarlo ahí, pero claramente con intención de hablarlo otro día -

Con esto la conversación terminó, pero mi inquietud y mis deseos de saber más, se multiplicaron. Pensaba y repensaba todo el tiempo en ello, no había momento en el que me encontrara sola, que no dejara de imaginar situaciones o personas con las cuales me pudiera envolver; pero sin parecer una puta, el conseguir un amante estando aún casada se me hacía completamente imposible.

En eso pasaron unas cuantas semanas en las que mi ansiedad y mi curiosidad aumentaban día a día, hasta que una tarde, me arme de valor y nuevamente llame a Diana para quedar en un café por la tarde, aprovechando que nuestros esposos habían salido a un viaje para un negocio en otra ciudad, más no le dije nada al respecto de mi gran dilema, quería más argumentos y creo que inconscientemente quería que me convenciera de tratar algo así.

Tras casi una hora de diálogo, creo que Diana sospechó por donde iba mi inquietud, de manera que fue a su manera hacia el asunto que realmente me tenía tan inquieta.

Mi amiga, esta semana ha sido muy movida... - me dijo con aire despreocupado, como sin darle mayor importancia - con nuestros mariditos fuera, mi querido ha tenido tiempo para reventarme estos días, incluso aprovecho este momento para descansar un poco, jejejeje.

Pues que bien que no hayas desperdiciado la oportunidad - respondí sin ánimo de reclamo, más bien con el interés de saber más - y que te lo llevaste a tu casa? ¿No será muy arriesgado?

No chica, estás loca - reía Diana un tanto distendida ya referente al tema - a mi casa no lo llevo ni loca... Una de esas llega mi marido y nos pilla ahí en medio de la faena y es capaz de matarme.

Pues eso deberías pensar antes de poner los cuernos al pobre de Guillo, no creo se lo merezca.

Yo no estoy segura de eso, el muy sinvergüenza de seguro en este momento debe estar tratando de encontrar alguna chica para no pasar frio en la noche, si no lo conociera ya tantos años... Lo que si deberías estar preocupada es de tu pobre maridito, porque lo deben estar corrompiendo por ahí...

De Marco, ni loca, yo confío en él completamente y no dejaré que siembres dudas sobre él en mí.

Caro, todos son hombres y lo único que buscan es alguna zorra a la cual clavarle su polla hasta el fondo... Incluso Fernando es igual, lo único que quiere es mantenerme empalada la mayor parte del tiempo... claro que yo no me quejo... jajajaja.

Pues ni como quejarse, si parece ser muy cumplidor... jajaja.

No digo que no, pero como todo en la vida cansa y cuando él o yo nos cansemos pues cada quien por su lado. Pero lo que debo confesarte a ti y solamente a ti, es que realmente con Guillermo llevamos algo así como un matrimonio sin muchas condiciones, tanto él como yo nos acostamos eventualmente con otras personas, sin que por ello se acabe el mundo.

La confesión de mi amiga me había dejado helada, yo nunca me había sospechado que entre ellos había nada extraño, siempre una pareja de lo más normal. El saber que alguno de ellos tiene un amante no era nada de que espantarse, incluso cuando nos contaba algo Diana se lo celebrábamos aunque siempre le pedíamos prudencia para que no se entere su marido, pero de eso a saber que tanto ella como su marido están de acuerdo, me parecía completamente increíble.

No me mires con esa cara mujer - me despertó Diana- Parece que has visto al diablo... jajajaja. Lo que quería contarte pues únicamente lo sabemos Guillo y yo, pues para todos los efectos si alguien nos sorprende con otra persona, pues lo llevamos como si el otro no supiera nada e incluso tratamos de quedar como infieles antes que revelar nuestro acuerdo.

Pero como habéis llegado a eso... no los entiendo, si ustedes se muestran como una pareja feliz...

Por ello mismo, somos felices haciéndolo... Es algo complicado, pero realmente llegamos a sopesar nuestra felicidad siendo un matrimonio a ser un matrimonio ahogado en monotonía e infidelidades, esto nos hizo comprender y aceptar este tipo de vida al margen de lo común. Llegue a animarme a contarte porque he visto que tú y esposo van camino a la mar de hastío y desazón que un día nosotros tuvimos y quería contarte nuestra forma de solucionarlo y tener nuevamente un matrimonio feliz.

Pero si eso ya no es un matrimonio, cada quien se acuesta con otros...

Pero nos amamos, nos conocemos y nos aceptamos... No tratamos de limitarnos e irritarnos con las cadenas de una fidelidad que muchos pregonan y en la hora de la verdad muy pocos la asumen. Pero yo comprendo que no es para todos, que cada pareja debe aceptarse y seguir adelante tal y como lo quieran... Solo te muestro otro camino...

No digas tonterías, yo no sería capaz... además ya con dos niños ¿Quién se va a fijar en una mujer como yo?

Vamos, no te eches tierra tu misma, yo sé de buena fuente que tienes más de un admirador rondando por ahí, y que estaría completamente dispuesto de dar con tus huesos en cualquier cama de hotel... Así que dudo mucho que no encuentres algún buen amante que te apacigüe las ganas y de paso afiance más tu matrimonio.

Y claro, dejarle a Mario vía libre para que se lie con cuanta muchacha se encuentre en la vía...

No llegues a tanto, pero si, dale un poco de libertad y confianza en que siempre volverá a ti... Tal vez él también quisiera proponértelo y no se atreve...

Déjalo así... no creo me convenzas....

Tras esta charla seguimos conversando de más banalidades pero yo con la espina clavada, no sabía hasta ese momento que tan profundo, pero de seguro no resultaría fácil sacármela de la cabeza. Tras la charla nos despedimos y fui a dar a un centro comercial a caminar y pensar...

Días más tarde, la idea me estaba invadiendo peligrosamente, me obsesioné terriblemente con ello; ya no solo buscaba justificaciones para acordarlo, sino más bien pensaba la forma en cómo conseguirlo, es más, fantaseaba con quienes serían mis amantes e incluso me sorprendí algún momento imaginando a mi esposo con alguna amiga... mi amiga...

Una tarde en mí casa y nuevamente conversando con Diana, me abrí a mis fantasías y deseos, de manera que le conté todo lo que había estado pensando. Buscaba alguien que me comprendiera, puesto que no era tema de tratarlo con cualquiera, incluso para mi sorpresa y completo asombro le pedí que me ayudara a llevar a cabo esta fantasía. Diana no lo tomó como creía y me cuestionó muchas de las cosas que ya me las había planteado a mí misma, de manera que la dejé completamente segura de mis respuestas.

Estoy decidida - dije a mi amiga tras el duro debate - Pero para ser sincera no tengo la más remota idea de por dónde empezar... Tengo muchas ideas de como involucrar a Marco, pero no sé si funcionarán...

Pues si quieres yo puedo ayudar... jejeje - me dijo sonriendo socarronamente y con clara intención de sacar provecho - Ya te había dicho que tienes algunos perros que van tras tus huesos, pero no te había confesado que uno de ellos es mi esposo... así que si tu quieres, podríamos tratar de involucrar a tu Marco tendiéndole una pequeña trampita...

¿Y cómo pretendes hacer eso?

Pues sencillo, si tú estás tan convencida, yo voy a tratar de sonsacar a Marco para que se acueste conmigo, después hacemos como que algo se descubre y bueno tú tienes una muy buena excusa para iniciar todo; pero claro debes estar muy segura de todo, porque si no, no hay marcha atrás...

Diseñamos un plan sencillo y fácil de seguir; pero lo que me preocupaba seriamente era cual sería la reacción de Marco al momento de que se descubra la supuesta infidelidad. Pero ya lo veríamos luego.

Dos meses más tarde y aprovechando un fin de semana sin los niños, fuimos invitados a casa de Diana y Guillermo, de manera que pondríamos ahí en práctica todo lo planeado. Todo empezó de lo más normal y común, solo que ingerimos una dosis un poco más grande de vino, pero sin llegar a emborracharnos. Al principio unos bailes entre parejas y después intercambiándonos, pero sin llegar en ningún momento a sobrepasarnos; todo muy normal.

Lo que realmente inició todo, fue un aparentemente inocente accidente, Diana derramó en mi vestido una copa entera de vino, dejándome a más de manchada, completamente empapada. Esto me obligó a cambiar mi ropa y para esto Diana tenía un vestido perfecto para mí, lo habíamos pensado mucho más pequeño ya que se suponía era de Diana y ella es un poco más bajita que yo; debido a esto el vestido me quedaba completamente ceñido y corto, por lo que mis atributos quedaban mucho más a la vista.

A partir de eso, los ojos de nuestros respectivos maridos iban a estar pendientes de mí completa y permanentemente. De esa forma pasamos la velada, yo entretenida por tener cuatro ojos clavados en cada uno de los rincones que el vestido ocultaba y con una Diana cada vez más celosa, aparentemente claro está. Guillermo aprovechaba cada oportunidad para sacarme a bailar y piropearme por todo, mientras tanto para no quedarse atrás, Marco y Diana bailaban más entretenidos y pegados, cuchicheándose al oído cada vez más cerca. Entre las bromas y risas, el nivel de licor iba corriendo, pero tratábamos que mucho del mismo sea consumido por Marco, de manera que el mismo estaba bien mareado.

Para todo esto, el saber que esos coqueteos y miradas lascivas que nos dirigíamos, tenían la clara intención de en algún momento terminar en la cama de la otra persona me estaba llevando a un nivel de excitación muy grande. Tal como si fuésemos niños cometiendo una travesura, estábamos agitados e inquietos, pero con la certeza de llevar a buen puerto nuestras intenciones.

Cuando ví que Guillermo quedaba dormido en el sillón, dije a Marco que estaba muy cansada y que sería mejor subir, lo que generó su protesta ya que estaba pasándolo de lo lindo con la esposa de nuestro anfitrión claro está; esto ya lo habíamos acordado antes con Diana, de manera que al final nos despedimos y fuimos al cuarto de huéspedes. En ese momento y aprovechando un descuido, una pequeña pastilla para dormir fue depositada en el vaso de Marco, que bebió sin temor hasta la última gota. Al llegar a la habitación un sueño realmente profundo comenzó a invadir a Marco, por lo que me apuré en desvestir y tirarme a la cama, para que el tuviese el recuerdo de haberme visto dormida.

Casi instantáneamente después que Marco quedaba dormido en un sillón entró Diana y me ayudó a acomodarlo en la cama de su dormitorio, que quedaba más allá. Le quitamos la ropa completamente, dejándola desparramada en medio de la habitación. La idea estaba clara, se despertaría a la mañana siguiente y se encontraría con que había dormido con Diana mientras que me había dejado a mí en la habitación de al lado; seguramente tras el escándalo armado entre Guillermo y Yo, les dejaríamos el cargo de conciencia por lo sucedido para que podamos de esa forma "vengarnos" de ellos. Todo muy simple y claro está con pocas probabilidades de error.

Ya está listo - dijo Diana el momento de acomodar el desnudo cuerpo de Marco en su cama. - Ahora vete a tu cuarto mientras me meto en la cama. Bajaré a poner una manta a Guillermo que se quedará a dormir abajo, así que ya solo tenemos que dormir plácidamente y mañana a primera hora armaremos un zafarrancho tremendo.

Muy bien chica, me lo cuidas ¿ah?

Por su puesto, pero te dejo claro que tarde o temprano esto que se supone ha sucedido, realmente sucederá...

Eso espero amiga... eso espero... jajaja.

Me despedí de ella y fui a mi habitación, quedando con los ojos completamente abiertos, pese a lo tarde que era. Me imaginaba lo que al día siguiente iba a suceder y me parecía de locos, pero a grandes males, grandes remedios... De repente comencé a oír ruidos extraños en el cuarto de al lado, la cama comenzó a crujir inesperada y continuamente; rápidamente me dispuse como dormida, en caso de que Marco se haya levantado y pretenda volver a hurtadillas a nuestra cama, pero no fue así.

Durante unos minutos los leves sonidos se tornaron cada vez más fuertes, era claro sonido de una pareja revolcándose en una cama, dando y recibiendo placer; sentí un hueco en el medio del estómago el momento que empezó el típico sonido de vaivén, cuando la pareja ha encontrado el ritmo adecuado para follar, estaba claro que Diana y mi esposo habían despertado y lo que se supone iba a ser la causa de todo, se había tornado en realidad.

Al escuchar los gemidos lentos y guturales de Diana, un poco de mi alma volvió en si y me dispuse a entrar a la habitación de al lado; tomé mi bata y con determinación marché en su dirección, pero al instante de abrir la puerta me encontré con que Guillermo se encontraba esperándome, desnudo y con una terrible erección entre sus piernas.

Que sucede Caro, acaso ibas a buscarme... Si es así, te he ahorrado el viaje...

Noo, yo no... Iba a...

¿Tal vez ibas a ver como tu maridito se acuesta con mi esposa? - me decía al mismo tiempo que se metía en mi habitación, me tomaba de la cintura y me llevaba despacio hacia la cama - Creo que no sea buena idea... Hay que dejarlos un momento a solas, tienen mucho de qué hablar...

Ya no pude contestar nada, puesto que inmediatamente su boca se posó en la mía y sus manos comenzaron a abrir mi bata, mi sorpresa era total, pero la excitación se había disparado entre mis piernas. En la habitación de alado continuaban los ruidos de la cama, haciendo notar el enorme placer que se desparramaba en esa cama. Por mi parte, ya Guillermo había tirado mi bata al suelo y besándome el cuello y acariciando mis caderas fue conduciéndome hacia el filo de la cama donde quedé súbitamente sentada, estratégicamente y providencialmente sentada a la altura de su polla, que orgullosa se encontraba completamente firme y apetitosa.

No lo pensé dos veces, abrí mi boca para engullir ese manjar que se me proporcionaba al alcance de mi lengua. Tomé y chupé toda su extensión, no logré que la base de su polla topara a mis labios, tal como lo hacía con mi esposo, pero igual me sentí en las nubes al poder disfrutarla. Hacía tiempo que no había probado algo diferente que la de mi marido, otra piel, otro aroma y otro tamaño; tal vez un poco más delgada, pero definitivamente mucho más larga.

La habitación de al lado había llegado a sostener un ritmo infernal de gemidos y traqueteo, estaban prontos a terminar lo que nosotros empezábamos a disfrutar. De pronto, Guillermo me tumbó en la cama y se concentró en mi sexo que al momento se encontraba inundada de mi excitación.

Lamió, chupó y penetró con toda la confianza de saber lo totalmente excitada que me encontraba, sin piedad me hizo estallar en un profundo orgasmo, segundos antes de que en la habitación de al lado los fuertes envites finalicen tras haber llegado a la cúspide de su exhalación. Ni bien me empezaba a recuperar del tremendo orgasmo conseguido, Guillermo se colocó en medio de mis piernas, que receptivas se abrieron al sentir al macho que iba a poseerme. El sentir el contacto de su sexo con el mío me estremeció... pero al mismo tiempo me incitó a seguir, a sentir y ser sentida. Lentamente Guillermo fue entrando en mi cuerpo hasta sentirlo completamente dentro de mí, la diferencia de tamaño era ya notoria; mi sexo acostumbraba algo mucho más grueso y venoso, pero también mucho más cortó que el que actualmente estaba invadiéndome hasta una profundidad que no había conocido antes.

No sabes cuánto te he deseado - susurró mi amante al instante de haber penetrado mi cuerpo - He fantaseado muchas veces por tenerte así junto a mí... siendo mía...

He deseado tocar tus senos y tu culo... - me calentaba Guillermo mientras mordía mi oreja y apretaba con una mano mi culo y con otra uno de mis senos...

Su cadencia era diferente, su ritmo pausado y fuerte, sus manos más gruesas y fuertes que las de mi esposo y principalmente con toda la pasión que genera lo prohibido... Me estaba volviendo loca de pasión el bamboleo de su cuerpo sobre el mío, de repente quise tomar el mando, volteándolo en la cama y encaramándome en su polla sin que me abandone ni un segundo, cabalgué cual amazona, desenfadada y con clara intención de alcanzar nuevamente un orgasmo que se avecinaba cada vez más cerca.

El sonido de nuestra cama debe oírse en el cuarto de nuestros vecinos...

Esa frase, esa completa seguridad de saber que mi marido estaría oyendo como su mujercita se estaba acostando con otro fue el detonante de un devastador orgasmo que estalló en mi sexo y que invadió completamente mi mente. Me dejé caer en la cama mientras recuperaba el aliento, pero mi amante aún no había terminado, por lo que apenas y pude percatarme como dejándome boca abajo se acomodaba sobre mí, separando mis glúteos y apuntando su polla directamente a mi concha, que ya tras dos orgasmos se encontraba completamente dilatada e inundada.

No tardó mucho en correrse dentro de mi cuerpo, con fuertes empujones me devolvió todo el placer que yo había tenido y que ahora el gozaba entre mis piernas. Un último bufido y su cuerpo completo quedó sobre el mío, al tiempo que su polla ya en calma iba exhalando su anterior potencia.

A sido fantástico- me dijo mi ahora nuevo amante - nunca creí que podría tener una mujer como tú...

Ustedes lo han planeado todo ¿verdad? - dije en tono apaciguador, aunque con intención - Diana y tú planearon esto para nosotros desde un principio...

Un poco si, un poco no... Era algo arriesgado, pero el placer de tenerlos como algo más que amigos fue superior... Diana también tenía unas ganas locas de tu esposo y creo que en el fondo él también...

Tal vez así sea... pero para realmente estar completamente calmados... deberíamos repetir...

A la mañana siguiente, desperté en el cuarto en compañía de Diana, que susurrándome la hora me invitaba a levantarme; me vestí con una bata también y salimos al comedor, allí estaban nuestros esposos, en ropas deportivas y preparando algo de comer. No había caras largas ni ceños fruncidos, todo era casi natural. Tomamos un desayuno ligero y por fin Diana tomó el tema que nos tenía a todos viendo las caras y sonriendo...

Chicos, lo de anoche ha sido completamente loco pero no me arrepiento de nada - dijo Diana, tomando el toro por los cuernos.

Yo tampoco me arrepiento - dije, al sentir como todos sentaban sus expectativas en mi reacción. - aunque a más de loco yo diría que fue súper excitante...

A mí me pareció extraño al inicio, pero al final la vida hay que vivirla y no complicarse... - dijo mi esposo tomando mi mano y besándome en los labios-

Igual pienso yo - Dictaminó Guillermo, al tiempo que tomaba a Diana por la cintura y besaba su frente mientras ambos nos veían directamente - pero lo que si no me perdonaría...  es el no repetir...

Y claro que repetimos... pero eso será otra historia.