Assaisonnement de lamour à paris 8
Niko se había levantado y duchado hacia ya un par de horas y miraba con una enorme sonrisa a una Anaelle que yacía profundamente dormida boca abajo, envuelta entre las sabanas de la enorme cama del hotel.
Era un amanecer helado pero iluminado en París, Niko se había levantado y duchado hacia ya un par de horas y miraba con una enorme sonrisa a una Anaelle que yacía profundamente dormida boca abajo, envuelta entre las sabanas de la enorme cama del hotel, sonreía no solo por lo que sus ojos estaban viendo, sino por la respuesta afirmativa que le había dado la parisina en la madrugada.
Se subió a la cama y se acercó de forma sigilosa para no despertarla, con mucho cuidado movió su cabello hacia un lado dejando al descubierto su nuca, nuca que besó esperando despertar a la parisina pero ésta ni se movió, retiró despacio las sabanas dejando su espalda desnuda, le dio varios besos por toda ella recordando los gemidos que le había arrancado en la madrugada, unos toques en la puerta la sacaron de su trance, Nikoskys de mala gana se separó de Anaelle que aún seguía entre dormida, abrió la puerta y lo que ve la sorprende, o más bien a quienes ve, afuera de la habitación se encontraban dos mujeres.
Niko: ¡Joder! –Trató de acallar un grito que le quería salir de lo más profundo mientras cerraba la puerta de la habitación tras ella para que Anaelle no escuchara nada -¿Qué hacen aquí?
¡Por lo menos esperaba que me sirvieras una copa después tanto tiempo! –Habló primero la de cabello negro, que le llegaba por los hombros en un corte a capas, llevaba puesto un abrigo de invierno, cruzado, negro, con botones a los lados, bajo eso llevaba un vestido corto con medias negras y botines de gamuza.
Ya no hay modales –Dijo la de cabello achocolatado, corto (aún más corto que el de su acompañante) tenía los ojos de un color parecido y la piel un tanto bronceada, llevaba un abrigo negro abierto, de hombre, sin corte a la cintura, con bolsillos a los laterales, un beanie gris, camisa blanca por fuera sin mangas, pantalón negro slim y botines grises de goma de suela plana, se encogió de hombros-.
Nikoskys rápidamente se acerco a ambas mujeres para taparle sus bocas con las manos, les pidió que hicieran silencio, entró sigilosamente en la habitación, Anaelle seguía dormida, tomó su bolso y se puso unas pantuflas, salió de la habitación y les dijo casi en susurro al par de mujeres que la siguieran, una de ellas le dijo que como iba a andar en pantuflas por la calle “no me importa, cállate y sígueme” llegaron a un café, no muy lejano del hotel pero en donde sabía que no se encontraría a Anaelle, o eso esperaba. Ya una vez más tranquila saludo con un abrazo fraternal a ambas mujeres y las invitó a tomar asiento.
Ni el pijamas te sienta mal eh –Dijo la de cabello negro que le sonreía a la mesera que traía las tazas, que no le fue para nada indiferente.
Niko: No es un pijamas Eve -La miró de mala gana mientras fruncía el ceño llevándose hacia la boca su taza de chocolate- A Eve la conoció en España cuando necesitaba que alguien hiciera unos trabajos, era americana de nacimiento pero había vivido toda su vida ahí y ¿quien pensaría que la dueña de una pequeña galería de arte, pisando los treinta era una entendida en el tema de las armas blancas y hacia trabajillos de medio tiempo?
Eve: Para mí si llevas pantuflas, es un pijama improvisado.
Niko: ¿Yuliase que te paso en la cara? – Yuliase era la otra, tenía un golpe y raspones en la barbilla, siempre mas callada, era rusa como Nikoskys pero a pesar de que vivían en la misma ciudad también la conoció en España, estas eran como decir su círculo, ¿Quién sospecharía que una joven promesa en el mundo policial, era una mente maestra para el crimen cibernético? Más bien quien pensaría que estas mujeres de mundos tan distintos son amigas.
Yuliase: Gajes del oficio.
Niko: ¿Cómo supieron? ¿Quién las envió?
Eve: La descendiente de Hitler -Soltó una carcajada mientras que Yuliase trato de esconder su risa con la taza-
Yuliase: Pero hablando en serio, no es que sea muy difícil encontrarte –Desdobló el periódico que tenía entre sus manos para mostrárselo a Niko, era un diario francés donde se veían varias de las fotografías que le habían tomado la noche anterior- En serio es que el amor te ha hecho perder la cabeza, nunca has sido tan descuidada, y menos deberías serlo en esta situación –Dobló de nuevo aquel montón de papel grisáceo y la miró muy seria– Estas en peligro, un error y no creo que la cuentes- Las tres mujeres se quedaron en silencio, el ambiente se había vuelto pesado, Niko sentía como una presión le machacaba la cabeza, su amiga tenía razón, debía reconocerlo, solo podía pensar en las cosas que quería hacer junto a Anaelle y se olvidaba totalmente de lo demás.
Eve: Pero aquí estamos nosotras que no cunda el pánico –Dijo muy airosa mientras no dejaba de ver a la mesera que las había atendido y le hacía ojitos desde el otro lado del café, Yuliase pateó su silla y volvió de nuevo su vista a Nikoskys que la veía con cara de pocos amigos- Yo creo que deberíamos echarle un ojo a que hace tu querida ex noviecita –aclaró su garganta-
Nikoskys: ¿Dasha? No creo que tenga algo que ver –El par de mujeres que la acompañaban se le quedaron viendo y tararearon en coro un musical “ujum”-
Yuliase: Revisemos primero que todo su Facebook –Dijo mientas sacaba del interior de su abrigo una tablet –La gente hoy en día es tan estúpida que publican lo que hacen cada minuto…hasta si matan a una persona, no se pierde nada con revisar- Niko la miraba expectante mientras la veía hacer movimientos con sus dedos sobre la pantalla táctil y a Eve no le faltaba mucho para levantarse de la silla y abalanzarse sobre la mesera– Según esto no se ha movido de Rusia.
Eve: Cosa que es extraña en ella ya que su trasero parece tener adherido un trampolín que salta de país en país -Dijo sin voltearse hacia a ellas, Niko admiraba su capacidad de estar al “asecho” y no perder oportunidad para decir alguna de sus cosas.
Yuliase: Del resto solo ha puesto cosas como que extraña alguien –Sonrió en una total forma burlesca y dirigió su mirada a Niko que se volteó con molestia– Lo mismo en su Twitter.
Nikoskys: No pierdas tu tiempo, acabo de recordar que ella usa esas cosas como pantalla de humo solo para que las amistades de su familia tengan de que hablar –Bajó su mirada, sintió una pequeña derrota-
Yuliase: Pero debe tener un e-mail que use para asuntos importantes ¿O no? Tú también debes usar uno.
Niko: No, prefiero las cosas en persona, si tengo los del bufete, tampoco vivo debajo de una piedra pero me gusta más el papel, me parece más seguro -Miraba perdida su café, cuando de repente un foco de luz se encendió en su cabeza- ¡Pero ella si utilizaba uno! –Ambas mujeres la vieron con atención- Se lo abrió no se… ya no recuerdo quien, no le preste atención –Se llevo una mano a su rostro- Sé que esta persona se encargaba de cuidarlo si me entienden, pero no creo que eso pueda contra ti Yuliase –Su compatriota sonrío con orgullo– pero no recuerdo el nombre del correo -Las tres mujeres resoplan con desgano y debo admitir que hasta yo lo hago con ellas.
Yuliase: ¿Ella abrió ese correo alguna vez desde tu pc? –Niko lo pensó un poco y luego asintió eufóricamente con la cabeza– Entonces ya tenemos algo, busquemos tu pc y la mía, tenemos trabajo que hacer –Se levantó de la silla haciendo señas a la mesera– Además tenemos que abrirte un correo mas “personal” –Le dio algunos euros a la mesera y dejó que se quedara con el cambio, Eve le guiño un ojo y salieron de ahí rumbo al elevador más cercano– Siempre has sido más perspicaz abogada del diablo, ¿Estás bien? –Se pararon frente al elevador y pulsó el botón-
Nikoskys: -Mirando hacia el suelo se irguió y sonrío- Mejor que nunca… pero tengo miedo de perder lo que he encontrado –Las puertas del elevador se abrieron y entraron en él-
Eve: Y creo que deberíamos ir al piso de tu nueva novia –Niko sonrío mientras se ruborizaba, se escuchaba bien que le dijeran “su novia” – ¿Sabes que nos alegramos por ti no? –Niko asintió con la cabeza y ambas mujeres la abrazaron por sus hombros mientras el elevador cerraba las puertas.
Anaelle ya se encontraba en su piso y mientras se duchaba recibió un mensaje de su amiga Juillet “Ven para mi casa, tenemos que hablar, necesito desahogarme” , se cambió y corrió por su piso, pero antes de cerrar la puerta recordó que debía buscar a sus mascotas en casa de su padre, sin duda sin sus lobos el piso se sentía muy solo. Juillet la recibió con un abrazo tan fuerte como si no se hubieran visto en años, Ana se preocupó y le preguntó “¿Qué sucede?”, Juillet solo la tomó del brazo para guiarla hasta la sala, se sentaron en unos sillones quedando frente a frente, separadas por una mesita de vidrio y se quedó unos minutos en silencio.
Juillet: Tengo problemas con mi esposa por eso llegue tarde anoche –Anaelle se removió incomoda en el sillón y se preparaba para decirle que eso entre parejas era normal y que no todo podía ser rosas y chocolates– Anoche me acosté con otra mujer -Bueno esto ya si es un poco más complicado – Me acosté con Georgette Cacciatore –Bueno está bien, ¡Es bien complicado!
Ana: ¿Qué? ¿Pero cómo? –Juillet abrió los labios, pero antes de que saliera palabra alguna de su boca Ana la interrumpe– Ahórrate los detalles por favor -Juillet le contó que durante la inauguración del restaurante l Opera ella y Georgette intercambiaron algunas miradas amistosas nada más, pero que ya cuando se estaba terminando todo y se preparaba para irse la llamativa y alta italiana de ojos azules se acercó preguntándole que haría ahora y si le apetecía caminar un rato en su compañía, ella aceptó y caminaron un rato solo con las luces de navidad y algunos pocos transeúntes como testigos, Georgette la invitó a tomarse una copa a su casa, casa que era una lujosa mansión, donde le mostró uno de sus pasatiempos favoritos, la llevó a una gran sala de estar donde había un enorme televisor.
Resulta que su pequeña hermana era una fanática de la tecnología y de juegos de video, pero a Georgette le gustaba solo uno: “Bowling”, encendió la tv y con un movimiento al aire con su mano activó un sensor, empezaron a jugar y entre copas, risas y comentarios como “no lo hagas tan rápido, me gusta lento” (Para Anaelle era difícil imaginarse a alguien como Georgette en esas) una cosa llevó a la otra y cuando se dio cuenta ya estaba en la cama de Georgette con ella encima. Antes de que continuara contando Ana cerró los ojos, arrugó el rostro y movió ambas manos en negación–
Ana: ¿Y a qué hora llegaste a casa? ¿Qué te dijeron?
Juillet: En cuanto amaneció me fui caminando hacia mi casa a paso lento, pensando en una buena excusa, pero cuando llegue no había nadie, por suerte mi esposa se quedó trabajando en la oficina.
Ana: ¿Se lo contaras?
Juillet: No, ni loca y menos ahora como estamos.
Anaelle: Yo no soy lo que se dice una experta en relaciones –Siempre evitándolas– pero deberías ser sincera con ella Jull ¿Todavía la quieres?
Juillet: Si, por lo mismo no quiero contárselo, no tiene porque saberlo… es cosa de una noche ¿tu perdonarías a Nikoskys si te ocultara algo? -Anaelle estiró su cuello y se quedó viendo hacia el techo como esperando que éste le diera la respuesta.
Anaelle: Todos tenemos secretos… solo sé que yo si se lo diría –Cambiaron de tema y conversaron sobre otros amenamente, como por ejemplo que harían en navidad o en año nuevo y del nuevo trabajo que comenzarían hoy, que por ser el primer día seria rudo, y así se les fue tiempo hasta que se hizo la hora de ir al L Opera.
A Anaelle La volvieron a colocar en su puesto como jefe de partida, mientras que a Juillet la pusieron como chef de patissier, toda la estación de postres era su responsabilidad, esta noche en especial Anaelle se dedicaba a la estación de Rotisseur (asador) que tenía mucha demanda, después de que les habían hecho cinco pedidos especiales un mesero se le acercó tímidamente con un papel y le dijo que se encargase de éste: Filet Mignon con salsa de vino tinto
A Anaelle le extraño un poco que le dieran una orden tan sencilla, pero se puso a trabajar con rapidez, cortó una cebolla pequeña en brunoise, la salteó en un sartén con mantequilla y aceite, luego incorporó vino, uvas peladas cortadas finamente y azúcar, lo dejo reducir. Tras esto colocó un poco de fondo claro y lo deja reducir hasta la mitad, miró hacia la puerta y notó que el mesero la esperaba con nerviosismo, así que aceleró aun más el paso, pasó la mezcla por un colador y lo dejó reduciendo un poco más a fuego lento. En otro sartén con aceite de oliva selló el filet, lo salpimentó al gusto del comensal (que decía el papel del mesero), lo retiró del sartén y lo colocó en un plato aparte. Volvió a donde estaba la salsa reduciéndose a fuego lento, la tomó y la mezcló con los jugos que soltó el filet en el otro sartén, lo redujo una última vez y vertió la salsa sobre el trozo de carne, le silbó al mesero para que se lo llevara.
Anaelle fue hacia a una de las esquinas para tomar un poco de agua, y no había pasado ni cuatro minutos cuando el mesero apareció ante ella, con el plato donde estaba la carne y donde se podía ver como lo había dejado prácticamente entero, solo tenía un corte en una de sus esquinas, algunos de los integrantes de una estación que estaba cercana a ella se quedaron observando la escena.
Mesero: Al comensal no le gusto, quiere que vuelvas a hacerlo –Le dijo el chico con terror en los ojos, Anaelle lo miró seria y solo asintió con la cabeza, los de la estación volvieron a lo suyo, Anaelle volvió a repetir el mismo procedimiento, esta vez con más lentitud para evitar cualquier error “si no le gustó, es error mío” se decía para sí misma, terminó y volvió a llamar al mesero que se retiró rápidamente con el plato.
Anaelle respiró profundamente y se recostó a una pared, cuando se disponía a volver a la estación apareció nuevamente el mesero con el plato prácticamente entero, quiero decir que para mi molestia y obviamente para la de Anaelle esto se repitió dos veces más, en todas las estaciones comenzaron murmurar, Ana no aguanto más, se quito su pañoleta y le dijo al mesero que la llevara hasta donde se encontraba el comensal porque quería hablar con él, el mesero la guio hasta una mesa en la parte de arriba, en la zona VIP y ¡Sorpresa!, ahí la esperaba la chiquilla Cacciatore con su mirada fría que la hizo retroceder un paso, pero se armó de valor y se paró junto a su mesa.
Anaelle: Joven –Trató de guardar la compostura- ¿Pasa algo con el filet mignon?
Constanthiene: No me gusta tu filleto, vuelve a la cocina –Dijo con mucho desagrado para luego tomar de su copa de agua-
Anaelle: ¿Disculpe? –golpe bajo- El mesero que estaba a un lado se retiró asustado.
Constanthiene: Como lo oyes, no me gusta tu filetto –Respondió la joven con una sonrisa cínica cruzándose de piernas– No sabes cocinar -Anaelle se sentía reventar, como ésta niña, ésta pre puberta que seguro le acababa de venir el periodo apenas el año pasado y que seguro no tenía idea de absolutamente nada de gastronomía le podía decir que ella ¡no sabía cocinar! Le dio la espalda y caminó de nuevo hacia la cocina mientras en sus manos estrujaba su pañoleta, el Sous-chef la llamó pero ella lo ignoro, se pasó hasta los lockers que estaban cerca de la cocina, tomó su bolso, sacó unos cigarrillos y el encendedor, finalmente salió por la puerta de atrás hacia la calle, se recostó a la pared e intentó encender un cigarrillo.
Constanthiene: Las chicas como tú no deberían fumar –Apareciendo sorpresivamente, le quitó el cigarrillo de las manos para romperlo, Ana la miró frunciendo el ceño, joder esta chica parece drupi-
Anaelle: Y según tu ¿Cómo son las chicas como yo?
Constanthiene: De labios lindos –La joven sonrió, Anaelle cambio la expresión de su rostro, tenía un gran signo de interrogación en la cara, pero volvió a fruncir su ceño-
Anaelle: Las mocosas como tu creen que pueden hacer lo que quieran –La joven Constan se quedó visiblemente molesta, luego se carcajeó dejando a Anaelle aún más confundida-
Constanthiene: Que aburrida eres, no aguantas una broma –Le dio la espalda para volverse hacia la puerta– Vuelve a trabajar, deja el berrinche -Desapareció por la puerta, Anaelle se quedó un rato más afuera, si esa niña quería hacerle la vida imposible en el trabajo no se dejaría tan fácilmente, no se dejaría de una mocosa, lanzó los cigarrillos en un bote de basura antes de volver a entrar.
Ahora veamos que hacen el trió dinámico en el piso de la parisina, Eve como una niña curiosa revisaba todo el piso, caminaba de aquí para allá inspeccionando todo, buscando algo, aunque no sabría decirles si es que sencillamente estaba curioseando para saber con qué tipo de mujer estaba Niko, Yuliase se encontraba sentada en la pequeña sala con su ordenador en las piernas, con un bolso al lado y el ordenador de Niko del otro.
Eve: Buscó señales de si ha entrado alguien sin permiso, aparte de nosotras.
Niko: Yo creo que solo estas cotilleando –Resopló Niko mientras se cruzaba de brazos-
Eve: Hablando de cotilla, ¿Alguien sabe porque Sabine sigue soltera? –Tomó un libro de una estantería y le dio vuelta a sus páginas.
Yuliase: Yo creo que es necrofílica –Dijo riéndose sin apartar la vista de la pantalla, metió una mano en el bolso para sacar un disco duro portable y lo conecto a la pc de Niko, Eve le acompañó en su risa.
Niko: ¡Niepravda! Concéntrense en lo que estamos haciendo joder… ¿De verdad creen que sea necrofílica?
Eve: Pues se la pasa metida en ese hueco helado –Dijo dirigiéndose hacia la puerta del piso, asomó la cabeza, observó hacia la izquierda y hacia la derecha para verificar que no hubiera nadie –Deja de cotillear mujer y ven para que me ayudes a colocar esto –Saco un pequeño círculo negro de su bolso-
Nikoskys: Pero si tú eres quien… baa olvídalo –No preguntó por el pequeño círculo negro porque ya lo había visto en otra ocasión, era una pequeña cámara que estaría conectada a un móvil, había que estar muy cerca para fijarse que tenía un lente.
Yuliase: ¡Bingo! Ahora solo será cuestión de minutos para que entre en él –Cuando Eve se preparaba para decir alguna de sus bizarradas por el comentario de Yuliase, vio por el rabillo del ojo como alguien corría hacia una puerta que estaba en el fondo del pasillo, sus ojos grises se quedaron fijos en la puerta, Nikoskys se inquietó, conocía esa mirada, Eve por la manga de su abrigo deslizó un pequeño cuchillo hasta su mano y se dirigió hacia la puerta del sospechoso, se puso en cuclillas y pegó su oído a ella para intentar escuchar algo de dentro, pero había total silencio, Niko estaba detrás de ella y se quedó impactada cuando Eve de una sola patada y con toda su fuerza bruta la abrió, pero más impactada quedó cuando al mirar adentro de aquel piso divisó el silenciador de un arma apuntándole a la cabeza.
HombreFX: Gracias.
Samx: Gracias por seguir fielmente la historia y también me gusta lo que escribes.
Paty: Nos alegra que te haya gustado el regalo adelantado de navidad, saludos :D
Martha4: Gracias, me alegra que te guste.