Assaisonnement de lamour à paris 6
Niko abrió más sus piernas y sin quitarle los ojos de encima torno sus brazos hacia atrás para quitarse el sujetador que luego fue lanzado hacia alguna parte de la sala..
Dasha: Niko tu tienes razón yo… -Mira impactada la escena- pero que es esto!? Quien es esa Nikoskys!? -aparentemente entre la felicidad por haber visto a Anaelle olvido cerrar bien la puerta, Ana se paro de golpe veía a Niko y veía a Dasha que ya tenia los ojos rojos camino hacia su pequeña maleta quería salir de ahí se sentía burlada no debió ir, Niko la tomo de su mano…
Nikoskys: No te vayas la que se tiene que ir es ella por favor espera- la miro directamente a los ojos Anaelle se detuvo-
Dasha: Pero que demonios te pasa Niko! ¡Yo soy tu prometida!
Nikoskys: Lo eras!! joder métetelo en la cabeza, LO ERAS! Yo….yo la amo a ella... ¿lo recuerdas? – volteo hacia Anaelle- ya tebya lyublyu….te amo -Ana se quedo petrificada, Dasha salio como rayo de aquel piso, Niko se acerco a la puerta cuando volteo para dirigirse hacia Ana no la encontró, la busco por toda la sala con la mirada hasta que la vio en el balcón camino hacia ella. Ana miraba la nieve caer ya no sentía el frío solo pensaba en las palabras que le había dicho Niko
Anaelle: Tienes mucho que explicar- decía mientras sentía como Nikoskys la abraza por su espalda y recostaba la barbilla en su hombro.
Nikoskys: Lo sé –lo dijo en voz suave, casi en susurro-
Nikoskys: Te prometo que hablaremos –Le decía un poco agitada a Anaelle mientras subían al elevador para dirigirse a su trabajo, cuando se disponía a explicarle todo sonó su celular, era una llamada de emergencia de su bufete –thanks god!- Ana no decía una palabra, solo asentía con la cabeza, parecía estar ausente, cosa que inquietaba más a Niko, pensaría cuidadosamente cada palabra que le diría.
Se abrieron las puertas del elevador y fueron recibidas por la recepcionista quien hizo una reverencia extraña, cuando iban de camino hacia su oficina apareció Genia agitada con muchos papeles en sus manos, siendo seguida por la histérica señora Cooley y más atrás venia pacientemente su hija que al ver a Niko se le iluminaron los ojos.
Genia: ¡Señorita Nikoskys que bueno que ha llegado! La señora Cooley quiere replantear la propuesta cree que lo acordado con su esposo es muy….
Sra. Cooley: Ese hombre quiere dejarme una miseria! -Interrumpió la agitada mujer- Su hija observaba detenidamente a Anaelle quien parecía estar distraída, perdida en sus pensamientos, Niko las miraba con toda la pereza del mundo, el único caso que quería resolver era el suyo con Anaelle, para el cual no había armado una defensa aún, se llevó sus mano a su rostro tratando de ocultar su expresión de estrés total, realmente estaba echa un lío entre sus pensamientos, el parloteo de la señora Cooley y Genia tratando de calmarla ya no sabía qué hacer, sintió una mano posarse delicadamente en su hombro volteo hacia atrás, Ana la miraba con unos ojos inexpresivos..
Anaelle: Si quieres puedo esperar por allí –lo dijo con poco animo sonaba algo triste, entonces Niko se dijo así misma que debía hacer algo rápido, así que tomo delicadamente la mano de Anaelle y la acerco hacia ella.
Niko: Quisiera aprovechar la ocasión para presentarles a mi prometida -Su expresión cambio totalmente, mantenía una sonrisa amplia y acariciaba la mano de Anaelle quien se había quedado completamente helada y no se percataba de la mirada inquisidora que le lanzaba la hija de la señora Cooley que también se había quedado sin habla, el silencio inundo aquel pasillo y algunas personas que pasaban cerca se quedaron viendo extrañadas la escena.
Genia: Un placer conocerla señorita -se acercó siguiéndole el juego a Niko, aunque estaba igual de confundida que las demás, conocía perfectamente a Niko pero en los años que tenía trabajando con ella jamás había visto a esta chica, quien era visiblemente más joven que Niko, tampoco había presentado a alguien como su prometida, ni siquiera a la que alguna vez fue su verdadera prometida –Me disculpan un momento por favor?- dijo Anaelle mientras se soltaba de la mano de Niko y se echaba a correr por el pasillo, eso había sido demasiado para ella por su cabeza pasaban mil preguntas ¿Qué era lo que pretendía Niko? ¿Quién era esa mujer que llego a su piso? Era algo que no había dejado de pensar en si realmente era su prometida y más aún en sus palabras “ya tebya lyublyu” te amo…? lo diría en serio? ¿Y si lo era, que le respondería? Corrió tan rápido como pudo para llegar al elevador no sabía las respuestas para estas preguntas lo único que pasaba por su cabeza claramente era huir, entró al elevador y marco el primer piso tan rápido como pudo, pero antes de que las puertas se cerraran entró Niko jadeante por la persecución, se acercó a Ana como pudo y coloco sus manos sobre sus hombros y está solo la miraba entre sorprendida y seria.
Niko: Lo…lamento..-le dijo con la respiración acelerada y con el pensando seriamente en que tal vez debería hacer más ejercicio y que correr en tacones era algo incómodo, pulso el botón de stop del elevador tenían mucho que hablar y no quería que nada ni nadie las interrumpiera, Ana se asustó un poco no le agradaba mucho la idea de estar en un elevador detenido pero solo bajo la mirada y hubo un corto silencio hasta que se atrevió hablar.
Ana: Es que tú me dices cosas como “me puedo morir sin ti” y yo me quedo como…no sé qué decir -apretaba los puños para ella nunca había sido fácil abrirse con las personas pero con Niko algo la impulsaba hacerlo y esto le daba más miedo-
Niko: No tienes que decir nada que no sientas -Tal vez si se había apresurado, pero ¿cómo frenaba eso que sentía? no quería hacerlo, quería dejarlo salir, ella la amaba y no iba a negarlo-
Anaelle: Realmente lo sientes? Realmente me amas? Dicho esto clavo sus ojos en Niko quien pudo detallar nuevamente en su intensa mirada aquella diferencia notoria de colores en los ojos de Ana, le parecía hermoso y único quería besarla pero no lo hizo, solo acaricio delicadamente su rostro y con la otra mano pulso el botón de nuevo.
Niko: La pregunta es necia –le sonreía sinceramente con aquella expresión que solo una mujer enamorada puede tener- Te mostrare ya verás!
El elevador no tardó mucho en llegar a planta baja, Niko la tomo de la mano y salieron corriendo del edificio, Ana no sabía a donde iban, no conocía nada de Moscú, solo le quedaba confiar en Niko, siguieron corriendo algunas calles y evitaron ser atropelladas por algunos conductores malhumorados hasta que llegaron a un lugar por donde transitaba mucha gente, mejor dicho demasiada gente para el gusto de Anaelle y venían de todas direcciones luego de caminar un poco más y detenerse a mirar pudo divisar un tanto lejos el Kremlin, nunca había estado en ese lugar pero lo había visto en libros de historia sin duda tenía que estar en la plaza roja el centro de la ciudad que no solo tenía ese nombre por su valor histórico sino que también partían de ella todas las calles más importantes, pero aun así no entendía que hacían ahí, Niko le guiño el ojo y se paró frente a ella y sin importarle la multitud que había dio un gran grito al cielo y algunos voltearon a verla otros siguieron su camino los más curiosos se quedaron observando Niko tomo la mano de Anaelle y tomo aire
Niko: ¡Te amo!! –le grito con todas sus fuerzas y continuó -Deseo que seas solo mía y que tu desees que yo sea solo tuya!! –Anaelle solo la miraba con la boca entre abierta sorprendida y Niko seguía gritando ahora en ruso, que ella no entendía, pero debía decir lo mismo o más, porque algunos de lo que estaban alrededor las miraron mal otros rieron y algo lejos se escuchó unos aplausos y silbidos, pero Niko no terminaba se acercó a ella y la tomo de la cintura y justo ahí en plena plaza roja acerco sus labios a los suyos, Anaelle estaba sonrojada y apenada totalmente, siempre había sido abierta con su sexualidad pero le parecía que ahora había demasiada gente a su alrededor y no estaba en parís estaba por separarse cuando escucho
Niko: Je t'aime -le susurro despacio- te lo puedo decir en todos los idiomas solo quiero que entiendas que mis sentimientos son reales.
Osea nunca le había importado que pensaban los demás y lo iba hacer justo ahora? Cuando más deseaba besar a esa hermosa mujer que tenía en frente? La tomo del cuello la beso fue un beso suave tierno pero que expresaba muchas cosas y ahí Ana pensó “y si la amara la que? para ellas ese instante era y seria inolvidable y hubiera durado más si no es porque una mujer que ya parecía de la tercera edad empezó a pegarle con un bolso a Nikoskys, Ana la tomo del brazo y salieron corriendo de ahí en la misma dirección en la que habían llegado y se metieron por un pequeño callejón que estaba al lado de una tienda víveres.
Ana: En serio que tienes mala suerte! –soltó una carcajada y Niko empezó a reírse también con algo de dificultad, había corrido mucho, tomó a Ana con las dos manos por la cintura y la pego la pared
Niko: Tal vez tu cambies mi suerte -La beso y Ana metió sus manos entre su cabello y cuando iban a intensificar el beso el celular de Nikoskys comenzó a sonar
Ana: O tal vez no -Le sonrió cerca de la comisura de sus labios, Niko sonrió resignada y se alejó unos pasos para atender la llamada que al parecer era de su padre.
Nikoskys: Que sucede atets?
Sr Kursabnova: ¿Hija dónde estás?
Niko: Sería un poco difícil de explicar, pasa algo?
Sr Kursabnova: Creo que deberías salir de la ciudad por unos días, algunas personas no están contentas con tu salida y mientras arreglo todo sería bueno que te mantuvieras lejos -Esto angustio un poco a Niko, no quería causarle problemas a su padre-
Niko: Si lo deseas puedo ir y hablar con ellos personalmente.
Sr Kursabnova: No, esto es mi culpa maya dochka, yo te metí en esto no te preocupes, porque no vas a esa cabaña que tanto te gusta?
Niko vio a Ana, le pareció perfecta la sugerencia de su padre así que acepto sin más, aunque esto no quiere decir que no se preocupara, haría algunas llamadas más tarde, ya no era una niña pequeña. Convenció a Anaelle de ir a ese lugar con la excusa de que unos familiares estarían en su piso y ambas estarían mejor en esa cabaña, Ana no le creyó del todo pero acepto, tenía cierta curiosidad por conocer más cosas sobre ella, llamaron a Genia quien mandaría a alguien con el bugatti de Niko y con las cosas de Ana, se dispusieron a entrar a la tienda de víveres donde compraron una que otra cosa, y donde tuvieron una pequeña disputa por ver quien pagaría la cuenta, Niko había visto el rostro de Ana iluminarse por unos pies de limón así que llevo muchos aunque Ana le repetía que no era necesario y terminaron discutiendo.
Al final Niko ganó la disputa, aunque Anaelle fruncía repetidamente el ceño diciendo que le pagaría después, cuando salieron ya un hombre se encontraba afuera con el auto de Niko, metieron las bolsas con sus compras, se despidieron del hombre y tomaron camino.
Ya era de noche cuando Ana despertó, se había quedado dormida mientras Niko conducía, aún estaba exhausta por el largo viaje y no había tenido tiempo de descansar, no se hubiera despertado si no hubiera sido porque sintió el auto detenerse.
Ana: Ya llegamos? -Hablaba pausado con los ojos entre cerrados-
Niko: Si, no te preocupes yo ya baje las cosas. Ven entremos!
Ana se paró con algo de dificultad por el sueño, no solo por eso si no por el penetrante frio que sintió en su cuerpo al bajarse del auto y no supo si por intuición o por que se notó Nikoskys le coloco su sobre todo para cobijarla. Entraron a la cabaña que parecía muy acogedora, todo de madera, con algunos estantes llenos de libros, algunos adornos de cristal, una escalera y una hermosa chimenea, vio unos viejos pufs cerca de un ventanal y se sentó ahí, Niko fue a la cocina volvió con un vaso de agua para ella que agradeció enormemente.
Niko: Estaré arriba hare algunas llamadas, allí está la cocina puedes tomar cualquier cosa que desees, estás en tu casa, solo tardare unos minutos -Cuando estaba a punto de subir se percató de que Anaelle seguía pensativa y distraída, miraba hacia la oscuridad por el enorme ventanal, odiaba esos momentos de silencio de Ana, no realmente porque le molestara, sino porque sentía que se metía en su propio mundo donde no podía alcanzarla, lo cual pasaba muy seguido desde que llego a Rusia, entonces se le ocurrió una idea.
Niko: Te apetecería jugar conmigo? -Lo dijo con una sonrisa que podría decirse era casi coqueta pero solo casi, Ana levanto su mirada hacia ella un tanto confusa, Niko se acercó lentamente se puso a su altura, la tomo delicadamente de sus manos y la guio hasta una sala contigua donde había un pequeño mini bar y lo que parecía o hacia alusión a una gran mesa con una sábana sobre ella, que Niko quitó enseguida dejando a la vista una hermosa mesa de pool –Sabes jugar? -Mientras se dirigía al mini bar para servir dos vasos de vodka absolut.
Ana: Bueno jugué alguna vez hace mucho tiempo -dijo algo sorprendida-
Niko: Con eso bastara -Le guiño el ojo mientras le entregaba el vaso, y así empezaron el juego, las horas se fueron pasando entre risas, copas pequeñas, anécdotas de sus vidas, Ana disfrutaba escucharla hablar, amaba su acento, las mejillas de Niko estaban ya tornándose rosadas por los tragos y cuando se disponía abrir otra botella se le ocurrió una idea.
Niko: Que te parece si lo volvemos más interesante? -La sonrisa que esbozaba la delataba-
Ana: ¿A ver cómo?
Niko le explico que ahora habrían reglas, quien perdiera una partida debería quitarse una prenda de ropa, Ana dudo en aceptar pero termino haciéndolo, vamos a quien iba a mentirle? Ella quería! Jugaron, Niko quedo solo en sujetador y tanga (no sabría decirles si realmente por el alcohol o porque quería perder rápido) Ana la miraba con disimulo, pero seguía concentrada en el juego, solo había perdido la camiseta. Niko en cambio la miraba lascivamente quien permanecía semi desnuda de arriba y sin poder contenerse se acercó a ella contoneando las caderas y pasando su lengua por sus labios para limpiar al de vodka que había derramado, si, estaban algo pasada de tragos sus mejillas estaban un tanto rojas y con aquella naturalidad se paró frente Ana, le desabrocho su pantalón, bajo su cierre, luego subió sus manos y rozo “sin querer” aquella parte tan sensible, acarició sus rostro y esta seguía sin decir nada, acercó más su rostro al de ella sin desviar su mirada de la suya.
Niko: Me creerías que desde aquella noche a cada instante te imagino así? –La jalo lentamente de su pantalón quedando cadera con cadera- No sé, se me hacía tan excitante imaginarte así- Estaba a punto de besarla pero suavemente Anaelle la aparto.
Ana: Aún te toca quitarte una prenda
Niko: Y qué te parece si me la quitas tú?
Ana: Me parece excelente -La abrazo por su cintura, la miro fijamente, beso sus mejillas que aún estaban rojas por el vodka, acariciaba su espalda baja mientras la guiaba hasta la mesa de pool, la tomo con fuerza de sus muslos y la sentó en el borde, separando sus piernas y quedando parada entre ellas, pego su frente con la suya -Provocas tantas cosas en mi- Le dijo casi en susurro cerca de sus labios, Niko le dio un beso casi con devoción que fue cambiando y volviéndose profundo al sentir las manos de Ana entre su tanga jugando con ella, tratando de bajarla.
Se arrodillo delante de ella mientras terminaba de quitar aquel pedazo de tela que ya estorbaba, tomó la pierna derecha de Niko y comenzó a darle besos desde el tobillo, le daba pequeñas mordidas suaves a medida que iba subiendo, mientras aquella rusa la observaba detenidamente, se movió hacia la pierna izquierda y paso lentamente la lengua por su muslo, Niko abrió más sus piernas y sin quitarle los ojos de encima torno sus brazos hacia atrás para quitarse el sujetador que luego fue lanzado hacia alguna parte de la sala, cuando Ana se acercaba entre besos y lamidas hacia su entre pierna solo dio un beso a su vientre y volvió a subir a sus labios, puedo incluso escuchar que Niko hizo un sonido de reproche, la parisina la beso divertida por esto y volvió a tomarla de con fuerza de sus muslos y en un momento ya estaba acostada en la mesa de pool con Ana entre sus piernas besándola con un deseo que crecía mientras su lengua coqueteaba con la suya, Niko tomo su mano y la guio hasta su seno izquierdo el cual comenzó a masajear con su pezón erecto entre sus dedos, se separó de sus labios y se acostó a su lado derecho con una pierna entre las de Niko como intentando separarlas más, dio un gemido al techo cuando sintió que la mano de Anaelle había dejado de jugar con su pezón para hacerlo con su clítoris, cerraba los ojos, fruncía su ceño, movió su cabeza a un lado mientras se mordía los labios, Ana quería guardar esa imagen en su cabeza le parecía lo más excitante que había visto hasta ese momento, movía sus dedos en círculos, luego los movía de arriba abajo lentamente por todo el sexo de Niko, presionaba suavemente su entrada haciendo que Niko diera más gemidos que no controlaba pues estaban tan alejadas de todo que no importaba.
Anaelle recostó su cara en su pecho, pasaba su lengua por él y la penetro lentamente, sus dedos se deslizaron con facilidad y comenzó un ritmo lento y profundo que agilizo al mismo tiempo que tomo uno de sus pezones entre sus labios, no paso mucho tiempo para que se corriera mientras se apretaba a Anaelle con sus gemidos agudos de fondo. Espero que se recuperara mientras le dedicaba besos a su hombro y jugaba con la humedad que aún quedaba en sus dedos pasándola por el abdomen inquieto de su sensual rusa, se detuvo para pasar su lengua por donde había pasado sus dedos, Niko dio un suave gemido y tomo su rostro entre sus manos y lo acerco al suyo.
Niko: ¿No quieres darme descanso verdad?
Ana: ¿Quieres que te lo de?
Niko: Mmmm déjame pensarlo -ambas se rieron mientras se abrazaban desnudas aun sobre aquella mesa de pool, Ana se quedó junto a Niko dándole pequeños besos y miradas sin darse cuenta de que era la primera vez que hacia el amor dos veces con la misma persona y no le daban ganas de salir corriendo, cerro sus ojos pacientemente y se dijo en sus interiores que debía aceptarlo, si no estaba enamorada era obvio que lo estaba haciendo.
Pasaron un par de días en esa cabaña, salían a explorar por el bosque, jugaban como niñas en él, se lanzaban bolas de nieve pues ya había empezado a nevar más fuerte lo cual le daba algo de nostalgia a Ana por sus lobos los extrañaba, los había dejado a cargo de su padre sabía que estarían bien, Niko cuando la notaba distraída le daba besos fugaces y lograba sacarle una sonrisa, le enseño algunas cosas que hacía de pequeña con su primo, le hablo nuevamente de él, era como su hermano siempre estaban juntos aunque él era bastante más grande que ella siempre la obedecía y lo convencía para que tomara las botellas de su padre, luego corrían al bosque cerca de su casa hacían bolas de nieve y vertían todo lo que había en la botella sobre ellas y se las comían, era algo gracioso pues llegaban todos tambaleantes y riéndose de todo, sus padres nunca se dieron cuenta, Ana se rio a carcajadas por tal relato y se sonrojo completamente cuando Niko le dijo que gustaría que lo conociera.
Niko se perdía para hacer alguna de sus llamadas de las cuales Ana prefería no preguntar, aunque tuviera mucha curiosidad pensó que debía darle su espacio. Hablaron de Dasha le explico y prácticamente le juro que ya no tenían nada desde hace mucho tiempo, le conto toda su historia a pesar de esto Ana sentía que aún le ocultaba algo y tenía mucha razón, Niko sentía que si le decía en ese momento la verdad sobre lo que ella hacía, Anaelle seguramente se marcharía y no sabría más de ella, no estaba dispuesta a perderla, se lo diría, pero aún no era el momento.
Ya era el tercer día que pasaban en la cabaña y Ana se levantó con ánimos de hacerle más preguntas a Niko, pero está se apareció sonriente con unos patines hielo en su mano, le costó convencer a la parisina de ir a lago cercano que se había congelado, Anaelle no sabía patinar y le aterraba la idea, cuando llegaron se quedó fascinada por la vista del bosque totalmente blanco, los copos de nieve aun cayendo, pero más aun fascinada por Niko, estaba hermosa, sus ojos verdes que siempre cambiaban de tono hoy estaban tan claros cristalinos y puros, sus labios rojos por el frio la incitaban a besarlos y su piel tan blanca como aquella capa de nieve, en ese momento Anaelle se despejo de todas sus dudas, solo estaban esas dos jóvenes mujeres en el medio del lago congelado, sostenidas de sus manos porque si Anaelle soltaba a Niko lo más seguro es que se caería sin remedio.
Ana: Pareces…pareces como hecha de nieve.. -No pudo evitar que sus pensamientos salieran de sus labios, Niko empezó a sonrojarse y esbozo una sonrisa tímida, empezó a deslizarse hacia atrás atrayendo a Anaelle hacia ella esta no se novia solo se dejaba llevar.
Niko: Eso me decía mi abuela -Hizo un movimiento rápido con sus pies para deslizarse hacia otro sentido, Anaelle apretó sus manos- Tranquila no te soltare….prometo jamás soltarte -Ambas sonrieron con esta frase y Niko siguió hablando- ella decía que era un precioso copo o “copito” de nieve -Volvió a cambiar el rumbo con sus pies dando una vuelta con Ana y dejando un circulo marcado en el hielo, chocaron quedando frente a frente mirándose fijamente, la tomó de sus caderas acercándose aún más, sentían sus respiraciones en sus labios.
Ana: Es verdad eres preciosa...-Y dejándose llevar beso esos labios que a pesar del frio estaba tan tibios y suaves en ese momento pensó que podría pasar un día besándola y no se cansaría, Niko se aferraba más a su cintura, en ese momento comenzó la melodía de su celular, joder! porque no estaban lo suficientemente lejos como para perder la señal, que manera de acabar con la magia del momento .
Nikoskys: Diga? -Atendió con toda la molestia del mundo sin soltar una mano de Anaelle que la miraba tranquila pues ya se había acostumbrado a las interrupciones-nyet!......spasiba…y cuídate por favor.
Ana: Esta todo bien?
Niko: Si, si era un amigo…le pedí de favor que nos arreglara un vuelo a parís… es que te había notado muy triste y bueno volvemos hoy! –esbozo la sonrisa más sincera que pudo pero no era así, no la había llamado un amigo, había sido su padre le dijo que se fuera del país que no se preocupara que ya había arreglado el vuelo, que la quería alejada de todo mientras arreglaba el problema, Niko sabía cuál era el problema, en una de las tantas llamadas que hizo, su socia y amiga más confiable le dijo que habían mandado un asesino en su búsqueda, aun no sabía quién y quien era dicha persona pero ese era el tema de conversación por los alrededores, lo cual creó una gran disputa de los que estaban de acuerdo con esto y los que no. Niko no se preocupaba, tenía mucha gente pero algo que si le aterraba era que sucediera algo a Anaelle, su amiga le aconsejo que se alejara de ella pero no podía jamás se perdonaría así misma dejarla sola.
Volvieron a la cabaña empacaron velozmente y tomaron rumbo hacia la ciudad de nuevo, volvieron a discutir en el camino pues Ana quería pagar su boleto de avión pero Niko no la dejaba, lo que la molestaba más, al final volvió a quedarse dormida mientras Niko manejaba de vuelta, la miraba dormir le parecía adorable, ya la contentaría en el camino pero de preferencia era mejor que siguieran así, así no le haría preguntas, ella sabía que Ana no era boba que no se había tragado el cuento y que algo sospechaba. Llegaron al aeropuerto y abordaron el avión una hora después sin problema alguno, ya en los asientos Niko respiraba en paz, no le agradaba la idea dejar a su padre solo, pero mientras más lejos se llevara a Anaelle de ahí sería mejor, ella no se percató cuando Niko miraba en diferente direcciones cuando entraron al aeropuerto, quería asegurarse que su gente estuviera ahí, no quería sorpresa no permitiría que le sucediera algo su niña, así que coloco hombres armados muy discretamente cerca de la entrada y entre la gente.
Ya se le entrecerraban los ojos solos, no había dormido y el viaje en auto desde la cabaña a la ciudad fue algo largo y sintiendo la mano de Anaelle tomando la suya –descansa- solo pudo escuchar antes de quedarse totalmente dormida…para cuando volvió abrir los ojos ya había apagado las luces del avión todos dormían, se despertó al no sentir la mano de Ana con la suya, miro a su lado y no estaba, volteo al pasillo y alcanzo verla con dificultad por la oscuridad, caminar por el pasillo hacia el baño, espero unos minutos y se dirigió al baño también fijándose en el camino que no hubiera nadie despierto había llegado el momento de contentarla.
Cuando entró vio que Anaelle había dejado su chaqueta sobre el retrete y se encontraba de pie frente al espejo del lavamanos, se acercó sigilosamente por detrás y la abrazo tomándola por sorpresa.
Ana: Joder me asustaste! -Se dio la vuelta quedando frente a Niko quien la beso sin dejarla decir una palabra más, la tomo de las manos y la guio hasta la pared poniéndola contra ella, Ana solo se dejó dominar por sus labios y por su lengua que buscaba la suya. Niko tomó el control de la situación y con su mano derecho sostuvo ambas manos de Ana por sobre su cabeza, bajo su mano izquierda y desabrocho su pantalón y metió su mano dentro, acariciando los labios vaginas por encima de su tanga, notando que ya empezaba a humedecerse. Le hablaba entre besos y pequeñas mordidas que le daba a su labio inferior.
Niko: Trata de no hacer mucho ruido -Le decía y se agacho frente a ella, le bajo el pantalón y la tanga que llevaba puesta
Ana gemía despacio acariciaba el cabello de Niko mientras está pasaba con cuidado su lengua por sus labios menores y acariciaba sus muslos, antes de que pudiera probar más del dulce sabor de la parisina se abrió la puerta de baño.
Una chica que al verlas en aquella situación las miro con total desagrado..
Chica: -¡Disculpen pero este no es lugar para sus…indecencias!-
Ambas dirigieron su vista la puerta, era una chica joven delgada bastante alta incluso más que Niko y un poco que Ana de cabello castaño claro largo con unos ojos azules realmente expresivos llevaba una franelilla de leopardo puesta que dejaba ver algunas pecas que tenía en sus hombros. Niko se levantó y limpio sus labios con sus dedos, ayudo a Ana a subirse los pantalones y le lanzo una mirada asesina a aquella joven.
Niko: No molestes niña -Dicho esto salió de baño chocando su hombro con el de la chica, Anaelle ya iba de salida también pero la chica la tomo de la mano.
Chica: Se te quedo esto -Le extendió su chaqueta, ya se le había hecho costumbre, tomo la chaqueta y vio a esta chica que ya no parecía molesta más bien le sonría y se podría decir que hasta con un poco de picardía o coquetería. Ana salió del baño disparada sin decirle nada o mirar atrás volvió, a su asiento y consiguió a Niko refunfuñando sola, lo cual le dio risa, pues si, la verdad era molesto que siempre las interrumpieran.
Llegaron a parís, Anaelle estaba alegre hacia frio pero no ese frio ruso que se le calaba por los huesos, quería ver a sus amadas mascotas y tal vez no era solo eso lo que la tenía alegre, sino que desde que bajaron del avión Niko no soltaba su mano, al principio le pareció raro, pues nunca había andado con alguien así en público, pero después de unos cinco minutos no quería que la soltara. Buscaron su equipaje y se dirigieron a los vehículos particulares que habían contratado, ahí se despidieron y cada una tomo un rumbo diferente, Ana debía ir a casa de su padre y Niko a instalarse en el hotel.
Mientras entraba al hotel, Niko, vio como colocaban algunos adornos de navidad en la entrada, había olvidado que ya se acercaba la época decembrina, luego iría a comprarle algún regalo a Anaelle, el servicio de botones subió su equipaje hasta su Suite de lujo, le agradeció y le dio una buena propina, apenas se quedó sola se dejó caer de espaldas sobre la gran cama..
Niko: No dejare que nada me aleje de ti…-Se decía para sí misma- debía resolver el asunto del asesino ¿Quién podía haberlo contratado? No creía que pudiera ser Dasha, pero de su padre si lo creía, tenía mala fama, pero bueno, de momento solo podía descansar..
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