Aspectos del tratamiento a pony girls en Damon

Traducción de un fragmento de la novela "Chateau Damon" de Mr. Bushida ofrecido libremente por PF

Castillo de Damon (fragmento)


Título original: Chateau Damon

Autor: Mr. Bushida, (c) 2001

Traducido por GGG, diciembre de 2003

Había una increíble intimidad sexual implícita en la 'descripción del trabajo' del mozo de cuadra de dieciocho años. Aunque a William le habían pedido bañar y ponerle los arreos a mujeres lo bastante mayores para ser sus abuelas, esto no parecía rebajar un ápice su pasión.

Tener a un hombre tan joven manejando sus desnudeces era particularmente difícil para Judith y Eleanor... y también para Sara, la más joven. Extrañamente habrían preferido incluso a un Mr. Bushida para que enjabonara sus ancas y deslizara los dedos en el interior de sus anos en los viejos Reales Establos, a ser 'preparadas' por un hombre tan joven como William. Podemos estar seguros de que Joseph sabía perfectamente todo esto.

Eleanor se levantaba cada mañana antes de que llegara William para ir al baño. Cuando había acabado de 'hacer su faena' y limpiarse todos sus orificios, se sentaba rutinariamente en el borde de la cama, desnuda bajo su bata de raso para esperar su llegada. El joven daba un golpecito leve y entraba sin esperar invitación. William estaba bastante despierto a esa hora, habiendo hecho antes sus labores domésticas en casa. Y nunca subía al castillo antes de devorar una gruesa rodaja de crujiente pan campesino recién hecho por su madre y café bien diluido en leche caliente.

La mayoría de las mañanas, una vez enganchado el collar de anillo al suave cuello de Miss Kolton, simplemente la bajaba por la gran escalera y la sacaba hacia los establos por la puerta de la biblioteca. En otras ocasiones se aprovechaba de su cargo y estrechaba suavemente su cuerpo contra el de ella... un momento que Eli apreciaba a su propia manera desesperada.

¿Era esto algún tipo de excusa del joven francés? Eli sabía que este pequeño signo de afecto era su forma de indicar alguna otra cosa que exigía de ella también, y automáticamente se inclinaba hasta cogerse los tobillos con las manos temblorosas. William no iba a azotarla o a satisfacer ningún escarceo sexual con su coño. Simplemente le gustaba levantarle la bata por encima del trasero, dejando al aire la hendidura boquiabierta entre los carrillos separados de su culo, e insertar su dedo medio completo en su recto. Deslizaba el dedo dentro y fuera de su culo como una docena de veces antes de cansarse de este capricho de 'juventud'.

A continuación, con la pobre Eleanor sobre la mesa de lavado de los establos, William bañaba su cuerpo femenino con cuidado deliberado y minuciosidad, aunque mostrando poco interés sexual en su rostro, pechos o coño... aunque no estaba a salvo de una ocasional caricia de este último. A menudo continuaba sus escarceos con su ano bien enjabonado antes de aplicarle sus arreos de pony.

Esta rutina llegó a ser una segunda naturaleza para ambos. Pero realmente era un tributo al Señor y Amo Joseph Damon, que esta dulce, sensible mujer pudiera sobrevivir a la constante y abyecta degradación de estas actividades de bestia de carga. Era su sensibilidad para albergar a sus yeguas en el lujo del castillo, en sus magníficas habitaciones privadas, no encerrarlas en un establo o una celda. Era su insistencia en que vistieran y actuaran normalmente en sus horas 'libres'. Era su inclusión en la mesa de la cena y todos los otros actos de un comportamiento casi natural, lo que permitía esa yuxtaposición increíble y que semejante rutina en los antiguos establos continuara sin interrupción.