Asistenta del abuelo

Como una mujer viuda necesitada ayuda a un abuelo en sus tareas del hogar

ASISTENTA DE ABUELO SALIDO

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Hola mi nombre es Magdalena tengo 47 años, tengo un buen culo, tetas grandes un poco gordita 78 kg, vamos un imán para los abuelitos, me quedé viuda hace dos años con 1 hijo adolescente y una pensión pequeña. Tenía que trabajar en algo ya que siempre me había ocupado de las tareas del hogar y apenas había trabajado.

Vivo en un pequeño pueblo de Toledo de apenas 3000 habitantes, las oportunidades de trabajo eran escasas.

Desde que me quedé viuda había notado que muchos abuelos viudos y solteros del pueblo me miraban con ojos de deseo, me hablaban mucho incluso alguno me.invito a su casa a tomar un café.

Mi marido siempre me dijo que a los abuelos de 75 para arriba les gustan las mujeres con buen culo y tetas grandes, les ponen cachondos justo como era yo. Les ponía cachondos tenía que aprovechar la ocasión para encontrar trabajo aunque fuera de asistenta. Salva era un abuelito de 78 años que vivía cerca de mi y le tenía loco así que el hombre soltero me ofreció trabajo. Le preparaba la comida, limpiaba un poco y otras tareas propias del puesto. Me pagaba a 10 euros la hora.

Un día a Salvador que así le gustaba que le llamará le dije que si le ayudaba a ducharse porque andaba un poco torpe por su edad. Comenze a desnudar a Salvador y le meti en la ducha. Al principio no me di cuenta de que tenía un pene enorme. Empezé a enjabonarle y al momento el pene de Salvador está tieso como una vela apuntando a mi cara. Hombre parece que te gusta la ducha, el abuelo me dice cariño con una mujer como tú tocándome se la levanta a un muerto. Llevo muchos años sin estar con ninguna mujer y hoy estoy feliz, le dije que yo no era una cualquiera que sólo quería trabajar para poder pagar los estudios de mi hijo. El me dijo no te ofendas yo no tengo hijos ni familia si tú te portas bien conmigo te dejo todo mi casa y la cartilla del banco con diez millones de pesetas. Sólo quiero que me enseñes tu coño y las tetas y me hagas alguna paja de vez en cuando. Yo me enfade un poco y me fui al salón, pero al poco tiempo pensé que por enseñarle mi cuerpo a ese pobre abuelito y hacerle una paja no iba a pasar nada y yo terminaría con mis apuros económicos.

Le dije que aceptaba su propuesta, esa misma tarde me puse un pantalón corto ajustado y sin bragas, una camiseta sin sujetador, el abuelito se sentó en el sofá para verme limpiar y me dijo siéntate a mi lado hija y bájate el pantalón cuando lo hice dejé mi coño completamente depilado al aire el abuelito se puso como loco el hombre se sacó su pene grande más que había visto nunca ni el de mi difunto esposo y empezó a tocarse. . Salvador sin que sirva de precedente, le voy a hacer una paja, en agradecimiento de lo bien que se porta conmigo, el me dijo que lo haría muy feliz, empecé a subir y bajar mi mano a lo largo de aquel pedazo de polla, sacándole el capullo que parecía una ciruela morada, y yo estaba que me salía me estaba gustando y tenia el chocho como una fuente las bragas totalmente empapadas de mi jugos, el me dijo si podía tocarme las tetas, y yo le dije que bueno, pero que no se arregostase, par facilitarle la tarea, me desabroche la camisa, salieron al aire pidiendo guerra, el me las sobo una a una y yo casi me corro, mientras seguía con la paja que le estaba haciendo, hasta que conseguí que el abuelo se corriera, y también me sorprendió, la cantidad de leche que soltó, cuando termino de correrse , el me dijo que lo había echo muy feliz.

Al día siguiente después de limpiar la casa lleve a Salvador al dormitorio, yo me tumbe en la cama y le dije ¿le apetece follarme? El me dijo, claro que me apetece, pero no se si podré, claro que podrá yo le ayudare, y lo mismo que se corrió el otro día con la paja que le hice hoy se correrá mejor con el calor de mi chocho en su polla, el me dijo, primero me gustaría comerte el chocho si no te importa, le dije que me podía hacer lo que quisiera, que en ese momento era su hembra, y quería hacerle disfrutar como mas le gustase, acto seguido metió su cabeza entre mis piernas y empezó a comérmelo con desesperación, me metía la lengua dentro de la raja y me chupaba la pipa, a mi me gustaba lo que me hacia, aun con su edad sabia hacer disfrutar a una mujer, ya lo decía mi difunto marido vuelvo loco a los abuelos. Me tumbo en la cama

Y empezó a empujar muy fuerte con su polla dentro de mi coño. La esta bombeando como hace años que no follaba. Ni siquiera con su difunto marido lo hizo nunca así.

Magdalena se muere de gusto agarrada a la cama. Salvador la inclina mas hacia adelante y roza su punto g.

-¡Aahhh, aahh, ahh! ¡Salvador! ¡Que gusto! ¡No pareesss! No paa..reeeesssssssss, no paaareeeeeeesssssss.

En ese momento, vuelve a correrse.

-¡Aaaaaaaaaaaaah!

Joder, como folla el viejo, piensa. Ni siquiera mi marido me follaba así.

HASTA PRONTO HABRÁ MAS RELATOS