Asistencia sexual

Con mucho gusto acepté el trato

Me llamo Ana, para que os hagáis una idea de cómo soy, pensad en Mayra Gómez Kemp con 40 años y poco más o menos así soy, todo el mundo dice que me parecía mucho, en las expresiones, en la sonrisa, de cuerpo también. La historia que os quiero contar empieza en una pista de petanca, por allá el 1995, mirando una competición de mi hijo Juan, él tiene una disminución psíquica debido a una parálisis cerebral, va un taller de educación especial y la partida es parte de las actividades que hace.

A mi lado se acaba de sentar una mujer de más o menos mi misma edad, unos 40, seguro que es la madre de algún otro chaval, no me suena, debe ser del equipo contrario, otro taller especial también de Barcelona.

Desde las olimpiadas se han puesto de moda las liguillas entre centros, está muy bien, se han promocionado mucho estas actividades y los chavales disfrutan

  • ¿Qué tal?, cómo van?, me he perdido el principio
  • No te preocupes, no ha pasado nada especial, acaban de empezar

Saluda a la pista para que su hijo la vea, y uno de los más altos del otro equipo, tímidamente, alza un poco la palma de la mano para responderla esbozando una leve sonrisa

  • Pobre, ya debía estar sufriendo al no verme
  • Sí, angelitos, son así
  • Yo soy Ángela, ¿Cuál es el tuyo?
  • Y yo Ana, el mío es el que va a tirar ahora, se llama Juan
  • El rubito
  • Eso es, que harta me tiene, jajaja, además vivimos solos, su padre nos dejó al poco de nacer, se asustó, ya no lo hemos vuelto a ver
  • Madre mía, yo también soy separada, pero el mío se fue con una compañera de oficina
  • Es duro vivir esto sola
  • Si que lo es, es una barbaridad, no hay más vida que la de tu hijo, del trabajo a casa
  • Hasta ahora más o menos bien, pero ahora mismo voy muy despistada, ya no es un niño y bufff, es difícil, perdona la franqueza, pero es que estoy desesperada y no puedo hablar con nadie de esto.
  • Se perfectamente de que me hablas, el mío también está insoportable, las hormonas le van a mil, lo lleva muy mal, está siempre de mal humor
  • Vaya, y cada vez va a peor, no sé cómo gestionarlo
  • Pues, no nos va a quedar más remedio que lidiarlo nosotras, como siempre

Estas palabras, cargadas de razón, sin duda, me desesperan más

  • Esperaba que este momento no llegara, pero aquí lo tenemos, y entiendo que los pobres estén alborotados, pero, es que de verdad que no sé cómo gestionar esto, cuando le ayudo a bañarse el pobre va a mil y se queja de que le duele, se le van las manos hacia mí, esto me pone muy violenta
  • Ana, tranquila, puedes hablarme con franqueza, yo ya le masturbo -me dice ella mirándome
  • Yo también lo he hecho un par de veces - le confieso - pero es que el chico está sufriendo, para mi es muy violento
  • Lo sé, es insoportable, no debes sentirte culpable
  • Pero es que quiere más, quiere tocarme, me dijo que se la chupara, quedé muerta, le dije que no podía y se enfadó muchísimo, ha estado dos días casi sin hablarme
  • Si no quieres hacerlo, contrata a alguien para que lo haga
  • Ya lo he pensado, pero, es mi hijo, a saber cómo lo tratan, hay que saber moverlo, tratarlo, es muy sensible, no me fio, para mí es lo más importante que tengo, me da mucho miedo todo esto, aparte que no voy larga de dinero, en absoluto
  • Yo lo estuve mirando, y tienes razón, tampoco me fio
  • No sé cómo va acabar todo esto, cada día va a peor

Ángela me pasa el brazo por encima y me aprieta para darme ánimos, se hace el silencio, las dos sufrimos lo mismo, queremos que nuestros hijos estén bien pero sólo de pensar en la hora de la ducha, o cuando nos sentamos en el sofá a ver una película después de cenar, o cuando se levanta por la mañana con una tienda de campaña en el pijama impresionante... me veo perdida, yo quiero vivir una relación lo más normal posible, ya he sufrido bastante toda mi vida

Después de esta conversación cambiamos a temas más triviales, Ángela y yo nos caímos muy bien, nos acabábamos de conocer y ya parecía mi mejor amiga, y de hecho, quizás lo fuera, mi vida social es nula.

Al acabar el partido fuimos con los chicos a tomar un refresco, luego nos dimos dos besos, nos intercambiamos teléfonos y quedamos para vernos un par de días después en una cafetería en el centro ya que las dos trabajábamos cerca.

Ese día vino estupenda, trabajaba en una oficina bancaria, tenía cara de cansada, como yo supongo, realmente nuestra vida es una esclavitud

  • Como estas Ana, me alegro mucho de verte de nuevo
  • Muy bien Ángela, yo también me alegro muchísimo de verte

Nos fundimos en un abrazo sincero, cariñoso, Ángela, sin separarse me dio un beso en la mejilla largo y agradecido de poder estar las dos allí por un rato, nos desfogamos de lo lindo despotricando de nuestras vidas y al cabo de un rato, Ángela me dijo

  • Ana, he pensado mucho en la conversación que tuvimos el otro día, estamos las dos sufriendo porque no queremos hacer cosas que nos hacen sentir mal, yo te quería hacer una propuesta, no quiero que pienses mal de mí, ni que te enfades conmigo, es lo último que quiero, valoro mucho esta amistad, las dos nos encontramos solas ante todo y no es justo
  • Ángela, claro que no, tu tranquila, nuestra vida ya es una barbaridad, que puede superar esto
  • Bueno, ahí va, por favor si te parece una locura lo olvidas y ya está
  • Dime
  • He pensado que tenemos que conseguir una solución a este problema hormonal de los chicos, y si no nos movemos acabaremos nosotras haciéndoles cosas que nos harán sentir horrorosas, yo te quería proponer un intercambio, yo me ocuparé de satisfacer a tu hijo, y tú te ocupas del mío

Si hizo un silencio, no me esperaba esto, me dejó completamente fuera de juego

  • Ana, de verdad si te parece una locura olvida que te he dicho esto
  • No, no, es que estoy muy desconcertada, no sé qué decir, pensaba que ibas a proponer hacer un casting de putas o algo así

No pudimos aguantar las risas, casi lloramos

Esta proposición me dejó descolocada, estas últimas semanas habían sido un infierno, los remordimientos me superaban y lo peor es que no veía el final de esta pesadilla, me obsesionaba no poder tener una relación madre e hijo normal, sin esta presión, poder hablar con tu hijo sin que te mire las tetas o te meta mano o se te arrime por detrás empalmado.

La proposición de Ángela, sin dejar de ser fuerte, era soportable, es una tarea más, como fregar los platos o barrer la cocina, es solo sexo, sexo mecánico, no hay sentimientos no hay remordimientos, es una batalla más que me toca hacer en la vida. Sólo una más.

  • Ángela, me has descolocado, no me has escandalizado, de hecho, creo que es una gran idea, y te lo agradezco. Esto significa que acepto encantada, pero no sé cómo vamos a hacerlo, como vamos a organizarnos, ¿tienes algo pensado?
  • Si, le he estado dando vueltas estos días, he pensado que con la excusa de que hacemos un curso y no podemos recoger a los chavales, un día a la semana iré a buscar a tu hijo al centro y tu al mío, nos los llevamos cada una a su casa, allí que pase lo que tenga que pasar y luego quedamos para cambiárnoslos, tranquilitos y desfogados, jaja... Ana, yo sólo sé que tú serás cariñosa, dulce, respetuosa con mi hijo, y tú sabes que yo lo seré con el tuyo..
  • No lo dudes que lo seré y contigo estoy muy tranquila.

Nos abrazamos de nuevo, se nos saltaban las lágrimas por la confianza que nos teníamos, por lo dura de la vida, por estos sacrificios que hacemos por nuestros hijos y que nadie ve, nadie valora, solo nosotras lo sabemos

  • Y hasta dónde llegamos
  • No hay límite Ana, yo nunca te reprocharé nada, el límite lo pones tú, no quiero que hagas nada que te haga sentir mal

Ese mismo jueves, a las 17h, en la entrada del centro del hijo de Ángela:

Me he vestido con un vestidito estampado de tirantes, la faldita es tan ligera que parece querer levantarse a a la menor brisa de aire, es primavera

  • Buenos días, soy Ana, supongo que os ha avisado Ángela que no podía venir a buscar a Carlos porque está en un curso
  • Sí, pasa, está en la sala de espera, creo que ya está esperándote
  • ¿Hola Carlos, cómo estás?

Carlos baja la mirada, está rojo como un tomate, algún compañero suyo se me queda mirando de arriba abajo y hace un aullido, Carlos lo mira desafiante, no le ha gustado la insinuación, sus compañeros se ríen, lo cojo de la mano para sacarlo de esa situación tensa

  • Vámonos cariño, tengo el coche justo en la puerta

Él se pone a mi lado, ligeramente detrás mío, vamos cogidos de la mano hasta el coche, él sigue mirando al suelo

  • Ya verás que bien lo pasamos, sabes, tu madre y yo somos muy amigas, tienes mucha suerte de tener una madre tan buena, la quieres mucho verdad?
  • Sisi
  • Yo quiero ser muy amiga tuya también, ya verás cómo lo seremos, seré como una tía, ya lo verás

Lo acomodo en el asiento, mientras doy la vuelta al coche para subirme al mío me desabrocho un botón del vestido, me subo a mi asiento, le coloco bien el cinturón y me dispongo a arrancar, he procurado que la falda me quede bien subida, y que el escote deje ver generosamente el sostén de encaje color carne precioso

Carlos me mira tímidamente mientras conduzco, me mira las piernas, me mira el escote, ríe, balbucea sus pensamientos de manera ininteligible, mira fuera, luego me mira a mí, si pasa alguna chica se la queda mirando...

Yo le hablo de cosas no me hace ni caso, justo asiente si le pregunto muy directamente

Pienso en Juan, mi hijo, ahora debe estar también en el coche con Ángela, me pregunto cómo estará, lo que daría por verles a través de un agujerito

Por fin llegamos a casa

  • Pasa Juan, esta es mi casa espero que te guste, ¿quieres algo para merendar? ¿Bimbo con Nocilla?
  • Sisi
  • Ven que te lo preparo en un momento

Sigo con el escote del vestido bien abierto como si no me diera cuenta, mientras preparo la comida noto su mirada clavada en mi cuerpo, no dice nada, yo me muevo de un lado para otro, le dejo que me observe, que me explore

Le hago un zumo de naranja, le he puesto la tele y ni la mira

  • y ahora una duchita

Se le descompone de golpe la cara

  • nonono
  • sí, claro que si, he quedado con tu madre que te darías una duchita así ya irías limpio a casa, por eso te ha dado la bolsa con la ropa limpia tu madre
  • nononono
  • uiuiui que va a resultar que eres vergonzoso
  • nono
  • pues?.... venga venga, no hay excusa, no quiero que tu madre se enfade conmigo, además ella estará muy cansada cuando llegues a casa. Me voy aponer una bata

Desde la cocina Carlos me puede ver a través del espejo de la habitación, me quito el vestido dejándole ver todo mi cuerpo sólo con la ropa interior, me quito el sostén, miro disimuladamente al espejo, Carlos tiene los ojos como platos mirándome los pechos, mis braguitas blancas con transparencias supongo que tampoco le debieron pasar inadvertidos, me pongo un batín de verano blanco.

  • Venga campeón, a la ducha

Se levanta y le acompaño al baño, entra, pero no quiere que yo entre con él

  • Carlos cariño, no debes tener vergüenza, ya te lo he dicho, soy como tu tía
  • nonono
  • pero te tengo que ayudar como hace tu madre
  • nonono
  • Carlos, venga me tienes que ayudar, le he prometido a tu madre que te llevaría a casa limpio

silencio

  • Vamos a hacer un trato, nos duchamos juntos y se acabó el problema, yo te enjabono a ti y tú me enjabonas a mi

Carlos dibuja una sonrisa mientras baja la mirada rápidamente al suelo y se pone rojo como un tomate, resopla

  • jajaja, venga, venga, no me digas que te da vergüenza, estamos empatados, nadie pierde, podrá ser nuestro secreto, tuyo y mío, bueno, a tu madre si se lo puedes decir, solo a tu madre, ella lo tiene que saber todo, porque ella se preocupa mucho de ti y te quiere con locura, no debes tener secretos con ella, que te parece?

Sigue con la sonrisa dibujada en la cara, claramente nervioso por la propuesta, rojo como un tomate, se muere de ganas

Yo le doy un abrazo y le acaricio la espalda

  • Venga Carlos no me hagas esto, se lo he prometido a tu madre
  • vale vale vale

Le ayudo a desvestirse poco a poco, con mucho cariño, mientras él espía por el escote de la bata, puede verme perfectamente los pechos ya que se ha abierto bastante, tiene un cuerpo fuerte, estos chavales una psicomotricidad terrible pero están muy fuertes, mi hijo también, de hecho no saben controlar su fuerza, a veces pueden llegar a darte miedo.

  • Los calzoncillos también Carlos

Él se los agarra con fuerza, está muy excitado, se nota un bulto enorme

Yo me quito el batín y vestida sólo con las braguitas, ajusto la temperatura del agua, me giro hacia él y me bajo las bragas

  • Ves como no cuesta tanto, venga Carlos cielo, ahora tu

Se gira y se los baja apoyándose en la taza del WC, le ayudo a acabar de quitárselos, entra tapándose con las manos a la ducha donde le estoy esperando, me da la espalda para que no le vea

Yo le empiezo a mojar con el teléfono de la ducha mientras le acaricio la espalda

  • Dime si te gusta el agua así

Asiente, tímidamente con la cabeza, cojo la esponja y el jabón y le empiezo a enjabonar la espalda como si le acariciara, respira fuerte con las manos protegiéndose el pene

Me pongo de cuclillas y sigo con el culete, da un respingo cuando le paso la esponja por su agujerito

  • Esto tiene que estar bien limpio

Me levanto de nuevo y me pego a él por la espalda dejándole sentir todo mi cuerpo desnudo en su espalda mientras le abrazo

  • Bueno, ¿ves como no hay para tanto? ¿lo hago bien o no?

Cojo la esponja de nuevo, a tope de jabón y sin despegarme de él le se la paso por el pecho con una mano mientras con la otra le acaricio, le separo los brazos para limpiárselos, se los hago levantar para limpiarle bien los sobaquitos

  • ufffff que mal huele esto por el amor de dios, jajajaja le digo en broma

Él se ríe, ya ha dejado el pito desprotegido, parece que ya no le importa, bajo la esponja hasta él, está empalmadísimo, está bien dotado

  • Esto también hay que limpiarlo bien, y entre las piernas

Aprovecho para darle un buen masaje en los testículos con la esponja, mientras mi mano desnuda busca su pene completamente enjabonado y lo acaricia como si le hiciera una paja muy suave

  • ¿Te gusta así?
  • Sisisisi

Resopla continuamente

  • Si te hago daño me lo dices, eres un hombrecito muy guapo sabes? seguro que ya tienes alguna novia
  • Nonono
  • ¿Y no has tenido nunca ninguna?
  • Nonono
  • Le giro hacia mí, se me queda mirando de arriba a abajo mientras sigo tocándole suavemente
  • ¿Y no has dado nunca un beso de novio a nadie?
  • Nonono - me dice completamente avergonzado sin mirarme a la cara,
  • Ven yo te enseñaré, no puede ser que cuando llegue el momento no sepas hacerlos

Me acerco lentamente a su boca y le empiezo a acariciar sus labios con los míos, el saca torpemente la lengua

  • Vaya, ¿ya sabes de que va eh? jajaja

Le dejo entrar en mi boca y le correspondo con mi lengua, suavemente, él va desesperado moviendo violentamente la suya

  • Tsssss, muy suave Carlos, esto tiene que ser super suave, déjame hacer a mí y tu sígueme con la misma suavidad que yo, así te gustará más

Así estuvimos un buen rato pegados, él ya empezaba a mover la cadera para refregarse conmigo así que decidí cambiar un poco el ritmo

  • Venga, ahora te toca a ti enjabonarme, con mucho cariño ¿eh? que tú tienes mucha fuerza

Me pongo de espaldas a él y torpemente me empieza a enjabonar con torpeza

  • El culete también ¿eh? - le insinúo

Bajó inmediatamente la mano al culo y me lo acariciaba con el jabón dulcemente, no pudo evitar un sonido de satisfacción cuando me tocó el agujerito del culo, a un palmo de su cara acariciándolo, abriendo los cachetes para verme bien el agujerito, luego paso a acariciarme las piernas de arriba a abajo sin perderse ni un centímetro y aprovechando para tocar la entrepierna casi disimuladamente

Luego, como yo hice antes, se levantó y se pegó a mí por la espalda, dejando su miembro encajado entre los dos cachetes del culo, mientras me enjabonaba los pechos, empezó a moverse bien por detrás dándose un buen gusto con mi culete, luego bajo a mi coño, y muy torpemente empezó a apretarlo y a intentar meter dedos, por lo que le calmé un poco cogiéndole la mano y acompañándole con las caricias

  • Ves, mejor así, por encima, muy suave

Sus embestidas por detrás cada vez eran más intensas mientras me acariciaba. Yo le ponía jabón para lubricarlo con la esponja, me daba hasta miedo que me la metiera sin querer por el culo

  • Vaya Carlos, parece que al final te gusta ducharte conmigo
  • Sisisi
  • ¿Que te parece si salimos ya?
  • Masmasmas
  • Que pasa, te duele cielo ¿verdad? es que la tienes muy dura, a ver déjame ver -me puse de cuclillas frente a él
  • Madre mía, ¿sabes que tienes un pito muy bonito? y está el pobre a que no puede más, ¿quieres que lo calmemos?
  • Sisisi
  • Mira hacia el techo, que me da un poco de vergüenza - lo hizo enseguida

Me puse todo ese pedazo de pene en la boca y le empecé a hacer la mamada más rica de mi vida, nunca había tenido tanta carne en mi boca

Carlos resoplaba, le miro y me estaba mirando como se la chupaba

mientras la tenía en la boca se la pajeaba

  • mmmm, que malo eres, te dije que no miraras, te gusta cariño?

Él solo resoplaba y noté que se iba a correr inmediatamente por lo que me la saqué de la boca y dejé que se corriera en mis pechos

  • uyyyy vaya desastre hemos hecho, jajaja, venga, vamos a limpiarnos bien

Mientras me limpiaba, él parecía aturdido después del orgasmo que había tenido, le ayudé a salir y le sequé con la toalla

  • Ven, acuéstate en mi cama mientras yo me seco y luego ya te visto

Carlos me miraba como me secaba, con una sonrisa, después de secarme me acosté con él a su lado y le di un par de besos mientras le acariciaba el pecho

  • Guapa - me dijo
  • Mmmm, gracias Carlos, eres un chico muy cariñoso
  • Tu mi novia
  • Ayyy Carlitos, no puedo ser tu novia, yo tengo muchos más años que tú y tengo ya un hijo, y tengo que cuidar de él, no va a poder ser, pero no te preocupes, seré tu novia mientras no encuentres a otra

Carlos cambio de cara, no le gustó mucho lo que le acababa de decir

  • Carlos cielo, no te preocupes, tú eres muy joven y seguro que encontraras una novia, y mientras yo te haré de novia, de profesora, de tía, de todo para que estés contento
  • bueno - dijo no muy convencido

Le doy otro beso largo con la lengua, él se excita de nuevo, me toca el culo y los pechos

  • uyuyuy, que me parece que eres un gamberrete, jajaja - le digo mientras bajo mi mano y le toco su pene que ya vuelve a estar como una piedra

Él también se ríe con cara de pillo, me levanto y saco un condón del cajón

  • Vale cielo, te voy a dar un regalo porque eres un amor, voy a ponerte esto y vamos a follar
  • Sisisi - con la cara completamente iluminada

Se lo pongo con mucho cuidado, me siento sobre él y poco a poco me voy introduciendo su polla dentro de mí, él cierra los ojos, respira muy fuerte, yo le acaricio el pecho, le doy besos y le acerco mis tetas a su boca mientras empiezo un sube y baja que para mi es delicioso, Carlos me come las tetas con desespero, yo miro de tranquilizarle

  • Tranquilo cielo, tenemos todo el tiempo del mundo

Él empieza también a mover las caderas, le sigo el ritmo, adaptándome, me estoy a punto de correr

Noto como se tensa y empieza a correrse, yo no puedo más y también exploto, hacia tantos años que no tenía relaciones

  • ¿Cómo estás?
  • Bienbienbien
  • ¿Te ha gustado?
  • Sisisisi
  • ¿Querrás que te venga a buscar otro día?
  • Sisisi
  • Estoy muy contenta, me lo estoy pasando muy bien contigo Carlos

Lo llevé de nuevo al baño, lo lavé bien, con cariño, sin prisas, con caricias, él estaba en la gloria

Luego le di de cenar y lo llevé a su casa, ya tenía ganas de ver a Ángela y a Juan, cuando entramos Ángela le dio un fuerte abrazo a Carlos, el pobre estaba rendido por lo que le llevó a la habitación a dormir. Juan estaba en otra habitación dormido

  • ¿Qué tal Ángela?, ¿cómo ha ido?
  • Muy bien Ana, no debes preocuparte por nada, ha ido todo fenomenal, tu hijo es un cielo, está dormido como un bebé
  • Carlos también es un cielo Ángela, ha ido todo muy bien, que injusta ha sido la vida con ellos

Ángela me abrazo agradecida y yo también, me dio un beso en la boca que le devolví sin ni siquiera pensarlo

  • Ana quédate a dormir conmigo, nosotras también necesitamos amor

Aquí empezó una relación que duró varios años, muy intensa, muy sentida, el problema con la sexualidad de estos chicos hoy en día, afortunadamente, ya está un poco resuelto con las y los asistentes sexuales profesionales, de las que me considero una pionera, de hecho después de esta relación llegué a acuerdos similares con tres madres más, también desesperadas, con el mismo problema, por lo que he sido la asistente sexual de 4 chicos, y mi hijo se ha tirado a cuatro mamis bien guapas, no está mal 😉