¿Asistencia sexual?

Tema controvertido y alegal en España

No puedes cambiar a los demás, solo puedes cambiar tú y tu actitud hacia los demás. Es algo bastante básico pero nos empeñamos en ver el problema como algo externo a nosotros sin ver la pequeña parte que podemos cambiar nosotros mismos. Yo no puedo cambiar el mundo pero si puedo hacer un pequeño gesto diferente para cambiar mi mundo. En vez de pedir, ofrecer. En vez de pedir caricias, ofrecerlas. No cerrarme a vivir nuevas aventuras, nuevas fantasías. Abrir la puerta a lo desconocido, da miedo. Da miedo que te lastimen o que te enamoren, da miedo la entrega aunque esta conduzca al placer más absoluto.

La sexualidad está estrechamente vinculada a la autoestima y al autoconcepto de una misma y hay que atenderla para que estos no se vean afectados. Cuando la sexualidad pasa a décimo quinto puesto en tu lista de prioridades por problemas de salud, hijos, trabajo, economía...estás provocando poco a poco que la imagen que ves en el espejo deje de agradarte, que ni siquiera pienses en mirarte al espejo en busca de tu esencia de mujer.

Pero a pesar de los problemas económicos, familiares o de cualquier índole, tu sexualidad sigue ahí agazapada esperando que la atiendas como es debido, que la reconozcas como la necesidad de comer y beber. Por que todos necesitamos caricias, abrazos y besos. Absolutamente todas las personas, incluso las personas atrapadas en un cuerpo con discapacidad o diversidad funcional. Como queráis llamarlo. Para sentir que tienen una vida plena pueden desear tener una vida afectivo sexual activa. Ese cuerpo también necesita atenciones, caricias, besos y abrazos.

Cualquier persona es libre de elegir su vida sentimental, encontrar pareja, o vivir una relación abierta. Raro es la persona que decide vivir ajena a su sexualidad. Sin embargo, es lo que se nos pide a las personas con discapacidad tácitamente cuando convivimos con nuestros progenitores o en residencias. Por eso, me declaro abiertamente a favor de la asistencia sexual en caso de grandes discapacitados para suplir lo que esta sociedad les roba, la normalidad. Difícilmente, podemos entrar en el mercado del flirteo habitual ¿Entonces por qué no ofrecernos otra alternativa? No hablo de prostitución, hablo de un servicio mucho más depurado y especializado, la asistencia sexual, ya legal en algunos países. La sexualidad de cada persona la acompaña desde que nace y pasa por diferentes fases a lo largo de la vida. Ignorar esta por completo sin subliminarla de otra manera puede llevar al hombre a la satiriasis o a la mujer a la ninfomanía. Llegar a este punto puede ser fatal para su autoestima y tomar decisiones perfectamente legítimas pero equivocadas. Incluso puede hacerles mas vulnerables frente a abusos sexuales. Por eso es tan importante atender la sexualidad de una manera saludable y autogestionada.