Asiento preferencial
Un viaje que traeria sorpresas muy agradables....
Asiento preferencial
Al fin Salí del colegio, había logrado pasar a mi último año, en esa maldita cárcel como era el colegio. Habíamos planeado con mi prima irnos de vacaciones al sur, aprovechando los meses de verano.
Así lo hicimos, tomamos nuestras maletas y nos embarcamos en un bus camino a Temuco. Viajamos de noche así se nos haría más corto el viaje y podríamos disfrutar de todo el día siguiente. Nos sentamos en nuestros puestos que habíamos reservado con anticipación, siempre ella a la ventana y yo al pasillo. Yo prefería este puesto, pues siempre me a gustado tener la posibilidad de observa al resto de la gente que va en el bus así como también ver quien se sube o se baja.
Cuando llegó el minuto de apagar las luces y cerrar las cortinas del bus, se nos acerco un auxiliar que hasta ese minuto no habíamos visto, ofreciéndonos almohadas y frazadas para la noche. Nos quedamos mirando las dos y nos reímos, le aceptamos las cosas y el prosiguió con otros pasajeros ofreciendo los utensilios.
En cuanto se fue comentamos lo guapo que era y nos pusimos a la tarea de conocerlo para poder bajarnos en algunas de las paradas y fumarnos unos cigarrillos, ya que las dos fumábamos demasiado y sabíamos que no aguantaríamos todo el viaje sin hacerlo.
Cuando el auxiliar paso para cerrar las cortinas, yo lo mire con carita de ingenua, pero ojos de deseo y le dije “puedes dejarla un poco abierta, me gusta saber dónde voy, además así me podre bajar en alguna parada para fumarme un cigarrillo, tu fumas?”, el asintió con la cabeza y se rio, era un buen comienzo. Cuando hubo terminado de cerrar todas las cortinas del bus excepto la mía, paso por mi lado y me dijo, “se le ofrece algo señorita?, como la veo despierta, pensé que necesitaba algo”, cuando termine de escuchar esta frase supe que la atracción era reciproca.
Conteste a esa proposición maliciosamente, pero con la intención de sacar también provecho de la situación: “necesito un asiento para mi sola, quiero poder estirarme bien y no puedo, eso para partir, después otras cosas, que no se si podrás darme”.
“En media hora aproximadamente se baja el pasajero del último asiento, ahí quedara desocupado para que se recueste en el, pero tendrá que aceptar que duerma a su lado, puesto que es el único disponible”
“No hay problema tu me avisas”
Se fue y yo en ese momento empecé a ver la hora que sentía no pasaba nunca. Cuando me di cuenta que el bus empezaba a detenerse, mi excitación aumento y sentí como se mojaba mi pantaleta y aprovechando la oscuridad del bus desabroche el botón de pantalón y metí mi mano por debajo de mi pantaleta hasta alcanzar mi clítoris que se encontraba hinchado, esto me causo mucho placer, pero rápidamente la saque y volví a abrochar mi pantalón. El bus comenzaba su camino nuevamente. Pasaron un par de minuto y se acerco el auxiliar y me dijo:
“señorita, ya se desocupo el asiendo de atrás, ¿me sigue por favor?”
Yo no le hablé solo lo seguí, en el minuto de sentarme en mi nuevo puesto, le hice una señal para que se acercara. El acerco su cara a la mía, lo tome y lo bese diciéndole al oído,
“gracias, cuando quieras te pago”.
Se sentó a mi lado y nos besamos, toque su miembro que estaba duro y desabroche su pantalón bajando su bragueta, ahí estaba delante mío, un miembro duro, grueso al que le salía algo de liquido pre seminal. No pude contenerme y baje mi cabeza hasta tenerlo en mi boca, mientras lo miraba con ojos de gata en celo. Lo succione, hice que mi lengua recorriera todo su miembro desde el glande hasta el tronco y luego con una succión mayor trabajaba en su glande. Mientras tanto el tocaba mis pezones duros que ya estaban fuera de mi polera, sentí su mano en mi cola y de pronto uno de sus dedos se introdujo en mi ano, lo que provoco que yo me comiera todo su miembro de pura excitación. Aproveche la posición para moverme rítmicamente sintiendo su dedo en mi culito, mientras lamia su miembro, hasta que sentí como se venía dentro de mi boca, me separe un poco y cayo un poco de ese liquido espeso y tibio en mi polera. Me miro y me dijo
“me toca, date vuelta”,
bajó mis pantalones y puso su cabeza entre mis piernas, corrió para un lado mi pantaleta que ya estaba empapada y sentí su lengua recorriendo mi clítoris y luego mi vagina, estuvo haciendo esto hasta que se me salió un gemido que pensé que había despertado a algún pasajero.
Me miro y me dijo “sube las rodillas al asiento”,
yo le hice caso y de pronto me encontraba en cuatro, apoyada en el respaldo del asiento y el bombeándome su miembro en mi vagina. Sentía como entraba y salía, provocándome espasmos, yo tocaba mi clítoris, provocándome aun mas placer hasta que sentí que me venía un orgasmo de nuevo,
“me vengo, me vengo”
“entonces hagámoslo juntos”.
En ese minuto sentí como me inundaba su semen hasta caerse por mis piernas, nos sentamos y respiramos profundo abrazados.
“con esto me has pagado de sobra el asiento, en 10 minutos paramos para que bajes y te fumes un cigarro”.
Me acomode la ropa y volví a mi asiento junto a mi prima que hasta ese minuto dormía plácidamente, la desperté y bajamos a fumar, yo solo lo miraba, pues sabía que el camino que quedaba era bastante y que la noche aun no había terminado.