Asi nació el amor

Estas es una historia de amor como cualquier otra, surge en cualquier lugar en cualquier tiempo, solo que el amor es pasajero y no tiene lugar ni tiempo.

___Así nació el amor___

Esta es una historia de amor como cualquier otra, surge en cualquier lugar en cualquier tiempo, solo que el amor es pasajero y no tiene lugar ni momento, surge como una necesidad del ser para darnos y abrirnos cual flor en primavera.

Ángel es un hombre de 44 años, 1,74 de altura, rubio, ojos azules y de constitución delgada.

Yo Evelyn soy una mujer de 45 años, 1,65 de estatura, castaña, ojos verdes y constitución ancha.

Conocí a Ángel, un día en el chat de Lycos, al cual me había habituado a entrar, queriendo llenar así horas de mi vida, conociendo gente nueva y dejándome llevar por todas las experiencias, y los acontecimientos que allí me sucedían.

Desde que conseguí el ordenador, estoy como una niña con zapatos nuevos y todo me parece algo innovador, la curiosidad en mi no alcanzaba límites y me pasaba horas y horas delante de él, tratando de aprender y de saciar esas horas en las que la soledad era mi compañera. Y así día tras día, me enganché a uno de esos Chats, en los que empecé a hacerme habitual.

Allí, conocí a muchas diferentes personas, a las cuales hoy considero mis amigos, aunque no los conozca en persona. Mis hijos y mis amigos me decían que tuviese cuidado, que la mayoría de las gentes que hay en los Chat van buscando sexo. Yo, como ya estaba avisada, me propuse no llegar nunca a eso. Entonces quería no dejarme llevar nunca, por la curiosidad y hacer ver a los demás que, no solo es para eso el chat.

Llevaba ya un mes, entrando todos los días y me quedaba hasta tarde. Muchos días me daban las dos y las tres de la noche, chateando. Así casi sin darme cuenta, caí en la enorme cantidad de enganchados. Era una adicción, pues necesitaba entrar y esperaba la hora de conexión, ya que tengo una tarifa plana; para salir corriendo y ponerme delante del ordenador y buscar a mis amigas y amigos.

Un día de esos, en los que entre me abrió un privado un chico (era Ángel), comenzamos a hablar y lo noté bien triste. Me dijo que, había terminado una relación con una chica y que ella le había ignorado, que estaba mal. Yo intenté animarlo y comprender el dolor que él tenia.

Me explicó un montón de cosas, entre ellas hay algunas que hoy aun no recuerdo. Lo que sí sé, es que hubo genuina sensualidad, por parte de los dos. Además, había algo en él, que me dejo inquieta; y me dije que por que no, que le seguiría el juego. Entonces ya, fui notando que la curiosidad me embargaba y quería probar. Él, me había dado su numero de teléfono, para que lo llamara, y estuve dudando, entre llamarlo o no a su teléfono.

Tenía el móvil, entre las manos, me noté ahí, debatiéndome entre marcar o no. Y me decidí y empecé a clicar. Sin pensarlo más veces, marqué su número y le llamé. Al oír su voz, en un principio no supe que hacer y le colgué. Mi cuerpo tembló, de arriba abajo y algo dentro de mí despertó. Vivía con una intensidad, que nunca pensé sentir. Mi braga estaba mojada y un deseo inmenso me recorría, por cada poro de mi piel. A mí, me daba vergüenza estar así y mucho más que él me notara así, tan caliente. Yo no quería caer en eso, pero era mayor mi deseo y mi creciente curiosidad.

Cuando colgué el teléfono, me estaba diciendo, a mi misma, que yo no podía haber hecho eso. Pero, en ese mismo momento, sonó el móvil era él (Ángel). Lo deje sonar, y fui pensando que no pasaba nada, por hablar con él. Así que, cogí la llamada y empezamos a hablar. Los dos sabíamos lo que queríamos, no éramos unos niños y sentíamos un deseo que, sin saber como, surgió de nuestro interior.

Yo estaba violenta, pero no quise parecer una mojigata y me deje llevar: "por mis sentidos y por su voz", que sin saber como, me iba llenando y llegando hasta todos los rincones de mi ser. Fue guiándome, a descubrir un mundo, desconocido para mí. Yo iba viviendo todo esto, con una intensidad inusual en mi persona, ya que mi vida sexual, hasta ese momento era casi nula.

Yo casi nunca me tocaba, pero él me enseño a conocer mi cuerpo, a sentir ese mar de olas que me surge desde el deseo y el amor compartido. Fue llevándome a orgasmos desenfrenados, uno tras otro, sin dar lugar al descanso. No sé si hoy, podría pasar sin sus palabras y esos placeres que compartimos, en la soledad de mi habitación.

Poco a poco, nos hemos ido conociendo, él me sigue enseñando, me va adiestrando a su manera de amar, de sentir y hacer sentirme a mi misma. Ambos, sabemos que estaremos juntos un día no muy lejano y disfrutaremos más de nuestra sexualidad, sabiendo lo mucho que nos gusta.

Siempre me insiste, en que yo le diga las cosas que me gustan. Yo no le sé responder, por que me hace feliz, con todo lo que él me enseña y me hace hacer; son cosas para darme placer.

Él por su parte, hace lo oportuno, aunque siempre le saco ventaja, ya que él disfruta mas oyéndome gozar. En cuanto llego a ese momento, noto espasmos que en mis entrañas se funden y se abrazan al ritmo de voz y mis gemidos, aumentan hasta que llegan al mismo cielo.

Ahora ya no tengo soledad, pues cada vez que lo añoro, lo llamo. Nosotros compartimos nuestras vidas, es un mundo diferente, que solo tiene un inconveniente y es lo que gastamos en llamadas; pero para mí es vital sentirlo, saber que esta por mí, que me ama y que desea que compartamos un mañana juntos.

Así que ya veis, como este "Amor ha nacido en mi", bueno en nosotros. Es un amor que nos tiene sorbidos, embebidos en estas sensaciones, que nos embargan y nos llenan de una felicidad. Este amor nos colma los sentidos y hace que perdamos la noción del tiempo, entregados el uno al otro, por entero. Estamos deseando que el tiempo pase, para encontrarnos y que nos unamos para hacer realidad esta historia, que ocurrió en medio de algún lugar, entre el tiempo y la distancia.

A veces cuando no estamos hablando, siento el roce de sus manos, noto como acarician mis pechos, noto sus labios en mí y me imagino como recorro su cuerpo. Me siento lamiendo sus pezones y aureolas y disfruto en morderlos, siento placer estirándoselos que es como sé que a él le gusta. Me acaricio sin darme cuenta, muerdo mis labios, mostrando el deseo de tenerlo y estrecharlo entre mis brazos. Me siento así, dándome entera a él, y sumiéndome en su recuerdo noto como mi vagina se humedece y mi vientre se retuerce, en la agonía de tenerlo en mí.

Entonces, mi deseo se hace mas fuerte, más como él me enseñó: " la espera hace que él placer sea más enérgico". Yo, como buena alumna, espero encendiéndome en mis deseos, noto que voy haciendo que este se hace más grande, para darme a él, con una mayor intensidad.

Desde que lo conozco, todo el día me siento excitada, con ese cosquilleo en mi interior, que me hace verme más hermosa y atractiva, más sexy.

No sé si los demás, notan en mí "este algo especial", pero de veras que no me importa, solo vivo para sentirlo en mí y regocijarme, en nuestras situaciones íntimas. Y espero, la hora en que podamos estar juntos, para hacer realidad todo este amor, que sentimos y que nos desborda, nos envuelve y nos hace llamarnos.

Cuando suena el teléfono, mis labios se abren y sonríen, mi piel se estremece solo de pensar en que voy oírlo, a sabiendas que quizás no haya sexo ese día, pero con el hecho, de estar hablando con él, se me llena todo mi ser de una gran felicidad.

Comparto con él, todas las cosas que hemos hecho durante el día, lo que hemos comido, el tiempo que hace en nuestras diferentes ciudades. Todo nos hace dichosos y nuestras horas de soledad se han evaporado. Ahora estamos viviendo un noviazgo, en el cual nos vamos conociendo y valorando nuestras afinidades, que son muchas y nos vamos acostumbrando el uno al otro.

Lo llamo al levantarme, para darle los buenos días y eso hace que mi día empiece con buen pie. Y a mediodía, cuando sale a almorzar, después él me llama cuando sale del trabajo y vamos comentando de como le ha ido el día. Todo esto lo hablamos, mientras se encamina para coger el tren, para ir a casa. Así vamos compartiendo el camino. Yo lo siento conmigo, de igual modo que si paseáramos cogidos de la mano, como cualquier pareja, de esas que van paseando por la calle, así nos acompañamos.

No puedo pensar hoy mi vida, sin su persona, sin su compañía y sin su amor. Es algo que ha nacido sin pensar e imagino que como en cualquier otra pareja. Solo deseamos, que pase el tiempo para reconocernos en nuestras propias pieles, dando y recibiendo. Queremos estar juntos, dándonos aun más y dar fruto a este sentimiento que esta en nosotros, estos sentimientos hoy por hoy son nuestra esperanza de vida. Por lo cual, espero que Dios, desde lo alto, nos dé facilidades, par que esto ocurra y seamos uno para siempre.

Fin

Evelyn45