Asi me cogen la garganta
Segunda parte de ASI EMPEZAMOS
Después de esa tarde en la pieza de mi primo todo cambió.
Frente a frente no se tocaba el tema, hablábamos de nuestra vida cotidiana como si nada hubiera pasado, pero por whastapp era otra historia.
Él quería que se volviera a repetir y yo también, pero no coincidían nuestros horarios o momentos a solas para que se volviera a repetir.
En los mensajes hablamos de cómo a mi primo le gustaría volver a sentir como la garganta le apretaba la pija y llenarmela de leche. Se sorprendía de que había sido la primera vez que alguien, literalmente, me cogiera la garganta, que no entendía cómo había podido tragarme toda su leche. Me decía que no le había pasado que a alguien le aguantara tanto como yo.
Un medio día, después de mucho buscar el momento lo encontramos.
Me acuerdo que era un día Domingo, y como era costumbre almorzaba toda la familia junta.
Estábamos todos sentados en el patio, mientras mi primo y yo empezamos a intercambiar mensajes.
Él estaba por darse una ducha antes de almorzar, y quería que le hiciera un pete. El problema era que estaba toda mi familia presente y no podía desaparecer de la nada.
Quedamos en que el se iba a masturbar hasta que esté a punto de acabar y yo solo entraría al baño a tragar la leche.
Espere unos minutos y mientras el se masturbaba; muy disimuladamente me dirigí a mi habitación a esperar el momento en que el me avisara.
Mientras esperaba las dudas empezaron a emerger. ¿Y sí me veían entrar al baño? ¿Y si alguien entraba a la casa? ¿Y si alguien me veía salir después? ¿Cómo explicaba que los dos estábamos ahí al mismo tiempo? A pesar de mis dudas él seguía insistiendo que fuera, que estaba casi listo para acabame en la boca.
Para disimular el ruido de la puerta al abrirla y cerrarla abrió la ducha y dejo que el agua corriera. Esa era mi señal. Salí de mi habitación, mirando para todos lados asegurandome que nadie me viera, crucé el living, y abrí y cerré con mucho cuidado la puerta del baño.
Mi primo estaba sentado sobre las tapas del baño masturbandose, así que me arrodille entre sus piernas y empecé a chuparle la pija un poco antes de que acabara.
Primero le pase la lengua para mojarla toda con mi saliva, y después de que empecé a chupar hasta donde entraba, no iba a forzar lau garganta como la vez pasada. Mi boca subió y bajó junto con mi mano que pajeaba la parte sobrante, así estuve un par de minutos hasta que él entrelazo los dedos en mi pelo para que no me moviera y acabó en el fondo de mi boca, fue muy abundante pero aún así me lo trague todo.
Me levanté del suelo, enjuegué con agua mi boca y salí del baño con el mismo sigilo que había entrado. Volví a mi habitación y espere hasta que mi respiración volviera a la normalidad para poder ir junto a mi familia, nada hubiera ocurrido.
Los días siguieron pasando y nosotros seguíamos hablando sólo por mensajes, no habíamos vuelto a encontrarnos solos.
En ese momento yo había empezado mi carrera universitaria y se acercaban los primeros exámenes del cuatrimestre, por lo que estaba despierta hasta tarde.
Una madrugada después de haber estado estudiando durante la mayor parte de la noche, deje mis libros y me preparé para dormir. Antes de acostarme, sonó mi celular avisando que tenía un nuevo mensaje. Era de mi primo.
Había visto la luz de la habitación prendida y queria saber si ya estaba dormida. Le dije que estaba a punto de hacer eso, pero él quería que le chupara la pija antes.
Era el momento perfecto, todos estaban durmiendo. Le dije que sí, sin dudarlo. Y él solo me pidió una cosa, que lo esperara en tetas.
Apagué la luz, y lo espere en mi cama como él quería
Entró sin hacer ningún ruido al igual que había hecho yo anteriormente, cerró la puerta y subió a mi cama.
Una vez ahí los dos, mi primo se acostó y yo me puse entre sus piernas a la altura de las rodillas.
El empezó tocando mis tetas, las apretaba y estiraba mis pezones, yo por mi parte empecé a pajearlo para que se le pusiera dura y pudiera cogerme la garganta de nuevo. Implícitamente había quedado establecido que cogerme la garganta no estaba en discusión.
Una vez dura la verga de mi primo metió sus dedos entre mi pelo con fuerza y dirigio mi cabeza a su entrepierna. Empecé a pasarle la lengua para poder mojar bien su verga y así poder meterla en mi boca, él no dejaba de apretar y tocar mis tetas.
Empecé a tragar, al inicio no pasaba por mi garganta, tenía que ir acostumbrandome de a poco. Cada vez que llegaba a tocarme la campanilla, el reflejo del vómito se hacía presente pero a pesar de eso no dejaba de chuparla. Comencé a salivar mucho, al comienzo podía tragar esa saliva pero mientras más avanzaba la pija de mi primo por la garganta, más me costaba tragar y respirar, pero él no dejaba que me alejara. Al contrario, hundía más la cabeza en su pija.
Tuve que parar porque me faltaba el aire, y mientras yo me tomaba un descanso, mi primo se paro y me dijo que me arrodillara delante de él. Una vez arrodillada empecé a chupar nuevamente, había logrado que su pija llegara a mi garganta, entraba y salía de mi boca junto con la baba, mi primo me estaba cogiendo de nuevo la garganta. Me costaba respirar pero aguantaba como podía. Al tenerme agarrada del pelo no tenía control de mi cabeza, así que el me manejaba como quería y al ritmo que quería, me lloraban los ojos del esfuerzo y la baba corría por mi mentón y caía entre mis tetas, mientras el me cogia la boca y la garganta sin parar. Pero aguantaba, aguantaba tener toda su pija en mi garganta, aguantaba estar toda mojada por mi propia saliva, aguantaba porque a mi también me gustaba.
Llegó un punto que tuve que parar porque no me daba mas la boca, necesitaba descansar. En ese momento me pidió que lo pajeara con mis tetas.
Puso su pija entre mis tetas, las apreté con mis manos y empecé a subir y bajar, primero despacio y de a poco fui subiendo el ritmo. No hacía falta lubricar el movimiento porque estaban tan mojadas con mi baba que resbalaba más que bien. Su pija entraba perfectamente entre mis tetas. Tanto que llegaba con mi boca a la punta de su verga. Cada vez iba más rápido y a él le gustaba, estuve asi un par de minutos hasta que me dijo que parara porque iba a acabar y quería llenarme la garganta de leche, las tetas sería otro dia.
Así arrodillaba cómo estaba me puso contra la pared quedando mi cabeza apoyada en ella.
Metió su pija hasta el fondo de mi garganta y se quedó ahí, ahogandome, unos segundos, mientras yo me esforzaba por respirar y más saliva caía de mi boca. Lo repitió dos o tres veces más, me siguió cogiendo la boca y la garganta sin parar, hasta que acabó donde él quería, en el fondo de mi garganta. Sentía como su leche caliente golpeaba contra mi garganta y yo tragaba como podía, era mucha y no quería que nada saliera fuera, quería tragarla toda pero con su pija aún en mi boca se dificultaba. Sin embargo lo logré. Sacó lentamente su pija mientras yo tragaba las últimas gotas de leche. Una vez que salió de mi garganta, y de mi boca le chupe la punta dejándola limpia y sin rastros de semen.
Subió sus pantalones y se fue sin hacer ruido al igual que cuando había entrado.
Y yo me quede ahí, arrodillada contra la pared recuperando el aliento y secandome las lágrimas que me caían del esfuerzo que había hecho. Estaba en estado de shock, no podía creer como me había cogido la garganta, realmente nunca nadie me había tenido tan sometida como él
Realmente me había convertido en su puta, estaba dispuesta a lo que él quería como quería. No lo había querido admitir hasta ese momento, pero era su chupa pija oficialmente
Cuando al fin me recupere, fui al baño y me limpie. Me puse mi pijama y me fui a dormir esperando nuestra próxima vez.