Así inicié mi vida sexual, temprano

Inicié sentándome en las piernas de mi tío, hasta comerme su primer corrida, no me arrepiento, es lo más rico y encantador que me pasó en la vida, aunque piensen que soy degenerada, me gusta el sexo desde ese entonces y con mi tío más, a escondidas, bien calientito.

Cuando era chica, mi tío, mayor que yo, empezó a sentarme en sus piernas, con ropa, se restregaba y sudaba y jadeaba, mientras sentía como le crecía el paquete en mis nalguitas, pronto me di cuenta que hacían lo mismo con mi prima, ella mayor que él, le pedía que lo dejara hacerlo sin ropa y ella solo se rozaba y lo besaba. Mi deseo sexual se fue despertando y pronto miraba, disimuladamente a todos, para ver si tenían el paquete igual, ellos vivían en un pueblo, yo en la capital, pero viajaba desde los 2 años a casa de mi abuela y me quedaba algunas temporadas.

Pasamos un par de años así, mi prima lo manoseaba y él a mí, ella le mostraba las tetas, yo aún no tenía, luego de una jornada de roces con ropa, ella se bajaba los calzones, le mostraba la cuca y se tocaba, luego se marchaba, yo me escondía para ver  el espectáculo, ella lo manipulaba, no dejaba que él se la sacara y se la enseñara, lo dejaba caliente y luego me sentaba en sus piernas, hasta que le daba la gana y yo me quedaba quietita, sabía que ya era hora de partir, cuando me decía que no le contara a nadie,  me gustaba la sensación de su paquete rosando mi culito, pero también me tocaba encima de la ropa interior como mi prima se tocaba por las noches.

Tanto tocarme, me causaba excitación extrema, aun para mi corta edad, un día que no había nadie y se bañaba, tranqué la puerta de entrada, me dirigí al baño y cuando dejó de caer agua, entré, el abrió la cortina y yo me quedé pasmada, estaba enjabonado y con la cosa parada entre sus manos. Me miró confundido y yo me quedé allí y me preguntó si quería tocarla, yo le dije que sí, él se reía sarcástico y me dijo la tengo caliente, métela a la boca, yo me negué, se río y se la tocó, lo vi un par de minutos y salí del baño, fui a abrir la puerta, roja de calor interno,

Fue la primera vez que quise que él me tocara con ese dedote que tenía, cuando salió, mi abuela había llegado del mercado y yo miraba tv, no sé qué, solo podía estar concentrada en cerrar las piernas, apretar e imaginar que le jalaba el pene.

Se sentó a mi lado, se aseguró que mi abuela no nos viera conversar, me preguntó si me había asustado y le respondí que no, luego que si me había gustado y le dije que no sabía, me preguntó si quería ver otra vez, yo me encogí de hombros, luego me preguntó si le mostraba mi cosita, no le respondí, entonces me contó lo que ya sabía con mi prima, no dije nada, ni lo vi.

Con la excusa que íbamos a casa de los vecinos, nos fuimos al río, caminamos varios metros en silencio, luego me tomó de la mano y me adentró a un bosquecito, me sentó en una piedra y se la sacó flácida, me dijo que le gustaba tocarse, que sentía rico y me preguntó si me gustaba sentarme en sus piernas, yo lo miraba asombrada y le asentí con la cabeza, se quitó los pantalones, me tomó de la mano y se sentó en la piedra, empezó a tocarla mirándome a los ojos, yo solo le miraba la verga, al cabo de un par de minutos, me bajó el short, jadeaba y me volvió a sentar en sus piernas sin quitarme el calzón, apretaba su pecho contra mi espalda y me halaba hacía él, me levantó y luego me bajó el calzón y se empezó a mover rosando mis nalgas, yo me levanté, él se asustó e intentó levantarse, pero no lo dejé quería montarme sobre él como mi prima, solo que yo desnudita, me quite la camiseta y me senté encima, el jadeaba y me decía que no le dijera a nadie y yo me movía sentada sobre su palo para adelante y para atrás con las piernas abiertas, estuvimos un rato así, se levantó se subió los pantalones cortos y yo me puse mi calzón y mi shorcito y mi playera, me sentía avergonzada, así que salí corriendo.

Mi tío no apareció en toda la tarde hasta la noche, su cuarto del mío lo dividía una puerta, que se mantenía cerrada, se las ingenió para conseguir la llave y en la noche se coló a mi habitación, me pidió que no dijera nada, que jamás había estado con nadie de esa forma y que yo le gustaba mucho y me quería mucho y quería jugar solo un ratito, le dije si y me sacó el calzón, me abrió las piernas y se montó encima, pero la cama hacía ruido, así que tiro una colcha al piso y me pidió que me tirara allí, se puso encima de mí y empezó a masturbarse en mi cuquita, cuando se aburrió, se levantó y se fue a su cuarto, cerro con cuidado la puerta y yo me levanté a mi cama.

Pasaron las noches, la prima ya no llegaba, al parecer ya no le interesaba, yo empecé a ver en la vecindad, algunas revistas porno que tenía el hermano de una amiga y miraba tremendas cosotas, se me antojaba, me mojaba y al parecer mi amiga también, comenzamos a tocarnos y besarnos, chuparnos, era muy rico.

El hermano tenía mala reputación y  como 20 años, mucho mayor que mi tío, yo era amiga de su hermana e iba a su casa, un día que no estaba nadie me dijo que entrara, le dije que no, me dijo que si había visto un pene y le dije que no, se lo sacó escondido tras de la puerta y yo parada allí medio adentro, mirando, se la jaló y me dijo que me pegara a la puerta, me pegue, y el la acercó a mi boca y me acarició los labios sin dejar de jalarse la verga, se retiró y terminó, yo salí corriendo y al otro día me buscó y me pidió que no le dijera a nadie, se río y me dijo te gustó? Me gustaría metértela adentro, yo lo vi asustada.

Mi tío crecía y los juegos ya no eran de su agrado, quería más, así que me convenció a mamarnos las cosas y poco a poco me la iba metiendo más y yo aguantando más, hasta un buen día que me la metió y me atragantó, lloré y me dijo tranquila ya pasa y se reía, allí las cosas cambiaron, antes hacía lo suyo y me preguntaba si me gustaba, pero a partir de ahora, me preguntaba si sentía rico, si quería que me la metiera. Las poses fueron cambiando, de sentarme en sus piernas y jugar al caballito, pase a estar en 4 y que me dijera que era bien putita, me ponía frente al espejo en cuatro y me rosaba el culito y la conchita jalándome el pelo para que viera como me montaba, supuestamente, porque no me penetraba.  Un buen día, me puso en cuatro y me hizo mamarle y sentí que se le creció de más, sentí  que se movía mucho , lo miraba y tenía la cara desencajada y entonces tuvo su primera eyaculación en mi boca y como no podía escupir, me tuve que tragar ese placer de mi hombre… La leche rica de mi tío, me lo ordoñé, mientras daba grititos y me decía que rico le mamaba la verga. A partir de allí, todo iba a ser diferente para nosotros y para mi prima.