Así fue... nº3

Es mi primer relato desde hace casi 4 años. Os cuento la historia de mi primera vez. Espero que os guste. #cerdeo #robo #real

ASÍ FUE...Nº3

¡Hola, mis queridos futuros lectores! Después de un periodo de ausencia… ¡He vuelto!

Desde entonces, no es que no haya pasado nada interesante, es que… he estado algo ocupado.

Desde mi último relato (hace casi 4 años), han pasado un par de cosillas y me gustaría compartirlo con vosotros. Ahí os va:

Era una mañana como otra cualquiera, salvo por una peculiaridad: era el último día de clase. Después de recoger el boletín de notas, todo el grupo de amigos, acudimos al parque de enfrente del instituto, como de costumbre. Era fin de curso y hubieras aprobado todas las asignaturas o no, había que beber. Una botella de ron barata y un par de litronas del consum fueron nuestras mejores aliadas.

Hacía una mañana soleada, perfecta para que algunos chicos se pusieran a jugar a fútbol sin camisetas. Ahí estaba él. Daniel. Él estudiaba un ciclo formativo de informática y yo estaba repitiendo 2º E.S.O. Nos conocíamos por amigos en común y porque a la hora del recreo almorzábamos todos juntos.

Eran sobre las 12.00h y nuestras provisiones de alcohol se habían agotado. Tenía la casa libre, ya que mis padres no vendrían hasta las 17.00h. Reuní al grupo, les propuse ir a liarla a mi casa y como era de esperar, todos aceptaron ir.

Música a todo volumen, persianas bajadas, cerveza barata del consum y adolescentes con las hormonas descontroladas.

Dos horas después, como era de esperar, se acabó el dinero y la bebida. La gente empezó a marcharse, dejándome la casa hecha un desastre. Había bebido algo, lo suficiente como para poder controlar que no rompiesen o me robaran algo. Se habían ido todos, salvo Daniel. -dáme una escoba y te ayudo a recoger.- Dijo Daniel con una sonrisa propia de una persona borracha. Le acerque una escoba mientras yo ordenaba los muebles. -gracias por quedarte a ayudarme, de verdad. Ya me veía recogiendo todo esto yo sólo.- Le dije sin poder mirarle a los ojos.

Daniel me había gustado desde siempre, pero nunca se me había pasado por la cabeza hacer nada con él y menos ese día. Después de unos 15 minutos, ya lo teníamos todo recogido. No sé cómo, pero acabamos en la habitación de mi hermano. Debía ser porque era la más cercana al salón. -ven, túmbate.- Me dice a la vez que el se tumba boca a bajo. Sin decir nada, obedezco y me tumbo a su lado. De repente, noto que su mano empieza a acariciar mi culo por encima de mis vaqueros y mi mente empieza a preguntarse si lo que está pasando es cierto. Mi respiración se empieza a acelerar. No sé qué hacer o cómo actuar, pero lo que sí sé es que Daniel continúa sobando mi culo, pero esta vez por dentro de mis vaqueros. Siento que acaricia mi ano con su dedo, y que poco a poco lo va introduciendo con delicadeza. -Quítate la ropa.- Me dijo Daniel casi susurrando.

Comienzo quitándome la camisa lentamente, seguidamente las zapatillas y por ultimo, me tira a la cama y me quita los vaqueros a la fuerza. Estamos los dos completamente desnudos, yo tumbado en la cama y él, de pie. Hay algo a lo que no puedo dejar de mirar: su polla.

Escupe en su mano y esparce la saliva por su polla. Acerca mi culo al borde de la cama y sin decir nada, empieza a penetrarme. Siento como su polla ejerce presión en mi ano, pero no me duele. No me duele y eso me gusta. Estoy eufórico y sigo pensando que es un sueño. -¿Te gusta?.-Me pregunta Daniel al verme retorcer de placer. -Sí.- Le contesto entre gemidos. Le abrazo con mis piernas y se acerca a mí, robándome mi primer beso.

Se aparta y por un momento pienso en que ya se había acabado todo, pero no. Se tumba en la cama. -ven, ponte encima de mí.- Sin pensarlo dos veces, me coloco encima de él. Apoyo mi manos en su pecho y siento sus pectorales tersos y duros. Tengo la sensación de que el tiempo no pasa, que solo existimos él y yo en todo el mundo y tengo la esperanza de que ese momento no acabe nunca.

-Acuéstate.- Me suelta un Daniel acelerado. Se sienta en mi pecho e introduce su polla en mi boca. -Chúpamela.- Me dice sin rodeos. Abro mi boca y empiezo a chupársela como si de una piruleta se tratara. Sin decirme nada, empieza a hacer una paja y a los cuarenta segundos, eyacula dentro de mi boca. No sabía qué hacer con el semen y lo mantuve en mi boca casi por un minuto. -Trágatela.- Dijo en tono burlón. Intenté reírme y me la tragué sin querer. Su semén era caliente, de textura sedosa y un poco amarga.

Mientras él se duchaba, cambié las sábanas de la cama de mi hermano. Tenía que darme prisa, ya estaban a punto de llegar mis padres. Me duché y cuando salí de la ducha, Daniel ya no estaba.

Me tumbé en mi cama y me puse a pensar en todo lo que había pasado. Me hice muchas preguntas sobre Daniel y sobre lo que pasaría a partir de ahora. Me hice una foto para recordar mi primera vez y no importaría enseñaros mi recuerdo.

Esa misma noche, como todas las noches, me apetecía escuchar musica en mi MP4, pero no lo veía por ningún lado. Al día siguiente, busqué por toda la casa el reproductor de música, pero no estaba. No había duda… había sido él. Un polvo por mi MP4.