Así cambió mi vida y la de mi marido (III parte)
Como todas las parejas, pasábamos nuestros altibajos de reproches y enfados y reconciliaciones. Lo mejor de medio enfadarte con tu pareja es cuando te reconcilias con ella; en nuestro caso solíamos acabar con unos polvos de campeonato.
Como todas las parejas, pasábamos nuestros altibajos de reproches y enfados y reconciliaciones. Lo mejor de medio enfadarte con tu pareja es cuando te reconcilias con ella; en nuestro caso solíamos acabar con unos polvos de campeonato.
En aquella ocasión discutimos por una tontería que no viene al caso (temas familiares) y decidimos pasar un fin de semana en un hotel-spa rural tras acoplar a nuestro hijo con mis padres.
Era a finales de enero y nos fuimos a un sitio encantador situado en un pueblo cercano a Salamanca; llegamos el viernes por la tarde-noche y tras realizar el check-in y reservar al día siguiente el horario de los masajes, nos fuimos a Salamanca a tapear.
Después de varias cervezas en diferentes locales de la ciudad, bajamos a una discoteca situada cerca de la Plaza Mayor donde nos pedimos unas copas. Entre el alcohol y lo poco que habíamos comido ese día, nos fuimos deshinibiendo y cada sorbo de las copas iba seguido de magreos y besos cada vez más subidos de tono, por lo que nos fuimos ubicando en un espacio con poca luz y donde teníamos más intimidad.
-joder cariño, cada día estás más buena. Llevamos toda la vida juntos y cada día me excitas más y me pones más caliente.
-Si esa es tu forma de pedirme perdón por estos días de caras largas, te lo acepto; pero hoy me tienes que follar toda la noche y darme bien duro. Al decirle esto, me cogió y me atrajo hacia él besándome con sus labios carnosos y metiendo su lengua por cada rincón de mi boca. Sus manos no se estaban quietas y me sobaba el culo sobre el vestido (al llevar un tanga me magreaba base de bien, notándole como se excitaba con el magreo). – Cariño como sigas así no vamos a llegar al hotel, te estoy notando toda tu cosa sobre mi tripilla y la noto bien durita…
-Bufff, es que tienes un culo que me vuelve loco. Me encanta sobártelo y cogerte con las dos manos mientras nos besamos.
-Jajaja, ya, pero no estamos solos…, nos van a llamar la atención; o a lo mejor se nos une alguien…
-Uhmmmm, ¿no te gustaría?, ¿te imaginas sentir otras manos y otra polla bien dura que te cogiera por detrás y se te arrimara al culete, mientras te besas conmigo?
-¡Pues claro! Y lo sabes. Eres un guarro y me encanta que me hagas y me digas guarradas.
-Te lo estoy diciendo en serio, ¿te imaginas estar supercachonda y que otro chico te metiera mano mientras nos besamos, echaras las manos hacia atrás y notaras un pollón enorme?… yo solo de imaginarlo casi me corro.
- Joer, ¿de verdad te gustaría que otro me sobara?, ¿no te importaría compartirme? Una cosa es la imaginación y otra la dura realidad, los celos, etc. etc. acabaríamos fatal y nunca nos lo perdonaríamos.
-¿Tú crees? Yo te he perdonado…
Aquello me dejó helada, me clavan en ese momento una aguja y no sangro ni una gota. - ¿Por qué me dices eso?- Me atreví a decirle.
-Tú ya lo sabes, me puedo hacer el despistado pero no soy tonto. Así es que no sigas como si nada.
-Pero ¿a qué te refieres? Yo seguía haciéndome la ingenua mientras bebía la copa a sorbos cada vez más grandes.
-Mira cariño, sé lo de la fiesta de tu empresa. A los pocos días de aquello me encontré a tu amiga cuando iba a casa de tus padres a recoger al peque y le pregunté qué tal lo habíais pasado y me dijo que bien, que acabasteis muy tarde y te fuiste a dormir a su casa… a mi me dijiste que te fuiste a dormir a casa de tus padres, por lo que no es difícil intuir que aquello que me dijiste de que tu amiga se había enrollado con un compañero de tu trabajo, era una coartada para no decirme que fuiste tú quien acabó enrollándose con él. Si a eso unimos lo cachonda que estabas esos días y lo pensativa que te encontré en varias ocasiones y que me dijiste que mi lefa sabía más amarga o que no se te daba bien hacer pajas… pues blanco y en botella; bueno en este caso mulato y bien dotado, ¿no?
-Dios mío cariño, ¿por qué me lo dices ahora? Te prometo por nuestro hijo que sólo te quiero a ti. No sé que me pasó. Nunca más te he engañado. No quiero perderte por nada del mundo. Estoy superenamorada de tí y eres el hombre de mi vida…
En aquel momento estaba aterrorizada. Me estaba diciendo que sabía que le había sido infiel y estaba tan sereno, controlaba la situación. No sabía si me iba a decir que lo nuestro se acabó y me puse a llorar como una niña… -Perdóname…-
-Shhhhhhh, no llores, tranquila, no hay nada que perdonar. Yo también te quiero y por eso estoy aquí contigo. No quiero perderte yo tampoco. Sólo quiero que seas feliz junto a mí. ¿Acaso crees que te lo digo y te estoy besando y abrazando porque no te quiero?
-No sé qué pensar, a lo mejor es porque voy ya medio pedo. ¿Por qué no me lo has dicho antes? ¿Qué quieres, enrollarte tú con otra para compensar? Si es así entiendo que quieras dejarme, pero por favor no lo hagas…Haré lo que tú quieras…
-Pero que no, que yo sólo te quiero a ti. En ese momento me estampó un beso en todos los morros, mordiéndome los labios y recorriendo con su lengua toda mi boca. Sus manos tampoco se estaban quietas y con mucha destreza metió su mano derecha por debajo de mi vestido para sobarme mis nalgas al natural. Así estuvimos cerca de 15 minutos, notando su verga palpitar sobre mi abdomen a la vez que no paraba de sobarme y meterme mano por donde le permitía el vestido. Mis pezones estaban duros como piedras y empezaban a dolerme, a la vez que notaba mis bragas superhúmedas y no sabía si incluso me había hecho pis.
-Para, para, le dije, mirando hacia los lados por si estábamos dando un espectáculo, pero como estábamos en una zona poco iluminada y él utilizaba la mano que estaba junto a la pared para acariciarme, no parecía que nadie nos estuviera observando. Uffff, necesito ir al baño, me noto las braguitas empapadas, alcánzame el bolso que tengo clínex y toallitas húmedas para asearme un poco.
-Vale pero con una condición. Cuando vuelvas trae el tanguita en la mano y yo te lo guardo en mi bolsillo.
-jajaja, ¡¡¡estás loco!!! ¿cómo voy a ir sin bragas?
-Porque me quieres, porque te quiero, porque me gusta que seas muy guarra, porque te gusta serlo y porque me has dicho que harías lo que yo te pidiera… jajajajaja
-Estás loco, pero tienes razón te quiero mucho y soy muy guarra. Ahora vuelvo.
Cuando llegué al baño estaba muy mojada. Me asee como pude con las toallitas húmedas y los clinex y sonriendo me quite las tanguitas y las metí en mi bolso. Antes de salir reflexioné sobre lo que había pasado, me sentía culpable, con miedo a que mi marido no quisiera volver a estar conmigo, dispuesta a hacer de tripas corazón y a compensarle haciéndole más feliz que nunca y todo esto con una borrachera incipiente que me estaba empezando a afectar.
Cuando llegué a nuestra zona mi marido había pedido otras dos copas y me dijo vamos a brindar por nosotros y nuestra relación.
-Espera, antes que nada quiero que me prometas que no me vas a dejar por nada ni por nadie y que a partir de ahora nos contaremos todo, TODO. No quiero reproches ni mentiras, cometí un error y agradezco que me perdones, pero no quiero que suponga un conflicto que estalle tarde o temprano.
-¿Cuántas veces quieres que te lo diga? Te quiero y te deseo cada día más. Quiero ser feliz y hacer muchas guarradas en la cama, pero contigo.
-Toma mi regalo. Le di las tanguitas enrolladas y húmedas y él las cogió y las guardó en su bolsillo, me atrajo hacia él y me volvió a besar y a meterme mano, ésta vez llegando con las yemas de sus dedos a mi pubis depiladito, a los labios de mi chochete y durante unos instantes a jugar con uno de sus dedos en mi esfínter anal…
-Si seguimos así, me vas a tener que follar aquí mismo. ¿Nos apuramos las copas y nos vamos? Además de cachonda voy un poco borrachilla.
Nos terminamos a toda prisa las copas que estaban bien cargaditas (o eso me lo parecía, porque empezaba a notar que se me iba la cabeza) y mi marido que iba menos afectado dijo que cogía el coche y como el pueblo estaba cerca llegábamos pronto, que no me preocupara que estaba bien para conducir… Por suerte no nos paró la guardia civil porque seguro que nos habrían inmovilizado el coche y se nos hubiera fastidiado la noche. Justo a la salida de Salamanca me desabroche el sujetador para ir más cómoda y empecé a sobarle su paquete, notándole bastante duro…
-Joder cariño cómo vas… déjame que te de una mamada mientras llegamos. Le desabroché la bragueta y el botón de su pantalón y bajando su slip me encontré a su polla con el capullo babeante. Uhmmmm, está deseando correrse esta cosita, ¿eh? Me metí su capullo en la boca y comencé a jugar con la lengua sobre él al tiempo que le masajeaba sus huevos… Me subí el vestido para que no me tirara al estar de medio lado, dejando mi culete al aire. Se me pasó el tiempo volado hasta llegar al hotel, pero fue aparcar y notar como mi marido se desabrochaba el cinturón de seguridad y me sobaba el culo, metiendo tres dedos en mi encharcado coño y un cuarto en mi culito… yo mamaba por inercia porque el alcohol se me había subido y estaba con un pedo descomunal y me encantaba sentir sus dedos en mi chochete y mi culo; pero de repente note como mi marido se tensaba y empezaba a derramar toda su lechecita por mi boca sujetándome la cabeza con las dos manos para que no me la sacara. Al cuarto chorro me atraganté y me salió la leche por la nariz, pero seguí mamando y tragando leche hasta dejársela bien limpia…
-joder que mamada me acabas de dar, me has dejado sequito y eso que llevaba varios días sin correrme y ha salido más leche que nunca… Me encanta tu boca. Me cogió la cara con las dos manos y me volvió a besar, pasándole los últimos restos de su corrida (algo que nunca había hecho)… Pues si que sabe amarga, si. Venga recomponte un poco que no nos vamos a quedar en el coche toda la noche.
-Eso espero, porque me prometiste follar toda la noche, espero que no te vengas abajo y te vuelvas a empalmar en la habitación.
-jajajaja, ¿te imaginas? Tendríamos que llamar a tu amigo el mulato jajajaja
-Pues ya puedes darme lo mío o te seguro que le llamo, jajajaja
Tras dar las buenas noches en recepción entramos en el ascensor besándonos y metiéndonos mano por todos sitios de camino a la habitación. Llevaba el vestido por la cintura y las manos de mi marido las tenía con sus dedos jugando con mis dos orificios íntimos; si en ese momento nos cruzamos con alguien le habría enseñado el culo y el chochete y le hubiéramos tenido que invitar a acompañarnos jejeje.
Entramos a la habitación y me desabrochó la cremallera del vestido quedándome completamente desnuda.
-Espera, espera, vete desnudando que me voy a lavar rapidito, enseguida vuelvo. Fui al baño y me di una ducha rápida y me cepillé los dientes. Cuando entré en la habitación mi marido estaba esperándome con uno de mis juguetes en la mano… - ¿Y ese?
-He traído tu consolador favorito para follarte entre los dos toda la noche.
-Vale, pero voy medio pedo, así es que por favor te dejo que me hagas lo que quieras y tendrás que volver a empalmarte bien duro tu solito porque si me muevo mucho voy a vomitar… Me tiré sobre la cama y me quedé boca abajo y de medio lado, mientras todo me daba vueltas.
-Pues claro mi vida, tu amigo y yo te vamos a follar sin parar, primero uno, luego el otro y luego los dos. Dicho esto se metió como pudo entre mis piernas y empezó a lamer mis labios vaginales y a succionármelos y a jugar con la punta de su lengua sobre mi botoncito. Yo no paraba de fabricar flujos por lo que junto a su saliva, pronto mi coño era un lago. Notaba como la mezcla de flujos y saliva caía por el interior de mis muslos y como mi marido los recogía con sus dedos y los metía en mi coño, primero dos dedos, luego tres y hasta cuatro dedos que metía y sacaba a la vez que me chupaba todo el chochete de arriba abajo. Yo me retorcía de placer a pesar de estar medio inconsciente por el alcohol y le dije:
-Fóllame el culo. Quiero que me folléis los dos. Cariño quiero ser tu putita y hacerte feliz. ¿Quieres ver cómo me folla otro y como se corre dentro de mí? Seguro que te encantaría comerme el coño mientras él me folla el culo y me lo destroza y me lo llena de su leche calentita, ¿verdad?
-Claro cariño, mira, es decírmelo y ya me he empalmado otra vez. Joder levanta un poco esta pierna que necesito metértela. Según estaba me separó un poco las nalgas y apunto con su polla a mi culo.
-Siiiiii, fóllame el culo cabrón y llénamelo de tu leche, agggggggg, me encanta, sobre todo cuando estoy tan mojada, ¿ves? así entra fenomenal y no me duele nada. Primero me follas tú por detrás y cuando te corras y me lo dejes bien lubricado que me meta él su pollón. Buffff es que su polla es como dos veces la tuya….me encanta sentirla y que me haga disfrutar.
-joder, ¿le llamamos ahora y que venga a follarte? Te encantaría ¿eh? Seguro que le encanta follarte por detrás y correrse una y otra vez.
-Siiiiiii cariño, le encanta mi culo y cuando se corre enseguida se vuelve a empalmar, es insaciable. Tiene una polla como a mí me gustan, gorda y dura con un glande enorme. Me encanta sentir como va entrando y abriendo paso y luego sentir su palpitar y su calor en el coño y en el culo. Tiene leche para todos los agujeros cariño.
-Uhmmmm, según me lo cuentas parece que lo estoy viendo y me pongo más cachondo. Tenemos que llamarle y quedar con él un fin de semana entero, sin salir de la habitación; sólo descansar para comer algo y ducharnos un poco. Mientras él te folla yo te voy chupando esos pezones tan enormes que tienes y te beso.
-Siiii y me comes el coño mientras él me folla y cuando se corra y me lo llene de leche me lo limpias con tu boquita.
-No, jajajajjaja, cada uno que se coma la suya. Yo no quiero ni chuparle a él ni comerme su semen. Él es sólo para ti.
-Vale, pero nos tienes que dejar un rato a solas. Bajas a por tabaco o a por algo de comer y me dejas a solas con él para que me folle a gusto.
-joder, estás obsesionada con quedarte a solas con él, si le llamas yo también quiero estar y disfrutar contigo.
-Ya, pero es que quiero que me folle sin que se corte porque estés tu presente y a mí me gustaría que me follara bien follada, me encanta cuando se corre porque sigue empujando y me hace llegar a mi también a un nuevo orgasmo, tiene unos labios y una boca carnosos y me encanta cómo me besa y como me chupa. Me coge las tetas con las dos manos y me relame y succiona los pezones. Simplemente con chuparme el chochete me corro en su boca y empalmo un orgasmo detrás de otro….
-Espera ven…
Cogió el consolador, saco su polla de mi culo la metió en mi coño chorreante y apoyando el consolador contra su vientre me follo con él el culo, haciéndome una doble penetración que con lo mojada, borracha y caliente que estaba me hizo alcanzar un orgasmo tremendo sin que me doliera meterme el consolador por detrás.
-Cariño te has corrido con el consolador en el culo y te ha entrado entero, madre mía que culo tienes…
-Es todo tuyo mi vida, hazme todo lo que quieras.
Yo caí medio inconsciente, notaba que mi marido seguía follándome por delante y por detrás, se cambiaba de posición y me volvía a chupar el chochete y me metia su lengua en el culito. Sus manos no paraban de sobarme las tetas, el culo, me metía los dedos en el chocho y en el interior de mi culo, pero yo era incapaz de reaccionar. Creo que hasta inconsciente me corrí. Mi marido estuvo no se las horas sobándome y follándome como si fuera una muñeca. Incluso de vez en cuando me desvelaba mientras me abría la boca para meterme su polla.
Cuando desperté por la mañana estaba escocida, me chorreaba leche por el coño y por el culo y tenía un sabor a semen en mi boca que me hizo recordar lo bien que lo habíamos pasado. Me fui a girar para verle la cara a mi marido y note todavía el consolador dentro de mi culete.
-Joder cariño, podías habérmelo sacado….
-Buenos días preciosa, anoche estabas como nunca. Me encantan estas noches donde te corres infinidad de veces y te comportas como una guarra sexual. Jajajaja. Dame un beso con sabor a lefa…
-Uhmmmm te quiero mucho. Gracias por quererme y por perdonarme por aquello.
- No te tengo que perdonar nada. Por cierto, ¿tienes su teléfono?
-No quiero que eso afecte a nuestra relación, su teléfono lo tiré y una cosa es fantasear y otra hacer un trío. No quiero que nos hagamos daño.
-Mira tienes el chocho chorreando, a ti te encantaría volver a follártelo porque te gustan las pollas gordas como la suya y si los dos estamos de acuerdo nadie sufrirá, es solo sexo.
-vale pues si tu quieres lo hacemos pero le llamas tú. Pides el teléfono a una compañera de trabajo que seguro que lo tiene y quedamos. Ahora fóllame que estoy otra vez cachonda….