Asexual De Nacimiento
¿Qué puede hacer un ser en la vida, que nace sin un género? Sin tener parte sexual muchos dirían que te limitaría, pero nuestro protagonista, ha sabido ser optimista e incluso sacarle cierto partido a no tener un sexo definido, claro, dentro de las posibilidades, que él o la pobre, tiene. Es duro...
Asexual De Nacimiento
Algunos, nacen con un solo sexo, otros con un sexo funcional pero otro no, los más afortunados, nacen con dos sexos funcionales y luego estoy yo, que nací sin sexo. Si, si tal cual lo has leído, ni tengo tetas, ni rajita, ni palito, ni huevos, solo tengo la uretra, un puntito prácticamente invisible, que comunica mi vejiga con la salida y culo, eso sí que tengo, sino no me consideraría humano.
Además soy bastante andrógino, así que nadie podría decir realmente si soy chico o chica, ni mis padres siquiera, ni yo mismo, porque no me considero ni femenino ni masculina, soy algo así como que sin género. Tanto es así, que no he tenido pareja, no sabría decidirme al final si por un chico, una chica o cualquier otro término que se me pueda ocurrir, además aunque si he tenido rollos en búsqueda de cariño o para calmar los ánimos de alguien encaprichado de mí, no tengo una necesidad fehaciente sexual, como los demás, solo el cariño, el afecto es a lo único que no soy, inmune.
Yo eso de las relaciones serias, lo tengo casi descartado, porque tengo poco que ofrecer en una relación así, de hecho, intento vestirme con ropa sin género en la mayoría de situaciones. Aunque al no sentirme identificado con ninguno, me valen tanto un genero, como el otro, ya que me considero agenero o asexual. Soy totalmente imberbe, no tengo bello corporal ninguno, solo unas cejas finitas que valdrían tanto para chico como para chica y el pelo que lo llevo largo, ya por costumbre, “herencia de mis padres”, que me volvieron loca, de pequeño.
Mi padre siempre quiso una niña y mi madre un niño, así que de crio, cada uno me vestía como tal, pero llegaron al acuerdo tras varias discusiones de que el pelo largo era para ambos sexos, mi madre me lo ponía suelto y me hacia peinaditos y el otro siempre me lo ocultaba con gorras, gorros, moños, coletas… Ahora que soy mayor y que tengo el armario lleno de ropa de diversos géneros, he empezado a completar mi colección con ropa sin género.
A fin de cuentas al no tener genero, no me importaba si me confundían con un chico o con una chica, mi voz también ayudaba bastante a la confusión , dado que era una mezcla incompleta del tono varonil y femenino a la vez, unidos en el mismo son. Además con el tiempo, había aprendido a modular mi voz lo suficiente, para parecer más chica o más chico, según me conviniera la situación, las circunstancias o el momento. También, mi nombre por supuesto puesto por mis padres, había sido un acuerdo mutuo, para ser su muñequito o muñequita, dado que era un nombre puesto a maldad para que se pudiera mal interpretar.
Me llamo Alex, para mi padre soy Alejandra y para mi madre soy Alejandro, yo cuando estoy en un sitio neutral, me hago llamar Alex, y bueno, para mis amigos, también soy Alex, tanto para los chicos, como para las chicas, asi no siento, que los engaño, tanto. Aunque mis amigos piensan que soy un chico, hecho que dieron por hecho ellos mismos y para mis amigas, soy una chica, de igual manera ellas mismas lo pensaron, aunque siempre he pensado que mis padres tenían algo que ver en eso y de paso, yo les seguí el juego.
Y es que en realidad, la gente es muy racista de género, si no eres del nuestro no eres tan amiga o amigo, no confió en ti de la misma manera o simplemente te la quiero meter y me porto bien para conseguirlo, aunque a mí, me iban a meter poco, la verdad. No soy tampoco una persona que no le guste flirtear un poco, así que algún beso inocente, algún toqueteo esporádico sin llegar a…. he tenido, tanto con hombres, como con mujeres, pero no es que tenga el asunto mucho interés tampoco para mi, salvo el cariño recibido que eso si lo siento y me atrevería a decir que como la que mas.
Decir que se pasar perfectamente por cualquier género en cualquier situación excepto cuando se habla de sexo, en esas conversaciones me siento un poco fuera de lugar, bastante incomodo e incluso, un poquito rara. Tanto se aparentar ser viril, como maquillarme como una sensual fémina, gracias a mi padre tengo relleno de culo y de pechos, aunque no me sienta orgulloso de ello. Y por mi madre tengo una especie de cinturón adaptado para aguantar un pene de mentira, que se pone erecto y todo, cuando quiero desde el reloj, aunque tampoco me gusta demasiado esa maravilla.
Mis padres como tales cada uno tirando al mundo que les convenía, me han ofrecido varias veces operarme y tratamientos hormonales que he rechazado, por estar más a gusto así, cuando quiero soy de un genero, cuando quiero del otro y cuando no, de ninguno. Bueno, sí que me gustaría tener algún genero, pero querría que fuera algo natural, no algo quitado de un muerto, que está muerto y no funciona del todo bien, ya que yo para rematar el asunto, no tengo “órgano sexual” que utilizar en la operación y por dentro estoy vacio.
Bueno, cambiando de tema, el viernes, siempre quedaba con mis amigos, asi que me recogí el pelo en una coleta, me puse mi cinturón consolador especial, mis vaqueros de pitillo y mi sudadera quick silver, me engomine el pelo hacia detrás, me puse la perillita pegada con pegamento especial de aderezo, para parecer más masculino, desodorante y colonia típica de tío, además de haberme lavado solamente lo suficiente, para no parecer demasiado limpio.
Me mire al espejo, sin duda tenía un aspecto más que interesante, chulo y rebelde, si fuera una tía, me enamoraría de mi mismo y sin pensármelo dos veces, lo malo es el pastel que descubriría después, que me desenamoraría con la misma rapidez, que le guste antes. No es que me atrajera la idea o es que me gustara la idea, sino que hoy, estaba un poco necesitado de afecto femenino, últimamente, tenía ganas de ligarme a alguna aunque definitivamente me gustaría atraer a alguna sin tener que hacer nada, pero amargamente, eso era más fácil, cuando iba de tía, solo que regularmente atraía tios.
Poco después de terminar fui a salir de casa, mis padres como siempre estaban en el salón y al mirarme mi madre me hizo fotos a la vez que le decía a mi padre.
- Paga
- Alejandra ¿Por qué vas así hoy?
- Hoy, soy Alejandro papa, voy con mis amigos, como todos los viernes
- ¿nunca has ido con ellos de chica, porque no lo intentas?
- Paso
- Buena, decisión hijo mío
- Tu, cállate zorra manipuladora, estas volviendo todo un “machote” a mi hija del alma
Mi padre le pago cincuenta Euros a mi madre, mientras fingía un lloriqueo herido, el dinero seguramente sería fruto de una apuesta perdida, era tan típico en ellos, todas estas escenitas, que ya no me importaban, de niña intentaba complacerlos a los dos y obviamente, todo era un desastre. Salí tras darle dos besos a cada uno, aunque mi padre siempre protestaba cuando iba de chico, así que me marche sin preguntarles, nada, con un simpático, adiós.
En cierto modo quedar con mis amigos era más incomodo que quedar con mis amigas, ya que cuando quedaba con mis amigas, quedábamos cerca, con ellos no, tenía que llegar hasta el punto donde habíamos quedado, yo sola y con mis amigas, si no me recogían en casa, quedábamos para ir todas juntas y nunca me dejaban solo. Pero a fin de cuentas lo pasaba bien con ellos, era bastante diferente estar con chicos que estar con chicas y en la variedad, yo que puedo, está el gusto, al menos en este ejemplo, estoy de acuerdo. Hoy habíamos quedado en la taberna pirata, así que hoy por lo reglamentario me esperaba noche de póker y de cervezas, ya que allí estaban las mejores cervezas de la ciudad y si pedias una tanda completa de cervezas te daban las cartas y las fichas en una cajita.
Con mis deportivas la media hora andando no fue nada, diría que además el olor corporal a macho se había afianzado sin llegar a apestar. Por el camino no muy lejos de la taberna, vi las motos de Ramón y de David, poco después, aun más cerca del local, vi el coche de Alberto. Ya solo me esperaba entrar en la taberna y como me esperaba ya estaban Ramón, Fernando que venía siempre en la moto del mismo, ya que eran vecinos, David que venía solo, Alberto que siempre se desviaba un poco, para recoger a Javier y de camino recogía a Luis.
Solo faltaba Alfonso que vivía y venia andando desde aun más de las afueras, que yo, de un campo perdido de la mano de dios, a veces venia en skater y otras muchas en bicicleta, pero la mayoría de veces, andando. Al verme llegar los chicos me pasaron una jarra de cerveza recién pedida y todos me saludaron dándome la mano y haciendo jaleo, alegrándose de verme, además de las típicas preguntas de cortesía, que es de ti, como estas y esas cosas que ya sabían perfectamente, porque me vieron la semana pasada, como siempre.
- Mi vida no ha cambiado mucho, en una semana, chicos
- Pues anda que la mía
Dijo Ramón fanfarroneando como siempre
Ninguno le tomábamos muy en serio aunque después de todo era el que unió a todo el grupo y por eso todos, le teníamos cariño, pero era el típico que si no fardaba de algo en el día, se moría y desde luego era un pequeño precio a pagar, por su compañía.
- ¿Qué fue esta vez, Ramón? (pregunto fingiendo algo de interés Luis)
Que sabía perfectamente que dándole un poco de cuerda, esta hablaría ya por toda la noche.
- No os interesa, no quiero aburriros con mis anécdotas personales (Hizo un gesto de sentirse importante, que era un poco desagradable a la vista)
- Pues…vale, como quieras (Contesto con una sonrisa burlona)
- Venga, cuéntaselo, Ramón, esto es importante (Dijo Fernando que era después de todo el mejor amigo de Ramón)
- Vale, lo contare (Dijo Ramón, dando un pequeño golpecito en la mesa y poniéndose en pie)
- Anda que te ha tenido que rogar mucho, macho (Rio Javier)
- No sé de qué te extraña, si ya lo conoces (Hizo un gesto de indiferencia David)
- Callaos ya o no os lo cuento (Amenazo molesto Ramón por ese tono jocoso de los chicos)
- Venga callaos chicos, que quiero oírlo (Pidió Alberto, con casi interés real)
- No sé cómo te las apañas pero siempre nos tienes a todos en vilo (Apoye a Alberto)
- No sé, quizá debería esperar a Alfonso o no (Dudo un instante Ramón)
- Venga, cuéntalo ya (Protesto Fernando)
- ¿Esperarme para qué? (Entro Alfonso justo en ese momento)
- Toma tu cerveza, nada que nos va a contar otra de las suyas (Explico Luis)
- ¿Ah sí? Cuenta, cuenta (Pidió Alfonso)
- Bueno, si insistís y estamos todos, voy a contaros:
“El otro día, iba por la calle y vi unas trillizas que estaban todas para mojar pan y con dos amigas que no estaban nada mal, al pasar por su lado me propinaron una buena cantidad de piropos todas y cada una de ellas, pero no sé cómo, cuando me di cuenta, acabamos hablando del viernes y me dijeron que quizá, se pasarían por aquí, mas tarde”
Hubo variedad de opiniones como siempre:
“Luis: trolero, ¡yo no las veo!
Fernando: es verdad, Luis, yo lo vi despedirse de ellas
Javier: espero que sea verdad, el pequeño Javi necesita mojar, que hace mucho que no moja.
David: seguro que vienen y se tiran todas encima de Ramón
Alberto: bueno, si vienen, ya veremos qué pasa
Alfonso: si vienen, tu tranquilo que te quito a algunas, Ramón
Todos se quedaron esperando para saber mi opinión al respecto, fue otro de esos momentos incómodos en los que la testosterona actúa, pero yo como no tengo… pues no actuó. Pero quitando el hecho de que me apetecía un poco de cariño femenino, casi me apetecía mas estar solos, contándonos las típicas batallitas fumando y bebiendo, mientras jugábamos a las cartas, aunque he de admitir que la mayoría de estos chicos eran un show, intentando ligar.
- Ramón, ¿estás completamente seguro que te dijeron que vendrían? (Pregunte, para que vieran que es que no me lo creía del todo)
- Sí, pero posiblemente vendrán más tarde…
Me dio la pequeña impresión que ante nuestras dudas ramón empezaba a recular y eso no era muy típico de él, quizá si le dijeron algo de eso, pero ya no estaba tan seguro, era un poco fantasma y un poco trolero, pero no era mal tipo después de todo. Aunque para mí el mejor de mis amigos era Alberto súper sociable, con coche, nunca se metía con nadie y casi siempre ganaba en el juego, pero Luis decía: “que claro que ganaba si hacia trampas”, Luis no se fiaba de nadie, así que podría ser o no.
Mientras que habíamos dejado el tema a un lado y nos centramos en jugar a las cartas, con la segunda ronda de cervezas el juego se había puesto serio, mientras que cada uno iba contando alternativamente pequeñas anécdotas que le habían pasado durante la semana. Luis era rubito, bajito y gordito, era de familia de dinero, aunque él mientras que vivieran sus padres, pensaba vivir del cuento, respecto a su semana: lo de siempre, estudiar y mas estudiar, iba ya por la tercera o cuarta carrera, dos doctorados, estaba inmerso en un máster y acababa de terminar un proyecto, si tuviera que ligarme algún día a un tío, desde luego, no sería este.
A continuación estaba Fernando, era el típico lame culos de Ramón, también es que eran amigos de la infancia pero, lo que dijera Ramón, iba a misa, era delgado, moreno, desaliñado, las malas lenguas decían que era mantenido por Luis, pero el tenia un trabajo o eso decía él y no, definitivamente, tampoco era mi tipo.
Javi que era el salido del grupo por excelencia, bajito con cara de tonto, muy ancho de gimnasio, pero en lo único que pensaba era en sexo, alcohol y tabaco, quizá si añadimos un poco de futbol a la ecuación de resultado nos saldrá Javi, era de una familia de nivel medio y vivía solo, desde que su madre se murió, las malas lenguas dicen que intento tirársela y se murió, del susto, pero ninguno excepto Luis, nos creemos realmente eso.
El siguiente David, era el simpático del grupo, era amable cuando no estaba haciéndonos reír, tenía su barriguita cervecera, pero era muy guapote, su pelo modernito, pero se podía confiar en él, podríamos decir que era algo así, como el mejor amigo del grupo entero, cada uno teníamos el mejor amigo propio y el mejor amigo de grupo, aunque yo con mi secreto tenía mucho cuidado con que contaba así que no se si así, se puede llegar a tener un mejor amigo.
Para seguir, Alberto era alto moreno, ojos azules, marcado, con estilo propio, siempre tenía una palabra amable, si me gustara alguno, sin duda, seria ese, pero él nunca se fijaría en algo como yo, al fin y al cabo no podría hacerlo feliz de manera alguna, soy un bicho raro.
Luego estaba Ramón, que ya lo conocéis era el que más fuerte estaba pero era bajito y demasiado fantasmón. Y por ultimo Alfonso, el tipo más guapo, más alto y con más dinero del grupo, era el que más ligaba, pero consideraba y trataba a las tías como poco mas, que un trozo de carne, no era mi estilo para nada y además, conmigo se iba a comer un mojón.
Las semanas de todos eran un poco más de lo de siempre, Ramón ligar por donde pueda, Fernando quedar con Ramón, Javi buscar tías por internet, Alberto viajar, bailar, Alfonso quedar con sus tres rolletes, Luis estudiar, David trabajar en sus proyectos y yo lo que les podía contar es que tenía un trabajo parcial y que estudiaba una carrera privada, que ya os contare. Por supuesto todos absolutamente todos trabajábamos de algo ya fuera por sacar un dinero extra o por hobbie, pero eso ya es otra historia.
Estábamos inmersos en nuestras cosas de chicos, cuando aparecieron las chicas levemente descritas por Ramón
- Ramón ¿nos esperabais?
Una cara de alegría y suficiencia fue toda la respuesta de Ramón, confirmando que al menos una parte de su relato era real.