Asesorías felices (1)
Llegó el día en que Marieta tuvo a Junior! Felicidad de nosotros tres y de todos aquellos que nos conocen. Vuelvo a escribirles y a narrarles algunos pasajes de nuestras vidas.
Mi trabajo ahora es similar al que hacía en Lima, Perú. Daniel tuvo muy buen criterio relacionándome con sus clientes a fin de que asimilaran aspectos de seguridad. La situación mundial así lo exige. Sin embargo, no es eso lo que deseo narrarles. Viajo mucho en función a mi nuevo trabajo. Voy al Perú a ver mi empresa a cargo ahora de Mauricio lo recuerdan?.....cada tres meses. El es un excelente profesional por lo que la empresa ahí no ha sufrido deméritos de ningún tipo. Los otros viajes que realizo los hago a Grecia, Italia y España en donde tengo asesorías ya establecidas. De este primer lugar, Grecia, deseo contarles una bella experiencia.
Fue en Marzo de este año cuando tuve que viajar a Creta para conocer y negociar una asesoría de seguridad informática con un empresario radicado ahí. Marieta no podía viajar por los motivos que ya conocen embarazo . Y mi Daniel no me pudo acompañar por encontrarse atiborrado de trabajo. El viaje fue placentero. Conocí a una pareja de recién casados que hacía sus "pininos" en clase ejecutiva. Se entusiasmaban por todo. Era su viaje de bodas, regalo del papá del novio, y parecían gozar bastante ese viaje. Paúl, el novio, parecía confiar en mí y me manifestó un deseo oculto que quería en algún momento hacer realidad. Me preguntó:
"Has hecho el amor en un avión alguna vez?"
"Si, le dije, varias veces."
"Cómo así te diste valor para hacerlo estando el avión atiborrado de pasajeros? No te dio vergüenza o algo parecido?"
"No", le dije," cuando uno siente esa necesidad siempre encuentra el momento perfecto para ello. Te contaré como pasó".
"Estaba de viaje a USA. Iba a estar cerca de seis horas en el avión y había llegado a él con mi cuerpo pidiendo sexo a gritos. Sabia que llegando a USA lo iba a tener pero mi cuerpo es algo "temperamental"", dije con una sonrisa. "Cuando ocupé mi lugar en el avión (lo hago siempre en clase ejecutiva) tuve a mi lado a una señora de cerca de 40 años, Sandra. Y, al lado contrario, luego del pasadizo a un joven de unos 25 años. José, así se llamaba, era alegre y gustaba de contar sus experiencias de vuelo adquiridas en sus pocos años de vida, Bueno, el asunto es que pasó una hora conversando con nosotras antes de que se animara a pararse y acercarse. Cuando lo hizo tuvo la ingeniosa idea, para no obstaculizar el pasadizo, de ponerse entre ambas recostándose en la pared del frente de nuestros asientos (primera fila). Siguió la conversación y se tornó un poco atrevida con las narraciones y chistes que contaba. No solo nos reíamos nosotras sino algunos que "sin querer" estaban pendientes de nuestra conversación. Pasaron los minutos y las luces se iban apagando una a una-
Los pasajeros aprovechaban esos minutos para descansar o ver la película que se pasaba en ese momento. José bajó un poco la voz para no molestarlos pero seguíamos en ese plan de reírnos quedamente de cada ocurrencia que decía. Los chistes de sexo iniciaron la inquisición natural a cada una de nosotras respecto a si sabíamos de lo que estaba hablando o no. Poco a poco noté que la cara de Sandra, así se llamaba mi compañera de asiento, se iba tornando colorada no de la risa que nos sacudía sino de aquel embrujo sexual ya conocido por mí. Veíamos a nuestro cómico amigo como algo especial y, personalmente, hubiera deseado "comérmelo" de inmediato. Sandra me guiñaba el ojo como diciéndome que lindo este muchacho. José al parecer se cansó de estar de pié y se disculpó para ir a sentarse. Un NO rotundo nuestro bastó para que sonriera y se quedará en su lugar.
"Porque no te sientas entre nosotras y colocas tus piernas cada una debajo de nuestros asientos!", le dije.
Asintió y procedió a hacerlo. Su rostro cambió de inmediato y se notó la lujuria en el. Tanto mi amiga como yo estábamos vestidas con unas faldas cortas y un saco .. La visión que tuvo José fue el detonante de lo que pasó posteriormente.
Sólo atinó a ver nuestras piernas y dirigir su mirada en aquellas profundidades del placer. Recuerdo haber tenido en ese momento una ropa interior (braga) color blanco. Abrí un poco mis piernas y Sandra, viéndome, hizo lo mismo. José veía de un lado a otro esperando que no viera nada su compañero de asiento que estaba al parecer dormido.
"No seas tímido", le dijo Sandra, "no te vamos a comer. Verdad Maria Jesús? Jaja jaja ja" .reía.
"Por supuesto", le dije, "y si lo hacemos será algo delicioso de probar si así lo desea." Insinué.
José no sabía que responder ante la carga de ambas. Sin embargo como deseando salir del compromiso dijo;
"Sería placentero para todos, se los aseguro. Pero no se como podría ser estando en tan corto espacio y a esta altitud."
"No te preocupes", le dije, "siempre hay un cómo hacer las cosas sin perjudicar al resto. Sólo espero que te decidas." Dije mirando a Sandra.
Nos miró a ambas y dijo;
"No se preocupen por mi yo he sido siempre un Boy Scout en ese sentido "Siempre Listo" ." Y rió.
Animados como estábamos Sandra tomó de las manos a José y empezó a contar un chiste. Ya lo conocíamos y ella resultó ser malísima contándolo . Sin embargo recibió nuestra agradecida sonrisa. José aprovecho en esos momentos para soltarse una mano y acariciar la pierna de Sandra. No se si eso fue lo que le hiciera contar mal el chiste o el hecho de no saber contarlos. Siguieron los chistes de ambos y otra mano cayó ahora en una de mis piernas. José acariciaba ambas piernas y seguía con sus comentarios, sonrisas y miradas a los pasajeros cuidando no ser descubierto.
"Te sugiero", algo le dije. "Por que no vamos al baño los tres? Así dejarías de estar nervioso y nos dedicaríamos de lleno a nosotros. Les parece?", dije mirando a Sandra.
Esta no sabía qué decir. Al parecer mi ofrecimiento fue intempestivo. José dudaba preguntándose, luego lo supimos, si la aeromoza no nos descubriría.
"Miren", dije. "Dentro de unos minutos iré yo al baño. Sandra, tu me sigues dos minutos después y entras. Dejaré la puerta sin cerrojo. Tu José espera unos cinco minutos y vas al baño. Verás la puerta con seguro y te paras a esperar. Ve que no haya nadie y tocas la puerta despacio un solo golpe. Yo quito el seguro y tú entras. Les parece?"
Ambos me miraron y asintieron. Ya nuestros cuerpos estaban sudando de emoción y deseo. Me paré y sin pensarlo di un beso en los labios a José .miré a Sandra y le dije a José
"Luego de que Sandra ingrese espera unos diez minutos antes de ir tu ok?"
De camino al baño voltee mi cara para ver a los pasajeros y luego a las aeromozas. Estaban durmiendo o ensimismados en lo suyo. Ingresé al baño despacio y esperé. Al poco tiempo ingresó Sandra y cerré la puerta.
Ella estaba sudando un poco. Así que tome unas toallas y se las aplique en el rostro diciéndole:
"Eres hermosa Sandra. Tienes un cuerpo delicioso y unos labios que darían ganas de besar a cualquiera." Ella me miraba y me dijo:
"Espero que no creemos un escándalo acá amiga. Lo cierto es que tanto chiste rojo me ha puesto a mil."
Le tomé la cara y bese sus labios. Me miró. Reaccionó tomándome la mía y devolviéndome el beso. Fue tierno. Nuestros cuerpos unidos y muestras manos que buscaban acariciarnos. Le subí la falda y mis manos fueron directamente a su ya húmeda cosita. Todo el baño se inundaba de nuestra excitación. Sus dedos hurgaron dentro de mi vagina haciéndome sentir un placer delicioso. Así, estando nuestros cuerpos en exquisito gozo, sentimos el toque de José. Un toque tímido nos hizo acordar de nuestro amigo. Quité el cerrojo y lo hice pasar raudamente.
"Hay moros en la costa", le pregunté.
"No. Parece ser que tuve suerte. Nadie me vio."
La cabina de baño del avión ahora resultaba mucho más pequeña para los tres así que tuvimos que pensar en cómo haríamos de ese lugar la cuna de nuestro placer. La respuesta fue inmediata.
José estaba fascinado. Apenas ingresó Sandra lo tomó de su rostro y empezó a besarlo mientras yo procedía a retirarle su camisa. La emoción de estar los tres en una cabina de baño de avión resultaba por demás explosiva. Nuestros cuerpos reaccionaban rápidamente a las caricias y nuestros deseos iban en aumento. La camisa la puse en el lavamanos. Su cuerpo era musculoso y con bastante vello. Sandra bajo sus besos al pecho y jugó con su lengua por él al mismo tiempo que lo giraba y le quitaba la correa del pantalón. Besaba su espalda mientras yo jugaba con sus labios deliciosos. El pantalón fue algo más complicado, pero no difícil para que Sandra lo sacara. Las piernas de nuestro galán eran bien formadas. Su ropa interior negra hacía lucir un bulto que parecía tener vida. Sandra no vaciló en retirársela y bajarla con cuidado mientras yo le tocaba el bulto con deleite. Sandra besaba su trasero. Yo acariciaba su miembro duro y grueso aunque no tan grande. Tuvimos que mirarnos para decidir el siguiente movimiento. Así que giramos a nuestro galán poniéndolo frente al inodoro mientras Sandra y yo en un rincón cada una procedíamos a retirarnos nuestras respectivas bragas. Sandra tenía un cuerpo hermoso y su trasero estaba muy bien formado. Yo me decidí también a quitarme el sostén quedándome solo con mi falda.. Casi al unísono Sandra y yo procedimos a bajarnos y acomodarnos de cuclillas en el piso de la estrecha cabina. La imagen que se me presento al momento fue el miembro de José que había girado hacia mí para acariciarme mis senos mientras me arrodillaba. Sandra le abrió un poco las piernas y procedió a besar su trasero y piernas mientras que yo introduje ese hermoso miembro en mi boca succionándolo con placer. Sentí las manos de Sandra como acariciaba mi rostro y mejillas mientras cada una de nosotras gozaba del cuerpo de José. Éste tenía una mano en cada una de nuestras cabezas. Sandra tomó sus glúteos y los abrió para poder jugar por ahí con su lengua. El cuerpo de José vibró de placer. Me dedique de lleno a sus pelotitas que me supieron a delicia. Mientras mi rostro buscaba introducirse más debajo de estas José atino en levantar su pierna y colocarla encima del inodoro para facilitarnos a ambas nuestras caricias. Por entre las piernas de José nos miramos Sandra y yo y buscamos darle el placer que esperábamos para el. Nuestras lenguas jugaban con su culito y sus huevitos no dejaban de reaccionar a esas caricias. En un momento José levantó con sus manos la pierna flexionada dejando mas campo a nuestros juegos. Sandra y yo aprovechamos para tomar yo su pene mientras ella introducía un dedo en su culito. Nuestros rostros se juntaron debajo de esa pierna fornida y nos dimos un delicioso beso ambas. Nuestras manos estaban ocupadas con José y la otra la tenía yo en los senos de Sandra mientras ella hacia lo mismo con el mió. José en ese momento no resistió el embate de nuestro juego y se vino con un potente chorro que cayo cerca de su camisa. Me acerque a su miembro y lo chupe con ansias como golosa mientras que Sandra hacia malabares para poder chupar ese culito deseado de José.
Al poco tiempo ese miembro nuevamente estaba duro y erecto. Le tocaba el turno a Sandra. No porque lo hubiéramos planeado sino porque ella fue la que se paró primero y casi obligó a José a que se sentara en el inodoro con las piernas abiertas y su grueso pene hacia arriba. Supe lo que quería hacer pues ya en algún otro momento lo hicimos mi Daniel, Marieta y yo. Sandra se sentó despacio encima de José mientras éste dirigía su miembro y lo introducía dentro de su vagina. Sandra emitió un gemido quedo para no llamar la atención a los de afuera. Ella misma fue la que presionó hacia abajo para introducir todo ese maravilloso y grueso miembro hasta el fondo. Fue un Ahhhhhhhhhhhhhh silencioso que nos llenó de placer a todos. Yo me adelanté a ambos y me senté en el piso entre las piernas de Sandra. El miembro de José estaba completamente metido en esa jugosa vagina. Sandra tenia los ojos cerrados y su lengua se movía de un lado a otro. Vi los movimientos de ambos y como esa vagina iniciaba la entrega de sus jugos. José la tenía agarrada de sus senos y se los masajeaba con placer. Sandra inicio un ritmo mas rápido girando de un lado a otro. Es ese momento el que aproveche yo para acercar mi cara a esa vagina y besarla con todas mis fuerzas. Sandra abrió los ojos y me miro. No esperaba esa reacción mía. Abrió un poco mas sus piernas dejándome campo para que hiciera lo que deseaba. Mi lengua empezó a jugar con su clítoris al mismo tiempo que saboreaba sus jugos y gozaba del pene que entraba y salía de ella. Ambos se deleitaron con mi posición. Supe que sería pronto en que descargarían ambos sus jugos cuando José emitió un gemido y Sandra le respondió con otro. Ambos se movían con deleite mientras yo seguía saboreando con mi lengua esas partes apetitosas que se me presentaban a mi vista. El placer fue tremendo para ambos y hermoso para mí. Vi su relajamiento y desee que no terminara por lo que le hice una seña a Sandra para que se levantara un poco y saque ese miembro de ella poniéndolo frente a mí. No sabían qué haría. Procedí a engullirme ese miembro saboreando las exquisiteces que se me presentaban en esos momentos. EL miembro de José reacciono violentamente a esos lengüetazos y juegos de garganta que le hacia mientras que Sandra sentía como su clítoris rozaba con placer mi nariz. El miembro estaba nuevamente duro como lo deseaba así que le dije a Sandra que se levantara un poco para colocarlo nuevamente ..pero ahora lo hice yo . en su culito. José al sentir eso reaccionó con placer y poco a poco aceptó metérsela despacio. Sandra me miraba mientras ese pene se introducía en su culito. Su boca se cerró como tratando de que no salga ruido de ella. Pero en todo su rostro noté el inmenso placer que le causaba José y su pene. Yo me deleitaba viéndolos hasta que Sandra inicio un movimiento de sube y baja. Despacio .muy despacio. Y con cada movimiento un gemido salía de su garganta. La miré y con una mano le cubrí la boca como diciéndole que no delatara nuestro placer a quienes estaban mas cerca del compartimiento del baño. Me hizo caso y su gemido se convirtió en cadencioso movimiento. Así estaban ambos cuando procedí a darles el toque de placer personal que les tenía reservado .en especial a Sandra. Ella tenía todo el miembro de José metido en su culito pero me presentaba para mi placer esa rajita deliciosa y ese clítoris erecto que segregaba líquidos a raudales. Así que procedí a adueñarme de ese huequito con mi lengua. Acerque mi rostro viendo como esa rajita subía y bajaba. Quería mantener el ritmo. Acerqué mi lengua al ya erecto clítoris y procedí a chuparlo ávidamente. Subía y bajaba con ella y con su goloso muñeco incrustado. Sandra gimió y se sacudía con cada chupada que le daba. Introduje un poco la lengua tratando de mantenerla dentro lo más posible. Gemidos. Susurros, llanto, placer, deleite .una serie de sentimientos que salían de nuestro ser hacían presagiar el momento glorioso de los tres. Fue increíble ver la cara de José y Sandra extasiarse y culminar juntos. Luego un beso unió sus rostros mientras yo saboreaba con delicadeza ese néctar que me daba Sandra. Sentí sus quejidos de placer mientras besaba a José Tomó mi rostro y lo elevó al suyo besándome con delicadeza agradeciéndome por tan magnifico orgasmo.
No supimos cuanto tiempo estuvimos en esa primera parte de nuestro encuentro. Pero Sandra se levanto muy despacio y apoyó su oreja en la puerta tratando de oír algo que nos indicará que alguien estaba a la espera del baño. Nada. Por suerte parecían dormir.
José estaba embobado viéndonos casi desnudas y con su miembro flácido por tan estupenda acción. Sandra me acariciaba el cabello y de cuando en cuando sonreía y me daba un beso en los labios, lo que hacía que José nos mirará más. De repente Sandra tomo mi lugar y se arrodillo frente a José. Este la miro como deseando saber lo que haría. Sintió como su pene era tomado y acariciado por Sandra y luego como ésta introducía ese bocado saboreándolo con sus labios. Sintió crecer al poco rato ese pene maravilloso viendo como Sandra gozaba en ese empeño. Cuando vio que el pene estaba totalmente erecto y grueso como quería Sandra me tomó de la cintura y haciendo unos movimientos de cadera me acomodó encima de él. Ahora era yo la que iba a gozarlo. Se repitieron las mismas escenas de placer y deleite que les narrara. Sandra me produjo un placer increíble mientras sentía cómo ese grueso pene de José se introducía y salía de mi culito. No recuerdo la cantidad de orgasmos que sentí en aquellos momentos. Lo cierto es que vi a Sandra deleitarse con todo aquello que tan gustosamente le daba . Hasta el momento en que José me entregó nuevamente el suyo. Presioné la cabeza de Sandra pegándola fuertemente en mi vagina para que degustara esos delicados manjares que le ofrecía así como tomé la cara de José y saboreé sus labios anidando mi lengua en ellos.
Minutos después, descansados un poco nuestros cuerpos, comenzamos a vestirnos. Salí tratando de hacer el menor ruido posible y al encontrarme afuera no vi nada que me indicará que nos habían detectado. Tomé a Sandra de la mano y nos dirigimos a nuestros asientos haciéndole una seña a José para que esperara un poquito antes de salir.
José estuvo cerca de quince minutos más en el baño antes de aparecer y sentarse en su sitio. Nos miró y sonriendo nos mandó un beso volado. Sandra y yo nos tomamos de la mano y descansamos nuestras cabezas una a la otra. Nuestros pensamientos estaban dirigidos a lo que sucedería después al despedirnos de José.
No nos percatamos de nada mientras duró el viaje. José se durmió totalmente mientras Sandra y yo conversábamos respecto a lo que sucediera entre nosotras. Le conté respecto a Daniel, Marieta y yo. Supo del pequeño Junior que ahora alegraba nuestro hogar. Supo de mis actividades y yo supe de las de ella. Quedamos en llamarnos apenas llegara al hotel y ella a su casa.
Así lo hicimos. Esa noche salimos a cenar juntas y luego me invitó a conocer a toda su familia. Me regresó a mi hotel entrada la noche y .
Se sucedieron los días de trabajo y placer enorme con Sandra. Al poco tiempo tuve que regresar a casa al lado de mis amados. A enterarlos de todo en detalle. A decirles que dentro de poco tendríamos compañía pues nos visitaría una amiga que conocí en mi viaje a USA.
Paúl me escuchaba estupefacto. Miraba a su novia y parecía decirle con los ojos lo maravilloso que sería si lo intentaran. Conversamos de muchas cosas y luego cada cual siguió con sus propios pensamientos. Yo disfrutaba la lectura de un libro. Dormí un poco y, entre sueños, vi como la pareja de novios desaparecía de sus asientos.
Al despertar ya éstos tenían los cinturones puestos y el avión se encontraba presto a aterrizar en Grecia. Tenía trabajo que hacer. Me despedí de mis nuevos amigos con una sonrisa y un hasta pronto. La carita sonrojada de la novia me hizo pensar que no había sido en vano aquella narración que les dijera. El avión todo tuvo un "orgasmo doble" y tocamos tierra.
Mañana les cuento cómo así se suceden estas asesorías en tierras de aedos y dioses.
Gracias por remitir sus correos ( mjlombardin@hotmail.com ). Tengan
paciencia que a todos les responderé. No suelo conversar por este medio
(MSN) por razones de trabajo, por lo que estimaré no incluirme dentro de
sus contactos al menos que sea autorizado por correo electrónico. Sus
comentarios y votos serán apreciados.