Aseos de un comercial del centro

Chupaba lentamente, moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo, metiéndome de momento solo la mitad, ayudándome con una de mis manos con sus genitales, deslizando mi lengua por su venoso tronco, deteniéndome y sacármela para succionar su glande.

Aseos de un comercial del centro

Llevaba semanas siendo la satisfacción de algunos maduros, algunos conocidos desde varios años otros en cambio nuevos, solíamos quedar en mitad del camino de la universidad a mi casa. Lugar que dada la hora da para mucho, donde ayuda lo oculto de la zona al estar cerca un parque, donde el anonimato está garantizado y toda discreción depende de nosotros. Claro está los encuentros no están garantizados para ellos, pero aun así no había día que me los encontrara, cuando vas acompañado ya sea por amigos o amigas estos simplemente me veían pasar, cambiando en el momento en que voy solo. Todo comenzando con un saludo, invitándome a acompañarle, conversando en el camino hacia el interior del parque, caminando hacia una zona de arbustos y maleza frondosa, donde siempre que puede no deja de magrear mis nalgas. Ya en el interior… intenta besarme bien sabiendo de lejos que odio, rechazo que no le quita las ganas, besa cuello y oreja sabiendo que el primero es mi punto débil. Toma mi mano y la dirige hacia su entrepierna, mientras no deja de decirme al oído en susurros lo que me desea, no dejando de proponerme el alquilarme un piso para mí. A pesar de mis veintidós años aparentaba dieciocho al menos, pues siempre he sido de esos que aparenta menos edad que las que tengo. Bueno sigo…

Este comienza a gemir sobre todo por mi manera de masturbarlo, no dejando de insistir en comerme la boca, volviendo a rechazar y contentándose en desabotonar mi camisa, descubriendo mi pecho y hacerme disfrutar besando, lamiendo, chupando e incluso mordiendo mis tetillas… aaahhh!!. Alterna cuello, hombros y pecho al tiempo que sus dos manos se encuentran bajo mis prendas en mis nalgas, magreando mis glúteos, dedeando mi orificio… ooohhh!!.

Yo en un momento dado me ayude de mi otra mano, pues si con una lo masturbaba con la otra masajeaba sus testículos, mientras el no dejaba de alabar mis maneras y la experiencia que mostraba. Acabando por intentar besarme nuevamente y no sé porque motivo, acabo cediendo quizás ante la muestra de insistencia, o porque no aceptan un no. Me come la boca, siento su lengua buscar la mía, bueno eso y ese nauseabundo sabor a nicotina, pues cuando acaba más parece que he sido yo, quien sea fumado ese paquete de cigarros. Como el tiempo apremia, colocando sus manos en mis hombros y presionando, no hace falta mucho para adivinar lo que desea, colocándome en cuclillas tome su polla con una de mis manos. Este me suelta lo de siempre…

  • “No te esmere demasiado… que antes de correrme quiero follarte, sabemos de sobra que disfrutas comiéndote una polla, y yo más que sea la mía pues la comes de miedo, pero ve más despacio”.

El de píe… como suele pasar, se apoya en un árbol o simplemente aguanta el tipo ahí, yo en cuclillas a sus pies, comienzo nuevamente a masajear su tronco y sus testículos… uuummm!!. Comenzándole ya a escuchar gemir y suspirar, no dejando ni un minuto de masajear mi nuca, disfruto tomar su tronco y deslizarlo por las comisuras de mis labios, dándole algún que otro lengüetazo… mmmm!!. Dándome por alzar la mirada y ver su rostro de disfrute… tanto como el mío al realizárselo, no dejo de masajear su glande, sobre todo en bajar y subir su prepucio con todo cuidado y delicadeza. Posando nuevamente mis labios en su glande, chupando alternando con lamer con la lengua, recorriendo con la yema de esta su fibroso y venoso tronco hasta sus genitales. Este suspira y vuelve a gemir, soltándome algo tan repetido como…

  • “Uuuffff!!... como la comes maricona, ve despacio putilla que hoy si que voy a preñar… uuummm!!”.

Continuado con mi labor… haciendo oídos sordos, beso cada uno de sus velludos testículos, chupo e intento metérmelos en la boca, sobresaltándose este, soltándome…

  • “Cuidado… chiquillo, ¡cuidado con esos dientes… uuummm!!”.

Tras dejar sus testículos bien empapados con mis babas, ascendí por su tronco hasta su glande, comenzando a lamer este y comenzar a introducírmelo dentro de mi boca… uuummm!!. Chupaba lentamente, moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo, metiéndome solo la mitad, ayudándome con una de mis manos con sus genitales, pues con la otra me sujetaba a una de sus piernas. No deje de introducirme su polla en mi boca, cuya lengua la deslizaba por su tronco, deteniéndome y sacármela para succionar su glande, no dejando este de soltar algún que otro alarido subido de tono. Alaridos que no hacía falta para llamar la atención de mirones, pues estos aparecían sin llamar la atención y menos sin invitación, donde raro era el acompañante de turno que dejaba que mirara, aunque hubo otros que invitaba a estos o les echaba.

También era raro la vez que llevado por el momento y la satisfacción, este… bueno estos, no me obligan a tragármela entera, comenzando a tener arcadas, fatigas o náuseas. Acabando por sacármela de la boca y este entre guasa, soltarme…

  • “¿Qué te ha pasado?”.

Respondiéndole al tiempo que me sacaba algún pelo de la boca…

  • “Nada… que no me gusta tragar pelos”.

Entre carcajadas me invitaba a continuar, donde no hay momento en que elogia la técnica que elaboro, poniéndose medallitas y no pensar en la experiencia que poseo en estos años. Pero cuando notas sus piernas tensarse, o el juego de su cuerpo entre temblor y rigidez, no es otra cosa que un aviso que este pronto se iba a venir. No me detengo, sino que al tiempo que alzo la vista a modo de que este te lo confirmes, yo estoy recorriendo con mi lengua su tronco, lamiendo sus velludas pelotas o forzando mis arcadas con su glande en el fondo… ooohhh!!. Bien recuerdo como este, suelta eso de…

  • “No te preocupes que cuando me vaya a correr te aviso, no pienso correrme en tu boca… te lo aseguro”.

Y en minutos, no solo comienza a descargar en mi boca, sino que no puedo retirarme al tener mi cabeza sujeta por sus manos, manos que me tiene agarrada con fuerza, no dejando de correrse mientras emula una penetración. No dejándome otra que tragar… y tragar, aguantando ese sabor asqueroso, tragar hasta que no le quede gota alguna en sus genitales. Viéndome a veces que es mucho mayor las náuseas, momento en que te niegas a tragar, pudiendo notar como un hilo se escapaba por mis labios… uuuffff!!. Donde escucho a este, ¡entre gemido de placer... no dejar de disculparse… aaahhh!!, mientras no dejaba de descargar a pesar de su edad su habitual enorme corrida, cuyo semen agrio, espeso y denso se me hacía difícil de tragar era por este motivo. Persona que, entre espasmos me soltaba…

  • “Te has vuelto a escapar, ¡menuda corrida que te has vuelto a tragar, joder y yo que pensaba preñarte… ooohhh!!”.

Pues en uno de estos encuentros, mi amigo de turno me soltó…

  • “Solo vienes por estos lugares…”.

Respondiéndole afirmativamente, continuando este…

  • “Nunca te ha dado por acercarte a los aseos del centro… no me refiero a los subterráneos, sino a los grandes comerciales que hay”.

  • “Acércate un día y prueba, ve a los aseos de la tercera planta y allí encontraras el género que tanto te gusta, te aseguro que te gustará”.

Luego fue el despedirse, saliendo juntos, pero cogiendo cada uno para un lado. Saliendo al tiempo que escuchas proporciones de otros para continuar, otros que se llevan la mano a su entrepierna a modo de invitación. Donde saben que voy de pasivo pues solo salen satisfechos ellos, donde me proponen satisfacerme a mí también, pues desean iniciarme como versátil. Pues a raíz de aquí es donde comienza mi experiencia en esos aseos de ese comercial, cuyo nombre obviamente me debo de callar, pero que bien sabemos de cual es.

Fue un día entre semana por la mañana el que me decidí por acercarme, tome mi autobús hasta la Plaza Nueva y desde aquí me encamine a dicho comercial, donde tras entrar me dirigí hacia la zona de las escaleras, no me refiero a las escaleras automáticas sino las habituales de obra. Subí hasta la tercera planta donde tras acceder, descubro que antes de acceder a la planta comercial, están situado a un lado los aseos. Fue tomar una bocanada de aire para entrar decidido, encontrándome que no había nadie en su interior, llevándome una decepción.

Bueno, ya que estaba dentro, pensé pues vamos a orinar, encontrándome a la derecha tres urinarios fijados en la pared sin separadores entre ellos, mientras a la izquierda había dos cabinas del wc y claro está… vacías. Encaminándome hacia estas, entrando precisamente en la de la derecha, pero me llamo la atención los escritos que figuraban en la pared, escritos que comencé a leer sin llegar a cerrar la puerta. Actué con normalidad… quizás al estar solo, leí los escritos que no eran otra cosa que anuncios de contactos. Mientras me solté la hebilla del cinturón, desabotone el botón del pantalón, baje la cremallera e introduje mi mano dentro de mis calzoncillos, tomando mi miembro que debido a lo leído este se encontraba morcillona.

Comencé a orinar, llamándome más de un anuncio de contacto, donde leía lo que estos buscaban y deseaban, dejando algunos una explicación muy detallada con un numero de contacto. Pues como he dicho, ¡mientras leía estos no pude evitar que se me pusiera dura… mmm!!, lectura que me tuvo embelesado, tanto que ni percibí que una persona haya entrado en los aseos, persona que le llamo la atención mi presencia, no siendo por otra cosa que verme masturbarme mientras leía esos escritos… uuummm!!.

Pues como he dicho ni percibí que había entrado en los aseos, pero menos me di cuenta de su presencia cuando este se había acercado a la cabina, quedándose en la puerta mirándome como me masturbaba. Fue un chasquido lo que me hizo salir de mi trance… mirando hacia la puerta, llevándome la sorpresa al ver ese hombre hay inmóvil, hombre cuyos ojos brillantes me miraba fijamente al tiempo que deslizaba su lengua por las comisuras de sus labios. Bajé la mirada avergonzado, descubriendo como este cabrón se estaba magreando su visiblemente y llamativo bulto, asustado volví la vista a esos azulejos… quedándome callado. Momentos en que este desconocido me pregunta…

  • “¿Qué es lo que has leído para que se te ponga dura?, un anuncio de sexo de tías o de tíos”.

No conteste, pues no quería verme pillado por este, pues creí que me cogería en la mentira. Pero ante mi silencio, me volvió a decir…

  • “Yo creo que leías anuncios de tíos, pues aquí anuncios buscando chicas… no hay, ya solo faltaría averiguar si buscas una maricona que te la chupe, o en cambio buscas una polla que puedas chupar y que luego te folle”.

Estaba cagadito de miedo y claro está súper excitado, mi glande soltaba algunas gotas de precum, yo estaba nervioso, deseaba que ese hombre me entrara a saco o que se marchara, dejándome en paz, pero creo que me evidencie al bajar la mirada hacia su entrepierna, afirmando mis deseos.

Ante mi silencio este se envalentono, miro hacia la entrada de los aseos al tiempo que se sacaba su miembro del interior de su pantalón, miembro que era enorme en comparación con la mía… uuummm!!. Dando este un par de pasos hacia el interior de la cabina, hombre que sonriente poso su mano izquierda sobre mis nalgas al tiempo que la derecha tomaba mi miembro… aaahhh!!. Diciéndome…

  • “Uuuffff!!... que buen culito tienes”.

Acabando por soltar con rin tintín…

  • “Y que buena pollita que posees”.

Dijo… al tiempo que apretaba mi culo, pero el muy cabron me lo cogió con la mano abierta, llegando a sentir como su dedo corazón presionaba mi orificio, ¡sobresaltándome y al mismo tiempo que me hizo estremecer… uuummm!!, comenzando a deslizarla a lo largo de mi tronco, observando que la longitud de mi miembro era una mano suya y un par de dedos. Pero claro está, no solo sentí como me masturbaba sino como con su mano izquierda palpaba mis nalgas, cogiéndome mis glúteos con la amplitud de su mano… uuummm!!, e incluso sentí como clavaba la yema de uno de sus dedos en mi orificio anal… ooohhh!!.

Por mi exclamación inconsciente se dio cuenta este de mis preferencias, acabando este por apartar la mano de mi miembro para cerrar la puerta, mirando hacia esta con un acto reflejo y darme cuenta, como al tiempo que se cerraba esta pude ver un señor mayor mirando hacia nosotros. El tío sonriente me dijo…

  • “No te preocupes por él, si quieres cuando acabemos y él no se ha marchado, podemos invitarlo a que nos acompañe”.

Fue cuando lo miras escandalizado, pero por otro te ves privilegiado en ser deseado por estos, donde puedes acabar con dos, oportunidades que se presentan a veces difícil si con el que comienzas no le gusta. Pero recuerdo que cuando este se fija en mi rostro, coge y me suelta…

  • “Sabes, creo que hemos sabemos perfectamente lo que buscas, verdad… maricona”.

Fue decir eso, ¡cuando siento su dedo corazón de su mano izquierda presionar mi orificio… ooohhh!!, dirigiendo ahora su mano derecha hacia mi vientre, pellizcando la tela de mi camisa y tirar hacia arriba, cuya consecuencia no fue otra que salirse del interior de mi pantalón. Continuando este por introducir su mano bajo mi camisa y sentir esa mano áspera y grande tocar mi pecho… uuummm!!. Sintiendo su respiración en mi cuello primero y luego en mi oreja, soltandome…

  • “Vamos a pasarlo bien, ¡verdad mariconcito… mmm!!”.

Notando como su dedo corazón de su mano izquierda deja de oprimir mi orificio, sintiendo como tira de la cinturilla mi pantalón hacia abajo con fuerza, cayendo estos a mis tobillos y deslizarse solo mis calzoncillos hacia abajo. Volviendo esa mano izquierda a sus quehaceres, ¡no siendo otra que la de magrear mis nalgas y dedear mi orificio… ooohhh!!, momentos que estaba extasiado sobre todo con esa mano pues su mano derecha no dejo de acariciar mi torso, vientre y pecho, dedicándose a acariciar y pellizcar mis pezones… uuummm!!. Mano que, con mucha habilidad comenzó a desabotonar cada uno de los botones de mi camisa, acabando por abrirme esta y separando los pliegues. Continuando por inclinar su cabeza y posar sus labios en mi pecho, deslizándolos a lo largo de mi cuerpo, besando, lamiendo, chupando y mordiendo… ooohhh!!, todo esto sin dejar de presionar su grueso dedo en mi orificio… aaahhh!!.

Debo confesaros que ms piernas en esos momentos me temblaban, no sabiendo si la causa era de miedo o de placer… aunque yo juraría que ambos, pues incluso a día de hoy continua pasándome… uuuffff!!. Pero todo nervio me lo quito este de un solo golpe, pues bien recuerdo como este en un momento dado, cogió y el muy cabrón se le metió en la cabeza el penetrarme mi orificio sin lubricación alguno, dedo grueso como mi miembro al menos… ooohhh!!. Hombre que se separó, poso sus manos en mis hombros y me dijo…

  • “Bueno como veo que hay trabajar más tu agujerito, ve arrodillándote de momento, ve trabajándome otra cosa”.

Pero en vez de arrodillarme, cogí y me senté sobre la taza del wc, cogiendo este su polla con su mano derecha y dirigirla hacia mi boca, al tiempo que su otra mano rodeo mi cabeza, oprimiéndome la nuca a modo de obligarme introducírmela. Pero me frenó el fuerte olor a orín e incluso ese olor que desprende nuestras pollas, pero comencé por su genitales donde en segundos me llene la boca de pelos, comencé como he dicho por lamer y besar sus huevos… gordos como pelotas de tenis… uuummm!!. Tras desistir en la idea de metérmelos dentro de la boca, ascendí por la base de su miembro hasta su glande, lamiendo su tronco duro… uuummm!!. Este gemía y eso que aún no había comenzado lo bueno, pues comencé por jugar con su glande y deslizarlo como tanto me gusta por los labios, acabando este por quitármelo de mis manos y golpear mis mejillas con el. Soltándome…

  • “Con la comida no se juega”.

Fue soltarlo y comencé a lamer su glande, introduciéndomelo en la boca una vez tras otra, aumentando el ritmo sin dejar de acariciar sus huevos peludos, donde este no dejo de gemir e intentando no elevar el tono. Comenzando por acariciar mi espalda, inclinándose a modo de lograr llegar con su mano a mis nalgas, mano no solo que llego sino que pude sentir su dedo… ooohhh!!. Poniéndose derecho al notar que el inclinarse dificultaba mi labor, acabando por dedicarse en pellizcar mis pezones con fuerza, sintiendo gran dolor pero mu inexplicablemente aquello me gustaba… uuummm!!. Hubo un momento en que este cogió y me sujeto la cabeza con ambas manos, comenzando a moverse a modo de follarme, pero en verdad lo era pues comenzó literalmente a ‘follarme la boca’. Soltándome…

  • “Coño… como la comes cabron, ¡no debe de ser tu primera polla… eeehhh!!”.

Acabando por sacármela violentamente de la boca, tirar de mi hacia arriba, girarme sobre mis mismos pies e inclinarme hacia los azulejos, diciéndome…

  • “Joder… para maricón, ¡no me quiero correr todavía… uuuffff!!, quiero follarte y disfrutar de ese otro agujero… uuummm!!”.

Escucho como llega a escupir hasta dos veces sobre la palma de su mano, mano que siento como sus dedos se desliza por entre mis glúteos… ooohhh!!. Notando con cierto dolor como penetra uno de sus dedos, ¡jugando durante unos minutos y ante la facilidad… ooohhh!!, acaba por introducirme un segundo y en minutos un tercero. El dolor, el escozor y las molestias no han cesado, pero al menos era de menor grado, no tanto como los deseos de que me la metiera, pues estas habían aumentado y no imagináis como, ya que acabe por suplicarle…

  • “Métemela yaaa!!”.

Noté su glande alojarse entre glúteos, ayudado por una de sus manos al tiempo que la otra se posaba en mi cintura, dos golpes en mi cadera fue la señal en que me preparara. Pues acto seguido, comenzó a presionar… ooohhh!!, sintiendo como su miembro iba entrando dentro de mi… uuummm!!, dejando de presionar unos minutos… quizás a modo de que me adaptara a su polla… uuuffff!!. Comenzando a los pocos minutos, siendo dos embestidas las que me hizo ve las estrellas y de paso metérmela dentro, ¡volviendo a detenerse… ooohhh!!, comenzando una frenética embestidas hasta que a los pocos minutos me hizo saber que se corria… ooohhh!!.

Corrida que coincidió con la mia y eso que no me toco, pero quizás fuera los nervios o la misma corrida prostática como se le denomina… uuuffff!!. Este no dejaba de soltarme al oído lindezas, no dejaba de humillarme verbalmente, soltándome de todo e incluso proposiciones indecentes. Cuando comenzó a sacarla, pensé en el impresionante macho que me había preñado, llevando el fiasco al ver como tiraba a la papelera un condón lleno de su corrida… ooohhh!!. Soltándome…

  • “No te preocupes que la próxima vez que nos veamos… te preño, hoy ha sido la primera vez y siempre hay que tomar precauciones”.

Fue limpiarse mientras me invitaba a coincidir en otra ocasión, no dejando de alabar como se la comía, no dejando de decirme…

  • “Lo mejor ha sido la mamada que me has dado, te prometo que la próxima vez te preño o mejor aún, ¡me dejas follarte la boca hasta el final… uuuffff!!, menudos coñitos que tienes… uuummm!!”.

Aunque mi antepenúltima en los aseos fue una semana antes del confinamiento por marzo, donde tras entrar en los aseos de un centro comercial, tuve la suerte de encontrarme un señor mayor con muchas ganas de marcha. Bueno creo que sería mejor dejarlo esto para otra ocasión, espero que les haya gustado y que hayáis disfrutado, espero vuestros comentarios, ya sea animándome a continuar, como críticas. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).