Ascen, una sumisa madura
Un comentario abre las puertas a una situación inesperada; una zorrita madura con ganas de someterse, un amo que se crece y una relación de total sumisión.
Ascen, una sumisa madura
Un comentario abre las puertas a una situación inesperada; una zorrita madura con ganas de someterse, un amo que se crece y una relación de total sumisión
Siempre he pensado que la vida da muchas vueltas, y que has de estar preparado para lo que el destino te tenga reservado, y eso a pesar de que en muchos momentos pienses en tirar la toalla.
Yo pasé una muy mala racha, me explicaré:
Trabajo para una de las grandes empresas nacionales, tengo un puesto de trabajo aceptable y un sueldo en consonancia, me casé con una chica preciosa con la conviví durante tres años en la ciudad en la que ambos habíamos estudiado y vivido.
Pero un día mi empresa decidió ascenderme y mandarme a abrir una nueva sucursal a un pueblo grande (ó una ciudad pequeña) en el norte de España.
Estaba relativamente cerca de nuestra ciudad, a menos de dos horas de viaje, y la forma de vida es muy parecida a la que teníamos de donde veníamos.
No podía negarme pues eso hubiese supuesto un fuerte frenazo en mis aspiraciones laborales, pero mi esposa no lo asumió bien.
Ella trabajaba en una tienda y aunque el sueldo no era muy alto, le permitía tener cierta independencia, relacionarse, y esas cosas.
Al fin decidí aceptar la oferta (era irrechazable) y como nos facilitaban un piso de alquiler todo fue rápido. Yo enseguida creé un equipo, hice relaciones locales y pronto era uno mas en el pueblo. Pero mi mujer no hubo forma de que se integrase, no se relacionaba y aunque intenté buscarle un trabajo en otra tienda, se cerró en banda y no hubo manera.
De hecho cada poco cogía el coche y se iba a ver a su familia a nuestra ciudad.
Nosotros nos llevábamos bien y en la cama disfrutábamos bastante, pues yo, era y soy bastante activo, y ella siempre estaba receptiva para el sexo, pero poco a poco nos íbamos distanciando y una mañana de domingo me anunció que se volvía a casa, que allí no se encontraba a gusto y que lo estaba pasando mal.
Volvió a vivir a casa de sus padres, y al principio manteníamos un contacto continuo, hablábamos todos los días un par de veces y yo pasaba gran parte del fin de semana con ella, aunque para su familia fuéramos una carga.
Una semana la noté más distante de lo normal y aunque seguíamos en contacto, al llegar el viernes me dijo que no fuese a casa, que quería estar sola, y pensar acerca de lo nuestro.
Por supuesto acepté su decisión, pero cuando el domingo llamé a su casa preguntando por ella, seguía durmiendo ya que al parecer había estado de fiesta hasta las tantas, por eso estuve hablando un rato con mi suegra con la que siempre he tenido una muy buena relación y la sorpresa es que a su familia les había dicho que yo no podía ir ese fin de semana. Mi suegra notó mi desconcierto y no dijo nada, pero a partir de ese día las cosas se torcieron del todo; y en menos de medio año estábamos separados.
Uniendo detalles, investigando y preguntando, conseguí saber que ya antes de irnos a vivir al nuevo destino, ella tenía un "amigo" con el que se veía a menudo y que cada vez que volvía a ver a la familia se encontraban.
Me dejo destrozado, no tanto la separación como el engaño en el tiempo, además cosa que no es frecuente, su familia me apoyó, aunque tampoco era cuestión de dejar a su hija en la calle, eso sí al poco de separarnos se fue a vivir con su "amigo" aunque duraron poco más de un año.
Yo me volqué en el trabajo y eso tuvo una recompensa importante, y debido a cambios en la empresa pasé a ser el dueño de la sucursal, como una franquicia dentro del grupo, así que ahora trabajaba para mí y las cosas me iban muy bien en lo económico.
Pero en el aspecto afectivo estuve muy perdido, empecé a salir con gente del pueblo, y poco a poco volví a ser el de antes.
Yo no soy especialmente guapo, soy de estatura media, un poco de sobrepeso, y a mis cuarenta todavía tengo bastante pelo, pero siempre voy vestido impecable, por motivos de cuidar la imagen de la empresa, y como además vivo bien y conozco mucha gente, era cuestión de tiempo que hiciese la primera conquista.
La primera chica con la que estuve después de separarme fue una chavala un poco más joven que yo, del pueblo y que conocía a alguien que yo conocía, estaba soltera y era muy suya, total que una noche tonta de sábado vino a casa, y cuando se marchó era el domingo por la tarde.
Fue un maratón de sexo, supongo que yo estaba desentrenado, pero ansioso y ella tenía mucha experiencia, vamos que nos cansamos de follar.
Después de esa vez, hemos vuelto a coincidir y a follar, pero cuando ocurre, ella es una mujer que no quiere ataduras y yo de momento tampoco, así que fue y es sexo puro y duro.
Pero parece que si dinero llama a dinero, sexo llama a sexo, y en los meses siguientes amplié mi círculo de "amigas", ya no me cortaba en entrar a matar a aquellas chicas que me "ponían" y en un par de años me convertí en un ligón experto.
Siempre fui discreto y es por eso que dentro de mi círculo íntimo están varias mujeres casadas, con las que me encuentro cuando sus obligaciones se lo permiten o cuando la necesidad les aprieta tanto como para arriesgarse a venirse a casa.
Mi piso es un autentico picadero, y mi vida sexual es bastante activa.
Pero la experiencia que quiero contar es otra muy distinta, pero quería desarrollar la situación para centrar como es mi vida cotidiana.
Como dije, ahora soy el dueño de la sucursal y eso hace que me haya implicado bastante en el día a día del pueblo, y entre las múltiples actividades en las que participo una es en una asociación cultural a la que también patrocino.
Yo pertenezco a su junta directiva como patrocinador y miembro, pero en el día a día me dejo llevar por los que se pasan allí el tiempo.
Entre los otros miembros de la junta, está Ascen, es una mujer soltera de cincuenta y tantos, prejubilada y con una mala hostia terrible. Siempre está enfurruñada y siempre lo ve todo negro.
A la asociación también pertenece su hermana, también soltera, de cincuenta y pocos, pequeñita, muy feúcha y muy simple, pero lo peculiar es que está absolutamente dominada por su hermana, no hace ni dice nada sin el consentimiento de Ascen, y la tiene totalmente presionada y acogotada.
Yo con Ascen tuve varios roces, y cuando se le acababan los argumentos siempre recurría a argumentos personales, para atacarme, así que estaba un poco harto de ella.
Ascen pese a su edad, no es fea, tampoco una belleza, se cuida bastante, no como su hermana a la que creo que no se lo permite, aunque siempre viste muy de señora mayor.
De hecho es de ir a misa con regularidad, y de una moral estricta, y critica cualquier cosa que a sus ojos no sea "normal", por eso y con mi recorrido yo era para ella más o menos el mismo Diablo.
Un fin de semana en que el martes había fiesta (autonómica), mucha gente se tomo el puente y desde la asociación se planteó un viaje cultural a Madrid, para ver el Prado, ir al teatro, y todo eso.
Se hicieron las gestiones, bueno sobre todo las hice yo y conseguí un buen paquete de actividades junto a un hotel de cuatro estrellas a un precio bastante ajustado, además mi empresa corrió con parte de los gastos (evidentemente deducibles).
Todos tenían la posibilidad de optar a una habitación doble ó bien a una individual, y todos menos yo decidieron compartir la habitación.
Ascen por supuesto iría con su hermana, pero el destino quiso que una semana antes del viaje la madre de las dos se cayese y se rompiese una muñeca, por eso las dos hermanas se plantearon cancelar el viaje, pero ya estaba pagado y era suficiente dinero como para pensárselo, al final como Ascen pertenece a la junta decidieron que ella si que iría y así perder menos.
Llegamos a Madrid un sábado en la mañana, se habían planteado varias visitas y a la noche todos estábamos derrotados, pero mientras los demás se quedaban en el hotel yo llamé a un matrimonio amigo y me fui a cenar con ellos y luego a tomar un par de copas, total que cuando volvía dormir era bastante tarde.
El domingo estaba previsto visitar el rastro, tomar unas cañas y por la tarde libre para que cada uno hiciese lo que quisiese hasta las nueve de la noche en que íbamos a ver un musical de actualidad al teatro.
La gente lo disfrutó bastante, menos Ascen que si bien vino al rastro no quiso irse de cañas con nadie del grupo. Aunque todos pensamos que peor para ella.
Por la noche todos al teatro, que estuvo bien, la gente lo disfrutó bastante.
En la mañana siguiente en el desayuno Ascen estaba enrabietada, supongo que no poder ser el centro de atención y al no controlar lo que hacíamos los demás lo llevaba mal.
Ese día teníamos una jornada apretada, varias visitas y ver y hacer un montón de cosas, total que sobre las nueve estábamos todos en el hotel, rotos y cansados.
Después de cenar la gente poco a poco fue desapareciendo, y quedamos en la cafetería del hotel, Ascen, yo y un par de matrimonios, ella parecía no tener prisa, yo tampoco y no se como nos quedamos los dos solos, realmente éramos los únicos desparejados del grupo
.
No hablamos mucho, yo creo que ella pensaba que no estaba a su altura "moral"
Empezamos a discutir sobre algo que no recuerdo, pero si sé que me sacó de mis casillas, me enfadé y en un momento de ofuscación le dije que lo que debería hacer es ponerla en mis rodillas y zurrarle el culo como a una niña pequeña.
Ascen dio un respingo en su silla, se puso de mil colores, súper nerviosa, y ya no dio pie con bola, estaba totalmente descentrada. Estaba tan nerviosa que se levantó y yo no sé porque dije que no se podía levantar hasta que yo se lo permitiese, se volvió a sentar como un resorte, bajó la mirada y callaba.
Yo estaba simplemente encantado, no comprendía el motivo, pero parecía que la solterona borde, agria y siempre tocapelotas tenía una vena sumisa, y poco a poco entré en un papel totalmente desconocido para mí, ya que en mi trabajo y en mi vida soy una persona dialogante, para nada soy agresivo, y no estoy acostumbrado a imponer, sí a mandar pero siempre dentro de otro tipo de situaciones.
Pero me gustaba la idea de poder humillar a Ascen, y hacerle pagar la cantidad de malos ratos que me había hecho pasar.
Yo me recosté más en mi sillón y con voz cortante le dije que se acercase a la barra y me pidiese un whisky de mi marca preferida, lo hizo sin dudar, pero sin levantar la vista, cuando volvió le hice regresar a que le quitasen hielo, y al volver, le di un billete para que volviese y pagase, cuando volvió le dije que tenía que haber dejado propina. Total que hizo varios viajes a la barra, obedeciendo sin rechistar, cuando por fin dejo el vaso delante de mi, muy seco le dije que faltaban las palabras mágicas, entonces me miró no se si asustada o sorprendida y con sus ojos me inquirió con la mirada que era lo que esperaba de ella.
Entonces como en un susurro le dije que cada vez que hiciese algo para mi, debía decirme "Si amo; Gracias amo; o lo que correspondiese pero siempre refiriéndose a mi como AMO".
No levantó los ojos, y tardó un par de minutos en los que yo también me quedé callado evaluándola, pero entonces en voz casi inaudible dijo, "si amo".
En ese momento comprendí que el juego comenzaba de verdad, que Ascen era una sumisa encubierta, y que por casualidad yo había encontrado su secreto sin querer, pero ahora me iba a aprovechar de ello.
Seguí tomándome mi Whisky, callado y pensando en mi siguiente paso.
Entonces me levanté y le dije que me siguiese; Ascen se levantó temblando pero todavía sin levantar los ojos del suelo, fui hacía el ascensor, y cuando íbamos a entrar le dije que ella debía esperar al siguiente, además le dije que el número de mi habitación era el 408 (todavía hoy lo recuerdo) y que la puerta estaría abierta, que no dudaba que ella iba a acudir, pero si por un momento se le pasaba por la cabeza no hacerlo, mi enfado sería terrible.
Subí a mi habitación, y me dije a mi mismo que si Ascen venía, entonces estaba claro que se entregaba al juego sin reservas.
Deje la puerta simplemente entornada, y me senté en una butaca junto a la cama.
Pasó más de hora y media, mi enfado fue en aumento, pero después de tanto tiempo de estar esperando, ella apareció.
Solo dije, que para su bien había venido, que estaba muy enfadado, pero sino hubiese acudido podía haber sido terrible, ella con una vocecita dijo, "perdón amo".
Le mandé quedarse en medio de la habitación, y dije que yo iba a darme una ducha, Ascen pese a tener la cabeza gacha, se sonrojó y se puso a temblar.
Yo fui al baño, me entretuve en la ducha y salí desnudo a la habitación, ella supongo que al ver mis piernas notó que estaba desnudo, y sus temblores aumentaron.
Entonces le dije que se desnudase, que pusiese toda su ropa en orden en la silla, y también fuese a la ducha porque la quería limpia, para poder azotarla a gusto.
Ascen suspiró, y como una autómata se fue desnudando, despacio y doblando su ropa con perfecto orden. Su cuerpo aunque cuidado no es ninguna maravilla, es una cincuentona mayor, con tripita, tetas muy blancas y caídas, un culo grande, gordito y también muy blanquito.
Su pubis era peludo, pero descuidado, nunca se lo había recortado y eso se notaba.
Avergonzada me dio la espalda y se fue a la ducha; pasaron unos minutos cuando volvió a la habitación, yo estaba en un butacón desnudo, con mi polla morcillona, pero no excitado.
Con un gesto la hice acercarse, cuando llegó a mi altura, hice que se tumbase encima de mis rodillas, con el culo ofrecido, y con una de mis zapatillas comencé a golpear aquel culo tan blanco y carnoso, que al poco se puso rojo.
Al principio Ascen callaba pero cuando los golpes fueron calentando su culo, empezó a gemir, pero no era dolor, estaba excitada.
Como pude llevé uno de mis dedos a su coño peludo, y estaba mojada, excitada como una perra, al sentir mi dedo se contrajo y entonces mis golpes se hicieron más rápidos y fuertes, y mientras mi dedo hurgaba en su intimidad, note que se convulsionaba y se corría mordiéndose en los labios para no gritar.
Entonces paré, y Ascen se quedó totalmente desmadejada encima de mis rodillas, yo hice un movimiento y la hice caer al suelo, con un gran susto por su parte.
Me puse en pie, y muy seco le dije, "que has de decirle a tu amo zorra", ella acurrucada en el suelo dijo muy bajito "gracias amo", yo chille y dije, "mas fuerte zorra" y ella levantó un poco la voz y dijo de nuevo pero un poco mas fuerte "gracias amo".
Ella estaba totalmente encogida en el suelo, y yo de pie, desnudo pero mi polla no acababa de ponerse a tono.
Me acerqué un poco hasta estar a su altura, me planté abierto de piernas y le dije, tú ya has gozado, pero si no quieres que te golpee hasta hacerte sangrar, has de conseguir que yo también goce, así que ponte de rodillas y dedícate a darme placer.
Ascen se incorporó quedando de rodillas frente a mí, y con su mano se puso a hacerme una paja.
Era un puto desastre, tanto que me hacía daño al ser muy brusca.
Me enfade, y le dije que si iba a ser mi zorra, tendría que aprender a darme placer, y que meneármela iba a ser la menor de sus ocupaciones.
Entonces me acerqué un poco más y le dije que abriese la boca, ella estaba asustada, pero la abrió, yo entre con mi rabo en su boca, mientras ella se quedaba quieta.
Le dije que tuviese cuidado con los dientes y que los metiese para dentro, pues si me hacía daño la mataba a palos.
Los acomodó como pudo, pero no hizo ningún movimiento de iniciar la felación, así que la agarré de la cabeza y fui yo quien comenzó a follarme su boca.
Poco a poco mi rabo se puso en firmes, y ella se atragantaba, le dije que participase y sin ningún acierto por su parte abría la boca y la cerraba con mis movimientos.
Supongo que llevaba una semana sin sexo y estaba con ganas de vaciar, lo que sé es que cuando estaba a punto de correrme le dije que se lo tenía que tragar todo, y que si se le ocurría escupir mi leche, la sacudía a palos; y entonces apretando su cabeza con mis manos empecé a soltar leche, Ascen hipaba intentando tragar toda la leche que yo soltaba y como pudo lo hizo, no se le escapo nada.
Cuando acabe, ella se dejo caer en el suelo, y pregunté "que se dice zorra", Ascen susurrando dijo "Gracias amo".
Me senté de nuevo y mientras ella seguía tirada en el suelo, empecé a interrogarla.
Primero le obligué a mirarme a los ojos, para evaluar sus respuestas.
Ella estaba azorada, pero aguantó mis ojos, primero le pregunté si había chupado alguna vez una polla, ella simplemente moviendo la cabeza dijo que no, seguí preguntando si había estado alguna vez con un hombre y con su cabeza también lo negó.
Yo reí y dije en alto que quien me lo iba a decir que a mis años iba a tener a mi servicio una zorra cincuentona y encima virgen, también le dije que no se preocupase que de su coño ya nos ocuparíamos más tarde.
Seguí preguntando si se masturbaba habitualmente, y también negó con la cabeza, entonces me enfadé y dije que no me creía que con lo calentorra que era no se hubiese metido nunca el dedo, ella asustada, siguió negando.
Creo que intuí que era cierto, pero me quedó esa duda, pues alguien que no ha probado el sexo no hubiese reaccionado ante mis requerimientos como ella lo había hecho.
Entonces le pregunté con quien practicaba sexo, ella entonces se inquietó y vi que si que tenía alguna experiencia, intuí que su relación con su hermana era de dominación pero que en esa relación era ella la ama, y su hermana la esclava.
Mirándole a los ojos fijamente, le dije si era su hermana la que la metía el dedo, ella se asustó pero no lo negó, entonces me levanté y le di un sonoro bofetón, Ascen sollozaba y yo muy seco le dije "Contéstame zorra" y entonces ella sin hablar con su cabeza asintió.
Yo callé en mi asiento, la hice llegar hasta donde yo estaba y acurrucarse a mis pies, y le dije que me lo contase todo, con pelos y señales.
Ascen me contó su historia, que por respeto no voy a repetir, lo único importante es que su hermana Paquita había sido siempre su esclava desde que eran jóvenes, y que muchas noches la hacía comerle el coño hasta correrse, y después de tantos años de entrenamiento era una experta en darle placer a su hermana, y que esta le permitía para compensar, que Paquita se pajease, pero que ella nunca le había devuelto el favor, ni siquiera la había tocado.
Mi rabo después de un rato de oír su confesión, parecía querer animarse de nuevo.
Le dije a Ascen, que mi polla estaba de nuevo en forma, y que quería que me la bajase, ella susurro "Que desea amo", yo encantado de que poco a poco entrase en mi juego le dije que quería que me la comiese, pero que tenía que ser ella la que debía hacerlo todo.
Se puso de rodillas, frente a mí, con su inexperiencia no lo hacía bien, pero yo fui indicándola lo que debía hacer y poco a poco le fue cogiendo el tranquillo, yo le agarraba del pelo y le marcaba el ritmo, le decía como debía chupar, recorrer el tronco, usar la lengua, le pedía que me comiera los huevos, que los chupase que jugase con ellos y ella accedía a todo.
Y volví a correrme, esta vez no le avise y parte de mi corrida escapo de su boca, parte cayo en sus ojos cerrados y otro poco resbaló hasta sus tetas.
Cuando sintió mi respiración entrecortada y que poco a poco mi polla bajaba, se atrevió a decir "Desea algo mas amo".
Yo estaba todavía recuperándome de mi segunda corrida, y calle.
Cuando me recuperé, me levanté y dije que me acompañase al baño.
Me metí bajo la ducha y le dije que me enjabonase y me lavase.
No lo dudó y desnuda como estaba y con semen escurriendo por sus tetas comenzó a enjabonarme, la mi zorra le estaba cogiendo gusto y se entretuvo todo lo que quiso en mi polla, pero esta no pasó de ponerse contenta, pero sin elevarse del todo.
Cuando acabó conmigo le dije que ahora me tocaba a mi devolverle el tratamiento, la hice ponerse de espaldas bajo el chorro de agua y la enjabone, y sobre todo con mi mano me puse a escarbar en su coño, mis dedos entraban y salían ansiosos de su coño, y Ascen estaba empapada, su coño olía muy intenso como nunca antes lo había sentido.
De vez en cuando con mi mano abierta le daba golpes en las nalgas, eso la aceleraba más, como vi que eso le encantaba, intensifiqué los golpes, hasta que se corrió, dejándose caer en el suelo de la ducha.
Estaba allí encogida, medio sentada en aquella ducha, y no se que pensé pero agarré mi rabo y apuntando a su cuerpo caído comencé a mear sobre ella.
Ascen al sentir mi meada caliente sobre su piel, levantó la cabeza y parte de mi chorro fue a su pelo, cayendo por su cara, ella no hizo ascos, se quedó quieta recibiendo con gusto mis orines.
Cuando acabe le dije "sacúdemela zorra" y Ascen inmediatamente contestó "si mi amo"
No se limitó a sacudir las últimas gotas, sino que inició una rudimentaria paja, le chille si quería hacerme correr de nuevo, y ella excitada dijo "Si amo".
Me deje hacer y cuando ya estaba muy excitado tal como estaba de rodillas en la ducha le hice abrir la boca y le obligué a comérmela de nuevo, y de nuevo me corrí en su boca.
Cuando acabé abrí la ducha, desentendiéndome de Ascen, me duche otra vez y salí, dejándola tirada en el suelo.
Me fui a la cama y cuando ella salió del baño, se quedó esperando en la puerta como si necesitase mis órdenes para saber que hacer.
Yo estaba cansado, habían sido tres corridas, y era muy tarde, así que le dije, que cogiese su ropa y sin vestirse se fuese a su habitación, Ascen quiso protestar, pero sin dejarle hablar le dije que se fuese y en la mañana ya hablaríamos.
Le pregunté cual era el número de su habitación y le ordené marcharse.
Dormí como un niño, además nuestro autobús para el regreso no salía hasta la una, pues el plan era que pudiésemos ir de compras, y luego comer de regreso a casa en un área de servicio.
Esa mañana decidí que mi mejor plan era emputecer un poco más a Ascen, así que cogí el teléfono y llamé a su habitación, le dije que iba a bajar a desayunar (ya eran las nueve) y que en el comedor nos encontraríamos, le advertí que su trato delante de la gente no debía cambiar.
Desayunando, se comportó igual de altiva y arisca que siempre, estábamos desayunando con otras seis personas en una mesa grande y ella no deja de lanzar puyas, yo como hacía siempre pasaba de ellas y de vez en cuando la lanzaba alguna maldad.
Los otros tres matrimonios se levantaron al acabar y se fueron para comprar regalos para sus nietos, quedamos los dos solos, pues en todo el comedor solo quedaba una camarera y cuatro ejecutivos en otra mesa, supongo que preparando una reunión.
Ella me miraba, pero callaba, entonces sin levantar mucho la voz, le dije "dame tus bragas, quiero ver como hueles por la mañana zorra".
Ascen se puso de mil colores, miro para todos los lados para ver si alguien lo había oído, se tranquilizo al ver que estábamos casi solos y se levantó.
Fue al baño, que estaba junto al comedor y al regresar a la mesa dejo sus bragas encima de la mesa, eran unas bragas blancas, grandes, feas, pero húmedas en la zona de la entrepierna.
Las cogí con mi mano y las olí, ella estaba asustada, aunque nadie nos hacía caso, así que acercándome a ella le dije, estas de nuevo excitada a que si zorra. "Si amo, estoy muy excitada".
Pues entonces vámonos. Le dije que iba a salir del hotel en un cuarto de hora, y que le esperaba a la vuelta de la esquina y que bajo ningún concepto se le ocurriese ponerse otras bragas, porque quería ver como se marcaban en sus pantalones su coño mojado.
Calló y creo que ni subió a su habitación se fue directamente a esperarme afuera del hotel. Yo lo que hice fue ir a la mía, dejar las bragas, coger mi documentación y volver a bajar.
Cuando llegué a su altura le dije que me siguiese, busque una entrada de metro y entramos, no había demasiada gente, pero la traté como si fuese mi pareja, la estuve metiendo mano y acariciando en público, algo muy incómodo para ella. De hecho intuía que estaba muy excitada y mojada y que seguro acabaría mojando sus pantalones, que por suerte para ella eran de color azul oscuro.
Yo conozco algo Madrid y sin dudar me dirigí a una calle donde sé que antes había un Sex-Shop, y menos mal que todavía seguía allí.
A esas horas poco mas de las diez de la mañana no había nadie más que una vendedora todavía sin acabar de despertar, ni se extraño de nuestra aparición, supongo que le habrá tocado ver y vivir de todo tipo de situaciones.
Nos preguntó que si estábamos buscando algo en particular, yo no me corte y le dije que la que me acompañaba era mi zorrita, que acababa de entrar a mi servicio y que buscaba algo para acabar de domarla, pero que también necesitaría todo tipo de juguetes para ir emputeciéndola.
Ascen callada miraba al suelo, supongo que estaba al borde del colapso.
La chica muy profesional nos llevo a la zona S/M, me preguntó que tipo de juegos prefería, así que directamente le dije a Ascen, "zorra levanta los ojos y mira a ver que es lo que necesitas para servirme" estaba asustada pero incorporó la cabeza, y miro las estanterías.
La chica comenzó a enumerar todo lo que tenían, yo no lo tenía claro, así que le dije a la chica que quería algo suave, porque estaba empezando con ella y tampoco quería asustarla, fue la dependienta la que eligió por nosotros, un antifaz, un par de correas para zurrarle, una bola para la boca, unas esposas con protección, unas pinzas para los pezones y cuatro cosas más.
Luego le dije que quería algún vibrador, pero no muy exagerados, compre varios entre ellos dos plugs anales, unas bolsa chinas, un huevo con mando a distancia, lubricantes varios y también en la sección de lencería le compré dos tangas de lo más indecoroso.
Con el tanga en la mano le dije que se lo probara, ella busco donde hacerlo, pero yo con los ojos le hice saber que debía hacerlo allí mismo.
Ascen se descalzó, y de pie se quito sus pantalones quedándose con el potorro al aire, la chica del Sex-Shop se rió y dijo que la estaba enseñando muy bien y eso que las zorras maduras eran bastante difíciles, cuando vio su coño peludo me dijo que me iba a regalar un equipo de depilación (supongo que había calculado lo que íbamos a gastar y era un pastón).
Ascen se puso aquel tanga minúsculo, que dejaba su culo lechoso al aire y los pelos del coño escapando como en una frondosa selva, le dije que se lo llevaba puesto, pero antes de dejar que se vistiese le dije que tenía que meterse el huevo al coño, Ascen se atrevió a decirme que era virgen, y yo le dije que lo dejase justo a la entrada y ya estaba, me obedeció mientras la dependienta alucinaba al oír que era virgen, probé el mando a distancia (la chica me regaló también las pilas) y fue sentir la primera vibración y ponerse a temblar.
Nosotros dos nos reímos pero ella no sabía que hacer.
Fuimos a la caja y le pagué, la dependienta me dijo que había sido un placer y que cuando ya estuviese más abierta y experimentada sería un placer volver a atendernos.
De vuelta al metro Ascen se retorcía cada vez que encendía su huevo, y su coño rezumaba, dejando un río de flujo por la pernera del pantalón, yo al oído le decía, pero mira que eres puta.
En la salida del metro, ralenticé a propósito el paso, buscando salir los últimos, y en uno de los recodos, apoye a Ascen contra la pared, metí mi mano en su pantalón y la masturbé.
Tardó en corrrerse menos de dos minutos, y se vino mordiendo mi hombro para no chillar. Estaba totalmente desencajada, roja de la excitación y con los pantalones arrugados, y mojados.
Olía a sexo y estaba al borde de la apoplejía, pero no le deje recuperarse, y la llevé de vuelta al hotel.
Entramos juntos y nadie reparó en nosotros.
Estábamos cerca de la hora de partir, así que cada uno fue a su habitación a cambiarnos y preparar las maletas; en el ascensor solté los botones de su pantalón, y con mi dedo cate lo húmeda que estaba, y era increíble. Le dije que mantuviese su tanga y por su puesto el huevo en la entrada de su peludo coño. Ni contestó, se limitó a ir a su cuarto.
Cuando nos reunimos todos en el hall del hotel, probé con el mando a distancia buscado sus reacciones y si lo llevaba puesto pues se contrajo como incomoda.
En el autobús la estuve martirizando, yo viajaba varios asientos por detrás y no podía verla muy bien, pero la sentía inquieta porque no dejaba de moverse cuando lo ponía a funcionar.
Cuando paramos a comer al ver que iba al baño, deje el huevo un buen rato en marcha y al salir vi que estaba totalmente sofocada, haciéndome el encontradizo cuando nadie nos veía le pregunté que pasaba y no contestó. Así que le pregunté si se había corrido y me dijo "si amo".
Ya la dejé en paz hasta llegar a casa, a ella al llegar le estaba esperando su hermana para llevarle las maletas, y nada más verla se puso a chillarla.
Supongo que esa noche la hermana le dedicaría un tratamiento especial.
Una vez de nuevo en el pueblo, y en la rutina del día a día, tarde en volver a encontrarme con Ascen.
Yo entré en una vorágine de trabajo, y coincidió que varias de mis amigas casadas se pusieron de acuerdo a la vez para buscarme; así que pasé un poco de Ascen.
Pasadas unas semanas coincidí con ella en la Asociación, y estaba furiosa conmigo, lo demostró en su actitud delante de todo el mundo, pero también cuando a la salida la retuve.
No conseguí sacarle mucho, pero lo que intuí es que a la vuelta ella pensaba que me podría tener en exclusiva, y su decepción le había llevado a enfurruñarse.
Le dije que ninguno de los dos podíamos complicarnos la vida, y que no renunciaba a conseguir de ella una buena zorrita.
Seguía enfadada, y para nada sumisa, así que a riesgo de que nos viese alguien hice algo inusual en mí, le di un sonoro bofetón y le dije que ella haría lo que yo le ordenase.
Al recibir el bofetón de quedó clavada, así que le cogí la cabeza y le dije que esa noche le esperaba en mi casa, que fuera con faldas (nunca las usa) y sin bragas.
Eran pasadas las ocho y media y le dije que en menos de una hora le esperaba, empezó a quejarse diciendo que en su casa iban a sospechar, y yo le dije que me daba igual, pero que su adiestramiento tenía que seguir.
Y fue a casa, no tardó ni media hora, vino con unas faldas largas y horrorosas, pero como le había ordenado sin bragas.
Yo estaba solo con el albornoz, y al abrir la puerta lo desaté para que me viese desnudo allí mismo en la puerta, lo que la hizo ponerse muy nerviosa.
Las hice entrar, y le obligue a quedarse tan solo con la falda, pero con las tetas al aire.
Le di una zurra sobre mis rodillas, dejando que su falda tapase su espalda, y cuando ya me cansaba, con un dedo comprobé lo excitada que estaba.
Hice que se levantase y fui a por la caja de los juguetes, y volví a ponerla sobre mis rodillas con el culo al aire, y con lubricante y mis dedos inserté un plug en su culo, Ascen ni se inmutó, se dejaba hacer, así que con su culo bien lleno, me dedique a masturbarla.
La imagen era de verse, Ascen toda blanquita con el culo grande y fofo del que sobresalía un plug negro, con sus tetas colgando junto a mis rodillas, y mi dedo jugando en su coño.
Se corrió chillando, ella siempre tan contenida esta vez, no pudo ó no quiso hacerlo y se corrió como una cerda, para acabar rendida sobre mis rodillas.
Cuando se serenó un poco, le hice quitarse también la falda y la llevé al dormitorio.
Mi cama es tamaño "King Size" lo que es una ventaja para cuando hay que follar, allí le hice tenderse en la cama, boca abajo, y así con ella tumbada y relajada, con un pequeño látigo le estuve dando unas tandas de golpes.
La misión no era ni marcarla, ni hacer sangre, solo calentar su espalda y sobre todo su culo, el látigo era de los suaves y cumplió su misión perfectamente, sobre todo cuando los golpes los dirigía a su coño desde atrás, golpeando en el culo y en su negro potorro.
Cuando ella ya estaba muy acelerada, (también yo) la hice incorporarse un poco, puse un almohadón en su vientre, embadurné mi polla de lubricante y saque el plug de su culo. Salió con un sonoro "plufff", y entonces fue mi polla la que entró en su culo abierto.
Pese a que el camino estaba abierto, me costó entrar, ella se removía inquieta pero aceptaba de buen grado mi polla rompiendo su culo, poco a poco fue entrando hasta que mis pelotas rozaron sus mollas.
Ascen gemía, pero no de molestias, era de placer, a mi me daba igual porque yo lo que quería era follar aquel culo tan blanco y gordito. Descanse un momento y entonces comencé a darle caña. Inicié un mete y saca brutal, la follaba a saco, ella se quejaba de mi brusquedad mientras yo resoplaba y le decía verdaderas barbaridades. Mi mano intento llegar a su coño, pero no era fácil, así que para poder seguir dedicándome a mí propio placer, le ordené que fuese ella misma la que se acariciase.
Al principio dudo, pero luego dos de sus dedos buscaron su coño y su botón del placer, estoy seguro que era la primera vez que se daba placer a ella misma, pero lo hizo bien, y de hecho con la excitación llegó a relajarse y su culo se contraía al llegar su orgasmo. Con sus contracciones lo que consiguió fue estrujarme tanto la polla que me ordeño, y me vacié en su culo, con mi última embestida le di tal empujón a Ascen que la desparramé en la cama, dejándola toda espatarrada frente a mi.
Nunca llegue a imaginarme que una madurita tan poco agraciada, y tan arisca me pudiera dar tanto placer, pero lo consiguió y me dejó totalmente satisfecho tumbado en mi cama.
Mi polla estaba pringosa y sucia, así que me levanté para ir al baño a limpiarme.
Me senté en el bidé, y cuando estaba limpiándome bien el rabo, vino Ascen, se quedó en la puerta esperando que hacer.
Me levanté y mandé a Ascen a la ducha, y también me metí con ella; Ascen sin preguntar comenzó a limpiarme y enjabonarme, cuando acabó fui yo quien la limpie, y sobre todo que era lo que ella buscaba con mis dedos y estando apoyada en la pared la hice un dedo que la dejo temblando.
Había pasado un buen rato en el que ninguno de los dos había dicho nada, y cuando le pregunté que si había disfrutado me contestó "si amo" y se atrevió a decirme que si quería podía mear sobre ella como en el hotel en Madrid.
Eso no lo esperaba, pero me agradó su sometimiento, la hice arrodillarse y con las pocas ganas que tenía me dedique a regar su cuerpo con mi manguera.
Ella disfrutaba del momento, pues sus ojos estaban brillantes, y estaba toda roja.
Cuando acabe, me acerqué y haciéndole abrir la boca le obligué a mamármela, obligar es incierto, porque creo que estaba deseando hacerlo.
Me dedicó una mamada fastuosa pese a su inexperiencia, y antes de llegar a correrme le hice parar, porque yo todavía esperaba más.
Se limpió rápido y volvimos desnudos al cuarto, la hice tumbarse en la cama, le ate las muñecas y vendé sus ojos. Estaba totalmente indefensa, sin saber cuales eran mis intenciones, por eso cuando el primer golpe cayó sobre sus tetas, gimió y se contrajo.
Tras la primera tanda de golpes, descanse, y tal como estaba en la cama, me puse sobre su cabeza desde atrás, para que comiese el rabo de nuevo, de esta manera, forzando un poco la postura podía llegar con mi mano a su coño.
Decir que estaba mojada era poco, chorreaba, es casi increíble que a su edad, y siendo tan inexperta se pudiese excitar tanto, cuando yo ya estaba otra vez más que a punto le dije que la iba a follar. Ascen gimió diciendo "si amo", eso me enervó, así que me situé entre sus piernas, iba a follármela, pero antes de hacerlo pensé que lo mejor era quitarle la venda de los ojos, porque quería ver su cara excitada cuando lo hiciese. También solté sus manos para que participase de la follada, Ascen no dijo nada, se limitó a dejarse hacer, y yo achuchándola le abrí los muslos de nuevo y me coloqué entre ellos.
Mi rabo ya estaba a la entrada de su coño, pero antes de entrar le dije que me lo pidiese ella misma, parecía una niñita poniendo caritas, no arrancaba, así que la pellizque un pezón, ella chillo, pero inmediatamente dijo, "amo por favor fóllame".
Al hacerlo se sonrojo, y yo con la punta ya en su entrada, de un golpe brutal entré hasta el fondo.
Ascen lloró de dolor, no tanto por el daño físico sino porque esperaba más suavidad, y lo que hice fue entrar hasta el fondo.
Con el primer golpe de riñones y con mi tranca metida hasta dentro, me quedé quieto; Ascen sollozaba, y yo la insultaba diciéndole "zorra no era eso lo que querías, que te follase", y otras barbaridades.
Una vez su coño se acostumbró a tenerme dentro, comencé a follarla, no estaba muy lubricada, pues había perdido parte de su excitación y su coño se estaba secando después de haber estado encharcada.
Supongo que su coño me apretaba como un guante, me succionaba adentro cada vez que yo quería salir, y yo mientras la follaba, le mordía las tetas, o pellizcaba sus pezones, y entonces sentí como su coño de nuevo se lubricaba a tope, y empezó a chillar de nuevo pero esta vez era de puro placer, abría su boca como buscando aire, respirando entrecortadamente y sus ojos perdidos sin mirar.
Sus tetas colgaban a los lados y se agitaban como con vida propia, se corrió llorando, chillando y tapándose la cara con las manos, mientras yo con mis brazos apoyados en la cama daba unas fuertes embestidas en su coño. Mi cama chirriaba y eso que ha pasado por mil batallas, pero mi ímpetu era tal que con cada golpe de riñones entraba un poco más en aquel estrecho coño.
Me corrí y solté una increíble corrida en su coño, mientras Ascen iba encadenando un orgasmo con otro y ya no sabía como sujetarse.
Los dos nos quedamos rotos en la cama,
Descansamos un buen rato, los dos callados y tapados con el edredón.
Cuando le hablé de nuevo, le dije que para ser su primera vez, se había comportado como una verdadera zorra, Ascen se sonrojó, y se limitó a mirarme como ida y decirme "si amo".
Yo estaba verdaderamente cansado, era lo suficientemente tarde como para que ella se marchase, y así se lo dije, iba a ir al baño a lavarse, y no se lo permití, le dije que dejase mi corrida dentro, y que así su hermanita cuando le comiese el coño tendría un regalo extra. Se escandalizó y se negó, yo me limité a encogerme de hombros y avisarle de que si no lo hacía sería peor para ella.
Además le advertí que en la mañana se pasase por mi oficina para contarme lo que había pasado, y que pusiese como excusa alguna incidencia en la Asociación.
Se vistió a la carrera, por su pierna resbalaba parte de mi lefa, y al ir con faldas y sin bragas se le escurría pierna abajo.
La despedí desde la cama, sin levantarme y citándola para el día siguiente en mí despacho.
Y allí se presentó, vestida rancia como siempre, pero esta vez con unas faldas largas.
Me avisaron que quería verme y la hice pasar a mi despacho, al cerrar la puerta la hice quedarse de pie, mi mano fue directamente bajo la falda y sorpresa venía sin bragas.
Yo me quedé sorprendido y le dije que aprendía rápido, ella preguntó "le gusta así amo". No conteste, la hice dar la vuelta, poner sus tetas sobre la mesa a la vez que levantaba su falda dejando el culo al aire, con mi dedo recorrí su coño y su culo, y ya se estaba mojando.
No lo pensé, me baje los pantalones y el slip, y sin dudarlo se la metí en aquel coño tan abierto y ofrecido, ella se estaba mordiendo los labios por no chillar y que se enterase toda la oficina, mis pelotas golpeaban su culo, y yo cada vez más rápido bombeaba dentro de ella.
Reconozco que no pensé en nada más que en mi propio placer, y me corrí soltando una buena porción de leche.
Ella se había acercado al orgasmo pero no hasta el final, así que para satifacerla use mis dedos y con sus jugos y mi leche le deje el coño como un lago, y ella se corrió soltando un bufido contenido y sujetándose como pudo en la mesa.
Cuando se recuperó un poco la hice sentarse, y abrí la puerta pidiendo a uno de mis empleados la carpeta del patrocinio de la Asociación; Ascen estaba en su silla quieta, roja como un tomate e inquieta.
Cuando trajeron la documentación, volví a cerrar la puerta, y vi que Ascen se tranquilizó un poco.
Fue cuando le pregunté por su vuelta a casa, y que había pasado.
Me reconoció que su familia estaba en la televisión, ella dijo que estaba cansada y se iba a la cama, y con un gesto le indicó a su hermana que fuese con ella.
Al llegar al cuarto su hermana supuso que como tantísimas noches debería comerle el coño hasta hacerla gozar, pero esta vez Ascen se desnudó del todo, al hacerlo su hermana se sorprendió que bajo las faldas no llevase bragas, y más al ver sus piernas brillantes y pegajosas.
Ascen no le dio opción y le dijo que le traía como regalo un poco de leche, su hermana estaba asustada, pero Ascen la amenazó y por supuesto le hizo una comida de coño tan buena como siempre. Cuando acabó de gozar le preguntó si le gustaba el sabor del semen y la otra no supo que decir, así que Ascen le dijo que esa era una de las mejores experiencias de la vida, poder comerle el rabo a un hombre hasta sentir como su polla se hincha y explota dentro de la boca.
Su hermana estaba escandalizada, y más al comprender que Ascen venía de follar con alguien, además no comprendía nada pues iban a casi todos los sitios juntas y nunca le había conocido ninguna relación, así que tímidamente se atrevió a preguntar, y recibió la contestación de que eso a ella no le incumbía para nada, que su única preocupación debía ser satisfacerla y cuando se lo pidiese dejarla preparada para alguno de sus amantes. Y luego le permitió que se hiciese un dedo, algo que Paquita hizo inmediatamente gozando enseguida.
Me lo estuvo contando y mi polla de nuevo se estaba animando, así que sentado como estaba abrí de nuevo mi pantalón y le hice una seña para que se arrodillase delante de mi para comérmela, se arrodilló y me la chupó con ganas, hasta hacerme correr.
Había estado en mi despacho más de una hora y eso ya era demasiado, así que dije que tenía que irse y le avisé que hasta la semana siguiente no podríamos volver a vernos, pues estaba muy liado y además tenía alguna zorra más que atender.
Ascen se enfadó, pues sus ojos se encendieron, así que me acerque y sujetando su cara frente a la mía le dije que era yo quien decidía cuando, cuanto, como y donde me la iba a follar y que ella simplemente debía estar dispuesta y preparada para mis requerimientos.
Le toque el culo, metí un dedo en su coño, que saqué oloroso y pringado y se lo hice chupar y la mandé a la calle, al abrir la puerta dije que ya le llamaría y volveríamos a mirarlo todo de nuevo.
Ella se marchó como ofendida, pero como todos saben lo arisca que es a nadie le extrañó, por eso cuando salió en voz alta para que me oyesen todos dije que esta tía me ponía a morir, a lo que todos rieron.
Estuve no una semana, sino tres sin llamarla, se que ella me buscaba pues se hacía la encontradiza por donde ella suponía que podía verme, pero pese a cruzarnos en ningún momento me paré a hablar con ella, me limité a un saludo causal o un gesto con la mano.
Supuse que estaría que mordía, pero mi intención era marcarle claramente que era yo quien tomaba las decisiones.
En ese tiempo me dedique a tope a mis amigas casadas y si no me buscaban ellas, era yo quien propició los encuentros. Así que estaba muy bien atendido.
Un día dije a uno de mis empleados que llamase a Ascen y la citase en mi despacho para el día siguiente, y que le recordase que trajese todos los asuntos pendientes para discutirlos. Se que se iba a ofender al no ser yo quien la buscase y no tenía claro que vendría a verme.
Pero vino, esta vez venía con pantalones, lo que me dio a entender una vena de rebeldía por su parte, la hice pasar, sentarse y yo desde el otro lado de la mesa y muy frío le dije si había reflexionado en ese tiempo sobre lo que yo esperaba de ella.
Ascen estaba airada y enfadada y empezó a hablar, entonces yo en alto le mandé callar y ya más bajo le dije que como se atrevía a hablar sin permiso, Ascen hipaba de rabia contenida, así que me acerqué y le di un ligero cachete en su mejilla, diciéndole que si no se portaba bien le iba a marcar el látigo en la espalda. Seguía con los ojos encendidos y entonces yo pellizque su pezón por encima de su blusa y su jersey, supongo que le hice daño, porque se quejó, así que le dije que pensaba sacudirle tanto el culo que le iba a hacer sangrar, y después de dejarlo rojo, la iba a encular tan fuerte que se le iba a quedar el agujero abierto para una temporada.
Quería protestar, pero no le deje, le hice levantar y abrí su pantalón, ella seguía enfadada pero se dejaba hacer, así que con el pantalón en las rodillas, baje también aquellas anticuadas y enormes bragas blancas, dejándolas también a la altura de las rodillas, abrí sus piernas lo suficiente y metí mi dedo.
Como imaginaba estaba muy mojada, así se lo dije, e intenté humillarle diciendo si su hermana ya no le comía el coño, que solo de verme se le mojaban las bragas, ella callaba con los ojos cerrados y comencé a hacerle un dedo, en menos de un minuto estaba a punto de correrse, pero al notarlo, pare, y hablando fuerte, serio y muy seco le dije vistete zorra, y esta noche ven a mi casa a las siete en punto y te daré tu merecido.
Ella dudaba pero al ver que me dirigía hacía la puerta comenzó a vestirse rápidamente, cuando se hubo repuesto le abrí y le hice salir.
Salió como una furia.
Mis empleados le miraron sorprendidos y yo solo dije que le había tenido que poner en su sitio, porque estaba harto de ella.
Pero a las siete en punto estaba llamando a la puerta de mi casa, vestía con la misma ropa de la mañana, así que en cuanto cerré la puerta le avisé que cuando viniese a encontrarse conmigo debía venir vestida adecuadamente, y eso suponía no llevar bragas y sobre todo estar accesible a mis manos.
Empujé a Ascen hacía la habitación y yo me quedé desnudo.
Entonces le dije que olía a puta rancia, y que la quería limpia, que ya sabía donde estaba la ducha y que se limpiase a toda prisa y volviese dispuesta a todo.
Se duchó rápido, y volvió en su blanca desnudez, yo estaba preparado, así que até sus muñecas, vendé sus ojos y puse la bola en su boca, además le dije que la bola era para que no se oyesen sus gritos, porque pensaba azotarla hasta cansarme.
La tumbe en la cama y comencé a sacudirla, deje su espalda y su culo rojos y marcados, nada grave pero que iban a estar visibles durante unos días.
Ascen se revolvía pero sin poder chillar, por eso cuando me cansé quité la bola de su boca y le pregunté si tenía algo que decir, solo atinó a decir, "gracias amo". Yo entonces reí fuerte y dije que entonces era tiempo de vaciar mis huevos en su coño peludo.
Así que con los ojos cerrados y las manos inmovilizadas, me limité a abrir sus gordos muslos, ponerme entre ellos y follarmela.
Simplemente me dedique a bombear sin cuidado ninguno, mi polla entraba y salía fuerte y es que tenía el coño abierto y totalmente lubricado.
Me corrí enseguida, y supongo que Ascen se quedo a puertas de hacerlo.
Me daba igual, así que mientras descansaba le ordené que se hiciese un dedo, fue inmediato y en cuanto se acarició un poco comenzó a temblar y a correrse.
Se quedó quieta en la cama, y sin que lo esperase, cogí uno de los consoladores que todavía no habíamos estrenado, y se lo clavé en el coño, y a la vez clavé un plug en su culo.
Estaba inmovilizada, ciega, y totalmente ensartada, pero su boca que buscaba aire me demostraba que estaba gozando, y se lo pregunté, me lo confirmó asintiendo con su cabeza, Ascen estaba boca arriba totalmente abierta de piernas, y tampoco esperaba que con el pequeño látigo le diese una rápida tanda de golpes, se estremeció y entonces me dedique a meter y sacar el vibrador de su coño, solo se oía a el zumbido de este, el chapoteo de su coño y sus pequeños gemidos de placer, y se corrió otra vez, chilló se agitó y se meó en la cama, quedándose un segundo desmayada.
La dejé tirada en la cama, mientras yo iba al baño, cuando volví a mi habitación solté la venda y las esposas, y le dije que se viese con todos sus agujeros abiertos, se limitó a asentir y decirme "soy la puta de mi amo".
Yo reí y saqué el vibrador y el plug, haciéndole ver el gran charco que había dejado en la cama.
Me miró preocupada, y me limité a decirle que tendría que limpiarlo todo, y al hacerlo le dije que eso sería luego, que ahora quería darle por le culo y volver a correrme de nuevo dentro de ella.
Ascen se puso de espaldas, abrió su culo y yo apunté y entre, ella apretaba su esfínter buscando darme placer y lo consiguió, me vacié en su culo peludo, y quedé otra vez cansado tirado en la cama.
Era una imagen sorprendente, Ascen con la venda, en una postura forzada por tener las manos atadas y con las piernas totalmente abiertas, y su culo rojo y escupiendo leche.
Me dije que bien merecía una foto, y con mi cámara inmortalicé el momento, aunque en ningún momento informe a Ascen, pues supongo que se hubiese asustado, y quería llevarla todavía más lejos en su sumisión.
Cuando la solté, la hice lavarse de nuevo, y vestirse, entonces estando yo desnudo y tumbado en la cama y ella de pie ante mi, le pregunté si iba a volver a darme problemas, o se iba a limitar a acudir cuando yo quisiese.
Ella calló y me dijo que el otro día al llegar a la oficina iba dispuesta a decirme que me olvidase de ella, pero que no pudo hacerlo, que la ponía tan acelerada que no podía olvidarlo, y que le gustaba y creía ser capaz de aclimatarse a mis ordenes.
Entonces le conté mi plan, yo iba a comprar un móvil, solo para comunicarme con ella, no lo usaría para llamarla, simplemente mandaría un SMS con las instrucciones, fecha y lugar de encuentro y si había una orden especial se lo indicaría. Le dije que por mi trabajo y mis asuntos personales, podría ocurrir que me apeteciese follarmela tres veces en una semana y pasar dos meses ó mas hasta que la necesitase de nuevo, que me importaba muy poco lo que ella quisiese o necesitase, y le pregunté si estaba dispuesta a asumir las reglas.
Ascen bajo los ojos y se limitó a decir "si amo, estoy dispuesta".
Entonces vete y ya sabrás de mi.
Como había dicho le conseguí e hice llegar un móvil, y mi primer SMS fue el siguiente, día X, hora X lugar frente a X, llegaré en coche, montarás inmediatamente, faldas lo más cortas posible, no bragas, y las tetas sueltas.
Acudió a la cita tal como le había pedido, y en lugar de llevarla a mi casa, con el coche le llevé a un descampado donde van los más jóvenes a follar.
Supongo que mi coche es fácilmente reconocible, pero como no tengo nada que ocultar me dio igual, así que el descampado, le hice pasar al asiento de atrás, quedarse en tetas y simplemente levantando su falda me la follé.
Ella no se corrió, así que para contentarla un poco le hice un dedo hasta hacerla disfrutar y le dije que a la noche con su hermana se quitase las ganas.
A la hora de marchar le hice vestirse fuera del coche, estaba ya oscuro y no era posible que la viesen, pero aún así se sintió humillada, le dije que junto al placer iba el riesgo.
Desde hace dos años me tiro a Ascen con cierta regularidad, ya ha aprendido a no exigir nada, simplemente a esperar mi llamada.
Lo mejor de todo es que a su edad y con su carácter no tiene idea de buscar otro hombre, ni para ella ni para su hermana, así que su único contacto con el sexo es a través mío y luego en la relación de dominación sobre su hermana, a la que poco a poco aplica las tácticas que yo uso con ella.
Así no tengo riesgos ni de embarazos, ni de riesgos pues su único hombre soy yo, y siempre está dispuesta a someterse a cualquier fantasía que yo tenga, como la vez que la deje el potorro todo pelado, y estuvo mojando las bragas toda la semana. Además me contó que su hermana se esforzó todavía más cuando se lo comía.
Como final recuerdo que en tres ocasiones la he llevado a Madrid a pasar el fin de semana con la excusa de preparar eventos para la Asociación, y que allí se salió totalmente de madre, pues le hice de todo, incluso me la folle en la calle una noche de sábado que volvíamos al hotel, y con lo acelerada que estaba ya no aguantaba, así que la metí a un portal y la follé hasta corrernos los dos.
Una de las veces volvimos al Sex-Shop, la dependienta se acordó de nosotros y recordando su buena venta se alegró, de hecho renovamos y compramos nuevos artilugios para emputecer aún más a Ascen.
Lo que si tengo claro es que nuestra relación es totalmente clandestina, ni su hermana sabe quien es su follador y amo, pues a veces llega con la espalada y el culo cruzados de golpes, y al pensar que la pegaban, ella le contestó que era para su placer y de esa manera también empezó a usar el látigo con Paquita.
Supongo que nadie de mi entorno entendería que me estuviese tirando a una casi sesentona, no muy agraciada y de carácter difícil, y menos si se conociesen los juegos a los que nos dedicamos en la intimidad, pero que coño a mi me va bien, tengo un culo y un coño abiertos y siempre dispuestos y con Ascen puedo explorar mi faceta sádica, además que follando cada día se entrega más y a mi me vale, y cuando quiero sexo más tradicional siempre tengo a mis amigas de siempre.