Arturo y su bicicleta
Mi primera relación íntima con un macho fue en la secundaria. Aquí ya se nota mis tendencias femeninas y el dese por ser la jefa de un hombre.
En la secundaria yo nunca habia besado a una chica y no tenia interes alguno en las mujeres excepto ver television juntos y conversar y bailar. Todas mis amigas eran niñas ya que yo era muy afeminado y temia estar con los varones. Mi cuerpo era bien femenino tambien ya que tenia caderas y cachetes bien altos con ojos verdes y pestañas largas. No habia desarrollado pelos ni musculos ni voz de macho... tal parecia que mientras mas me adentraba en la pubertad mas yo me feminizaba. Mis compañeros de clase me decian que caminaba como hembra moviendo las caderas y que yo me reia como mujer. Eso me molestaba pero tambien me exitaba porque me gustaba la manera en que ciertos muchachos en la escuela que eran mas mayores y machos me miraban o me hablaban.
Jamas y nunca me interesó uno de los varones hasta una vez hasta mi primero. En mi barrios habia un muchacho de unos 25 años que era bien pesado con todo el mundo pero aun asi le tenian mucho respeto. Arturo era pandillero y de los que se fajaba a golpes limpios por puro deporte. Arturo tambien ya habia preñado 2 chicas en mi barrio y le decian "Gallo de Pelea." Yo le tenia terror a Arturo porque era alto y siempre se veia molesto y malo. Arturo andaba en bicicleta arriba abajo, a veces sin camisa, a veces fumando y le gustaba chiflarle a las jebas. Arturo habia estado preso por varios meses en diferentes ocasiones.
Ser un muchacho cubano y ser tan afeminado es dificil ya que los cubanos son bien machistas. A mi me decian en la familia que era mejor morirme que ser maricon o dejar que otro hombre me hiciera su puta. Yo vivia en temor de ser mariconeada y expuesta por alguien pero tambien con ganas de probar.
Un dia Arturo estaba fuera de mi escuela y me vio saliendo con mis shorts que eran cortos y apretados. Mis piernas se veian bien y afeitadas. Yo sentia su mirada como me quemaba.
Empezo a seguirme despacio en su bicicleta.
"Mima, que clase culo tan rico tu tienes. Pareces una jeba cuando te miro caminando en tus licra de gimnasia. Quien tiene la suerte de entrarte en ese tanque de nalgas?"
Arturo, un muchacho de la secundaria que tenia como 18 y habia repetido varios grados me estaba piropeando en la cancha de la escuela. Arturo era bruto pero era tremendo machango y vandolero de broncas y peleas. Arturo media como 182cm y yo 172cm.
"Mira chico dejame tranquilo que no estoy pa' gracia" dije yo y me empeze a apresurar.
Entonces adelanto en su bicicleta y se paro delante bloqueandome el paso.
Se puso su mano en el pecho como si fuera a decir algo bien sincero.
"No te lo digo pa' joderte o hacerte sentir mal. Te lo digo porque me gustan asi como tu. Me gustan las pajaritas afeminadas culonas porque saben como darle a un macho lo que le toca. Mira, por que no me dejas llevarte a tu casa en mi bicicleta y ahi te digo mas de lo que me gusta."
"No se, chico. Yo ni te conozco y ahora tu me sales con esto y me quieres llevar a la casa?"
"Dale, montate aqui en la parte de adelante con las piernas a los lados y yo con los brazos te aguanto."
Un poquito sorprendido y tambien exitado me subi. Arturo con sus brazos me rodeo y se empino para adelante poniendo su cara casi detras de mi cuello. Los pelitos se me pararon. El empezo a dar pedales y rapido estabamos en uno de las calles traseras con arboles y matas frondosas. Arturo empezo a hablar otra vez y esta vez su tono era bajo y despacio y era el mismo tono que los chicos usaban con las chicas cuando las estaban enamorando.
"Que rico ese perfume que tienes." Dijo Arturo pegando sus labios a mi cuello.
"Gracias, es de mi mami." dije yo.
"Te gusta usar el perfume de tu mama? Y que mas de tu mama te gusta usar?"
"Nada mas."
"No tiene por que darte pena. Es normal que te gusten cosas femeninas porque tu no eres como los otros varones. Tu eres bien femenina y atraes la atencion de los machos sin darte cuenta. Alguna vez te has besado o estado con alguien?" Yo dije que no con la cabeza.
"Aqui adelante despues de esa curva hay un lago bien tranquilo, por que no vamos y descansamos un ratico y conversamos, dale?" No dije nada y el hizo el giro con la bicicleta y rapido estabamos mas alla de grosor de los arboles y las matas en un lago pequeno con hierba verde alrededor y sombra. Hacia calor y un chapuzon no venia mal.
Arturo saco una toalla de su mochila y la tendio como sabana de picnic y con la mano me invito a sentarme. El se quito la camisa y revelo un pecho bien cortado y musculoso con vellos gruesos rubios en su estomago y un tatuaje de hombro a hombro y sobre la espalda. Estaba mucho mas desarrollado que muchos de los otros compañeros. Arturo se quito sus pantalones y se quedo en sus calzoncillos blancos y se sento al lado mio donde yo estaba todavia en mi licra y camisa blanca.
"No estes con nervios que nada malo va a pasar. Yo te cuido, ok?" y puso su brazo alrededor mio.
"Te puedes quitar la licra? Tienes algo sexy abajo? Bikini? Tanga?" Y como sabia de mi bikini? Despacio me baje la licra y me quede en bikini con las piernas cruzadas y mis muslos depilados lampiños.
"En un ratico vamos a meternos al agua pero quiero ser claro contigo. Yo soy macho total y no soy maricon y lo que quiero poner claro es que contigo me atraes porque eres como una jeba y me atraen las puticas como tu." Yo reaccione con mi cara cuando dijo putica. El continuo:
"No tienes que ofenderte conmigo. Conmigo quiero que te sientas libre y que te dejes salir la hembrita que tienes dentro. Quiero decirte cositas ricas y tratarte como mi jebita. Quiero llamarte Estrellita y ese sera tu nombre de jeba conmigo. Yo soy el hombre y tu mi jebita, ahora vete y camina al agua para verte esas nalgotas rica."
Yo me levanter y timida al principio comenze a caminar al agua. Poco a poco le fui dando movimiento a las caderas y el empezo a silvar. Pocos minutos después Arturo había entrado en el agua también y estaba pegado detrás de ti apretándome las nalgas con sus manos y chupándome la oreja.
“Quieres ser mi jebita? Dale, que yo te enseño a como hacer cosas rica conmigo. Te gusta ser mi hembrita?”
“Si, pero solo si no se lo dices a nadie.”
“Pero a quien se lo voy a decir si todo el que tiene ojo SABE que tu eres tremenda putica.”
Y con ese me viro y me beso. Acabamos completamente desnudos sobre la sabana (bueno, yo solo en el bikini). Arturo encima de mi chupándome el cuello, los pezones y los muslos. Su pinga grande y dura entre mis piernas como una lanza.
“Que rica boquita tienes, eres tan linda y suavecita. Quiero hacerte mi puta completa y te quiero feminizar para que te veas y sientas como debe ser. Me gusta como te retuerces cuando te beso. Te gusta como se siente mi pinga entre tus piernas? No tengas pena, tocala y agarrala, mami.”
Senti electricidad cuando le agarre aquella pingota gruesa y dura. Era una pinga de un hombre varon macho y yo era su hembrita. Sus manos torpes y grandes sobre mi cuerpo suave y sin pelos me hacia gemir suavemente y eso lo excitaba. Eventualmente el se mojo un dedo y me metio la puntita en mi culito, yo grite suavemente otra vez. El me lleno la boca con su lengua y me beso el cuello y me dijo, “asi mi ricota, entregate a tu macho, dejate llevar… esa boquita y ese culito van a ser mios, y eso es lo que quiero que me des.”
Yo suspiraba cuando el se paro y me dijo que me arrodillara frente a el. Yo enseguida lo hice y mirándolo de rodillas parecía un macho de esos de películas. Me hacia sentir tan femenina en esta posición. Su pinga me cayo en mi cara y su cabezota mojada y jugosa mo rozo los labios. Sus huevos eran peludos y bien sueltos y me gustaba sentirlos sobre mi boca y olerlos. La verdad nunca habia olido a un macho aunque me pasaba horas imaginandome.
Arturo tiraba su cabeza para atrás y gemia con su voz ronca. “Te gusta ese pingon y esos cojones? Si? Yo sabia que tu eras adicta al pingon mi amor. Abre y trágate esa pinga que tengo leche para ti.”
Yo seguia chupando.
"Ten cuidado con los dientes mamita, abre bien la boca."
Y con la misma me puso su mano detrás de mi cabeza y me empezó a singar la cara. Yo me ahogaba y el me decía que abriera los ojos y lo mirara a el. “Que linda y femenina eres, quiero que te pongas maquilaje y lápiz labial para mi la próxima vez que te vea. DALE TRAGATELA mami! Y me singo la garganta fuertemente hasta que por los pelos me agarro la cabeza y me la aguanto como si fuera un jugete y me ordeno que abriera la boca y sacara la lengua. En el momento que lo hice, el se empezó a tirar de la pinga con largos y duras tiradas empezó a gemir y me echo varios chorros gruesos y calientes de semen: “TOMA PUTICA! TOMA MARICONA! TRAGATE MI LECHE, COJONE! TRAGATELA!”
Ese papacito tenia leche para una lechería. Que rica ese lechazo.
Esa tarde aprendí a mamar pinga como una putita. Arturo me trataba como una hembra y me hablaba como si fuere una de sus novias. Habia una conexión muy especial entre nosotros y yo me sentía que me quería entregar a el.