Arrebatos sexuales II

La pegué contra la pared y lentamente comencé a besarla suavemente sin apuro cosa que la enloqueció y comenzó a besarme más urgida mordiendo mi labio.

UN COMPARTIR DIFERENTE

Viernes de quincena con fin de semana largo, todos estábamos felices en las oficina, nos pusimos de acuerdo y después de las 6pm ya estábamos todos reunidos en casa de un compañero, tomando cervezas, vino, ron y vodka, había variedad para escoger en cuanto a licor, la música sonaba a todo dar, era un ambiente realmente agradable, cuando entró ella, su cabello negro largo suelto, una blusa blanca y un short de cuadros blanco con azul, estaba hermosa y como siempre con su cara muy seria, la busqué con la mirada pero ella me esquivaba, no le presté más mi atención y decidí seguir disfrutando y charlando, ya entrada la noche varios estaban "alegres" yo tengo buena resistencia al alcohol igual que mi publicista, que ahora si me sostenía la mirada "las maravillas del alcohol" pensé, decidí comenzar mi juego y hacía lo posible por pasar cerca de ella, rozando su espalda y haciéndole comentarios al oído, por su mirada sabía que estaba cumpliendo con mi objetivo, no aguantaba más tiempo quería besarle y tenerla de nuevo, le dije que me acompañara al baño, sin pensarlo la dejé pasar primero y acto seguido entré y cerré la puerta, ella me miró extrañada pero deseosa, la pegué contra la pared y lentamente comencé a besarla suavemente sin apuro cosa que la enloqueció y comenzó a besarme más urgida mordiendo mi labio y metiendo sus manos en mi cabello, mis manos viajaban por su cuerpo, desde sus senos hasta sus muslos, su suave piel me encantaba, los besos ya eran pasionales crudos, nuestras lenguas batallaban entre sí y nuestros cuerpos se acercaban al máximo buscando algún tipo de desahogo, mis mano viajaron a su short desabotonandolo y bajándolo poco a poco, mis labios ya bajaban por su cuello y ella ahogaba sus gemidos mordiendo su propio labio verla así deseosa e invadida de placer me encendía aun más, no lo dudé y baje su ropa interior encontrándome con un perfecto y depilado sexo que brillaba humedecido, me agaché y puse una de sus piernas sobre mi hombro con una mano abrí sus labios y comencé a torturar su llamativo clítoris estaba perfectamente lubricada y su sabor era exquisito con la otra mano apretaba su trasero hacía mí, sus caderas comenzaron a seguir el ritmo de mi lengua y ella no podía hablar estaba entregada totalmente al deseo, sin aviso introduje dos de mis dedos en su interior obteniendo un gemido desde lo profundo de su garganta indicándome que le gustaba, presionaba mis dedos contra sus paredes vaginales y mi lengua seguí su labor en sus labios y su clítoris, sus piernas comenzaba a flaquear avisándome que estaba cerca de su gloria, aumente el ritmo de mis dedos y los movimientos circulares de mi lengua, sus caderas hacían sus ultimas arremetidas con fuerza buscando su desahogo, la presioné más contra mi boca ella se puso tensa y luego de un par de movimientos firmes de mis dedos la sentí correrse me apresuré y recogí todo su flujo, lentamente tomé su blumer y lo subí acariciando sus piernas durante todo el recorrido, repetí mi acción con su short pero a medida que lo subía yo hacia un camino de besos hacía su boca, mordí fugazmente uno de sus senos haciendola exclamar, lo abroché lleve mis dedos a mi boca los saboreé le di un beso corto en los labios, lavé mis manos y salí de nuevo a la fiesta, al cabo de unos minutos ella salió como si nada me miró levantando una ceja y no pude evitar sonreír de lado con suficiencia; así en esa noche compartimos algo diferente.