Arrebatando el regalo a mi padre

Una hija desea a su padre, ella sospecha que se masturba con su ropa interior y que la mira de forma lujuriosa, el día de su cumpleaños pretende que todo cambie para los dos y para siempre.

Escucho a mi padre chillando desde su habitación, me esta llamando.

No comprende lo que acabo de hacer.

Se que desde que murió mi madre, él no ha estado con ninguna mujer.

Tengo claro que me desea, pero hay personas a las que puede más su sentido de la responsabilidad que la satisfacción de su propio deseo.

Entiendo que cuando te sientas encima de un hombre y te empiezas a mover, este tenga una erección aunque este sea tu padre.

Aunque esta erección se le podría achacar al movimiento, no a la excitación.

Desde que cumpli los 16 años, me encargo de hacer la colada.

Por defecto, había cogido la costumbre de poner mi ropa interior en la base del cubo de la ropa sucia.

Me empecé a fijar que cuando iba a meter la ropa en la lavadora, mi ropa interior tiempo despues estaba encima de la ropa de mi padre.

Al principio me pareció extraño, pero confirme las sospechas de que mi padre me deseaba ( y mucho), cuando me ponía el pijama ceñido y a través del espejo del comedor podía ver de forma indirecta como me miraba el culo.

Esta noche a las tres de la mañana, cumplo 18 años.

Ya no sere una menor y quiero que mi padre no tenga miedo de follarme y se que voy conseguirlo, auanque tenga que obligarlo.

Por ello, lo he dormido con 3 pastillas que le cogi a la madre de una amiga mia con problemas de sueño.

Mi padre se sintió muy cansado y se fue a la cama, ni siquiera se quitó la ropa.

De eso me encargue yo, ahora está desnudo, atado de piernas y manos.

Ahora mismo son las 02:58 de la madrugada, y me estoy quitando la ropa lentamente.

Tengo los pezones tan duros, que me duelen al tocarlos, creo que lo único que los calmaria sería que mi padre los lamiese.

Con las braguitas, me limpio la humedad que hay entre mis piernas, estoy muy mojada pensando en lo que voy a hacer.

Estoy muy excitada, nunca en toda mi vida me he sentido tan cachonda.

Cuando entró en la habitación, totalmente desnuda, lo primero que veo es el mástil que tiene mi padre por pene.

Está tan erecto, aunque algo torcido hacia la izquierda, tiene unas grandes venas y está pulsando con los latidos del corazón.

Me meto un dedito en la vagina, después dos y a los pocos segundos me los intento meter todos.

Con la mano llena de fluidos vaginales, miró por última vez el reloj, son las 03:05 horas, desde las 03:00 horas soy mayor de edad.

Con mi mojada mano cojo el gigantesco miembro de mi padre, sobre el que no puedo cerrar mi mano debido a su grosor.

Mi padre me mira y mueve la cabeza a izquierda y derecha como signo de negación, pero creo que sabe que lo que va a pasar ya es del todo inevitable.

Mis lubricadas manos por los fluidos de mi coñito, se mueven hacia la base del pene de mi padre, acarició con mi otra mano sus testículos.

Noto que mi padre tiene un escalofrío, acerco mi boca al prepucio de mi padre, y tocó con la punta de mi lengua la redonda cabeza del pene de mi padre.

Dejo unas gotas de saliva al sorber ese pene, me regodeo en el sabor de los líquidos preseminales de mi padre.

Me doy cuenta de que es el momento, así que comienzo a mirar a mi padre a los ojos, mi padre me devuelve la mirada, hay tal intensidad en nuestras miradas, tan gran profundidad que percibo que los dos nos ponemos nerviosos.

Me pongo de pie en la cama, encima de él, desde abajo mi padre puede ver mi pubis y apreciar mis pechos.

Yo siento como mi entrepierna está tan mojada que unas gotas de de fluido bajan por la parte interior de mis muslos.

Me voy agachando hasta que noto el pene de mi padre en la entrada de mi coñito, voy bajando notando como la carne de mi padre se va abriendo camino dentro de mi.

Mi padre tiembla y yo también.

Consigo sentarme encima de mi padre, no lo hago muy de sopetón por miedo a hacernos daño, mas que nada por que nunca he tenido algo tan grande dentro de mi.

Cuando noto que entra toda y no nos provoca dolor, con cuidado me pongo de rodillas y empiezo a moverme, unas veces hacia arriba y hacia abajo, y otras hacia delante y hacia atrás.

Cuando voy hacia delante y hacia atrás dejo que mi largo pelo caiga sobre la cara de mi padre mientras nos miramos a los ojos.

Beso a mi padre en la boca, le meto la lengua dentro, cuando el va hacer lo mismo yo me voy hacia atrás para seguir con el movimiento.

Justo en ese momento, tengo el orgasmo más salvaje e inesperado que he tenido en mi vida, me sorprende por que no lo veia venir y sobre todo porque noto unas fuertes contracciones en mi vagina.

Para mi padre esas contracciones involuntarias se convierten en el detonante de su eyaculacion.

Me muevo hasta que noto por su cara que ya no necesita que siga encima de él puesto que ha vaciado todo su semen dentro de mi.

Me bajo de la cama y desato a mi padre, después me acuesto a su lado y me acerco a su oido y le susurro:

-Papá, gracias por el regalo de cumpleaños, aunque me lo haya tenido que coger yo misma.

Fue justo en ese instante cuando el pene de mi padre empezó otra vez a crecer.

En menos de 10 segundos mi padre me había puesto a cuatro patas y se estaba embadurnado su gran polla con saliva.

Mi padre no iba a follarme otra vez, note en un escalofrio por mi espina dorsal cuando dejo la punta de su prepucio delante de mi ano.

Mi querido padre me iba encular, yo estaba tan excitada como asustada ante esa perspectiva.

Pero esa es otra historia, que quiza algun dia os cuente.