Arrastrados por el morbo

Mi amigo me ofreció cien euros por oirme follar, era una persona que despreciaba, pero el dinero nunca viene mal ¿No?

Era un viernes cualquiera, la tarde un poco mas calurosa de lo normal había dejado paso a una noche bastante agradable. Cuando llamaron a la puerta me puse mi camiseta blanca, una de esas que mi novia siempre quiere tirar a la basura por tener casi los mismos años que yo.

Cuando abrí me encontré con Pedro, era un muchacho de complexión delgada, moreno y una personalidad mas atractiva que su apariencia. Hijo único, estaba acostumbrado a que todos se volviesen locos sirviéndole ya fuesen amigos o familiares.

Vestía su típica ropa de marca y tenía la cara de chulo prepotente que siempre dirigía a los demás. Había cogido la manía de pasarse por mi casa como si fuese su lonja, era una persona con la que no me llevaba bien, pero me parecía una falta de respeto echarle o cerrarle la puerta. En un primer momento no me molesto tanto, pero poco a poco tuve que empezar a encargarme de servirle comida si tenía hambre, llevarle agua si tenía sed. Era un caradura que no respetaba.

Sé de sobra que es un chico con suerte, mientras el resto de los mortales tenemos que trabajárnoslo, él ya tiene el futuro asegurado, con dinero por delante solo le queda el tema pendiente de las mujeres, pero hasta en eso tenía suerte. Su novia era una chica de diecinueve años, una morena de rizos con el mejor culo que he visto en mi vida (He visto unos cuantos), simpática, dulce, morbosa y muy inteligente. Nadie sabía que hacía con semejante capullo, pero la vida es así.

Me informó de que tenía intención de quedarse a dormir, le dije que mi novia estaba en la cama, así que no hiciese ruido. Estuvimos viendo la tele y jugando un poco con los ordenadores. Hablamos sobre muchas cosas, pero siempre se junta el mismo tema, sexo.

-Sabes -me dijo con su típica chulería –Entre los colegas siempre se rumorea que tienes unos huevos enormes en lo que se refiere al sexo.

-No te creas todo lo que oigas.

-Hagamos una cosa –me di la vuelta para mirarle, la verdad es que este chico no tiene ni una idea buena –Si eres capaz de estar follando estando yo en casa te doy cien euros.

Aquellos que me conocen saben que me pierden las apuestas, me gusta el riesgo, la superación. El dinero nunca tiene demasiada importancia pero ser capaz de ganar me encanta, soy de lo mas competitivo. Acepte.

Seguimos charlando entre risas, cogí la radio del pasillo para llevarla hasta el cuarto. Deje a Pedro en la habitación contigua, un cuarto que tengo habilitado para los invitados cuando deciden quedarse a dormir. Esta pegado a mi pared, así que no creo que tuviese problemas para oír algo mas alto de un tono de voz normal.

Encendí la radio con algo de música, tendida sobre mi cama, mi musa completamente desnuda. Me imagine al otro lado de la pared, a Pedro, intentando adivinar lo que haría. La idea me daba morbo.

No tenía prisa, así que me deleite primero observando, me fascina el cuerpo de una mujer, figuraos si esta desnuda. Retire las sabanas de su cuerpo y fui acariciando la piel de su espalda con la punta de mis dedos. Un suave roce que provocó que su piel se erizase allí donde pasaban. Mis labios buscaron el hueco entre sus hombros y su cuello mientras desperezándose se dejaba hacer.

Diez minutos así, era un despertar bastante dulce, sus gemidos eran notorios. Mis labios buscaron el lóbulo de su oreja mientras mi mano derecha bajaba al hueco entre sus piernas. Arañe sin fuerza el contorno exterior que dejan, sin llegar a tocar su intimidad, ya tendría tiempo para eso, quería disfrutar del momento.

Mis manos subían y bajaban acariciando con deliberada tortura mientras la mordía con cariño. Espere hasta que ella misma subió sus caderas para invitarme a sentir mis dedos en su interior. Deslicé uno, dos y hasta tres dedos en su húmeda gruta. El tono de voz aumentaba por segundos. Acelere el ritmo de mi mano cambiando la presión que ejercía, disminuía de un contacto fuerte a casi un roce. Cuando la noté cerca su orgasmo le mordí el cuello, hundí su cabeza en la cama para que no chillase demasiado y le introduje con fuerza los dedos de golpe. Se corrió en ese mismo instante chillando con fuerza a mi almohada.

Deje mi mano quieta entre sus piernas mientras disminuía la presión de mi mordisco, ese placer enfermizo que me invita a morder cuando la chica en cuestión va a llegar al orgasmo. Me puse sobre ella, y empecé a juguetear con mi polla en su coño.

Entre despierta y dormida se recuperaba de su orgasmo, como tantas otras veces se dejaba hacer, podía arrastrarla hasta el limite del placer sin esperar resistencia. Me gustaba mucho. Notaba su calor, como su interior se adaptaba a mi instrumento produciéndome una sensación para la cual no tengo palabras. Apenas si llevábamos media hora.

La excitación y el morbo aumentaba progresivamente, al igual que lo hacía mi velocidad. Los gemidos se volvieron gritos, acerqué mi boca a su oído y le susurré:

-Te recuerdo que hoy venía Pedro –Según salieron mis palabras noté como se iba tensando –esta en el cuarto de al lado oyendo como te follo. ¿No querrás que te escuche chillar no?

Mordió con ganas la almohada intentando acallar su voz. Le di la vuelta poniéndola frente a mi, que hermosa vista, sus pechos duros y redondos como a mi me gustan, me situé entre sus piernas mientras me lanzaba una mirada suplicante. Nunca se me ha dado bien tener piedad cuando el morbo me posee.

Se la metí sin preámbulos, con fuerza y seguridad, ella me abrazo tan fuerte que levantaba su cuerpo en cada embestida. Era tal el arranque de violencia de ese momento que incluso llegamos a mover la cama. Estábamos golpeando la pared. Que se enterase bien ese capullo de que yo, siempre gano mis apuestas.

No sé que pensaría ella, pero aunque intentaba evitarlo cada vez gemía más fuerte aumentando la necesidad de seguir con mas violencia. Nuestro sudor resbalaba mezclándose entre si. Durante un segundo me miro con la lujuria que acompaña a nuestros encuentros.

-Me voy a correr – me indicó

-Quieres que te llene? –También estaba cerca del orgasmo, pero quería que me lo suplicase -¿Qué me corra dentro de ti?

-Siiiiiiiiiiiiiiiiii

-Pues tómalo todo –no aguante mas, al tener su orgasmo aprisiono mi miembro entre sus piernas y provoco que me corriese con ella –Vamos disfruta mi leche.

Me corrí entre sus piernas como un salvaje, estábamos empapados, me gusto la idea de que Pedro estuviese en la habitación de al lado escuchando, me daba mucho mas morbo.

Me levante para ir a la cocina a beber agua, cuando salí, mi invitado me abordo.

-Joder –Me dijo impresionado –Que manera de follártela. Te ofrezco un trato.

-Cual? –Pregunté intrigado

-Doble o nada, a ver si eres capaz de cogerla por el culo y decirlo en voz alta.

-Y eso?

-No creo que seas capaz de llegar tanto, pero aceptaras la apuesta –añadió con una sonrisa –además, ni mi novia me deja darla por culo y me atrae mucho ese tipo de sexo. Con el culo tan fantástico el que tiene y es virgen. Me daría un gustazo oír como lo haces tú.

-Entonces que quieres que diga?

-Me encanta darte por culo zorra . –tenía una sonrisa de idiota salido mientras lo decía, me dio asco solo mirarle.

Le deje allí mismo, en cualquier otra ocasión me hubiese molestado ese tipo de lenguaje en boca de alguien como él, pero hoy era un día especial.

La puerta del cuarto estaba abierta, había oído nuestra conversación. Mejor, me ahorra dar explicaciones. Tenía miedo en su mirada, pero a pesar de ello con un solo gesto se puso a cuatro patas sobre la cama.. Acaricie ese culo perfecto, uno con el que cualquier desgraciado soñaría, incluido el que tenía en la habitación de al lado.

Podría mentiros y decir que la penetre allí mismo con fuerza, pero no, nunca miento y no empezare ahora.

La deje tal y como estaba y fui a uno de mis cajones y saque un bote que tengo para las ocasiones así. Me esparcí la vaselina por todo mi miembro y le unté en su agujero.

La puntita se fue deslizando en el interior de aquel agujero prohibido, lo acaricie casi con cariño, realmente era un buen culazo. No tenía ninguna prisa, empecé a moverme con mucha delicadeza, estaba deseoso de metérsela de golpe pero la paciencia es una virtud que después te permite volver a follar.

Poco a poco deslizaba dentro cada centímetro, cuando me canse de torturarla puse una de mis manos entre sus piernas y roce su clítoris. Ella se movió incomoda, pero acomode mis dedos y fui masturbándola a la vez que mis caderas empujaban mi miembro cada vez más.

Tuvo la necesidad de gemir, cada vez mas alto, así que decidí salirme de ella y enredar en mi cajón. Agarre un juguete de los míos y del suelo el tanga que llevaba puesto esa misma tarde. Me dedico una mirada interrogadora. No dije nada, solo extendí mi mano para introducirle su húmeda ropa interior en la boca. Separó sus dulces labios de caramelo y la aceptó.

Volví a apuntar a aquel agujero prohibido, ese culazo me obsesionaba. Me imagine a Pedro en el cuarto de al lado, masturbándose mientras oía los gritos a ritmo de mi enculada. Así que su novia no le dejaba ese orificio. La novia de aquel cabrón era virgen por su culo. Estaba necesitado de oír como daban por culo incluso teniendo una pared por medio, sería un placer ayudarle.

Encendí el vibrador que había cogido de la mesita, y fui introduciéndolo en el coño de la chica. Sentía la vibración en mi herramienta. Me movía con ganas y la habitación empezó a llenarse de gemidos femeninos cada vez mas altos.

-Muy bien putita –le dije en voz alta –Sigue moviéndote.

Mas que moverlo me golpeaba clavándosela hasta el fondo, estaba fuera de si, sus gemidos eran gritos que ya no disimulaba. Solo su ropa interior en la boca acallaba y distorsionaba su voz.

-¡Me encanta darte por culo zorra! –Ella se giro para mirarme a la cara, yo estaba fuera de mí mismo –¡Chilla mas alto que el cabrón de Pedro se estará masturbando pensando en lo bueno que sería coger este culazo que tienes!

-¡Shi,shi,shi que ze cora el cabón oyendo como me folan! –sus palabras eran casi ininteligibles, no podía ni hablar pero entendí toda la frase.

Note su orgasmo inminente y quise llenarla, acelere las embestidas. A mi oído llegaron los gemidos ahogados de Pedro en la habitación de al lado. Me imagine llamándole para que entrase a ver como llenaba ese cuerpecito, ver como se masturbaba mientras yo follaba. Se lo insinué al oído a mi chica y la volvió loca, se corrió mientras llamaba a voz en grito a Pedro.

La mañana amaneció tranquila, me levanté y salí de la habitación, Pedro abrió la puerta para saludarme con una sonrisa de oreja a oreja.

-Gran trabajo chaval –me choco la mano y me tendió el dinero –ha sido una noche excitante. Menuda puta tienes hay dentro.

-Lo cierto es que si –añadí con una sonrisa irónica –Me voy a duchar, me haces el favor y subes desayuno para los dos antes de irte?

-Claro compañero – le di las llaves de casa y oí la puerta cerrarse.

Mientras me duchaba, la cortina se corrió y dejo paso a la fantástica silueta de aquella hermosa mujer. Estábamos secándonos cuando oí el ruido de las llaves en la puerta.

Ella empezó a besarme con mas ganas mientras oíamos silbar a Pedro, yo sonriendo me separe mientras la dejaba secándose el pelo y una sonrisa en los labios.

-Gracias campeón –le dije

-De nada –añadió con su mejor sonrisa –aquí te he dejado el desayuno, te dejo voy a ver que se cuece por hay.

-Putilla, no tardes, Pedro a tenido la decencia de subirte el desayuno para que recuperes fuerzas, –guiñe un ojo de manera cómplice al chico y le eché. -Hasta la próxima.

La puerta se cerro mientas se abría la del baño. La chica salió mientras una nube de vapor la seguía. Su cabello caía húmedo sensualmente sobre sus hombros desnudos. Sus pequeños pies corrieron hasta llegar al salón y darme un suave beso suave en los labios.

Estábamos sentados en el sofá tomando el desayuno que nos había subido Pedro cuando en la habitación sonó un móvil. Cuando ella se levanto para atenderlo él intento sujetarla entre risas, pero entre sus dedos solo consiguió atrapar la toalla que cayo al suelo, permitiéndole ver un culo perfecto alejándose de mí.

Volvió tan rápido como había ido con el móvil en la mano, con un vistazo a la pantalla puso una cara de fastidio. Aunque luego le salió una sonrisa traviesa. Tiro uno de los cojines al suelo y se puso de rodillas mientras el miembro enfrente de ella empezó a crecer. Acepto la llamada y puso el manos libres.

-¿Si dígame? –Se metió aquel enorme falo y empezó a chuparlo con ansias.

  • Hola cariño, estoy en el coche, ¿Qué haces? –La voz de Pedro, su novio, sonó alta y clara.

-Mmmmmm pues me tienes comiendo amor –me miraba directamente a los ojos mientras lo decía –estoy por acabar, quizás me tome un poco más de leche y no sé si me apetecerá algo extra.

-¿A que no adivinas de donde vengo? –Su voz estaba excitada aún después de la noche que había tenido.

-Ime eg donde –le indico sin sacarse mi polla de entre sus labios, es algo que siempre me excita mucho –Amor, tendrías que verme comer esto esta riquísimo.

-Esta noche estuve en casa de Luis, y le di cien euros por oírle follar, -Su respiración era muy agitada –Luego le ofrecí 200 si conseguía dar por culo a su novia y gritarlo en alto.

  • Vaya con Luis, -tenía una sonrisa de oreja a oreja, se levanto y apoyo las manos en el sofá ofreciéndome su culo otra vez –¿Sabes que su novia no esta aquí verdad? Se iba a no sé donde el fin de semana.

-¡Joder!, ¿A que puta se habrá follado toda la noche el muy cabrón? Encima me gaste 300 euros por oírlo que morbazo.

-¿Si te digo cariño que me estoy poniendo cachonda? –tenía ya medio miembro en su esfínter -Te importa si me corro mientras me lo cuentas?

Pedro empezó a relatarla como durante toda la noche se había masturbado oyéndola follar sin saberlo. Luis se encargo de llenar por entero sus intestinos mientras la masturbaba.

-Amor –le dijo ella- estoy por correrme, ¿Quieres oír lo mojada que estoy? ¿Como suena?

-Si cariño por favor, déjame oírlo –Su voz sonaba desesperada, ansiosa de más.

Su cara cambio a viciosa totalmente, apoyo su cabeza en el brazo del sofá mientras una de sus manos boja a su coño y jugo con su clítoris, La otra la bajo hasta situarla cerca de su culo donde yo la estaba penetrando. Dejo el móvil allí para que se escuchase con claridad como nuestros cuerpos se golpeaban.

-¿Lo oyes cariño? –Grito ella cerca del orgasmo –¿Oyes que tan mojada estoy?

-Siiiiiiiiii –Por su voz diría que se estaba masturbando mientras sodomizaba a su novia.

-Amor voy a correrme tal y como estoy ahora –le informo –Ordéname que lo haga. Pídeme que me corra tal y como estoy ahora mismo.

-Cariño, si me quieres, córrete para mí –estaba convencido de que a él no le faltaba mucho tampoco para llegar –córrete tal y como estas ahora, disfrútalo.

-¡Dios mi amor, -tenía mi polla llenándole totalmente su agujero, sentía como sus dedos se introducían en su interior moviéndolos con fuerza, los notaba tocando mi polla a través de su coño –tendrías que ver como me voy a correr ahora mismo! ¡Si, si, si cariño me corroooo!

-Me encantas cariño, me encantas –La voz de Pedro denotaba una gran agitación sexual.

-Pedro, amor mío, ahora viene lo mejor ¿Me oyes? –Su novio emitió una débil afirmación –Aquí viene un gran orgasmo.

Me corrí, no aguante más, me costo mucho trabajo no gemir de placer ante el mejor culo del mundo.

-Me oyes cariño –le grito –estoy sintiendo ahora mismo el mejor orgasmo de mi vida, para lo que he nacido y vivo para sentir lo que ahora siento.

Sonreí, era una buena chica, mi puta. Saqué mi polla de su interior y me senté en el sofá. Ella se puso en el suelo de rodillas, sabía lo que quería, la había enseñado bien. Abrió su boca y empezó a chupar. Al teléfono los gemidos de su novio nos hacia ver que también había llegado al orgasmo.

-Joder cariño –Dijo Pedro -¿Quieres que vaya a casa a echarte un buen polvo?

No puedo amor –dijo mientras seguía chupando –en estos momentos estoy muy ocupada, no creo que pueda quedar hoy. Entiende que tengo que dedicarle tiempo a esto. ¿Además que querrías hacer?

-¡Joder –contesto él entre malhumorado y excitado –Pues follarte, estoy muy cachondo!

-Ya, seguro que quieres cogerme el culo –dijo mientras mantenía su mirada en mis ojos subiendo y bajando su lengua por mi pene –Apuesto a que te gustaría hacer lo mismo que Luis hizo a esa puta durante toda la noche.

-¡Si si si cariño, es justo lo que quiero!. –Dijo otra vez excitado

-Ja ja ja ja, -rió ella mientras seguía chupando –Amor, sabes que no me gusta el sabor en mi boca, y que mi culo no es una siquiera una opción, seguro que ni te acordaste de comprar preservativos como te pedí. Ya sabes que nada de nada sin eso.

-¡Joder cariño –Insistió frustrado –No seas asi!

Ella se separo de mi polla y acerco su cabeza al suelo mirándome.

-Amor, sabes que no soporto cuando te corres, me da asco –Saco la lengua y empezó a lamer el semen que había caído de dentro de ella –Si compras preservativos ya veremos, este fin de semana estaré muy ocupada, pero quizás la semana que viene si empiezas a trabajártelo de deje hacer algo.

-¡Joder trabajármelo!, –añadió con un tono malhumorado –¡Somos novios ni que tuviese que estar siempre comprándote flores!

Luis se inclinó le cogió el móvil de la mano y colgó. A ella le temblaron las manos, tenía los ojos vidriosos pero cuando le miro se encontró con su sonrisa, saco la lengua y le dio un lametón jugoso al instrumento de su chico como agradecimiento.

-¿Estas orgulloso de tu perrita? –Preguntó esperanzada.

La indiqué que se tumbase en el sofá, apoyó su cabeza en mis piernas y acaricié su pelo, con la mano que tenía libre cogí el mando y encendí la televisión. Unos dibujos cualquiera enseñaban sus aventuras, noté la humedad en mi pierna allí donde debería tener apoyados los ojos, acaricie sus mejillas mientras mirábamos sin ver imágenes en la pantalla, era demasiado temprano para estar despierto.

-Eres la mejor perrita que puedo soñar tener –musité.

La sentí sonreír mientras pasaban los minutos, mis manos acariciaban sus rizos. No la había mentido, pero durante un segundo sentí la necesidad de añadir algo mas, no solo era una perrita.

Una de mis manos se deslizo sobre sus caderas hasta esconderse en el hueco entre sus piernas. Moví juguetón los dedos volviéndola a humedecer mientras emitía un débil quejido como resistencia. Aquellas palabras se aparcaron a un lado en mi cerebro mientras mis dedos se hundían en ella y mi boca bajo para descansar entre sus labios.

Gracias por los votos y las sugerencias, siempre es una alegría leer vuestra opinión, ya sea buena o mala.

Como siempre mi dirección de mail Eclipsado2@hotmail.com esta abierta para cualquier petición o conversación tanto por carta como por msn. Gracias a todos mis lectores por vuestra aprobación a pesar de todo lo prohibido en mi lectura y disculpadme todos aquellos que mis palabras hayan ofendido u asustado. De momento apago la luz para que la sombra se disipe aunque dejo estas líneas para que guarden el recuerdo de que estuve aquí.