ARIEL - CAPITULO 05 - 3ra Parte
Finalizan las revelaciones de los famosos tres días.
CAPITULO 05 – Parte 03.
Andrea:
Jueves 10 de diciembre. Alrededor de las 4 AM.
¡RING! ¡RING! ¡RING!¡RIIIIIIINNNNNGGGG!
Oigo sonar el timbre de entrada de mi casa y me sobresalto de la cama. Miro la pantalla del celular y veo que son las 4:10 de la mañana. Me pregunto quién podrá ser a esta hora de la madrugada. Supuestamente no tendría que haber gente en las calles a estas horas, según lo que decretó el gobierno nacional por la pandemia eterna que estamos llevando gracias a las malas decisiones que tomo este gobierno. Agarro un paraguas por si acaso debo de defenderme y me acerco a la puerta de entrada tras salir de mi dormitorio. Miro por la ventana y veo que se trata de Gerardo. ¿Pero que hace a estas horas y encima en mi casa? ¿Habrá pasado algo grave con Cinthia o uno de sus hijos? Abro la puerta y…
“- Hola, Andrea. ¿Puedo pasar?”
“- ¿Gerardo?... Si… Pasa, pasa.” Al verle entrar, noto que tiene un semblante de haber tenido un día bastante difícil.
“- Damita. ¿Podría quedarme unas horas en tu casa? Igual no quiero importunarte. Si estás con alguien vuelvo en otro momento, solo que… necesito ver a una cara amiga, ahora mismo.”
“- No… No hay nadie conmigo en estos momentos. Estamos solos. ¿Pasa algo, cielo?”
“- Es largo de contar, damita. Si no te molesta prefiero contártelo por la mañana. Ahora no estoy muy bien y solo busco un sitio en donde poder caer muerto del cansancio que tengo.”
“- Bien. Tírate en el sofá. Ven. Ayúdame a dejártelo en condiciones.”
Luego de armar una cama improvisada en el sofá de la sala, Gerardo se acuesta y lo dejo solo en la oscuridad de la misma. Entro a mi habitación y me vuelvo a acostar.
¡Increíble! – pienso para mis adentros - ¡Siempre soñé con este día! El día que Gerardo, el amor de mi vida, estuviera durmiendo en mí mismo techo. Hubiera preferido que, en vez del sofá del living, estuviera en mi cama… pero eso sí sería un hermoso sueño. Al menos está en mi casa. El haberle escuchado llamarme por el sobrenombre que me puso hace años, me sorprendió enormemente. Hacía tiempo que no me llamaba así. La última vez que lo hizo fue ese día… El día que arruine todo entre nosotros. Hay veces que me pregunto como pude haber sido tan estúpida. El mismo día que había empezado una relación con él… voy a cagarla besándome con un chico de los que repartían tarjetas para entrar gratis al boliche de onda de esa época. El haber hecho eso fue el peor error de mi vida. Y uno que jamás me perdonaré. Y eso que solo fue un beso.
Si a mí me costó mucho esfuerzo y sacrificio que me volviese hablar con el tiempo, no me quiero imaginar si alguna mujer decide engañarlo teniendo sexo con un tercero. Esa mujer si que se puede despedir de él. Y de querer recuperarlo, tendrá que mover cielo, tierra y mar para encontrarle y recuperarlo… porque amiga mía… Si haces eso… el desaparecerá como si la misma realidad lo hubiera borrado para siempre de tu vida.
Gerardo para mí es una persona maravillosa. Un gran amigo al que le puedes confiar tu propia vida sabiendo que él estará ahí para lo que le necesites. Pero no trates de aprovecharte de su confianza, porque, si se da cuenta de que intentas eso, él te lo hará notar de la forma mas cruel. Será todo un santo, pero cuando le traicionas su confianza, ten por seguro que no querrás ver el resultado. Ni sus consecuencias. Gerardo en eso es como todo un leonino. Pero la forma que tiene él de devolverte esa traición, no es al momento. No… él te devolverá esa traición… pero cuando menos te lo esperes. Es muy paciente. A veces demasiado. Y muchas veces las personas que le han traicionado piensan erróneamente que pueden volverle a traicionar por esa pasividad que tiene antes de darte el golpe que te acabará. Jamás intentes en tratar de volver a lastimarle, porque a pesar de que parezca que no reaccionó a tu primera traición… amigo mío… no sabes con quien te has metido. Cuando le traicionas tenés que saber que se vuelve un león herido. Y el tratar de hacerle algo, estando herido, te podría salir caro.
Je. Me acuerdo de una vez que el vino a verme hace tiempo. En ese entonces ninguno de los dos estaba en pareja. El estaba teniendo un impasse con Cinthia y yo me había separado de mi pareja de ese entonces. Y salimos a tomar algo. Al regresar de esa salida yo no me sentía bien y terminé desmayándome ni bien entramos a mi casa. El todo preocupado me llevó a mi cama, me recostó. Me saco la ropa y me tapo con las sabanas y la frazada. Y no… no trató de aprovecharse. Igual de haberlo hecho, yo lo hubiera dejado propasarse. ¡Si estaba loca por él! Me tomó la temperatura y me acuerdo la cara de susto que tenía el pobre al ver la temperatura que tenía. Llamó a su casa y les dijo a sus padres que se quedaba en mi casa a cuidarme y esa, amigos míos, fue la mejor semana de toda mi vida. Teniendo a Gerardo como mi enfermero personal fue el mejor regalo que la vida me pudo dar. Es un encanto de persona. Muy responsable y atento. Algo intenso, eso sí. Si algo caracteriza a Gerardo es ese aire de intensidad que lo rodea en todas las cosas que hace. Siempre le dije que esa intensidad era tanto su punto débil, como su mas grande cualidad. Pero el la ve como una maldición.
Estando absorta en mis pensamientos tardo en darme cuenta de un sonido que viene de la sala en donde está Gerardo. Salgo de mi habitación y voy a verle. Cuando llego al lado de él, veo que unas lagrimas le caen por el rostro mientras duerme. En ese momento, al verle en ese estado, no puedo contenerme y le doy un beso en sus labios. Pero algo no me esperaba. En ese momento, Gerardo, aunque dormido, me abraza y devuelve el beso. Algo me dice que esta soñando con Cinthia. Bueno, dejemos que sueñe, mientras yo me beneficie de su beso. Pero no, no quiero solo un beso. Me separo de él y comienzo a desvestirlo. Hoy no te me escapas, Gerardo. Hoy no te me escapas.
Cinthia:
Jueves 10 de diciembre. Alrededor de las 8 AM.
Me despierto toda agitada tras haber tenido un sueño de lo más intenso. Jamás había tenido un sueño como el que tuve. No piensen mal, siempre tengo esta clase de sueños cuando pienso en mi marido, pero esta vez fue diferente. Por qué lo sentí como real. Como si mi cuerpo reaccionara al mismo sueño.
En eso me percato de una cosa. No estoy en mi casa. Sino en un sitio totalmente diferente. ¡Dios! ¡Cinthia… ¿Qué carajos hiciste?! Esta habitación es la que me ofreció Ariel para que me acueste un rato, pero… ¡No! ¿Por qué estoy desnuda?
Miro a mi costado y lo que veo es algo que no me esperaba. ¡Ariel mismo está al lado mío...! ¡y desnudo...! y yo.... ¡DIOS! ¡NO! ¡QUÉ NO SEA CIERTO LO QUE VEN MIS OJOS! Me veo totalmente desnuda y sobre un charco de mis mismos flujos... entonces.... ¡NO! ¡IMPOSIBLE! ¡¿QUÉ HICE?!
Comienzo a despertar a Ariel y en cuanto él se despierta le pregunto qué… ¿Qué carajos hace desnudo y al lado mío?… y más que nada…. ¿Por qué carajos estoy desnuda?
¡Su respuesta me descoloca totalmente! Me dice que él escuchó unos llantos y en cuanto entró al cuarto luego de estar media hora tratando de abrir la puerta, me encontró en un estado de desesperación. El trato de contenerme y una cosa llevo a la otra y terminamos teniendo sexo. También me dice que lo disfruté mucho ya que me había chorreado muy copiosamente. Y si… debió de haber sido un buen polvo… ya que el mismo charco en el que estoy encima lo confirma. Y para dejar como confirmado me muestra un video en donde me veo siendo penetrada por él y yo con cara de estar disfrutando del acto sexual. Un video que él se encargó de filmar con su celular. Horrorizada por todo lo que me contó Ariel, le dije de todo, me cambié como pude y Sali de aquel departamento toda nerviosa y llorando por lo que le había hecho a mi marido. Me tomé el primer micro que vi aparecer a la salida del edificio de Ariel y por suerte era uno que me dejó en el centro de la localidad de Caseros.
Ni bien bajé del mismo micro, corrí a la casa de mi madre, el sitio al que debí de ir en un principio. ¡Tonta, Cinthia! ¡Eres una Tonta! ¿Cómo podrás ver a la cara a tu marido ahora? ¡Lo hiciste un cornudo! ¡Justo lo que le habías prometido que jamás le harías! ¡Soy una mierda!
Llego a la casa de mi mamá y toco el timbre desesperada. Mi madre me abre la puerta y al verle termino por desmayarme ahí mismo. Lo último que recuerdo es despertar en la que fue mi habitación de adolescente cuando vivía en esta casa. Y para dejar las cosas mas extrañas… al parecer dormí casi todo un día entero. ¡Ya estamos en viernes!
Viernes 11 de diciembre de 2020. Al Mediodía.
“- Y eso fue todo lo que pasó.” – le termino de contar toda la historia de como engañe a Gerardo a mi madre y espero su opinión.
“- Y de seguro esperas que te consuele por lo que hiciste, ¿no? Mira, Cinthia, te lo vuelvo a repetir, en este momento me importa poco que seas mi hija. Cometiste un error muy grande. ¡TENES CASI 40 AÑOS, NIÑA! ¿¡CÓMO SE TE PUDO PASAR POR LA CABEZA QUE EL IR A LA CASA DE UNA PERSONA QUE CONOCISTE POR LAS REDES SOCIALES ERA LO INDICADO?! ¿¡ESTAS LOCA!? ¡PERDONA QUE TE GRITE, PERO REALMENTE, ¡MI NIÑA… SI QUE COMETISTE UN ERROR GARRAFAL!”
“- Lo sé, mamá… lo sé. Pero ahora tengo esta culpa que me recorre todo el cuerpo y no sé cómo afrontarla. Me siento sucia. Traicione a Gerardo. A mi marido. Al padre de mis hijos. A mi mejor amigo. Al amor de mi vida. Me siento una mierda de mujer, ahora.”
“- Bueno, lo mejor será que te quedes por hoy acá. Ya mañana vuelves a tu casa… ¡Y por el amor de dios… Desbloquea a Gerardo de todos lados! Ayer, mientras dormías, él llamó preguntando por ti… ¡Le dije que estabas durmiendo y que lo mejor era dejar pasar un tiempo prudencial sin saber cómo venían los tiros! ¡Ahora lo se! ¡Veo que hice bien en decir eso! Ya mañana hablaras con él y verás como siguen adelante. Ahora vete a dar una ducha. ¡Apestas a alcohol!
Continuara…
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La continuación de esta historia culmina en Pamela - Capitulo 6 publicado en mi viejo perfil de SAN. Para entender el próximo capitulo de Ariel deberán de haber leído el sexto capitulo de Pamela. Lo siento, pero van a tener que refrescar viejos escritos. :P