Ariel - capítulo 03
Tras un chateo que mantiene con Gerardo, usando el perfil de Pamela, Cinthia se bajonea y comienza a darle espacio a Ariel.
**ARIEL
– CAPITULO 03**
Domingo 06 de diciembre de 2020.
Este domingo fue un día de lo más interesante. Tras el baño que nos dimos Gerardo y yo, en donde tuvimos un muy rico sexo, con muchos mimos y besos apasionados y románticos, fuimos a desayunar y obviamente, como había venido pasando últimamente, hubo un pequeño chateo entre mi alter ego y mi marido. En ese chateo finalmente hago que él me diga un día para que se encuentre con Pamela. Tras cortar ese chat, habló con mi marido sobre las cosas que hay que hacer y hacemos una lista con lo que hay que comprar en el supermercado.
Luego, Gerardo sale al patio para cortar el pasto y a mi me suena el celular. Al verlo veo que es Ariel en el WhatsApp. Las conversaciones con él se habían vuelto algo muy habitual para este momento. Siempre empezaba él con la misma frase trillada: "- ¿Podes hablar? ¿No está tu marido cerca? ¿Se puede o estás ocupada?" Y siempre le respondía yo "- ¡No! Lo sabés bien. Él, en este momento, está jugando con sus amigos de hermandad en el World of Warcraft. Podemos hablar lo más bien por un par de horas."
La conversación de hoy no fue diferente de las demás. Siempre rondaba el límite de hacerla una conversación de sexting en cualquier momento. Pero jamás llegábamos a tanto. Lo que sí, nuestras conversaciones siempre rondaban en los mismos temas, una y otra y otra y.… otra vez. Y a mí, en lo personal, ya me estaba cansando de que siempre sean conversaciones monotemáticas. Esa es la gran diferencia con Gerardo.
Con Gerardo podés charlar de todo. Él te va llevando desde el tema más estúpido, pasando por todo tipo de tópicos, y eso incluye, obviamente, el sexting, para luego volver a hablar lo más normal de cualquier otro tema que no tiene nada que ver con eso. Y lo del sexting... bueno, lo del sexting, solo digamos que una vez que tocaba ese tema y volvía luego a hablar de nimiedades... era como... ¿cómo decirlo?... Haz de cuenta como que jamás tuviste una conversación haciendo sexting con él. La verdad... no se si me explique bien. El sexting que hace Gerardo, como decirlo sin sonar mal, es un sexting tirando para el romanticismo. En las conversaciones que yo tenía con otros hombres, éstos decían todo de una forma que te hacia sentir vulgar, sucia… pero Gerardo, no. Él, te va llevando a que experimentes todo tipo de sensaciones y al final de todo, terminás satisfecha. Te dan ganas de tocarte con él.
Con los demás, yo me reía de lo que escribían en relación a lo que me harían. No me movían nada. Pero Gerardo, cuando hicimos sexting una vez usando nuestros perfiles reales, fue diferente. Aunque yo conozco a mi marido y él me conoce a mí, y conocemos lo que nos motiva para darnos placer mutuamente, esa vez que hicimos sexting el uno con el otro fue algo diferente. Supo expresar en palabras las cosas que hacíamos en la práctica de tal manera que me dieron ganas de tocarme.
Me acuerdo que una vez hablé de esto con él, y me dijo que en la mayoría de las veces que hacía sexting el no se tocaba para nada. No importa lo que le dijeran o hicieran las demás mujeres. A el no se le movía nada. Llegué a preguntarle si era un gay reprimido. ¡DIOS! ¡En ese momento sí que se molestó! Pero se le pasó rápido el enojo conmigo y terminó diciéndome que no se le movía nada por que las cosas que le decían eran muy vulgares. Solo se tocó con una mujer, eso si me lo dijo. Pero no me dijo quien fue la que había logrado hacer que él se tocara.
¡Increíble! Núnca sabré como lo hacía mi marido. Pero al final de cualquier conversación con él, las mujeres con las que hablaba, estaban mejor anímicamente.
Cuando empecé a usar el perfil falso de Pamela, fue para darle un escarmiento a Gerardo. Aunque nuestra mentalidad había tenído muchos cambios, algunos buenos y otros malos, mis celos extremos siempre estuvieron presentes. Y fue por ellos que cree el perfil. Tras lo que pasó la última semana esta que pasó, con esa "puta" de María, tenía que comprobar algo... y no se me ocurrió mejor manera que crear a Pamela.
Tenía que probarlo. Que todo lo que me decía Gerardo era cierto, y no una mentira para tenerme contenta y tranquila.
Pero... sucedió lo que sucedió con María.... y todos los demonios internos míos salieron a la luz. Lo primero que hice antes de crear el perfil de Pamela, fue contactar a Ariel mediante el WhatsApp... Si, se lo que dirán. Con Gerardo habíamos puesto un límite importante. ¡No meter a nadie en el WhatsApp! ¡Ese era el límite! Y yo lo rompí para darle su merecido a mi marido. Un muy buen merecido, tras haber descubierto que él había puesto a María, bajo otro nombre, en el WhatsApp de él. Y si... el haber metido a Ariel en mi WhatsApp se volvería un grave error, y en unos días, me daría cuenta de que tan grande resultaría ser, ese error. Y lo segundo... ya lo saben... ¡La creación de Pamela!
La conversación con Ariel fue más de lo mismo. Siempre rondaba en lo mismo. Las cosas que le gustaba hacer en el terreno sexual. Y obviamente, yo le respondía diciéndole mis cosas. Pasamos como hora y media chateando en el WhatsApp hasta que nos despedimos y me fui a buscar a mi marido para ir al supermercado, antes de que cerrará.
Pasamos toda la tarde haciendo las compras, yendo a comer al patio de comidas algo y vuelta a hacer las compras restantes y obviamente, aproveche para charlar de varios temas con él. Entre los temas que tocamos obviamente estuvo el tema de Pamela. Y si, el me confirma que, efectivamente, encontró en ella algo así como una amiga con la cual podía hablar de lo que sea. Que la ve con ojos como de amistad y que no me preocupe por nada. Y si, en ningún momento la nombra como Pamela, pero me doy cuenta que es de ella de quien habla. De ese perfil falso que creé. Luego, el me hace la misma pregunta que le hice y con la cual me contó de Pamela y si… le respondo que también estoy hablando con alguien. Pero no le digo el nombre de la persona. Le cuento que esta persona me ha contado algo de su vida y que me sacó muchas dudas acerca de lo que le había propuesto sobre los tríos y el intercambio de pareja. También le digo que las charlas que mantengo con esta persona son de lo más interesantes, pero no le doy muchos detalles, lo que hace que me pregunte sobre ellas. Sin darle mucho detalle le comento por arriba alguna que otra charla y le digo que no se tiene que preocupar nada, que en otro momento le voy a contar bien de que tratan. Y si, me acobardé en decirle la verdad sobre esas charlas, pero la razón es que, aunque conozco a mi marido y sé que no le daría demasiada importancia, también podría salirme el tiro para el otro lado y que eso que creía no fuera tan cierto y se enojará conmigo malinterpretando todo. Y si eso llegaba a pasar. No se de lo que sería capaz Gerardo.
Al llegar a nuestra casa, me dirijo a donde deje cargando mi celular y veo que tengo un mensaje de Ariel en el WhatsApp. Solo una pregunta. Igualmente me pongo nerviosa, pero veo irse a Gerardo a donde esta la computadora y se me pasa ese susto inicial. Comienzo a sacar las cosas que compramos con Gerardo y las comienzo a limpiar usando alcohol. Esto de la pandemia en mi país ya se extendió demasiado. Mientras ordeno las cosas compradas le mando un mensaje con el perfil de Pamela a mi esposo. La conversación iba viento en popa. Hablábamos de todo. Hasta que hice esa pregunta. Hoy maldigo el día que se la hice, pero bueno, en ese momento no sabía lo que me iba a afectar. Y si, cuando cree el perfil de Pamela sabía que tarde o temprano me podía quemar con fuego… y sí que lo hice en ese momento. El leer la respuesta de Gerardo sobre lo que opinaba de mí, sobre sus sentimientos hacia mí, su esposa. Y como él le había dicho a Pamela que era separado, siguió en ese papel, y lo que escribió me hizo mierda. Una cosa es cuando ves los chats de tu marido con otras mujeres y una cosa muy diferente es que vos seas una de esas mujeres y leas en primera mano el momento en que escribe lo que escribe. Y eso que escribió, aunque concordaba con la mentira que le había dicho a Pamela, era muy devastador de leer. Si, fue muy correcto y honesto con la historia inventada de una difícil separación, pero era un relato muy duro. Y me puso mal, muy Mal anímicamente. Corto la comunicación con Gerardo y veo que por el WhatsApp tengo aún el mensaje de Ariel viejo y otro nuevo. Le respondo y comenzamos a chatear. La conversación que mantengo con él me distrajo mucho de lo que había chateado con mi marido. Por primera vez me sentí a gusto chateando con Ariel. Siempre que lo hacía sentía nervios, pero ahora ya no. Estuve muy entretenida hablando de muchas cosas. Y si, por primera vez no hablábamos de cosas sexuales. Me preguntó sobre si me pasaba algo por que me sentía rara en las respuestas y le comento sobre los problemas que habían surgido con mi marido ese día, pero sin darle mucho detalle, ni tampoco de que era mi marido la persona con la que había tenido problemas, sino que era un amigo. El trata de consolarme y lo logra.
Todo iba bien y parecía ser que iba a ser otra noche más del montón, hasta que Ariel soltó algo que no me esperaba...
Ariel: -Che, Cinthia... Te hago una pregunta... ¿Cómo son tus fantasías sexuales? ¿Qué te gusta que te hagan?
Obviamente que esa pregunta me sorprendió de sobremanera. Y ya que estamos, él en muchas oportunidades intentó averiguar cosas sobre mí. Y siempre acabábamos igual... cuando se ponía muy insistente, le cortaba todo de raíz saliéndome del WhatsApp. Para luego dirigirme a donde mi marido y decirle de irnos juntos a dormir y a hacer cualquier otra cosita picaresca. Si saben a lo que me refiero, ¿no? Pero no sé por qué, pero creo que fue a raíz de la misma conversación que habíamos estado manteniendo decidí responder esa pregunta...
Cinthia: - Pues, en lo referente a fantasías sexuales se refiere me gustan las cosas típicas. Lo que si no haría jamás sería lo de la lluvia dorada, entre otras cosas que me parecen repulsivas.
Y justo en ese momento, parece que toqué algo en Ariel, porque al escuchar lo de la lluvia dorada comenzó a ponerse muy excitado...
Ariel: - ¡Espera! ¿Me estás diciendo que no permitirías que te meen encima? Pero... si alguien te lo pide... ¿Lo mearías vos?
Cinthia: - ¿Eh? No me digas que... ¡¿TE EXCITA QUE TE HAGAN PIS ENCIMA??!!
Ariel: - Pues, jamás me lo propuse, pero es algo que estaría dispuesto a hacer ya que me llama la atención todo eso. Y si... seamos honestos.... es algo que si estaría dispuesto a que me lo hagan. Me dejaría mear.
De repente se me cruzó una imagen de él, de Ariel, en su trabajo, recolectando papagayos llenos de orina y haciéndose un baño de meo con ellos. Estuve tentada a hacerle una broma en relación a esa imagen que se me cruzó, pero decidí no hacerlo. A ver si se enojaba.
Estaba riéndome de mi ocurrencia cuando no me percate de que se acercaba Gerardo a buscar algo a la cocina. Automáticamente cierro el WhatsApp en el momento en que mi esposo pasa por atrás mío. Obviamente a Gerardo no le pasó desapercibida esa acción y me pregunto que qué estaba haciendo y yo... como otras veces... le volví a mentir. La verdad no sé por qué lo hacía, si él también lo hizo a lo largo de estos más de 20 años que lo conozco. Pero si, debo de ser honesta, la adrenalina de hacer algo indebido es algo atrayente. Puede ser que por eso le mentí a Gerardo cuando quiso indagar sobre lo que hacía. Le dije, obviamente, que estaba cerrando la aplicación de la red social... y el inocentemente me lo creyó. ¡O eso quiero creer yo!
Obviamente mi marido me pregunta sobre mi estado de ánimo, porque ve una lagrima seca en mi rostro y también le cuento la misma historia que le conté a Ariel. Gerardo se pone mal y trata de consolarme como Ariel lo hizo antes de él, pero por primera vez no logra su cometido. Yo algo bajoneada le digo que me voy a acostar un rato y que les haga la comida a los chicos.
Me encamino a la escalera y veo que Gerardo regresa a la computadora a seguir con la subida de nivel de sus personajes del World of Warcraft. Le digo que no se olvide de la comida de los chicos y me voy a la cama.
Mientras estoy tratando de tranquilizarme veo que Ariel se vuelve a comunicar conmigo por el WhatsApp, y comienzo a charlar con él, otra vez.
Ariel: - ¿Te fuiste?
Cinthia: - Algo así. Justo pasaba mi marido y tuve que cerrar el WhatsApp, pero ahora estoy en la cama y podemos charlar lo más bien, sin problemas.
Ariel: - ¿Te estoy metiendo en problemas? Porque te dije que no quería ocasionarte problema alguno.
Cinthia: - No te preocupes. No ocasionas ningún problema que pueda arreglar, ¿Ok? Continuemos con lo que estábamos.
Ariel: - Bien. ¿Eres de mojarte mucho cuando te excitas, Cinthia?
Cinthia: - ¿Eh? ¿Pero qué clase de pregunta me hacés?
Ariel: - Una normal. ¿O acaso es demasiado para vos el tener que responderla?
Cinthia: - Para nada. Y sí, soy de mojarme mucho, y por eso me siento algo cohibida cuando me pasa.
Ariel: - ¿¡QUÉEEEEEE!? ¡¿EN SERIO?! ¿SOS DE MOJARTE MUCHO? ¡DIOS! ¡SI SUPIERAS!
Cinthia: - ¿?
Ariel: - Cuando un hombre esta con una mujer y esta acaba de una forma muy abundante hace que la autoestima de éste se infle bastante. A nosotros, aunque hablo yo, pero creo que si, a los hombres en general, nos fascina que una mujer acabe abundantemente. ¿No lo sabías? ¿Acaso tu marido no te lo hizo saber?
Cinthia: - Si, en muchas oportunidades, pero yo... siempre... me cohibía por eso.
Ariel: - Pues no lo hagas. ¡Disfruta de eso! Yo en cambio... sí tengo un problema... pero no le doy mucha importancia... ¿Te puedo hacer una pregunta personal?
Cinthia: - ¿No que estábamos hablando de cosas personales? Pregunta... dale.
Ariel: - ¿Sos asquerosita? Digo... si te cuento algo... no te asustes, ¿Sí?
Cinthia: - Ok.
Ariel: - Cuando me excito tiendo a mojarme mucho también.
Cinthia: - ¿Cómo es eso?
Ariel: - Si, no como un chorro, sino como gotitas, y bien constantes.
Cinthia: - Entonces... Es como... ¿qué te sudara el pene.
Ariel: ¡¿AAAAHHH?! Bueno... es una forma de decirlo... sí, algo así. Creo que mejor te muestro... ahora te mando un pequeño video a tu mail.
De repente me llega un mail de Ariel. Lo abro y veo un video en donde se ve como de la punta del pene, que está en el video, salen gotas y gotas de líquido pre-seminal.
Ariel: - ¿Te llegó? ¿Cinthia? ¿Estás ahí?
Cinthia: -Si, acá estoy... Y si, ya ví tu video. ¿Y eso no te molesta en absoluto?
Ariel: - Al principio, sí. Pero luego ya no. Cin... te propongo un juego...
Cinthia: - ¿Qué juego?
Ariel: - Un juego de suposiciones... ¿Qué dices?
Cinthia: - No me fio de vos. Algo estas buscando.
Ariel: - No, nada... solo charlar. Bueno... supongamos que nos encontramos vos y yo... ¿qué me harías?
Cinthia: - mmmmm. Pues a vos nada. No te conozco y encima de hacer algo, lo haría con mi esposo. No con vos. Si no tenes otra pregunta que hacerme sobre otros temas hasta acá quedamos hoy... ¡¡¡CHAU!!!
Salgo del WhatsApp y me voy a buscar a Gerardo para irnos a dormir y a tener algo de acción. Debo admitir que esa conversación con Ariel despertó algo en mi interior y quiero que mi marido me calme eso que se despertó. Pero, justo cuando estoy lista para ir a buscarle abajo, sale una notificación de la aplicación de la red social. Se trataba de mi marido mandándole un mensaje a Pamela.
Al ver ese mensaje se me hizo un nudo en el estómago, pero decidí responderle y volvimos a chatear él y yo. Esta vez fue diferente. Fue una conversación bastante picante. Y si, yo ya venía estimulada por la conversación que había mantenido con Ariel.
Comenzamos con cosas triviales y conforme paso el tiempo la conversación derivo en cosas subidas de tono. Por primera vez estaba sintiendo algo raro en mi hablando con mi marido de esta forma. Me parece cómico en algunos momentos ya que él está en la cocina haciendo la cocina y escucho a mi hijo deambulando por toda la casa. Se que las cosas que pone no son ciertas ya que, de hacerlas reales, válgame dios… Uno de nuestros hijos lo vería desnudo y tocándosela cuando pasase por la cocina. Jajajajajajaja. Bueno, siguiendo con el tema. Hay un momento en que el inocentemente como que me pide una foto. Yo trato de hacer que me mande una suya también. Pero él se mantiene reacio a mandármela. Por mi parte empiezo a revisar páginas de internet sobre operaciones de pechos y encuentro una foto que podría mandarle a él. Le hago un screenshot a la misma y se la mandó. La respuesta por parte de él no se hace esperar, elogia esos pechos como si fueran los de Pamela. Me pone algo celosa, porque dice algo que me molesta un poco. Sobre el tamaño de los pezones de los pechos femeninos. Vuelvo a tomar coraje de algún lado y continúo conversando con él. Trato de tentarlo para que se vea con Pamela, pero él no da el pie a torcer, sigue con lo de que el miércoles la quiere ver. Al menos debo admitir que se mantiene en su palabra del día para vernos. De repente veo que me manda que debe de cortar por algo que pasa con su hermana. Obviamente que me pone curiosa sobre ese modo de escaparse de una conversación, pero bueno, allá él. La conversación se había vuelto un tanto subida de tono y había que terminarla de alguna manera. Menos mal que la hizo el de la forma que lo hizo. Tras un tiempo que no recibo noticia alguna por parte suya, lo contacto nuevamente y él me dice que su hermana finalmente tiene Coronavirus. La verdad era que el que tenía el coronavirus era el marido de su hermana, ella fue un caso de supuesto coronavirus. Tras mandarle a Pamela un “-Te quiero.” que me descolocó, se marcha de la red social y lo oigo subir a la pieza. Me pide de ir a bañarnos juntos, lo cual acepto y nos metemos en la ducha. Ahí, el trata de levantarme los ánimos, otra vez. Y milagrosamente... ¡Lo consigue, ahora!
Tras ese baño nos dormimos abrazados
.
Continuara…