Ariel - capitulo 02

Se revela parte del pasado de la pareja de Gerardo y Cinthia.

ARIEL – CAPITULO 02

Jueves 26 de noviembre de 2020.

Esa mañana tuve una discusión muy fuerte con mi marido. Pero fue por una pelotudez. Nada importante. Pero si, fue fuerte. Decidí salir de mi casa para airearme un poco y me fui a la casa de mi prima. Pasamos un día de lo más interesante en donde pude recordar muchas cosas vividas a lo largo de todos estos años. Desde épocas con mucha alegría y felicidad, como así también épocas demasiado oscuras. Entre las épocas oscuras recordé la misma en que Gerardo, agobiado por todos los problemas que había tenido en ese maldito negocio de computación que tenía con mi hermano, se metiera a chatear con esa mexicana de Durango.

Cuando descubrí esos chats fueron como una punzada directo a mi corazón. Las cosas que hablaban en ellos. El día de hoy entiendo que ya desde esa época él había tenido estrategias para chatear, y aunque al principio no quería nada romántico, muchas veces, las mismas mujeres se confundían y provocaban las situaciones que hacían que desconfiara de mi marido. Bueno, eso y que Gerardo no hacía nada para solucionar ese tema. Es más, les seguía el juego.

Pero esa mexicana… no se… había algo en ella que le llamó mucho la atención a mi marido. Esos chats eran como si se entendieran ambos a la perfección. Ella en ese entonces había terminado la escuela secundaria e iba a ir a una universidad al año siguiente. Bueno, esos datos los sé porque, justamente, le había espiado los chats a mi marido en esa época. También me entere que sufría de algo que hacía que fuera al hospital cada cierto tiempo a darse un suero... o algo así. Eso si no lo entendí muy bien. Pero lejos de todos esos datos, los chats que mantenía con mi marido, parecían más de dos personas en una relación de novios, que una relación normal. El llego a decirle que se había casado conmigo porque me había quedado embarazada de nuestro primer hijo, solo por eso. El leer esa oración, me acuerdo que me hizo pedazos. También, le relato todos los problemas que tenía y como recibía ataques de todos lados, y que no veía la hora de alejarse de todo eso. Y justo en ese momento del chat, ella le invito a su país, para la época en que era su baile de graduación, le había pedido que la acompañara como su pareja de baile... y él como que medio aceptó esa invitación. Jamás fue, pero creo que, de haber tenido los medios, de seguro lo habría hecho. Y esa incertidumbre es la que hizo que desconfiara hasta la actualidad de mi marido.

Los chats que mantenía con esa chica conforme iba leyéndolos me decían lo mal que la estaba pasando mi marido con todos esos problemas que habían ido apareciendo a lo largo de los años.

Fue gracias a esos chats que pude conocer las cosas que tuvo que soportar Gerardo en silencio. Me pregunté muchas veces, que por que jamás me lo había comentado a mi… que era la esposa después de todo… y si a una desconocida de una red social. Pero creo, hoy en día, que se debe a eso… a que él sentía una comodidad en relatar sus problemas a alguien que fuera un total extraño, total no habría forma de que lo juzgaran, ya que para la otra persona también mi marido era un extraño. Si lo hubiera hablado conmigo o con alguien más del entorno, a lo mejor se hubiera cerrado o sencillamente hubiera omitido algún dato que fuera de importancia. Pero… al descargar toda esa frustración que tenía y sentía con una persona extraña, podía decir todo lo que le pasaba sin problema alguno. Y lo peor, esta persona le entendía, ya que también estaba pasando por algo similar.

Cuando me acuerdo como termino todo este tema… ¡Dios! Terminamos internándolo en un hospital psiquiátrico a Gerardo.

Es el día de hoy que creo que, aunque diga que me ama y que entiende por que hicimos lo que hicimos en esa época, aún mantiene algo de rencor hacia todos los involucrados. Principalmente hacia sus padres y hacia mí. Primero, soportó un mes de internación, luego una semana en casa de sus padres, ya que no podía mantenerlo en nuestra casa, por los niños. Y luego… por una pelea que había mantenido con su hermana, la cual fue provocada por ella a la semana de estar allí, tuvo que volver a ser internado por otro largo mes. Y si... esa segunda internación sí que fue injustificada, y fue la que definió mi relación desde entonces con él… y la relación que mantiene con sus padres y hermana también. Se sintió traicionado por todos lados. Y no lo culpo. Lo entiendo.

Luego de esa segunda internación, tuvo que soportar todo un año de vivir solo en un departamento, y solo los fines de semana tenía el permiso de los profesionales para estar en nuestra casa visitándome a mí y a nuestros hijos. Y luego, de regreso a ese departamento solitario.

Tras todo ese año infernal, en donde él iba de su departamento, al nuestro... y viceversa, decidimos ambos que volviésemos a vivir juntos y así es como Gerardo volvió, finalmente, conmigo y con los niños. Pero las cosas ya no eran como antes. Aunque él había cambiado en su modo de hacer las cosas, algo se había apagado en su persona. Y es el día de hoy que siento eso mismo en él Gerardo actual. Algo le falta. Algo que perdió en esas internaciones. Me gustaría saber que es, así podría hacer algo al menos. Pero el insiste en dejar atrás esa época.

Jamás, pero jamás le pregunten sobre ese tema a Gerardo. O se cerrara automáticamente y te echara de su vida. Si quieres saber sobre su época de internación tienes que ser lo suficientemente inteligente para guiar la conversación sin que él sepa que está siendo dirigido a ese tema. Hazle creer que él es el que lo sacó, o jamás podrás sacarle nada del mismo.

Antes de que me juzguen entiendan una cosa. Las cosas con Gerardo llegaron a un punto en que, como dice el refrán, que fue primero, si el huevo o la gallina, eran insostenibles. Llego a un punto en que no se sabía cómo había iniciado todo el problema. Por un lado, Gerardo tenía discusiones constantes con sus padres, que no le permitían concentrarse en su laburo. Por el otro, el mismo laburo que tenía con mi hermano, que le quitaba tiempo que podía usar para estar conmigo. Y, por otro lado, las mismas discusiones que manteníamos nosotros por todas las cosas que vivíamos en esa época. Todo ese cocktail de situaciones hicieron que él se metiera en ese mundo de las redes sociales y los juegos de rol en línea multijugador. Y llego hasta un punto en que eso, también provocaba discusiones con todo el mundo. Y esas discusiones hacían que él se metiera más y más en ese mundo virtual. Y bueno… llegamos al punto en que ya no se podía diferenciar nada. Y Gerardo fue el que se vió afectado por todo eso. E indirectamente toda la familia. Por eso una psicóloga que mi marido iba en esa época, nos convocó a sus padres y a mí para decidir qué camino seguir y nos recomendó que lo internemos, ya que tras todos esos problemas que habían surgido, Gerardo estaba teniendo una descompensación psíquica muy grave. Y bueno, eso hicimos. No sé si fue la mejor solución, pero en ese momento pareció la más acertada y la única.

Creo muy sinceramente ahora que para Gerardo sí que fue una traición. Y una muy grande. Sus propios padres y su esposa, confabulando para meterlo en un hospital psiquiátrico. Ese debió de haber sido su pensamiento ante ese futuro incierto.

En esa época eso, era estigmatizante. Y aunque hoy en día cambiaron muchas cosas, aún hay mucha gente que sigue pensando como en ese entonces. ¡Y seamos honestos! La sociedad siempre vió con malos ojos a las personas que eran internadas en los hospitales psiquiátricos. Si tenías en tu pasado una sola internación por problemas psiquiátricos, te aislaban y te volvían un paria de la sociedad. Y el haber estado dos veces internado se volvió un estigma para Gerardo, desde entonces. Un estigma que por más que él diga que no le afecta, sí que le afecta. ¡Y mucho! Él no lo dirá jamás, pero creo que, aunque estemos juntos hasta que nos muramos de viejos, él nos odiará muy en el fondo a todos. Él dice que conmigo entendió todo del por qué tomé la decisión que tomé con relación a él y todo su problema, y que me perdonó hace tiempo, pero yo aun mantengo una enorme duda sobre eso. Pero si… se nota muy bien el resentimiento que le quedó hacia sus padres y hermana desde entonces.

Aunque con su padre sigue manteniendo una relación buena, se nota que aún posee algo de ese resentimiento por lo que decidieron hacer con él. El caso con su madre y hermana es diferente. Con su madre, jamás podrán estar juntos sin arrojarse los platos por las cabezas. Aunque él la quiera, y mucho, hay algo que siempre hace que terminen discutiendo… y muy fuerte, al punto que ella le recrimina cosas siempre que discuten. ¡Llego a decirle que debería de estar agradecido de que lo hayan adoptado a él y a su hermana ya que los sacaron de un lugar de mierda para llevarlos con ellos, en lugar de estar quejándose tanto! Ahora me pregunto… ¿Quién en su sano juicio le diría algo así a un hijo? Sobre todo, ¡a uno que es adoptado! Y su hermana… se podría hacer un libro de más de 1000 páginas sobre la relación que tiene con su melliza. ¡Una relación más complicada no puede haber en la historia de este mundo! Gerardo la quiere, eso se nota, pero no puede estar cerca de ella. Valeria le hizo mucho daño a Gerardo a lo largo de su vida. Siempre en competencia con él. Siempre con esos celos de mierda. Esa envidia. Cosa que tenía Gerardo, cosa que ella quería también.

Es el día de hoy que creo que él se siente más liberado de todo eso, y siente que ya no le puede afectar más. Pero, yo sé que muy en el fondo, él quiere alejarse de todo eso. De todo lo que le hizo daño alguna vez. Irse lejos, muy lejos, a algún sitio en donde nadie lo conozca y pueda empezar de cero.

Tras pasar un día de lo más revelador con mi prima regresé a mi casa junto a mi marido y mis hijos.

Las cosas ya se habían tranquilizado y pudimos llegar a un entendimiento por la discusión de la mañana.

El resto de la tarde pasó sin sobresaltos ni nada. Gerardo y yo mantuvimos una sesión de sexo bastante interesante y estuvimos todo lo que faltaba, y hasta la noche conversando de nimiedades.

Luego, él fue a comprar las cosas para la cena, preparamos juntos la misma y comimos. Luego, él se dirigió hacia la computadora a juntarse con sus compañeros de hermandad, para hacer alguna que otra cosa en ese juego que juega tanto y que yo no entenderé jamás que es lo atrayente del mismo. Qué es lo que hace que muchas personas a lo largo del mundo estén tan fanatizadas. ¡El World of Warcraft! ¡Jamás entenderé ese fanatismo que le tienen a ese juego y me gustaría que alguna vez alguien me explicara eso!

Bueno, yo estaba lo más tranquila, viendo la televisión mientras comía una fruta, cuando de repente veo una notificación de la red social. La abro y veo que es de Ariel. Menos mal que veo su mensaje, quería sacarme, desde hace unos días, una duda que me había surgido. Entro al mismo chat y veo un hola de su parte, el cual le devuelvo.

Ariel: - Hola, ¿podes charlar? ¿o estas ocupada? No quiero molestarte.

Cinthia: - No. Acá estoy. ¡Qué bien que me escribís! Justo estaba pensando en escribirte algo.

Ariel: - ¿Ah, sí? ¿Qué querías decirme?

Cinthia: - Vos me preguntaste sobre lo que andaba buscando en esta red social con mi pareja. ¿Acaso vos hiciste algo de tríos o intercambio de parejas?

Ariel: - ¡Ah, mira vos con la chica! La respuesta a esa pregunta es… ¡Si! Tuve experiencias de tríos, pero no en intercambios de parejas. ¿Qué querés saber acerca de eso?

Cinthia: - Mas que nada tengo curiosidad sobre ese asunto. Pero quería preguntarte antes… ¿Siempre que tuviste esas experiencias… eran con dos mujeres, o también era con un hombre y una mujer?

Ariel: - No, las pocas veces que hice eso, fueron siempre con dos mujeres. Veo que te picó la curiosidad.

Cinthia: - Un poco, sí. Lo que pasa es que soy muy celosa.

Ariel: - ¿Y él? ¿Cómo es tu marido?

Cinthia: - También tiene las mismas dudas. Y es un poco celoso.

Ariel: - Bueno, primero lo primero. Olvídate de los celos. Para este tipo de cosas los celos quedan descartados. Tenes que ser de mente abierta. ¿Algo más?

Cinthia: - Si, también está que no sé hasta donde podría llegar con una mujer. No sé si te dije, pero de hacer un trio, yo lo haría con un hombre y una mujer.

Ariel: - Buueeenoo... Si queres te puedo ayudar en eso. Yo podría ser ese hombre. ¡Eso, si vos querés! Tu marido no tiene por qué enterarse, obvio.

Cinthia: - ¡¿ESTÁS LOCO?! De hacerlo con un hombre sería con mi marido. No te pases o dejamos todo acá.

Ariel: - Está bien, está bien. ¡No te enojes! ¡Dios! ¡Si que tienes temperamento!

Cinthia: - Mmmm. Sigo, te decía que no sé hasta donde llegaría con una mujer. No sé si me atrevería a chuparle la vagina. O dejar que ella lo haga conmigo.

Ariel: - A ver. Vamos por partes. Está bien que tengas esas dudas. Pero te digo que cuando llegue el momento no vas a pensar en eso. Con la calentura que vas a tener vas a ver que todo eso queda en un segundo plano y lo que vos queres que te hagan, lo vas a terminar haciendo también.

Cinthia: - Ok.

Ariel: - Otra cosa. Creo que sería mejor que si vas a hacer esto de los tríos seas vos la que inicie el acercamiento con la chica en cuestión. Contáctala vos, y cítala a algún sitio, tómense un café, conózcanse. Así vas tomando confianza. Y luego se la presentas a tu esposo y ven qué onda. Ese es mi consejo.

Cinthia: -Tengo una pregunta más. ¿Por qué nunca hiciste un trio entre dos hombres y una mujer?

Ariel: - Muy sencillo... no me va el tema de tener que besarme con otro hombre si la mujer lo llegase a pedir. Soy bien machito y no quiero hacer ninguna practica homosexual... ¿Algo más querés saber, Cin?

Cinthia: - No eso es todo. Ah… a todo esto, estoy planeando irme de esta red social. Han pasado cosas y quiero alejarme un poco de todo esto.

Ariel: - ¡Uh, que mal! Bueno, hagamos una cosa. Te paso mi celular y un mail. Cualquier cosa nos comunicamos por ahí.

Cinthia: - Pasámelo si querés, pero no te prometo nada de que te mande algo por el celular. Por mail puede ser, pero no por nada que tenga que ver con los celulares.

Luego cierro la red social, no sin antes intercambiar números de celular y mail con Ariel. A la media hora me doy cuenta de que cometí un error enorme. Acepte el número de celular de alguien, y le pase el mío. Y no solo eso, también le di mi mail. ¿Y por qué fue un error? Muy sencillo… a la media hora me llego un mail de Ariel. Lo abro y me encuentro con una foto de su pene erecto y una leyenda que decía. “Mira como lo dejaste a mi amigo.”

"- ¡Todo un caso este sujeto!" pienso para adentro mientras elimino el mail junto con la foto obscena.

Cierro todo y me dirijo donde se encuentra mi esposo. Le pido de irnos a dormir y nos dirigimos a nuestra habitación, en donde no solo volvimos a tener sexo, sino que también tuvimos una charla de lo más reveladora sobre algunas cosas que nos molestaban y sobre cuando le propuse hacer tríos y swingerismo. Obviamente no sabía cómo iniciar esa conversación y tuve que usar la excusa de haber visto unos videos por YouTube, en vez de decirle la verdad, que la curiosidad fue dada por la conversación que mantuve con Ariel. Igualmente, al final decidimos dejar en stand by todo ese tema.

Luego nos dormimos abrazados como dos personas enamoradas.

Jamás me hubiera imaginado que los e-mails que Ariel me mandara iban a traer más de un disgusto en el futuro.

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Si quieren saber que se habló a la noche entre Gerardo y Cinthia, deben de ir al Intermedio 2 de Pamela. 😈