Arena

Aventura que surge en la playa

Arena

Pienso que lo que me viene ocurriendo, es algo poco frecuente, mas para una dama que ya cuenta casi sesenta en su haber.

Toda mi vida la pasé en este pueblo, mas bien en las afueras de este pueblo.

Mis padres habían comprado de jóvenes un terreno amplio sobre la margen derecha del rio, sobre un remanso donde se junta mucha arena limpia y dorada, una hermosa playa.

Hicieron su casita,  aquí naci yo, luego pasaron los años, me enamoré del medico que vino al pueblo, nos casamos y tuve tres hermosas niñas ya independizadas que me dieron varios nietos, lastima que han emigrado a paises mas placidos y ricos, están muy bien y felices.

Como nos conocimos?, pues revisándome la concha.

Si, aunque resulte raro, asi fue.

Su especialidad ginecólogo, y de muy joven sufria de un herpes que me había atacado justo allí, por eso mi madre me lleva a su consulta.

Sexualmente era lo mas boluda que se pueden imaginar, ni sabia lo que era una paja.

La primera me la hizo ese dia.

Bueno no lo hizo, fui yo solita que ante las maniobras de esos dedos enguantados, tan suaves y calentitos rozaban mi clítoris, que sobresalia de entre mis labios y estallé en un orgasmo que hasta a él lo asustó.

Demás esta decirles que para mi fue lo que me enamoró perdidamente.

Me curé del herpes, pero deseaba que me tocase y viese, lo soñaba, con largas y preciosas pajas.

Inventaba molestias para que mi mama me llevase a la consulta, pero él se dio cuenta y me escapaba, claro el  era un doctor de 26 años y yo una mocosa.

Pero nunca perdí la esperanza y cada dia lo amaba mas.

Mis amigas me decían, estas loca, le toca la concha  a todas las mujeres del pueblo, y vos te vas a morir de celos.

Nunca lo pensé siquiera, no me importaba, ni nunca me importó.

Mis padres iban  a las reuniones sociales del pueblo y yo los acompañaba, no me gustaban mucho pero estaba él, y lo veía, eso era suficiente para que me resultasen maravillosas.

En fin jodí tanto que fue aflojando y a los 18 noviamos para a los 19 casarnos.

El noviazgo fue algo distinto a todos los demás, a muy pocas las han desvirgado sobre una cama de parto, ni tampoco le chuparon la concha con el especulo puesto, bueno eso no debía ser tan raro.

Cuantas irían para recibir una buena paja , una buena mamada o un buen polvo.

Siempre me decía que en la vida hay que ser discretos, nadie debe conocer los secretos que uno conoce, es la base del respeto mutuo.

Con esa premisa, me contaba tantas cosas intimas de las mujeres de este pueblo que hubiesen sido bombas atomicas si se conociesen.

Que calenturas me daban.

Esta conducta para alguien que regentea un hotel también es ritual, nunca debe transcender nada con nadie.

Cercano a la playa, también nosotros hicimos nuestro hogar, porque ambos no queríamos vivir en el poblado, cada dia mas ciudad, con el trajinar propio de su modo de vida.

Jose, mi marido tenia su consultorio en pleno centro. En esa época era un personaje y cuando hicieron el hospital lo querían hacer su director, pero no aceptó, a el nunca le gustó la administracion, sus cuentas y demás obligaciones, para él solo era la practica de su profesión.

Cuando mis padres fallecieron, hicimos grandes cambios en nuestra casa, amplios patios y terrazas que hoy son la confitería y restaurante del hotel.

Hotel, bueno hosteria ya que construimos cabañas, a su alrededor, para turistas en la época veraniega, o los fines de semana largos.

También albergue de parejas que se formaban en el pueblo, algunas muy comprometidas, pero sabían que contaban con la total discreción de la casa.

De todo ello me ocupé siempre yo; me encanta mi trabajo.

Hace ya años en uno de esos viajes a la capital, para asistir a uno de los tantos congresos de su especialidad, tiene un accidente de transito y lo pierdo.

Fuimos muy felices, y cogía como los dioses, últimamente una vez por semana, pero para mi estaba resultando suficiente.

Cuantas supuestas amigas me decían que era cornuda, pero no me llegaban, total con su profesión, si en cambio del espéculo les mete la pija, ambas estaban tan a mano.

Si las hubiese tomado en cuenta, seria una vieja amargada, y pensar que yo se tanto de ellas y no lo digo.

Al tiempo de viuda, accedi a los intentos de algunos proveedores, el primero el panadero, con el que sigo semanalmente mi rutina, es joven y bien armado, alguna rara vez el carnicero y el sodero, pero son casados y no son tan buenos en la cama, al menos para mi gusto.

Pero lo que me motivó para contarles fue lo que aconteció no hace mucho.

Una mañana fría pero con lindo sol, salgo a caminar por la playa y veo una chica desnuda boca abajo allí tirada con una huella en la arena ocasionada por haberse arrastrado desde el rio.

La miro, estaba como muerta, me asusto y voy por el teléfono para llamar a la policia.

Escucho un sonido, me doy vuelta y ella erguida sobre sus codos balbuceaba no se que, le veía colgando sus tetas no muy grandes sucias de arena.

Pienso que es muy joven, quizás menor, mejor hago la denuncia de como llego aquí y  en que estado.

Me grita señora por favor ayúdeme a levantarme.

Voy hacia ella, se arrodilla y entre su piernas colgaba una pija, era un chico, con tetas y melena y uñas pintadas, un puto, un trava o un bisexual, lloraba.

Lo ayudo y lo llevo al patio, allí me pide por favor con esa manguera limpieme.

Lo hago, tenia moretones en el cuerpo,en la frente, un  ojo casi cerrado por la hinchazon, lo habían pegado bien fuerte.

Con un tallon lo seco, obnubilada por la preciosa pija y su abultados huevos, una cosa tan linda como  nunca había visto, mediana, rosada, cabeza gorda, se me hacia agua la boca.

Lo llevo adentro, lo acuesto en la cama, con árnica le repaso sus magullones y le traigo hielo para deshincharlo.

Por fin me cuenta, señora me arrojaron del yate, están de juerga, me han cogido cuantos quisieron me golpaearon y tiraron al rio.

Son los narcos que están todos locos, por suerte no me mataron.

Seguro creen que estoy muerto. Sino me estarían buscando.

Lo tapo, pues la vista de su tipa se me hacia ya difícil, y lo dejo que dormite.

Dudo en denunciar el hecho, yo que siempre fui tan reservada, hacerlo ahora, un dilema.

Asi un par de días, no lo saque de mi cama, yo dormía a su lado, no se porque lo hacia, pena, lastima, u otra cosa.

Le daba de comer hasta lo bañe y perfumé.

Sus moretones se hicieron oscuras hematomas y eran zonas muy sensibles trataba de no tocarlas, pero al final le tomo la pija que la tenia sanita,  lo pajeo, de inmediato se le para, sigo hasta que eyacula bastante leche, hijo cuanto haces no coges?.

No se, ando boleado todavia, pero gracias señora fue muy lindo.

Esa noche siento que me levanta el camisón para palparme el culo, me doi vuelta y me pide disculpas.

Bueno hijo si te gusta esta vieja sigue, sacándome las bombachas.

Me acaricia con tanta suavidad como lo haría una niña, claro es medio niña.

Le tomo la poronga y lo pajeo, suspira, le digo no acabes cariño.

Me agacho y ahora si no te aguantes mas, metiéndomela en la boca y saboreando esa bella golosina.

Pasó una semana, sin que me cogiese, estaba dolorido todavia, por fin una noche me le subo y recibo su regalo dentro mi concha, fue un polvo memorable.

Nos chupamos ambas las tetas y jugamos como dos chicas pero una sin concha, jaja.

Arregle alguna ropa mia a su talla, y el comenzó a ser mi asistente en el hotel.

Pero sin documentos podría ser problemático.

Hace la denuncia es como que lo asaltaron cuando iba viajando hacia el norte y le robaron todo.

Eso le dio la oportunidad de ir recuperando su identidad.

Es un chico de 21 años, paisano, de la capital, soltero, no figura como mujer, por lo que comenzó a usar ropa de hombre y aplastarse las tetas, que tampoco son tan grandes, ha dejado de tomar hormonas, ya no desea seguir siendo gay aunque alguna pajita en el orto le agrada mucho, lo pone mas al palo todavia.

Al final lo estoy adoptando, es que voví a mi juventud, ahora cojo todos los días, y a veces hasta dos polvos uno de ellos al despertar.

Con esta peste, recibimos solo gente del pueblo, el hotel hoy es una casa de citas, cuando mas clandestinas mejor.

Y no faltan las miradas cargadas de morbo hacia mi auxiliar, sin embargo, parece serme fiel, no pasa lo mismo conmigo que sigo una vez por semana gozando la del mi panadero, y alguno que otro perdido que viene solo a pasar una noche o unas horas, desgraciadamente son los menos, pero a esta edad una no esta para remilgos y mis tetas anhelan bocas ávidas, estoy tan desatada que me desconozco.

No puedo decir que en mi negocio haya crisis, al contrario ahora la ocupación es casi total hasta en invierno y a que precios!!!!.