Arcilla roja

Una increible historia de pasion y erotismo.

A R C I L L A R O J A

En mi mente te moldeé, como el escultor puede moldear caprichosamente un puñado de arcilla.

Imaginaba como poco a poco mis dedos, podrían ir perfilando los relieves de tu cuerpo esbelto y musculoso.

Me gustaba recrearme en cada movimiento que hacia, amasaba tu cuerpo como si de barro para moldear, se tratara.

Me empleé en tu rostro con esmerado cuidado, le di vida a tus ojos, inyectándole luz, dibuje las arrugas de tu frente, besándolas una por una . Me incitaba acariciar tu cabeza , llena de no se que clase de pensamientos que...me hubieran gustado averiguar . Mis dedos mimosos, daban forma a tus pómulos dándole volumen , haciendo resaltar el rictus viril de tus comisuras ,que actuaban como los guardianes de unos labios sensuales, jugosos y carnosos, que destilaban carnalidad.

Tu cuello, era el trampolín que me llevaba al resto de tu cuerpo, acariciaba tus hombros moldeándolos, pasaba mis dedos de artista una y otra vez , dándole la forma deseada y con suavidad insinuante ,los deslizaba caprichosamente .

El olor de tu cuerpo llegaba hasta mi , causándome excitación y nerviosismo .Me gustaba tu piel me acercaba y mordisqueando cada rincón de tu cuello, sentía como te estremecías y a través de estos signos, me decías que deseabas mis lujuriosas caricias , pero al mismo tiempo cargadas de dulzura .

Tu olor me emborrachaba era un olor caliente, ácido ,un poco pegajoso. pero que destilaba voluptuosidad .

Mis manos seguían como las manos del escultor , adaptando nuevos campos que iba descubriendo según avanzaba en mi recorrido, las deslizaba por tu espalda y sigilosas como alas de mariposas ,se posaban en cada poro de tu piel , consiguiendo en cada caricia un dulce quejido de placer .

Mis manos ,seguían jugando con tu cuerpo a mi antojo, llegue a las curvas de tu espalda y allí como si de un pincel se tratara ,con mi lengua húmeda , impregné todo tu cuerpo ,lamía tus hombros , tus brazos , tus moldeadas nalgas, las acariciaba con impudicia, las besaba y con mi lengua las troquelaba.

Seguí deslizando mis dedos y mojándolos con mi saliva , serpenteaba por tus piernas fuertes y esbeltas , jugaba provocándote alguna que otra sensación de cosquilla ,tu reacción me excitaba ,poco a poco llegué a tus pies ,amorosamente mordí tus talones y muy despacio y como sin querer hacer ruido, llegué a los dedos , uno a uno fui mordiéndolos ,tu estremecimiento aumentaba cada vez más, yo seguía moldeando mi arcilla , una arcilla de color rojo , que cada vez se iba endureciendo más entre mis manos .

Llegue a tus rodillas besando sus pequeños hoyuelos, siguiendo incansable mi camino por tus muslos, que mis manos ahormaban , para darles la perfección del Efebo.

Al sentir tan cerca mis caricias , tu impaciencia por sentir mi cuerpo ..,se puso de manifiesto tu tallo erecto, dejo escapar algunas gotas del rocío de tu lujuria ,su olor hizo presa en mi pasión y noté como mi orquídea se apresuraba a emitir señales voluptuosas .

Sentí como se humedecía , me gustaba continuar moldeando el resto de tu cuerpo, mientras, deslizaba mi ardiente flor por todos los poros de tu piel impregnándolos con mi olor .

Tu brazos me rodearon , el calor de tu pasión me envolvió y fuiste tu quien paso a ser escultor y yo..un montón de arcilla en tus manos ,que pedía ser esculpida por tus besos y ternezas.

Sentí en los botones rosados de mis senos, tus besos y tus caricias , entregándote el temblor de mis labios y el fuego de mi pasión.

Con tus manos temblorosas por la lujuria , llegaste al centro de mi jardín, donde mi orquídea abierta latía de deseo y voluptuosidad .

Tu lengua recorría mi cuerpo con mimo, incitándome y loca de pasión, esperaba recibir tus libidinosos roces , contagiado por mi fogosidad y pasión entraste en mi jardín, derramando todo el caudal de tu pasión.

Mi cuerpo sintió la sacudida de tu cuerpo y en una entrega total nos transmitimos nuestras pasiones .

De este modo quedaron plasmadas en una figura de arcilla roja, un hombre y una mujer donde la fuerza de la fantasía y la lujuria los convirtió en una preciosa figura .

Autora Carmen Torres

22-10-08