Aranzazu…, la peluquera supertetona...

Acompañé a mi mujer la primera vez a la nueva peluquería y desde entonces no dejamos de ir hasta lo del Covid..., tanto a la peluquería, como a la sala privada y a mucho más sitios...

Hola de nuevo amigos...

En primer lugar, quiero dedicar este relato a Mae..., la musa tudelana que me trae por la calle del deseo y me mantiene cachondo durante horas regalándome relatos y relatos de sexo que les traeré a todos ustedes en los próximos días...

Aquí les dejo el relato de Aránzazu la peluquera supertetona...

No tenía trabajo aquella mañana y Marga me invito a acompañarla a aquella nueva peluquería...

Hace unos tres años de aquello...

Aránzazu que así se llama la peluquera, aunque no se escribía así...,  era una morena vasca tetona y un par de centímetros más bajita que Marga..., alrededor de 1,57...,  que se había venido a vivir a nuestra localidad por amor, acompañando a su novio..., poniendo una peluquería meses después para sentirse ocupada...

Tendría buenas manos Aránzazu no solo en el cuidado del cabello..., pero ante todo tenía unas enormes tetas que destacaban en una mujer tan bajita y no delgada...

Aránzazu es el nombre femenino castellanizado que proviene del vasco “Arantzazu”, también utilizado como “Aranzazú” con acento en la u...

Significa “Tu en el espino” y hace referencia a la existencia de abundantes arbustos espinosos en el lugar de la aparición de la Virgen...

Nuestra Señora de Aránzazu es la patrona de Guipúzcoa y su gran día es el 9 de septiembre..., es decir, muy pronto, ya que hoy es 20 de agosto de 2020.

Hoy me he acordado de nuestra peluquera, pues ayer por la tarde nos cruzamos de paseo con ella, su marido y su hija..., y no pudimos renunciar a hablar del pasado...

Nos echan de menos..., y nosotros a ellos...

Les contaré aquella primera sesión de peluquería...

Aránzazu es muy habladora y no dejaba de hablar mientras lavaba el pelo de Marga.

Estábamos solos en la peluquería dado que apenas llevaba dos o tres días abierta y los clientes le venían al principio con cuenta gotas...

En un rato se habían puesto las dos al día de su vida...

Ya sabíamos que su novio Alberto, era guardia civil y que apenas conocían a nadie en el pueblo.

Nos ofrecimos a ser sus cicerones cuando quisiesen.

No dejaba de mirarme el paquete, lo notamos tanto Marga como yo.

Después de terminar su trabajo profesional, nos enseñó el resto de la peluquería que habían puesto aprovechando la cochera de la casa en un barrio muy tranquilo.

Tenía un pequeño reservado en el que había una camilla de masajes.

Nos dijo que quería hacer algo de depilación como complemento a la peluquería pero que aún no se había decidido.

Le dije que también podría dar masajes relajantes para quitar estrés, cada vez más habitual en todo tipo de personas, también en mujeres casadas, no solo en hombres.

Me dijo que no sabía dar masajes.

Le dije en broma que yo sí, que podía enseñarla.

-       Vale..., (Me contesto).

Miró a Marga y ella con su mirada no objetó nada, sino todo lo contrario...

Sin darnos cuenta estaba en braguitas y sujetador tumbada en la camilla.

Creo que les he dicho en algún relato o en mis memorias que un año tomé lecciones de masaje Tai, el auténtico masaje tailandés, no el que se vende para turistas con final feliz...

Comencé a darle un masaje en condiciones desde los pies...

Obviamente estaba cachondo pero no quería hacer nada que se saliese de un puro masaje relajante normal, nada sexual...

Mi polla se removía salvajemente...

Ella al menos tenía los ojos cerrados...

Después de sus pies..., seguí con sus piernas

Su cara tenía esa expresión de relax placentero..., que anticipa algo maravilloso...

Pasé de hurtadillas por sus ingles y caderas e hizo un respingo que me hacía albergar algo de esperanza.

Marga me miraba y asentía con su cabeza...

Hice los clásicos movimientos en su vientre..., alrededor de su ombligo... y ya se meneaba de una manera muy especial...

Pasé a sus brazos..., uno a uno...

Me puse detrás de su cabeza. Le hice el masaje craneal despacio..., luego su cara..., su frente, sus mejillas, sus pómulos, sus sienes, su mentón...

Bajé a su cuello y hombros..., dándole un masaje de altura...

Se removía de placer...

Marga empezó a tocarle las tetas y finalmente al ver que no le decía nada, le quito el sujetador y empezó a comérselas...

Eran enormes...

Las tetas de Aránzazu eran idénticas a las de Mae, una nueva amiga de Tudela, que a pesar de su edad, apenas cincuenta, podría competir con mujeres de treinta. Me ha mandado una colección de fotografías de infarto y estoy preparando un relato para mañana con una experiencia que tuvo en un local de intercambio en Pamplona, antes del Covid que fue absolutamente épica...

Volvamos a la peluquera...

Mientras ellas disfrutaban, no pude hacer otra cosa que empezar a tocar su pubis por encima de sus braguitas verdes...

Aránzazu se retorcía de placer...

Su coño estaba húmedo indudablemente, dado que sus braguitas verde oliva ya tenían cierta humedad cuando pasé mis dedos por ellas, recorriendo la figura traslucida de su sexo con sus enormes labios que sobresalían...

Subí sus piernas...

Se dejó hacer...

Le quité las bragas...

Cogí fuertemente sus piernas y bajé su cuerpo de tal manera que pudiera lamer aquel enorme coño abultado...

Empecé a lamerlo estando de rodillas frente a la camilla...

No habían pasado apenas tres segundos y se corría...

Aquello me excito mucho más...

Seguí devorándolo y volvió a correrse nuevamente...

Marga comía sus enormes tetas y pellizcaba sus enormes pezones...

Tenía unas aureolas oscuras dentro de los cuales aquellos duros pezones erguidos y duros sobresalían notablemente...

Exactamente iguales a las de Mae...

Sin duda estaba cachonda...

De repente me dice...

-       Fóllame por favor..., vamos si a Marga no le importa...

-       Al contrario Aránzazu..., me encantará verlo follarte...

Sobre la marcha saqué mi enorme polla endurecida y se la clavé cogiéndola por las caderas y recogiendo sus rodillas a mis costados...

Gritaba y gemía como una autentica loca...

Daba gusto verla disfrutar...

No pude hacer otra cosa que correrme como hacía semanas o meses que no lo hacía...

Noté como mi leche entraba y allí se iba alojando andanada a andanada...

No deje de follarla mientras mi dureza permanecía...

Ella se corrió otras tres o cuatro veces...

Nos confesaría que era multiorgásmica tanto clitoriana como vaginal y que además hacia mucho esquirting...

Aquella palabra era mágica para mí y no dudé en intentarlo...

Tenía leche que lamer de aquel coño, lamería su clítoris también y en cuanto devorase mi leche, metería mis dedos para provocarle su eyaculación...

Después de saborear aquella mezcla caliente de jugos..., me puse a la faena...

Me acoplé para comerle el coño mientras con mis dos dedos principales follaba su coño y buscaba un buen ángulo para el punto G...

Con mi anular y el pulgar cerraba su coño y procuraba masajear sus glándulas de Skene

Su cuerpo temblaba cada vez más...

-       Me va a salir mucho..., ya lo veras...

-       Déjate llevar..., que salga todo... (Le dije)

Seguía follándola con los dedos en aquella postura óptima para que saliese su eyaculación..

Ella avisaba...

-       Ya..., ya...., ya....

Amigos..., aquello era un rio enorme..., golpes imparables de líquido..., chorros y chorros seguidos...

Jamás había visto algo igual...

Me hubiese encantado tragarme todo, o al mensos intentarlo..., pero no quería dejarla cortada en su disfrute...

Me aparté hacia un lado para que no me manchase demasiado...

Parecía que se terminaba la riada.

Bajé mi boca hacia su sexo para tratar de coger algo de aquel rio de flujos y urea...

Cuando dijo que parase..., pues mi boca entera en su coño y lamí con deseo y frenesí..., absolutamente excitado...

Algunos hilillos siguieron saliendo...

Mi brazo estaba totalmente chorreando...

El borde la camilla era un humedal...

Seguían cayendo goterones hacia el suelo...

El suelo era un enorme charco de líquido...

Tuvimos después que coger el cubo de la fregona y recoger al menos dos o tres litros de líquido...

Cuando allí en la camilla extasiada Aránzazu nos miraba agradecida...

Solo podía decir que estaba deseando que llegase Alberto su novio para contárselo..., que nos encantaría..., que tenía una polla similar a la mía y que le encantaría a Marga...

Marga, solo pudo decir...

-       Pero que venga a follarme con el uniforme...

-       Claro que si... (Dijo ella)

La verdad es que cuando nos reunimos los cuatro en el fin de semana siguiente, comenzamos una aventura apasionante con nuestra peluquera y su pareja...

Habré de contarle muchas escenas de sexo morboso con aquella pareja...

Luego descansaron para tener una niña...

Luego continuamos...

Luego llego el Covid para cortar una racha de sexo morboso excepcional...

Espero sus comentarios en mi correo.

Por cierto, me acaba de mandar Mae, una fotografía metiéndose sus dedos en su preciosísimo coño que me ha hecho sobresaltarme de placer...

¿Mae..., me quieres volver adicto a ti?

¡Musa lasciva!

PEPOTECR.