¿Aquí?

Inicio de una serie de microrelatos con algunas aventuras vividas con mi mujer sin pretensiones ni florituras

Tumbados en la hierba de aquel claro del bosque desde el que veíamos las torres del castillo medieval que acabábamos de visitar tuve una erección. Mi mujer se dio cuenta.

  • y esto?, me preguntó poniendo la mano en mi paquete, ¿Qué ha pasado por tu cabeza?

  • no lo sé la verdad, le contesté

-¿De verdad no lo sabes?, Volvió a preguntar acariciando mi polla por encima del pantalón

  • no, nada en concreto, pero si te apetece, le insinué

  • ¿Aquí?, Preguntó ella un poco sorprendida

  • ¿Por qué no?, Le respondí, le estás poniendo difícil que se vaya, añadí mirando su mano

Ella seguía acariciándome. Se incorporó y miró a su alrededor.

  • ¿Y si viene alguien?, preguntó al tiempo que metía su mano dentro de mi pantalón

  • verá a un hombre afortunado disfrutar

No hablamos más. Ella se puso de rodillas e inició una deliciosa mamada sin preocuparme de si alguien aparecía. Era la primera vez que hacíamos algo así y tanto morbo hizo que fuese algo muy rápido. Al acabar me sonrió con expresión de orgullo. Nos besamos y continuamos nuestro paseo.