Aquellas duchas en el gimnasio

Cogió y se metió mi polla en su boca, comenzando a darme tal mamada que me hizo ver el cielo, continuando con mis genitales, perineo y luego mi orificio, sustituyendo su lengua por dos de sus dedos… uuummm!!.

Aquellas duchas en el gimnasio

Yo era de esos que iba al gimnasio cuando menos gente había, bueno no es del todo cierto, pero por la poca afluencia que me encontraba al menos en ese gimnasio, eso parecía. Pero lo cierto es que lo que más me gustaba, eran el tiempo que me llevaba bajo la ducha, disfrutaba de estar mucho tiempo, ya que en casa no podía estar, no siendo otro motivo que el control del agua y el gas, pues después en la factura se nota un montón.

Bueno, como he dicho, llegaba al gimnasio y me encontraba a veces una o dos personas en el vestuario, personas que después te encuentras en las mismas instalaciones, donde coincides con muchas más, ya sean mujeres o hombres. Cuando veo que debo marcharme, pues el tiempo que dispongo era limitado, vuelvo al vestuario para darme esa larga y fructífera ducha, vestirme y marcharme.

Mis duchas son muy intensas, pues suelo utilizar la mayoría de las veces una pastilla de jabón, sí… se lo que estáis pensando, una pastilla en pleno vestuario es una manera de buscar rollo, pero no, no era mi caso. Aunque lo cierto es que me gusta desde muy pequeño, disfrutando sobre todo con la edad, soy de esos que se enjabona el cuerpo en su totalidad, como solemos hacer la gran mayoría. Dando un mayor disfrute a mis genitales y culo, limpiándome bien a fondo, tanto que a veces me introduzco la mitad de la pastilla, ¡sacándola para darme una limpieza con mis dedos interiormente… uuummm!!, limpieza que la verdad a veces me pone como un burro. Bueno, pues en verdad una de estas limpiezas, precisamente es el inicio de una experiencia, experiencia que no busque pero que me proporciono unas amistades muy satisfactorias… uuummm!!. Pero bueno, uno de esos días como tantos, llegue al gimnasio, salude al personal laboral de las instalaciones, personal que dada la hora me pregunta…

  • “No almuerzas hoy o qué”.

Sin detenerme le contesto lo mismo que casi todos los días, camino hacia el interior hacia los vestuarios, allí otro encargado me hace saber…

  • “Vas a tener suerte hoy, tienes las instalaciones para ti solito”.

Risas mientras me preparo, encaminándome precisamente hacia el interior de estas, comenzando con mi sesión de ejercicios matutinos, continuo con sauna y tras finalizar, vuelvo a los vestuarios. La verdad es que cruce con un par de parejas y unas señoras, bueno sigo, tras desvestirme cojo la toalla y me encamino hacia las duchas, donde comienzo mi predilección o inclinación por ese gimnasio, no siendo otra cosa que las duchas. No viendo a nadie, me dio por dejar la cortina abierta, abrí el grifo y dejé el agua caliente caer hacia mi cuerpo, disfrutando de ese momento. Luego comencé a enjabonarme, dando un trato especial tanto axilas, pecho, miembro, genitales, y orificio anal… uuummm!!.

Claro está, suelo hacerlo con tanta libertad cuando sé que estoy solo, indicios de esos momentos, pues tras haber estado peleándome con las máquinas de hacer ejercicios durante tres cuartos de hora, no encontrándome más de dos personas, pues eso me dio alas. Pues no me digáis que después de un largo entrenamiento no se desea, estaba en plena refriega, pero como suele pasar, comencé a excitarme y ya de paso, aproveche para masturbarme aun no es sitio para ello. Comencé a acariciarme mientras me tocaba, me pajeaba con una mano mientras con la otra llegaba a introducirme mi dedo… ooohhh!!. Estaba disfrutando cuando una voz de tono grueso, me soltó…

  • “Menuda ducha que te estás dando, ¡no hay vez que no disfrute con tus enjabonamientos, quien fuera precisamente esa pastilla de jabón… uuummm!!”.

  • “Escucha no te cortes por mí, pero si necesitas ayuda, solo tienes que pedirla”.

En verdad me había cortado, pues no esperaba que me cogieran y precisamente de esta manera, pero lo que mayor me dio corte, fue encontrarme a ese hombre hay de pie desnudo. Hombre lo desnudo es normal, pues estamos en la zona de duchas, aunque este no se ocultaba sus intimidades con ninguna prenda o toalla. Dejando a la vista su cuerpo corpulento repleto de vello, cuerpo que le colgaba un majestuoso miembro viril y que este, no dejaba de tocársela mientras hablaba. Pero cuando me vio, precisamente cortar esa escena erótica que le estaba ofreciendo, este coge y me suelta…

  • “No coño, no hombre no te cortes por mí”.

  • “Joder que lo estás haciendo de maravilla, sigue… hazlo por mí, mira como me tienes”.

Deje de darle espectáculo, no deseaba que viniera alguien más, cerré el grifo y salí de la ducha, mientras este me rogaba que volviera, este se disculpaba y me pedía que volviera, me negué a escuchar y en los vestuarios, tras vestirme me marche. Pero lo cierto es que durante el resto del día no deje de pensar en ese hombre, no deje de imaginarme lo que hubiera pasado, escena que recree en mi cabeza y que acabe con dos jugosas pajas… uuuffff!!.

Las semanas pasaron, mis pasos por el gimnasio fueron menores, no por el hecho que esta persona me cogiera en tal acto, sino por motivos laborales. El tiempo frio tampoco ayudaba, pero una sauna y una ducha caliente ayudan a entrar en calor, además llevaba días sin follar, pues mi novia estaba con la regla.

Creo recordar que era martes, día que en especial para mi es el peor de la semana, estaba caliente por mi falta de mañaneros, tras irme a trabajar a la oficina, día que fue súper aburrido de tanta monotonía, decidid irme al gimnasio. Instalación que, tras llegar nuevamente el personal laboral del centro, comenzaron a realizarme las preguntas de rigor, preguntas que como siempre suelo contestar con lo mismo, pero en esta ocasión se despidieron con un…

  • “Te hemos echado estos días”.

No entiendo el porqué, tampoco teníamos amistad para eso, quizás fuera porque era de los pocos que le daba algo de conversación, pero con exactitud no sabía el motivo. Luego en el interior es más de lo mismo, voy al vestuario me cambio y me dirijo a la zona de máquinas deportivas. Me cruzo con las mismas personas de siempre, no veo a ese hombre en las instalaciones, aunque en verdad veo a ninguno mayor de cincuenta años, normalmente me encuentro jóvenes.

Tras tres cuartos de hora ejercitando, tiempo que me doy para ejercitar, termino y me encamino hacia el vestuario, desnudándome y colocarme la toalla para ir a las duchas. Durante el trayecto y en estos mismos, no dejo de mirar si hay alguien o me encuentro solo, dando por hecho que lo estoy. Mi idea inicial era la de una ducha corta pero placentera, no deseaba nuevos sustos, quería una ducha rápida, vestirme e irme más relajado. Pero lógicamente no es siempre pasa lo que se planea, pues mientras me estaba duchando, comencé nuevamente a calentarme y una cosa va a la otra, comenzando a masturbarme… uuummm!!. No recuerdo el tiempo que llevaba, cuando un momento dado, esa voz de tono grueso, soltó…

  • “Sigue así… uuufff!!, me tienes burro… uuummm!!”.

  • “Sabes que te he echado de menos, espero que estas ausencias no hayan sido por mi culpa, no me lo perdonaría”.

Yo en esta ocasión no me detuve, continúe con mi refriega, pero deje en esta ocasión de masturbarme, para continuar por pellizcarme los pezones al tiempo que me magreaba mis nalgas… ooohhh!!. Pude ver nuevamente a este hombre corpulento, hombre mayor de más de cincuenta y tantos años, velludo, apenas sin cabellos y con barba grisácea. Hombre que no dejaba de masturbarse, volviéndome a soltar…

  • “Hoy sigue, no te vayas a cortar por mí, vale…”.

  • “Joder… uuuffff!!, mira como me tienes… uuummm!!, menudo cuerpo el tuyo… uuuffff!!”.

No deseaba darle espectáculo, pero algo dentro de mí me impedía detenerme, cogí y me di la vuelta, quedando de espalda a él. Este se animó y se introdujo en la ducha, sintiendo su pecho velludo rozar mi espalda, al mismo tiempo que sus manos rodearme. Comenzó a acariciarme desde mis pechos e ir descendiendo hasta mi vientre, tal cercanía hizo que su miembro erecto y duro se restregara contra mis nalgas… aaahhh!!, miembro que en más de una ocasión presiono mi orificio… uuuffff!!.

Me deje hacer, apoye ambas manos sobre los azulejos de la pared, mientras el agua caía sobre nuestras cabezas. Mientras este no dejaba de acariciarme con una de sus manos al tiempo que con la otra, comenzó a masturbarme… ooohhh!!. Controlaba mi respiración al tiempo que gemía, llegaba a morderme el mentón inferior cuando este pellizcaba mis pezones… ooohhh!!, no dejando de restregarme su miembro por entre mis glúteos… uuuffff!!. Intentaba besarme cosa que yo rehuía, soltándome…

  • “No te gusta besar… eeehhh!!, no pasa nada ya besaras otra cosa… uuummm!!”.

Me giro y poso sus labios en mis tetillas, comenzando a besármelas, chupármelas y morderlas… aaahhh!!. Volviéndome a soltar…

  • “Uuuffff!!, no sabes lo que deseaba esto, está deseando cogerte”.

Me incliné con la idea de que mi boca se posara en su pecho, al tiempo que mi mano se dirigía a su entrepierna, boca que comencé a lamer primero sus tetillas… uuummm!!, continuando por chupárselas y mordérselas con suavidad y ternura… aaahhh!!. No dejando de masturbarlo, deslizando mi mano a lo largo de su duro y grueso tronco, mano que tras acabar en la base continúe para su disfrute en sus genitales… aaahhh!!. Soltándome…

  • “Joder como la chupas, tú no eres nuevo en esto, menuda putilla estas hecha, ¡cómo te lo tenías guardado zorrona… uuuffff!!”.

Deje de besar sus tetillas e ir descendiendo por su cuerpo hasta quedar yo en cuclillas, pose que aproveche al tener su miembro a la altura de mi boca por introducirme su glande… aaahhh!!. Comencé a recrearme con su polla, deslizándola por mis labios, besando y chupando su glande, introduciéndome un poco dentro de mi boca para sacarla, deslizando mis labios a lo largo de su tronco hacia sus genitales… uuuffff!!. Todo esto ocurría mientras este masajeaba mi nuca, gimiendo y jadeando, soltando lindezas por esa boca y obscenidades… uuummm!!. Nos estábamos arriesgando a que nos descubran cualquiera, arriesgando como me paso a mí con su presencia. Cogió y me hizo levantar, acabando ahora el por agacharse, soltándome…

  • “Ahora te toca a ti disfrutar”.

Cogió y se metió mi polla en su boca, comenzando a darme tal mamada que me hizo ver el cielo… uuuffff!!, mamada que tras dejar mi miembro se dedicó a mis genitales y perineo… uuuffff!!. Comenzando por comerme el culo… ooohhh!!, dejando paso a que dos de sus dedos me perforaban… uuummm!!, mientras el continuaba chupándomela… uuummm!!. Se incorpora, soltándome…

  • “Bueno ya estamos listo, ¡mira como tengo mi polla de dura y está desando de romperte ese culito… uuummm!!”.

Me giro y noto su glande alojarse entre mis glúteos, deslizarse una vez y otra hasta quedarse en mi orificio anal, comenzando a presionar lentamente hasta sentir entrar su grueso capullo… ooohhh!!. Mientras este me soltaba…

  • “Aguanta putilla que ya falta poco… uuummm!!”.

Minutos fue lo que tardo en introducírmela por completo… aaahhh!!, comenzando luego a moverse, moverse lentamente de atrás hacia delante, penetrándome poco a poco e ir acelerando cada vez más… aaahhh!!. Cambiando de posición para una mayor placer y disfrute, aunque este me propuso sentarme sobre su polla, yo le sugerí en posición de perrito, cosa que acepto y nada ponerme a cuatro patas, este me embistió con rudeza, embestida que me la introdujo de una sola… aaahhh!!. Hasta que ambos acabamos corriéndonos, ¡yo me corrí gracias a la paja que me estuvo haciendo… uuummm!!, mientras el sacándola con fuerza, acabo por descargar en mi espalda entre gritos y gemidos.

Luego la cosa se calmó, risas y palabras de agradecimientos entre ambos, duchándonos cada uno en una ducha más por evitar males mayores. Tras secarnos y vestirnos, cosa que este aprovechaba con cogerme el culo, no sin antes cerciorarse que nadie había o nos veía, dejando caer…

  • “Uuufff!!, esto tenemos que repetirlo… eeehhh!!”.

  • “Menudo polvazo hemos echado, no me lo acabo de creer, ¡quizás porque ya estoy de nuevo empalmado… uuummm!!”.

  • “Te atreverías a darme una mamada aquí y ahora”.

Le mire incrédulo, no creyendo lo que escuchaba, no dándole importancia y menos entrar en su juego, pues como siguiera así, como que este me pierde. Además, no dejaba de ponerme y lo peor de ponerse él caliente, cuando cogí y colocando mi pie sobre el banco del vestuario, posición que puse para abrocharme los cordones del zapato. Coge este y tras colocarse detrás de mí, coge y comienza a restregarse su bulto por mis nalgas, ¡dándome a entender como de caliente y excitado estaba… uuuffff!!, menudo rabazo que tiene. Cosa que acabo hay con la promesa de volverlo a repetir, donde en mi segundo encuentro con él, acabo con una proposición por su parte de volverlo a repetir, pero en compañía de otro hombre.  Pero bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios.