Aquella vez en el hotel

De como mi novia y yo tuvimos un encuentro distinto con otra pareja.

Aquella vez en el hotel.

Después de tanto sexo convencional y aburrido con mi novia al fin la convencí de hacer algo loco durante mis vacaciones en México. Una par de amigos de la universidad decidieron venir conmigo a México a pasar un buen tiempo y les aseguré que tendríamos el mejor tiempo de nuestras vidas.

Él, John de 23 años, cabello rubio y rizado, esbelto y bien dotado. Bastante listo y adicto a las drogas una combinación muy mala. Ella, Jess, de 20 años rubia muy alta grandes tetas y piernas largas. Muy guapa y con una voz muy sensual. Ambos viejos amigos y compañeros de borracheras pero nunca nada había pasado entre ellos. Mi novia, Mónica, es morena de cabello rizado unas tetas muy grandes que es su mayor atractivo y unas nalgas espectaculares que hacen vibrar a muchos.

Estuvieron con nosotros por 5 días y tuvimos muy buenos paseos culturales y algunas salidas de antro. Sin embargo queríamos tener algo especial para su despedida. Así fue que compramos un par de botellas de tequila y nos fuimos a su hotel.

Empezamos a tomar y a contar historias hasta que decidimos jugar “Truth or Dare” (Verdad o reto) y ya tomados empezamos con verdades muy cachondas. Jess dijo que ella tenía cierta atracción a las mujeres y empezó a ver de manera muy interesante a mi novia. Así que John y yo con miradas de picardía decidimos que esta noche sería muy interesante. Llego el turno de Mónica y me toco ponerle un reto. Mi reto fue que le mamara una teta a Jess. Ella se me quedo viendo con cara de confusión pero Jess nada tonta se levanto su blusa y sin bra le estaba esperando. Ella aún confundida pero algo excitada y con las copas de más empezó a mamar suavemente su pecho mientras la mirada de Jess se iluminaba. Jess lanzó un par de gemidos y ella empezó a alejarse. Así que llego mi turno y Mónica decidió castigarme y le toco a Jess mamar mi verga. Así, rápido llego ella a mamar mi verga y lo hacía muy bien cerré mis ojos y me deje llevar al cabo de unos minutos oí a John gimiendo y vi como mi novia mamaba su verga descaradamente. Su verga era más pequeña que la mía pero era mucho mas ancha así que le era muy difícil metérsela toda a la boca.

Rápidamente Jess me desnudo y ella se desnudo poco a poco. Empecé a besarle todo el cuerpo mientras ella decidió jalar a mi novia y empezó a mamar su concha. Era una escena increíble. Yo mamaba la concha bien húmeda de Jess mientras ella mamaba a Mónica y finalmente ella mamaba a John. Pero ellas decidieron que querían divertirse así que nos alejaron y empezaron con un espectacular 69. John y yo nos quedamos viendo masturbando suavemente nuestras vergas mientras disfrutábamos el espectáculo. Después de varios minutos decidimos que ya no se podía esperar más y cada quien eligió una conchita y empezamos a cogerlas. Ellas seguían entretenidas chupando sus clítoris mientras nosotros las bombeábamos fuerte. Yo me estaba cogiendo a Jess a cuatro patas mientras Mónica decidió dejar su clítoris y empezar a mamar mis huevos. Chupaba ella mis huevos muy duro casi con odio porque me estaba cogiendo a otra por primera vez y enfrente de ella. Pero ella también disfrutaba de John y de la gran cogida que le estaba dando. Decidimos separarnos y seguir de lejos pero viendo que hacíamos. Así que tomamos una posición de vaquero invertido para que ellas vieran como la otra pareja cogía. Mónica no paraba de gemir y su excitación se veía crecer  en cada minuto. Y yo me fui olvidando que mi novia estaba frente a mi y llegué al éxtasis disfrutando de esta mujer desconocida. Las tetas de Jess se movían muy fuerte y ella estaba gimiendo también muy duro. Parecía que pronto Jess iba a venirse porque sus embestidas eran cada vez más rápidas. Mónica en el otro lado se veía entretenida ella estaba acostumbrada a coger duro y se veía que quería seguir por otro rato. Jess no aguanto mucho más y dejo venir su cuerpo contra el mío. Su conchita estaba dilatada y ella estaba muy cansada así que se hizo a un lado a seguir disfrutando del espectáculo. Mientras yo me acerque a Mónica y en el oído le dije: “Que puta eres”. Mientras ella empezó a gemir más duro. Agarro mi verga muy duro y empezó a masturbarme. Pero yo no quería que me masturbara nada más quería un pedazo de ella. Así que le dije a John que parara y que esperara para darle un gran espectáculo.

Me puse debajo de ella y empecé a abrir sus nalgas. Ya habíamos tenido sexo anal antes pero ella no parecía agradarle; sin embargo, ahora no opuso mucha resistencia. Con un poco de lubricante en mi verga y en su ano empezamos a montar un gran espectáculo. Ella solo se imaginaba lo siguiente. Le pedí a John que se acercara y siguiera cociéndosela. En la otra cama Jess se masturbaba suavemente viendo la escena. Mónica estaba siendo penetrada por sus dos hoyos y estaba encantada. Su ano estaba tan estrecho que sentía que no aguantaría mucho. John estaba ya por terminar de la escena. Mónica empezó a gemir muy duro hasta que empezó su cuerpo a temblar. Sus gritos se ahogaban duro y sus embestidas se hicieron muy fuertes. Tan fuertes que John no aguanto más y saco su verga y termino en las tetas de mi novia. Yo tampoco aguante más y me corrí dentro de su culito y ella simplemente se tiro en la cama a lado mío. Quedamos profundamente dormidos

Cuando despertamos John y Jesse ya estaban teniendo la segunda ronda. Pero eso se las contaré en el siguiente relato.