Aquella vez...

En esto de las relaciones, a veces uno no llega a sentir amor por las personas que son nuestras parejas, pero eso no quita que el sexo sea excelente...

En esto de las relaciones, a veces uno no llega a sentir amor por las personas que son nuestras parejas, pero eso no quita que el sexo sea excelente...

Y sobre todo, yo me considero una persona "inter", pero existen ocasiones que ser pasiva al cien por ciento, no esta nada mal...

Así me ocurrió con una personita, de nombre Karla... No muy agraciada físicamente, pero realmente no es algo que me importará, yo la pasaba bien con ella, y ella me trataba como una reyna. A sabiendas que mi corazoncito estaba en proceso de reparación, ella busco ser mi pareja, sobre todo por lo gratificante que podría resultar para las dos...

Karla, era una mujer de experiencia, con muchas mujeres recorridas, y con una destreza para el sexo, que me volvia loca. Ella era para mi, apenas mi segunda mujer, así que como verán, yo me dejaba hacer todo lo que ella deseaba...

Un día, mientras dormiamos placidamente después de una buena sesión de sexo, yo estaba recostada boca abajo sobre la cama, eran alrededor de las 1 am... Cuando senti que ella se levanto al baño, yo me encontraba desnuda, y con mi cuerpo a su merced, pero no creí que fuera a regresar con más ganas...

De repente senti que la puerta del baño se cerraba y voltea al lado, y la vi parada justo a un costado de la cama, deleintandose con la vista que mi trasero le proporcionaba, en eso percibi en su mirada un brillo de excitación... y sin más preambulo, se lanzo sobre mi... A decir verdad, yo no me opuse, realmente con ella en todo momento podía sentir placer...

Así mientras yo seguía boca abajo, se dedico a besarme mi espalda, mi cuello, mientras mi piel se erizaba por las sensaciones que provocaba, poco a sentía como empezaba a mojarme... mientras que ella seguía acariciandome ávidamente... sus manos no dejaban rincón sin explorar, y aun en esa posición, alcanzaba a meter sus mados por debajo de mi cuerpo, y apretaba mis pechos, y jalaba mis pezones... Sus besos en mi espalda se fueron intensificando, haciendome de vez en vez, pequeño chupetones, y haciendome estremecer de placer... recorrio mi espalda a lo ancho y largo con su lengua, dejandome sentir su aliento cálido y mis gemidos no se hicieron esperar... Bajo por mis piernas y subió de nuevo, hasta situarse en mis pompis, a las cuales les dió especial trato... yo ya estaba al mil, así que intente girarme para quedar de frente a ella, pero no me lo permitió... entonces supe lo que intentaría hacer... me quitaría la virginidad de mi traserito... y yo, gustosa de experimentar, no puse ninguna objeción...

Poco a poco sus hábiles manos, abrieron camino entre mis pompis... y senti como su lengua empezaba a invadir una parte de mi cuerpo que ni siquiera sabía que fuera tan sensible... Me estremecia... Un dedito suyo empezaba a surcar mi vagina, empapandose de mis fluidos y haciendome temblar, y luego lo regresaba a la entradita de mi traserito... repitió esta operación unas tres o cuatro veces, mientras mis gemidos iban en aumento... y entonces su lengua empezo a jugar en esa área, lentamente y dulcemente, mientras que con su otra mano, me acariciaba el clitoris, yo me sentia en las nubes... nunca pense sentir algo así, era completamente nuevo... poco a poco sus lenguetazos eran más y más rápidos y yo me deje llevar por las sensaciones, y ya más deshinibida, movía mi trasero hacía su cara, provocando una penetración más profunda... En eso, con su voz entrecortada, y sumamente excitada, me pidio permiso para introducir un dedito, a lo cual yo accedi prontamente, ya no era dueña de mi, ella podía hacer conmigo lo que quisiera en ese instante... Así que lubricando de nuevo su dedito con mis fluidos... lo introdujo lentamente en mi traserito... Al principio senti raro, un poquito de dolor, pero entre más lo hacía, empezaba a tomarle el gusto, una mano de ella con mi clitoris, y la otra con mi ano, y su lenguita juguetona... Estaba en la gloria... poco a poco mis fluidos la inundaban y yo estaba cerca de llegar... así que me regalo más y más penetraciones y yo gritaba ya de placer y de locura... hasta que me vine... y quede tendida sobre la cama, como siempre, a su disposición...

Cuando me levante al baño para asearme, ella se encontraba profundamente dormida como bebe... pero con una sonrisa satisfecha dificil de olvidar...