Aquella tarde de domingo

Hoy confieso como fue mi entrada al mundo de sexo, nunca comente eso con nadie solo lo tenia guardado para mi pero confieso que necesitaba sacarlo.

Lo que hoy contare lo guardo muy bien en mi memoria esto paso cuando tenia seis años. Soy una chica tranquila pero he pasado por mucho, hoy quiero confesar como ha sido la entrada al mundo del sexo.

Provengo de una familia algo grande somos cinco hermanos y yo pues soy la de medio, por alguna razón me pasaron más cosas de las que debería durante mi infancia, la primera y que siempre guardo en mi memoria paso un domingo por la tarde en uno de esos tantos almuerzos que mi familia como costumbre hacia todos los fines de semana y así se aprovechaba para compartir los adultos entre ellos y pues nosotros los pequeños todos juntos nos pasábamos las tardes jugando, cabe destacar que siempre nos visitaban entre cinco y diez primos tanto de la familia de mi papá como de la de mi mamá así que éramos muchos a mi parecer aun así disfrutábamos nuestras tardes de lo más feliz.

Ese domingo que hoy confieso suele hacerme perder el sueño aun hoy en día. Como todos los domingos almorzamos juntos, al acabar el almuerzos cada uno se distrajo en lo suyo, los hombres adultos con un juego de mesa entretenidos, las mujeres de la casa sentadas en la cocida tomando el café y hablando de muchas cosas que para ese entonces no me importaban, entre mis hermanos y mis primos jugábamos a las escondidas; entre ellos destacaré a dos personas mi primo Jeampier diría que el mayor de la familia hijo de un tío por parte de mi papá en aquel entonces tendría unos 16 o 17 años y un amigo de él que también tendría la misma edad, ellos eran los únicos que no jugaban puesto que eran mayor que el resto los demás tendríamos entre 6 y 12 años.

Mientras mi primo y su amigo permanecían dentro de la casa nosotros jugábamos, al poco rato su amigo fue hasta donde yo estaba y me dijo que  Jeampier me llamaba, yo en mi inocencia fui hasta donde él se encontraba, estaban en mi cuarto el cual compartía con mi hermanas allí había una televisión supuse que  en eso andaban. No era de extrañarme quedarme a solas con el pero en ese momento sabia que algo no estaba bien pero pudo mas mi curiosidad de niña, en ese instante Jeampier me dice que si quiero una chupeta muy grande, a lo que yo contesto que sí que me gustaría que me regalara un chupeta, él de inmediato me dice que debo ganármela porque las cosas no se regalan en ese preciso instante su amigo que allí estaba bien callado cerró la puerta con seguro. Mi primo sigue diciéndome que hay algo que quiere que haga para que si estaba dispuesta a hacerlo él me daría la chupeta prometida.

Aunque estábamos distanciados el uno del otro por casi dos metros el sin mediar mas palabras saca de su pantalón su pene aun recuerdo como si hubiese sido ayer aquellas imágenes que pasan por mi cabeza una y otra vez, me asuste mucho porque aunque nunca me habían hablado de sexo ni yo lo pensaba no curioseaba sobre ello, me extraño mucho su actitud y le dije que quería salir de la habitación tome camino rumbo a la puerta pero su amigo me detuvo tomándome por ambos brazos y me llevo junto a mi primo. El me decía que solo tendría que darle una probadita a su ya erecto pene yo no quería no me sentía bien con esa situación y le decía rotundamente que no, el siguió insistiendo un par de veces más hasta que a la final le dije que solo le daría un besito y que luego me daría mi chupeta para irme.

Me acerque hasta su entrepierna y muy despacito choque mis labios contra la punta de su pene soltando un beso muy pequeño y dulce. Al finalizar me quise levantar pero sentí unas manos sobre mi cabeza que me empujaban hacia abajo y la voz de mi primo decir que abriera la boca que serian solo unos chupitos los que tendría que darle yo no quería hasta que de un momento a otro la situación me forzó a abrir la boca y que su miembro me llegara hasta lo más hondo de mi garganta. Una lagrima escurría por mi mejilla al sentirme indefensa y pues tan pequeña que era sí que era indefensa yo, aquel día algo se rompió en mi ser, mi inocencia...

Mi primo me decía que siguiera que lo estaba haciendo bien mientras que su amigo hacia todo el trabajo con sus manos aun en mi cabeza para subir y bajar hasta que en un momento dado de descuido de ellos me solté. Mi primo insistentemente decía que volviera a hacerlo yo le dije rotundamente que no, a lo que él sugirió que hiciera lo mismo con su amigo aunque esta vez me ofreció algo de dinero volví a decir que no y ya bastante molesta les dije que me dejaran salir o gritaría. En ese preciso instante tocan la puerta y pues adivinen era mi mamá que por primera vez me salvo de algo que pudiera ir mas allá. A mi parecer ella se dio cuenta de las intenciones de ellos dos. Tuvieron un enorme problema hasta el punto de que mi primo no volvió a visitarnos aunque no supe que les dijo ella asumo que estuvo bien fuerte el enfrentamiento. Mi mamá me pregunto si me habían hecho algo a lo que yo cobardemente conteste que no que no sabía que querian solo que no me querían abrir la puerta para salir.

Desde ese entonces nunca ha salido de mi memoria… para bien o para mal allí sigue.