Aquella primera vez.

Esta es la historia de como tu y yo nos conocimos. De como se hizo todo eso que tanto habíamos soñado realidad.

No se si tu lo recuerdas como yo. Entré en aquel bar, aquel antro, que habíamos decidido que nos encontraríamos por primera vez.

Tu estabas de espaldas a la puerta, así que te vi enseguida. Me acerque despacio, y puse mi mano en tu hombro y te toque suavemente.

Tu te diste la vuelta y nos miramos por un instante eterno. Solté todo el aire que había mantenido dentro y te di dos besos, es cierto, quizá demasiado cerca de la comisura de tus labios.

Nos sentamos uno al lado del otro y la conversación y la cercanía fue apareciendo sin mas, nos llevábamos bien. Cuando quisimos darnos cuenta estábamos muy cerca. Peligrosamente cerca. Yo me acerque a tu oído y te susurré:

  • Que ganas tenia de verte

Me mordí el labio y te mire a los ojos. Tu hiciste lo que estábamos deseando los dos, te lanzaste a mi boca. Me besaste con ganas y fuerza mientras tus manos estaban en mi cadera atrayéndome a ti.

Nos separamos un momento y me dijiste:

-Creo que es hora que nos piremos de aquí.

No dude ni un segundo, nos levantamos de allí y salimos a la calle. Mientras andábamos hasta una calle principal para coger un metro pasamos por algunas calles muy solitarias y tu no te cortabas para empujarme contra la pared y comenzar a sobarme las tetas y el culo por encima de la ropa. Yo te mordía el cuello y tu me gruñías salvaje.

Recuerdo perfectamente el momento en que lleve mi mano por fuera del pantalón y te note durísimo ya. Creo que en ese momento gemí.

Conseguimos llegar al metro manteniendo la compostura. Bueno, casi. La ultima vez que me arrinconaste antes de subir al metro me hiciste quitarme las braguitas y ahora estaban en el bolsillo de tu pantalón. Se que te encanta recordar eso, todo ese viaje en metro hasta mi casa y que yo fuera sin nada debajo del vestido. No se si fue lo caliente que estaba pero cuando me pegaste a ti y metiste la mano descaradamente debajo de mi falta hasta tocar durante un segundo mi clítoris, casi me deshago allí en medio.

Sacaste la mano y la llevaste a mi boca, y yo te chupe los dedos mojados de mi y te bese. Nos besamos con ganas, con desesperación.

Cuando salimos del metro y llegamos a mi portal yo ya estaba muy muy caliente. No podíamos para de tocarnos, de besarnos

Cuando subimos al ascensor tu me agarraste del culo y me apoyaste sobre la pared del ascensor, y yo te rodee con las piernas y note tu polla durísima contra mi coño a través del pantalón.

Me soltaste cuando bajamos del ascensor, abrí la puerta de mi casa mirándote y sonriéndote.

Entramos a oscuras, y te lleve hasta el salón. Te sentaste en el sofá y me dijiste:

-Desnudate para mi.

Dude un instante, y entonces lentamente fui desnudándome yo te veía morderte el labio y pasar tu mano por el abultado paquete, hasta que vi ese destello en tus ojos y supe que estaba perdida.

Te abalanzaste contra mi y me subiste a la mesa, yo desabroche tu pantalón y por primera vez pude ver tu polla durisima, mojada por la excitación delante de mi. Se me hizo la boca agua y tu debiste verme relamerme, me cogiste de la barbilla, me besaste y me susurraste:

-Primero yo.

Y note como tus manos y tu boca comenzaban a bajar por mi cuerpo. Tu boca succionando mis pezones y tu lengua jugando con ellos.

Tus manos que me separaron los muslos y tu boca que poco comienza a acercarse a mi coño. Noto tu respiración y me estremezco ya. Tu lengua comienza a hacer círculos en mi clitoris y yo comienzo a gemir, bajito..

Acercas dos dedos a la entrada de mi coño empapada y lo comienzas a acariciar y yo empiezo a moverme inquieta... caliente y tu comienzas a meterme los dos dedos, cada vez mas rápido.... hasta que comienzo a gemir mas y mas fuerte y me corro... me corro gritando tu nombre, me corro en tu boca y veo como me miras mientras trato de recuperar la respiración, sonríes juguetón.

Te vuelves a sentar en el sofá y me dices:

-Ven pequeña...

Y yo ya se lo que tengo que hacer, ya se lo que quiero hacer. Me coloco entre tus piernas y te cojo la polla con la mano... quiero que desees follarte mi boca mas que nada en el mundo, así que comienzo a besar tus muslos, quiero que notes mi aliento, mi lengua cerca de tu polla, quiero que me lo pidas. Me miraste a los ojos y me dijiste:

-Chúpamela, hazlo.

Y cerraste los ojos al notar como mi boca envolvía tu polla, como mi lengua jugaba con tu capullo, como escupía sobre ella y veías las babas caer por mi barbilla.

Tu me cogias la cabeza y yo tragaba todo lo que podía sin dejar de mirarte a los ojos.

Cuando ya no podías mas te acercaste a mi y dijiste:

-Para... no quiero acabar ya.

Y me senté encima de ti, y por primera vez, notaste mi coño mojadisimo sobre tu polla. Y los dos contuvimos la respiración un segundo. Comencé a moverme despacio hacia delante y hacia detrás, tocando con tu capullo mi clitoris.

Me estaba mastubando con tu polla mientras me comias las tetas. Estábamos los dos prácticamente apunto de volvernos locos, cuando me agarraste del culo y me levantaste lo justo para que tu polla entrara en mi de una sola embestida.

Nos quedamos así unos segundos y luego comencé a moverme, despacito, haciendo círculos con las caderas.

Y tu también comenzabas a mover tus caderas. Comenzamos a follarnos, fuerte, con tus manos bien agarradas a mis muslos, hasta que si mas, me pusiste a cuatro patas, y escupiste en mi culo....

Mientras me follabas habías comenzado a meterme un dedito en el culo...

Yo ya estaba fuera de mi completamente, gritaba y gemía sin control. Y tu cada vez me follabas mas y mas fuerte.

Hasta que me corrí dejando escapar tu nombre entre mis labios, y tu saliste de mi para correrte sobre mi coño, llenandome de tu leche y gritando mi nombre.

Te tumbaste a mi lado y me besaste, me miraste y me dijiste:

-Toda esta espera a merecido la pena.

Continuará....