Aquella noche (1ª parte)

Una noche sin interés y un paseo para mitigar el insomnio se convierten en la noche que cambió mi vida. Un altercado, un arranque de valentía, una atractiva mujer y algo de misterio inician una extraña relación que acabarían rompiendo mi inocencia y mi mundo

Era de noche y no podía dormir así que bajé a dar una vuelta por la calle, era un jueves a las 2 y media de la mañana. Salí hacia una dirección con respecto a mi casa, hacia un barrio obrero y no demasiado recomendable por la noche sin tampoco ser de  lo peor de la ciudad.

Yo era un hombre de 22 años, universitario que vivía con mi madre y mi hermana, introvertido en gran grado con ciertos problemas no superados, como una tímidez amorosa enorme. Por otro lado, físicamente estaba bastante bien 1.82, atlético y fuerte, pelo muy corto con barba y moreno, me cuidaba bastante.

Iba escuchando música, algo de Enio Morricone, la noche estaba muy calmada, no hacia frio pero se estaba fresco. No había nadie por las calles, tan solo algún coche oia pasar de vez en cuando. Me encontraba en una calle amplia pero muy oscura, la iluminación no era la mejor. Me hallaba sumido en mis pensamientos sobre mis preocupaciones; exámenes, que hacer en la vida, etc realmente lo típico en una persona que todavía no ha optado por un camino definitivo en la vida.

Vi a alguien que venía de frente, era un hombre alto, cerca del  1.90 y bastante ancho, me acongoje un poco, no me daba buena espina, me miró de arriba abajo.

-Tienes un cigarrillo?- me dijo con voz ronca y grave

-No fumo- le dije

Ambos seguimos nuestro camino, pude ver un tatuaje extraño en sus muñecas, como de unas esposas. Me pareció feísimo, los tatuajes no me gustaban en general, al menos no por una razón espiritual aunque había algunos que estéticamente sí me gustaban pero desde luego el tatuaje de ese hombre no me lo pareció así.

Apenas 2 minutos después y ensimismado otra vez en mis pensamientos apareció una chica joven corriendo mientras jadeaba con fuerza, parecía huir de algo. Apenas me pude fijar en ella, rubia y de altura media, pues sorpresivamente un coche giró bruscamente la calle y vino hacia ella. Yo apenas estaba a 15 metros. Paró el coche bruscamente al lado de la acera cerca de la chica. Se bajó un tipo rápidamente dando un portazo. Era un hombre delgado de mi altura o menos, rapado al 1 aunque le hacia parecer  muy masculino, llevaba una camiseta de tirantes y pantalones pirata de estilo militar con botas negras.

-Ven aquí!!! – gritó agresivo dirgiendose a la chica

La otra se alejaba pero estaba demasiado cansada para correr.

-Dejame!- le gritó ella

-Que vengas aquí, me cago en la ostia zorra- y el tio fue a por ella corriendo.

Yo estaba impresionado por la escena pero sorprendentemente no asustado, pese a ser un hombre tímido en esas situaciones mantenía la calma al menos hasta cierto punto. Tan solo me quedé parado.

La chica me miró, el tipo se abalanzó sujetándola por los brazos mientras ella lloraba asustada. Me pregunté si alguien estaría oyendo la escena desde su piso pero me di cuenta que estábamos al lado de un colegio y una iglesia, los pisos estaban a 100 metros.

Sin pensarlo y en una reacción imprevisible para cualquiera que me conociese me abalance sobre el tipo y le empuje.

-Dejame joder- me dijo el tipo pero parecía recular

Fui a por él puños en alto

-Me cago en la puta- musitó el tipo pero retrocedió

-Al puto coche ahora mismo, ahora mismo joder!!-le dije gritando fuera de mi y señalándole el coche

El tipo retrocedió.

-Esto no va contigo capullo, es una zorra

-Metete en el puto coche ya!-le volví a gritar

Se subió, los faros de su coche encendidos iluminaban la escena. Se subio en el coche y en ese momento me pareció atisbar 2 figuras masculinas en los extremos de los asientos traseros, me dio muy mal rollo pues si estaba acompañado entre los tres me podrían dar una paliza pero sería mi imaginación pues sin más cogio el coche y dio la vuelta.

La chica me miraba sorprendida.

-¿Estás bien?- le dije

-Sí, no me ha hecho nada tranquilo jaja- se rió con alivio

-¿Vives por aquí?

-Sí, un poco más dentro del barrio pero por aquí cerca… muchas gracias de verdad.

-¿Lo conocias, no? ¿es tu expareja o algo?

-Le conozco sí, del barrio… pero solo es un capullo. Un gilipollas que ya ha estado en prisión, ahora se dedica a robar bolsos por lo que parece..

Al oir la palabra prisión me asusté.

-Pero no te preocupes, no vuelvas a pasar por aquí a estas horas y no le volverás a ver- me dijo tranquilizándome- yo venía ahora de fiesta jajaja

Era una chica joven, tal vez tenía mi edad.

-Bueno, pues nada eso haré- le dije y me despedí con la mano, ella no me dijo nada

Me di la vuelta para ir a una calle principal, lejos de las profundidades del barrio y llegar a mi zona. La chica me siguió por la espalda y se acercó a mi:

-Joder tío, has estado increíble de verdad. Qué valiente- me dijo con admiración mientras me miraba con atención

Estabamos cerca de una farola y pude verla mejor. Tenía un aire a choni pero tampoco mucho. Era rubia con cejas castañas, pelo muy alisado hasta la mitad del cuello con flequilllo no uniforme sino de estos que caen hacia un lado, era un peinado bastante adolescente. Ojos con mirada desenfadada pero bonitos, nariz algo puntiaguda pero no grande, labios bonitos, bastante blanquita de piel, bastante maquillada. Pendientes grandes, uñas pintadas de azul celeste. Llevaba una camiseta de rallas blancas y rosa claro con algo de escote, se atisbaban unas tetas de tamaño medio bien hechas. Y un pantalón corto negro, zapatos con algo de tacón. Tenía un tatuaje en el tobillo de una flor en negro.

Ahí me paralicé un poco. No estaba acostumbrado a que mujeres atractivas me piropeasen así.

-No ha sido nada-le dije

-Qué dices tio, ha sido impresionante. Es que menudos cojones. Como le has dicho que se metiese en el coche jaja. De verdad, estoy impresionada

Ahí no sabía que decir, la verdad que ni yo mismo me creía capaz de actuar con tanto empaque, generalmente era una persona mediadora de ceder muchas veces, también es que estaba acostumbrado a ambientes académicos donde era muy raro que tuvieses que andar gritándole a nadie, pero aún así había sido raro.

-Te estoy incomodando? jaja,  tu novia debe estar preocupada, es que qué hacias por ahí?

-No tengo novia…

-No?- me dijo sorprendida- me extraña eso ajaj

-Solo estaba dando una vuelta

-Y te metes por ahí solo a las 3 de la mañana? vaya, si ya te he dicho yo que eres atrevido jaja

-Que va…

-Bueno, lo importante en la vida es ser atrevido en los momentos adecuados y con las personas adecuadas- me dijo mirándome profundamente

No estaba acostumbrado a que una chica me tuviese esa estima y me mirase así.

-Eso sí es verdad- le dije convencido

Ella se acercó a mi, me parecía muy guapa y con un punto eléctrico.

-“Metete al puto coche!!” – dijo imitando lo que acababa de gritarle a ese tipo antes y haciando los mismos gestos que hice yo- joder… ha sido impresionante, es que menudo tio jajaja, qué difícil es encontrar a tipos así jaja

Ella estaba muy cerca mio y me estaba poniendo nervioso, ¿se estaba insinuando?

-Oye, si te soy sincera estoy un poco asustada ahora, te importa que te acompañe a tu casa? Para dar una vuelta solo. Aún estoy con los nervios alterados.

-No, acompañame, no pasa nada.

Empezamos a andar. Las calles seguían oscuras y tranquilas. Apenas ruidos lejanos de algún botellón o algún coche.

-Entonces te gusta pasear por estas zonas solo?-  me dijo con aire curioso y con un interés que parecía muy profundo

-Me gusta pasear por la noche y pensar, ya sabes. Sobre mis problemas, sobre mi futuro, sobre las cosas que me rondan la cabeza, mis preocupaciones y eso…

-Vaya…- me dijo mientras me acariciaba un poco el brazo con su mano y me miraba con mucho interés- y qué cosas hay en tu cabeza?

-Bueno, mi futuro profesional, estoy acabando de estudiar ahora y necesito pensar, también cosas ya sabes más personales…

-Sobre amor?-me dijo sonriéndome amistosamente

-Bueno, siempre hay un poco de espacio para eso

Me sonrió y dejó de tocarme el brazo.

-Yo sí pienso en amor a veces- dijo mirando hacia al cielo- encontrar a alguien especial, alguien que te miré con interés, que te quiera, que te proteja jaja, cosas de mujeres supongo, o de mujeres cursis como yo

-A mi no me pareces un tipo de chica cursi- no se porque le dije esto pero era lo que realmente pensaba, parecía otro estilo de chica, más cañera, menos romántica

-¿Y eso? jajaja

-Bueno….

-Ya se, es por mi aspecto. Ya lo se, se por donde vas jaja, pero tengo un lado tierno que es el de verdad. Todas las mujeres lo tenemos aunque los hombres no os lo creáis.

Ya llegábamos a mi calle.

-Bueno pues por aquí vivo.

-Te ha gustado mi compañía? Me gustaría pensar que sí después de lo que hiciste por mi.

-Claro sí, mucho.

-No se no me lo acabo de creer- me dijo sonriéndome de una forma sugerente

-Cómo que no?- le dije riéndome

-Me encanta el cielo esta noche, una forma de demostrármelo es que te quedes conmigo un poco más, aún estoy asustada. Podemos ir a un banco del parque mientras me relajo.

-Así que quieres un poco de compañía?

-Sí!- me dijo de forma graciosa

Estaba cansadísimo pero era imposible decirle que no, la chica era un imán y yo estaba en una nube por el hecho de que se hubiese fijado en mi. En realidad me alegraba que el episodio del coche hubiese ocurrido y haber demostrado mi valentía.

Andamos hasta el parque de al lado de mi casa.

-Aquí me gusta!- y se sentó en un banco al lado de una pequeña fuente cuyo chorro  emitía un sonido de calma.

Nos sentamos. Ella miraba las estrellas, yo hice lo propio.

-¿Qué estudias?- me dijo

-Matemáticas

-Vaya!...-dijo abriendo mucho los ojos- tienes que ser muy inteligente.

-Que va.. pero sí hay que trabajar mucho.

-Que no dice jajja, inteligente y valiente- dijo tocándome el brazo

Yo la miraba, estaba muy cansado, tal vez por eso no estaba demasiado nervioso.

Nos quedamos así un rato largo, ella me cariciaba el brazo y miraba las estrellas, yo la miraba a ella, era preciosa.

Me animé y empecé a acariciarle el hombro.

-Mhm- dijo divertida

Yo seguí, masajeandole los hombros y el cuello. Segúi así un par de minutos.

-¿Cómo te llamas?-le pregunté

-Irene ¿y tú?

-Fernando

-¿Te gustó?- me dijo de repente, mirándome a los ojos

-Sí- le dije serio y convencido, era la verdad

-Jajaja

Acercó su cabeza hacia la mia y me besó. Yo le seguí el rollo y acabó morrendome. Estuvimos así unos minutos, ella llevaba el ritmo.

-Ha sido una noche increíble – me dijo- conocer a alguien así… quiero verte más

-Y yo –le dije

-¿Qué te parece si quedamos el sábado? Ya se, vente conmigo y unas amigas, saldremos seguro.

-Pero por el barrio, ¿no te da miedo?

-No, iremos al centro, conozco un buen sitio, te gustará

-Vale

-Dime tú número

Así lo hice.

Me dio un pico en la boca y se fue saludándome con el brazo.

Volví a mi casa en una nube. Todo había sido tan ideal y tan rápido. Nunca me había pasado algo tan intenso. Una disputa, mi coraje, una chica guapísima, su estima hacia a mi. Parecia todo de película. Me costó dormir esa noche y aunque nervioso, estaba dispuesto a seguir mi aventura con ella, no era de mi ambiente, era de un mundo diferente pero lo cierto es que nunca nadie me había mirado así.


Hablamos por whatsapp al día siguiente. Ella seguía muy ineteresada por mi y me idjo donde quedar. Era una calle muy concurrida, una de las principales por las que se sale en esta ciudad. Supongo que me llevaría a un sitio de la zona.


Nos encontramos en el punto de encuentro, eran la 1 de la mañana. Ella iba vestida con un vestido rojo bastante llamativo aunque simple en sus formas, bastante escotado y de falda corta. Llevaba los labios pintado con rojo chillón a juego, el pelo igual que la otra vez.  Yo iba con una camiseta básica negra que estilizaba mi figura atlética, zapatillas marrones, pantalones largos marrones claros y cinturón a juego con los zapatos. Ella me miró contenta. Yo estaba en una nube por ir acompañado con una chica así.

De entrada me dio un pico. La noche prometía, yo estaba animado aún nervioso.

-Vamos, te va a gustar.

Para mi sopresa no seguimos por la calle principal donde están los pubs más concoidos y por donde suelen salir los universitarios, giramos algunas calles y nos metimos por una zona más apartada, allí había un local del que salía una música electrónica-nightcore muy elevada.

-Allí es

-No conozco este sitio

-Lo suponía jaja

El sitio se llamaba “sexto sentido”, las paredes de fuera  imitaban un empedrado antiguo, tenía una puerta grande tipo castillo pero por dentro era una discoteca más usual.

-Vamos

Entramos como vips pues el portero nos dejó pasar tras verla a ella, la música sonaba muy fuerte. La mayoría de la gente iba muy pasada pero lo cierto es que había poca gente. Nos acercamos a un chico que aparentaba 16 años pero obviamente no podía tener esa edad, en una esquina parecía pasarle algo disimuladamente a un tipo con una pinta de macarra increíble. Saludó a Irene, se conocían, me dedico un pequeño saludo que yo correspondí.

-Dónde está tu hermana?- le preguntó Irene

-En la sala

-Vale!

Me cogió de la mano y fuimos por una puerta que estaba en una esquina, pasamos y había un pequeño pasillo ancho y un portero en la siguiente puerta. Nos la abrió y pasamos.

Era una sala extraña, supongo que era una vip. Era muy negra, con dibujos de siluetas blancas en la pared, la música era muy dura, heavy muy duro, el más duro que había oído nunca aunque no a mucho volumen. Nos acercamos a un sofá circular donde había tres chicas. Nos saludaron con mucha alegría. Parecían muy normales, eso me tranquilizó porque ya me estaba preguntando donde cojones me había metido.

-Tú eres Fernando eh? El superhéroe jajaj!-dijo una de ellas y todas rieron

-El mismo- dije yo siguiéndole el rollo

-Pues un chupito para él superhéroe jajaja

Al minuto tenía un chupito de tequila en la mesa. Empecé a beber, tras ese chupito vinieron algunos más. Después un cubata.

Hablabamos sobre tonterías todos muy contentos. Me hacían muchas preguntas y bromas sobre matemáticas, ninguna de ellas tenía ni idea, a decir verdad ninguna de ellas había estudiado mucho en su vida. Una era muy guapa, con el pelo moreno y ojos grandes con un vestido azul parecido al de Irene, otra era delgada y atlético también guapa, parecía muy joven, después una chica del montón, con tatuajes y algún piercing visible de la que bromeaban diciendo que era lesbiana mientras ella se defendía dicendo que era bisexual. Se lo estaban pasando bien y yo también. Irene me miraba todo el rato al lado mio, tocándome el brazo y apoyándose en mi, creo que le gustaba lo bien que me había integrado con sus amigas. El alcohol ayudaba mucho.  Empezó a sonar música cada vez más extraña, el heavy se mezclaba con música psicodélica de una extraña manera. Los dibujos blancos de las paredes adquirían mayor viveza y me transmitían sensaciones… estaba ya bastante borracho sin duda. Aparecieron unos tipos, parecían ser amigos suyos, me saludaron, las saludaron y se pusieron a hablar de sus cosas.

Tres eran bastante fuertes, musculados y tatuados, excepto el hermano de la chica de azul que como dije parecía muy joven y era delgado pero también iba tatuado, hablaban sobre algunos negocios de forma preocupada.

-Están pidiendo mucho?- le dijo el tipo más grande al que parecía un chaval

Yo le estaba mirando, él  se dio cuenta y  me miró serio, le sonreí estúpidamente y giré la vista para no mirarles más en toda la noche. Esos tipos me hicieron recordar que tal vez no estaba en mi ambiente.

Irene me cogió del brazo y salimos de aquella sala y volvimos a la sala principal del lugar. Había muchísima mas gente que antes. Todos bailaban, algunos de forma muy efusiva. La música acompañaba, me gustaba, era eléctrica. Irene empezó a bailar mirándome provocativa, llevaba el ritmo, sabía llevarlo, estaba en su salsa, lo notaba. Yo le seguía como podía. De pronto se acercó a mi y sacó una pastilla de algún sitio y se la tragó en mi cara mirándome fijamente mientras seguía bailándo. Sacó otra y me la llevó a la boca, yo me negué en un principio.

-Con esto volaremos… te quiero- me dijo al oído

Entonces sí me la trague.

Al poco la noche se convirtió en algo desconocido para mi. No recuerdo mucho más en aquel lugar, solo recuerdo que mientras bailaba sentía que volaba.

Recuerdo salir de allí. Recuerdo como nos íbamos y dejábamos atrás aquel extraño lugar, me empezaba a calmar pero todavía sentía una sensación muy fuerte. Creo que el alcohol me empezaba a bajar.

Ahora entrabamos en un piso.

-¿Dónde vamos?- le dije ingenuo cuando abrió la puerta del portal

Me echó una mirada electrizante. Una sonrisa pícara y una mirada muy tentadora, no hacia falta más preguntas.

Subimos al piso, abrió con una llave según pasamos me hizo el gesto de silencio.

Me morreo en el pasillo, entramos a una habitación y me tiró a la cama, caí sobre el peluche de un corazón. Empezó a hacerme un strip-tease. Pusó algo de música en su móvil, algo de jazz. Y empezó a contonearse. Era el cielo. Sus movimientos rítmicos de caderas y cintura me insinuaban todo, esa chica era una tentación en si misma. Era algo superior a mis sueños. Se quitó el vestido. Llevaba un tanga y un sujetador negros. Siguió bailando para mi. Se quitó el sujetador y 2 tetas muy bien puestas aparecieron, pezonas rosados y duros. Me los puso en la boca para que los comiese. Los amasé y los acaricié, succioné sus pezones y besé su cuello. Se quitó el tanga. Yo me quité la camiseta, se sentó sobre mi, yo estaba apoyado en la pared sentando en la cama, ella sobre mi de frente. Empezó a moverse sobre mi. Me quité los pantalones y toda mi ropa interior. Empezó a mover su vagina sobre mi polla, sin penetrar, solo restregándose. Ya estaba muy excitada y su cara era puro goce. Yo gozaba como si eso fuese el cielo, su cara era pura lujuria. ¿Eran las drogas? La sensación era inhumana.

Sacó un condón y lo puso en mi polla.

Empezó a botar sobre mi polla con mucha energía. Sin ser engreído tengo un buen tamaño, sobre todo de grosor. Ella disfrutaba botando sin parar con mucha energía, cogió mi cinturón y me amarró las manos al cabecero de la cama quedando yo tumbado. Siguió botando mi polla en todas posiciones. Gemía conteniéndose, trataba de no hacer ruido.

Cambiamos de postura, esta vez ella debajo, tumbados cara a cara, nos besábamos y nos chupábamos, estábamos fuera de nosotros, yo la penetraba con todo lo que tenía. Era una mezcla de pasión, intensidad y amor, nos queríamos comer el uno al otro. Ella me empezó a arañar la espalda… cada vez más fuerte, eso me estimulaba más.  No podía parar de besarla mientras le follaba el coño, era superior a mi. Sus ojos, su nariz, su melena rubia, el deseo era demasiado. Seguí y ella me arañaba cada vez más fuerte hasta hacerme sangrar.

Me apartó y me dijo:

-Quiero que me partas en dos

Se puso contra la pared poniendo el culo en pompa. Le agarré de la cintura y la penetré. Empecé a embestir, su coño en esa posición se sentía más estrecho y caliente. Ella lo gozaba, me miraba mordiéndose el labio.

-Más fuerte

Así lo hice. Nuestra respiraciones entrecortadas reprimían los deseos de gritar de placer. Ella me miraba de perfil con su gesto de lujuria. No pude más. Ese culo, ese coño, esas tetas, esa cara, ese pelo, esa personalidad… demasiado para esa noche. Quería haber seguido más pero me corrí, muy abundantemente. Tras eso caí rendido, me dio el bajón y me dormí en la cama.


Nos despertamos a las 2 de la tarde. Estabamos en la cama desnudos. Abrí los ojos y contemplé su cuerpo, el sueño era real. Lo contemplé durante varios minutos, la miré, ella me estaba mirando. Su mirada era cariñosa aún algo extraña. ¿No había estado a la altura?

Nos dimos un pico.

-He quedado con Ingrid para comer, ¿te apuntas?

-No, prefiero ir a comer a mi casa.

-Como veas.

Nos vestimos y nos fuimos de allí. Al parecer era el piso de su padre, el piso donde vivía cuando era pequeña, hasta que sus padres se divorciaron.

La acompañé hasta el bar donde había quedado con su amiga. Allí estaba su amiga en una mesa con un tipo. Irene me paró y me dio un pico, me dijo que ya quedaríamos. Le dije que vale y me fui.

Eché un último vistazo atrás, ese tipo me sonaba… se veía un tipo grande y fuerte…y esas marcas en las muñecas me hicieron recordar. Eran tatuajes…de unas cadenas… No había duda, ese era el tipo con el que me había encontrado aquella noche antes del incidente, el que me pidió la hora.

-El mundo es un pañuelo- pensé pero una ola de extrañeza invadió mi cuerpo.

Continuará