Aquella chica 4: El amigo Gay
Aquella chica se queda en casa de su amigo Gay, y pasa lo que se veía venir, el amigo no era tan gay como todos creían.
Ella había pasado unos días en casa de una de sus amigas de siempre, y yo llevaba unos días que no hacía otra cosa que estudiar. La relación parecía estar en su mejor momento y ella parecía contenta porque el curso siguiente se iba a mudar a un piso con Paula y dos compañeras más. La verdad, todo parecía ir muy bien.
Una de esas tardes, esas que se hacen eternas, me aviso que iba a pasar el fin de semana en casa del primo gay de su amiga, que tenía jacuzzi y piscina cubierta. Yo sabía que solían ir allí mucho, el primo de su amiga era de una familia bien acomodada y un niño mimado por su madre. Ellas pasaban allí el fin de semana, saliendo hasta altas horas y pasando la tarde bañándose en el jacuzzi o en la piscina, sin ropa hasta donde sé. Ella siempre me dijo que el primo de su amiga las miraba mucha y que más de una vez había visto como ambos primos se rozaban bastante, e incluso como el primo se ofrecía para darles masajes, tocando más de lo que debiera, entre risas de ellas.
Mi teléfono sonó a eso del mediodía, era ella y no dudé en contestar.
-Hola ¿Qué haces?
-Aquí, no sabes lo que ha pasado…- Dijo entre risas.
-Anda cuenta, que estas deseando que te pregunte.
-Verás, Hugo me ha pedido un favor y me ha prometido que a cambio me daría lo que le pidiese… y no me he podido negar.
-¿Y cuál era ese favor?
-Pues quería que saliese con él en la webcam, ya te he contado que está enganchado a los chats de webcam- Paró para tragar saliva- Ufff la idea era calentar a un chico un poco curioso, Hugo lo quería invitar a casa para follárselo con la excusa de hacer un trío y me pidió que me dejase ver un poco, que le enseñase las tetas y que viese como Hugo me comía el coño…
-Ahá ¿Solo eso?
-No, verás.. yo ya estaba animada, y el chico no paraba de pedirle que si éramos pareja, debíamos follar delante de él…- La note gemir, debía estar tocándose- Hugo me empezó a meter la polla en la boca, la tiene enorme, gruesa y larga, solo de pensar cómo tiene que dejarles el culo me ponía cachonda y el otro chico no paraba de decirle que me hiciera cosas: que me metiera dedos, que me apretase una teta, que me metiese la polla hasta el fondo… me podrían haber hecho lo que quisieran, me sentía como una muñequita lista para ser usada.
Tomo aire, exhaló un gemido ahogado.
-Me estoy tocando solo de recordarlo. Hugo me puso a cuatro patas, mirando hacía la cámara y empezó a acariciarme el culito y mi agujero, me estaba untando algo, yo ya no aguantaba más, quería tenerla dentro- dijo sofocando la voz- Entonces el otro chico me preguntó si quería meterme esa polla, y amor, te lo juro, no habría podido decir que no ni aunque mi vida fuera en ello. Me deje ir hacia atrás, hasta sentir la punta contra mi culo, empecé a apretar hacía atrás, sintiendo como entraba dentro de mí… amor, no duró mucho, pero me corrí dos veces, hasta que sentí como Hugo se corría dentro de mi culo….
Noté como se corría al teléfono, tras unos segundos retomó la conversación
-Y eso no es todo ¿Sabes que le he pedido a cambio?- Me dijo con un deje pícaro- Esta noche vendrá el chico, y yo haré de voyeur, al principio… estoy excitadísima con todo esto, me encantaría que lo vieses, mañana te lo contaré.
Tras unos segundos de charla insustancial, sobre comida y ropa que le gustaría, colgamos. Yo tenía mucho que hacer y no pensé mucho en ello. Dormí del tirón, agotado, y cuando desperté por la mañana me encontré un mail de mi chica.
“Ha sido una locura, él llegó, y nos sentamos a tomar algo. Hugo le propuso que si quería probarme, antes lo tendría que probar él. Hugo se la sacó del pantalón y empezó a comérsela delante de mí, yo me estaba excitando, me sentía muy cachonda. Me levanté el vestido lentamente, no llevaba ropa interior, empecé a tocarme mientras miraba.
Ambos se habían desnudado ya, el chico tenía una polla normalita, que Hugo había puesto empapada. Yo me había quitado ya el vestido, no podía dejar de mirar, empecé a acercarme y Hugo cogió al chico levantándolo, mientras con la otra mano se empezaba a lubricar la polla. Yo me acerqué gateando, deseando ver como lo enculaba. No me pude resistir, veía la polla de Hugo rozando el culo del chico, mi mano empezó a masturbarlo y con la otra mano empecé a empujarlo suavemente hacía abajo. Lleve mi boca hasta la polla del chico, notaba como el traqueteo de las caderas hacía que me follase la boca, era super-excitante.
Al cabo de unos minutos decidí probar algo nuevo, incliné el chico hacía atrás, subiéndome encima y dejando que su polla, rígida y dura, entrase dentro de mi coño, mecida por como Hugo le follaba el culo a la vez. No sé cuánto rato estuvimos así, pero en un momento dado, noté como Hugo se salía de él y se colocaba detrás de mí, fue una locura. Veía a mi amiga, espiándonos desde la puerta, mientras los dos chicos m follaban a su gusto, hace un rato que ambos se han ido. He querido contártelo antes de acostarme, para no omitir nada… estoy deseando verte.”