Aquel sótano
Mis amigos y yo éramos jóvenes en aquella época. Mi novia tenía una hermana mayor que era muy linda y tuvimos una macabra idea. Historia que ocurrió hace unos años. Nombres ficticios pero personajes reales.
Aquel sótano
Todo comenzó hace 16 años, días más días menos. Por aquella época con unos amigos se nos ocurrió una idea que nos pareció muy buena.
Los cinco teníamos casi los mismos gustos, nos encantaba degradar y humillar mujeres. No nos gustaba la
violencia propiamente dicha, pero si forzarlas contra su voluntad hasta quebrarlas totalmente, pero, repito, sin usar violencia física o al menos no demasiada.
Uno de mis amigos era un tipo pudiente, heredero, todo servido, nunca esfuerzo. Pero no era mal tipo. Tenía una propiedad en un barrio alejado del centro, una casa antigua, muy antigua, restaurada a nueva si, pero viejísima, no la usaba casi nunca, y tenia un sótano; eso era lo que nos atrajo, el sótano. Lo limpiamos y acondicionamos, le instalamos todo lo necesario a nuestro fin, y decidimos elegir nuestras víctimas de a una por vez y eligiendo uno de nosotros por turno quien sería ella. Yo fui el primero.
Aquí es donde entra en escena mi cuñada Eli, un año mayor que yo, 25, casada, tres hijos, la menor de 3 años. Estaba en su mejor momento, a pesar de haber parido 3 hijos era una mujer muy bien formada, 1.68 m de altura, castaña, pelo largo algo ondulado, una figura bien formada, sin llegar a ser modelo obvio pero con cintura y caderas bien delineadas, pechos no muy grandes, pero en ese momento si lo eran por estar amamantando.
Nadie puso objeciones cuando la elegí y creo que todos tuvimos erecciones cuando planeamos los hechos y
nos imaginábamos quebrar a esa mujer.
Día 1 – viernes 19.00 hs. Aprox.
No voy a aburrirlos con los detalles de como nos apoderamos de ella, no fue fácil ya que nunca se separaba de su hija pequeña, pero al fin logramos interceptarla una vez tarde cuando volvía sola a su casa y después de doparla con cloroformo la subimos a la traffic que teníamos. Allí le dimos una inyección de un relajante y quedó profundamente dormida para que no moleste ni se resista mientras llegábamos al refugio del sótano y la preparábamos.
Una vez en el sótano nos vestimos primero nosotros, bueno, nos desvestimos y nos pusimos las máscaras que habíamos fabricado a propósito, y después nos dirigimos a nuestra tarea con ella.
La habíamos dejado en la gran cama que ocupaba el centro del lugar, allí le sacamos una a una las prendas de vestir, dejándola completamente desnuda. Estaba mortal, una mina con todo en su lugar muy bien proporcionado con muy buenas curvas, lo mejor eran las piernas, tremendas piernas, perfectas, su cola no era la más hermosa del mundo, un poco chata pero nadie es perfecto, unas tetas que en ese momento eran amplias, redondas, bellas, llenas de leche con pezones grandes y rosados. Su entrepierna estaba peluda, con muy poco depile ya que era invierno y no usaba bikini ni ninguna malla.
- Esto hay que arreglarlo.-dijo uno- y se refería a esos pelos que ocultaban toda la zona de diversión. Ya habíamos acordado depilarlas completamente a todas nuestras chicas. Así que “H” (lo llamo así porque existe y para cuidar su anonimato) tomo la rasuradora y mientras “A” y yo lo ayudábamos separándole las piernas hizo desaparecer todo ese molesto bello púbico dejándole la vagina como un bebé, completamente lisa y suave. Tenia unos gruesos labios exteriores y para ser franco era de dimensiones mas bien grandes tal cual me la imaginaba, una vista preciosa. Levantamos un poco las piernas para ver si tenia pelos alrededor del ano y al comprobar que no la bajamos dejándola nuevamente en la cama. Yo no pude resistir la tentación y penetré con dos dedos tremenda concha para moverlos dentro y sentir como se humedecían poco a poco, así que acerqué mi lengua y le di unos lengüetazos a su clítoris sintiendo el característico sabor salado. Después me incorporé y dije que ya estaba lista para la fase baño.
La levantamos entre cuatro cada uno de una extremidad y la llevamos hasta donde estaba instalada la bañera, en el mismo sótano. En la tina habíamos fabricado una estructura metálica alrededor, anexada con grilletes con lo cual la víctima quedaba de pie en medio de la bañera y con los brazos y piernas estirados completamente a nuestra merced. Una vez atada la bañamos entre todos y al primer contacto con el agua comenzó a reaccionar. Todo esto planeado por supuesto, el efecto del calmante duró lo que tenía que durar.
Cuando abrió los ojos y reaccionó empezó a gritar como una loca. La pobre no entendía nada, lo último que
recordaba era que iba caminando hacia su casa y despertó atada, desnuda, dentro de una bañera, con la vagina rasurada y rodeada de cinco tipos desnudos y con mascaras negras de cuero que les cubrían toda la cabeza. La desesperación debe haber sido muy grande porque no paraba de gritarnos e insultarnos. Pero nosotros seguimos con el lavado, como no se podía mover no nos molestaban sus gritos, ya se calmaría. Le lavamos el cabello y enjabonamos cada parte de su hermoso cuerpo desnudo, poniendo especial atención a sus partes íntimas. Ella seguía insultando y suplicando por turnos, cada vez que una mano le recorría su vagina o separaba sus glúteos para enjabonar su ano.
Después la secamos, lentamente parte a parte y hasta la peinamos, no hablábamos mucho, yo nada, por si
reconocía mi voz, pero un par de los muchachos le susurraban continuamente groserías al oído mientras le
acariciaban los pezones. Eli ya no gritaba más, ahora solo lloraba, a veces desconsoladamente, y de vez en
cuando decía: - Basta, por favor, basta. o - No, no déjenme... por qué me hacen esto?
-Te gusta el corte que te hicimos acá? -le pregunta irónicamente “J” mientras le pasa la mano por la rasurada vagina a lo que ella estalló nuevamente en gritos y llantos cuando se dio cuenta.
“J” le siguió sobando la concha mientras le decía que parecía un bebé ahora con esa conchita depiladita y se reía a carcajadas.
Comenzó otra etapa, había que transportarla hasta el potro. Así llamamos a un aparato diseñado por “JM”, era una estructura de caños como un caballete, o una mesa sin la tabla. Con grilletes en las 4 patas, correas con hebilla, y gomaespuma en los lugares de contacto. Una vez atada allí la persona quedaba como en cuatro patas, estirada y con las piernas abiertas, con la cabeza para abajo y atada por las muñecas y los tobillos, mas una correa por la cintura. Prácticamente inmóvil.
No voy a decir que fue fácil llevarla hasta el potro. Una vez que la soltamos de la bañera empezó a debatirse con todas sus fuerza, tuvimos que sujetarla entre los cinco para doblegarla. Como nuestro lema era no lastimar físicamente, nos costó mucho esfuerzo, distinto hubiese sido si pudiéramos usar la violencia, con un par de sopapos la dejábamos inconsciente y listo. Pero no, nos propusimos no golpear.
Una vez atada en el potro, ella siguió gritando largo rato, y cada vez que alguno la tocaba intensificaba los gritos. Mientras “H” acomodaba las distintas cámaras que había en el cuarto para enfocar la escena desde distintos ángulos, los demás nos dedicamos a Eli. Entre “J” y “JM” le colocaron en la boca una especie de aro doble que ponía entre los dientes y se ataba con correas a la nuca, esto hacía que la víctima tuviera siempre la boca abierta y no pudiera morder, se imaginarán claramente para que era. Una vez asegurado “JM” le metió el pene en la boca, ella no podía hacer nada para rechazarlo, solo tenía movilidad en la lengua lo cual es un beneficio para el tipo. Se mantuvo un rato quieto mientras ella en el intento de rechazarlo lograba precisamente todo lo contrario, después “JM” empezó a mover rítmicamente las caderas, metiendo y sacando su herramienta, primero unos centímetros y cada vez más y más hasta que prácticamente la metía y la sacaba toda, logrando que ella produjera todo tipo de ruidos extraños, desde arcadas hasta gemidos y quejidos pasando por principios de llantos escandalosos.
Mientras tanto yo me arrodillé detrás de ella, tenía una vista excelente de sus dos agujeros, completamente a mi merced, comencé acariciando levemente sus labios vaginales y clítoris, notando una temblor de su cuerpo cada vez que posaba mis dedos sobre ella. No tardé mucho en utilizar la lengua y pude recorrer tranquila y ampliamente esa vagina que había deseado por meses, disfrutando de cada milímetro de ella, mientras que con los dedos seguía masajeando partes que no lamia, introduciendo levemente los dedos en su sexo.
“A” se había dedicado a las tetas, no se que le hacía porque yo estaba ocupado atrás pero la debe haber sobado bastante. Cuando “H” terminó con las cámaras se unió a él. En tanto “J” ocupaba ahora el lugar de “JM” en la boca de Eli.
Llegó el momento de la verdad. Me paré y delicadamente tomé mi verga, durísima, con el semen dentro de los huevos con mucho esfuerzo; rocé el glande con su vulva y la penetré. Como describir el placer que sentí a medida que mi pija entraba y salía en esa cálida y deseada vagina. Hice una gran fuerza para retrasar el orgasmo pero la incentivación era mucha y terminé descargando toda la acumulación en minutos, dentro de ella, en su más íntima profundidad. Para que decir que mientras duró todo el coito estuvo haciendo sonidos extraños, que no podíamos entender por tener toda la boca llena de pene.
-¡Saborea una pija de hombre putita! -decía “J”. -Si te habrás tragado pitos de maricones.... jajaajaja acá tenes una de verdad!!!!
-Tiene unas tetas hermosa vieron? -este era “H”
-Bien llenas de leche como me gusta a mí. -afirmó “A”. -Mira, las aprieto y sale un chorro. Me pasaría todo el día chupándole las tetas a esta puta!
Y así seguían los comentarios y risas degradándola, humillándola, rebajándola completamente. Ella nada podía hacer, totalmente inmovilizada estaba para satisfacer nuestros más bajos instintos.
Le retiré la verga flácida y correando leche de la concha y mi lugar lo tomó “JM”. Al pasar junto a mí le recalqué que no usara violencia y que no fuera muy rudo.
“JM” se colocó entre sus piernas, el tipo carga una buena herramienta, la más grande de los cinco. Apuntó el glande entre los labios vaginales de mi cuñada y se la clavó, tal vez demasiado de pronto para mi gusto, pero ya estaba hecho. Sentí como Eli emitió un quejido fuerte y que hubiese sido alarido de no tener la boca llena, sonó a grito de desesperación de animal acorralado.
Seguidamente comenzó a meter y sacar su pedazo, esta vez si haciéndome caso, suavemente primero, para ir poco a poco acelerando los movimientos, hasta llegar a un punto frenético en que sonaban como cachetadas sus huevos contra ella.
Fueron pasando uno a uno los demás, acababan dentro y que pase otro. Una abundante cantidad de leche chorreaba por sus piernas mientras ella ya no gritaba ni intentaba hacerlo, solo tenía un llanto continuo y descorazonador. Me acerque a su cara y con ayuda de “A” le retiramos la mordaza de la boca, acto seguido empezó a insultarnos en todos los tonos:
-¡Hijos de puta!!!! ¡¿Por qué me hacen esto, cagones?! -¡Putos cagones!- y después
-¡Déjenme ir por favor déjenme! Ya terminaron todos déjenme!!!
Solo risas y chistes le respondíamos.
-Pero no querida... antes de irte tenes que lavarte... jajaja.. tenes toda la concha llena de leche!!!
-¿No irás a quedar preñada no? porque nos tendremos que disputar la paternidad! y más y más risas.
Después de un rato ya creímos que tocaba la siguiente fase, así que acerqué un maletín, me situé detrás de ella, palmeándole el culo tuvo un sobresalto y empezó de nuevo con los patéticos lloriqueos. No le hice caso, abrí el maletín y quedaron al descubiertos una serie de juguetes como vibradores, consoladores, bolas anales, lubricantes y demás.
“J” la tomó de la barbilla levantándole la cara mientras le decía:
-Ahora Elita, el amigo acá procederá a prepararte el ano para futuras penetraciones.
-No por favor noo!! - Gritó. -Ahí no lo hagan noo!! déjenme!!!
-No te preocupes corazón, no te va a doler casi nada y lo vas a disfrutar en grande.
Abrí un pote de crema lubricante y me unté dos dedos y le puse bastante en el futuro orificio a desvirgar. Suavemente le fui haciendo masajes en el culo hasta lograr penetrarla con los dos dedos. Ella seguía quejándose y llorando, pero yo sabía que no le estaba produciendo dolor, así que una vez que tuve los dos dedos dentro comencé a moverlos en círculo para lograr una perfecta dilatación, que ya se iba notando, muy a pesar de ella que hacia todo lo posible por apretar.
Luego de unos 10 minutos saco los dedos, tomo un pequeño consolador del maletín, al cual lubriqué bien y comencé a introducírselo en el ano, tuvo un sobresalto y un llanto cuando empecé pero poco a poco se fue calmando, aunque continuaba llorando. Con el aparato logré aun una mayor dilatación del esfínter y al cabo de otros 10 minutos lo cambié por un vibrador más grueso, casi del tamaño de un pene normal. Cuando lo empecé a deslizar dentro de ella comenzó nuevamente con sus suplicas:
-¡Nooo! ¿No por favor... noooo! ¿Basta por favor, me duele!!!!
Y más lágrimas. No le hice caso y seguí lentamente introduciendo el instrumento en su estrecho culo. Mientras mis compañeros seguían con sus burlas y chanzas, lo cual la humillaba más y más.
Una vez que todo el vibra estuvo dentro lo encendí y comencé a moverlo lentamente en un saca y mete con una mano, mientras que con la otra le estimulaba el clítoris. Aunque seguía llorando y suplicando de vez en cuando, no pude dejar de notar que su vagina se mojaba. Yo no creo que lo estuviera disfrutando precisamente, pero su cuerpo reaccionaba a los estímulos en contra de su voluntad.
Llegó el momento de usar una herramienta más personal. Retiré el vibrador y pude notar que su ano estaba perfectamente dilatado como para recibir mi pene, obviamente algo de resistencia habría, porque todos los juguetitos que había usado eran de menor tamaño que mi verga. Me puse un preservativo y sobre el mucho lubricante, también en su orificio, mientras ella no paraba de quejarse, apunté mi arma y empecé a hacer presión, ella comenzó a gritar:
-Nooo!!! Nooo! Basta hijo de puta!!! Sacalo!! NOOOO... Por qué, por queee!!!!!
Sin hacerle caso para nada logré introducirle media verga en su culo cuando me detuve un momento tratando que se acostumbrara.
Y nuevamente a meterla otro poco despacio mientras Eli seguía gritando:
Ay ay ay!!!! No quiero eso!!!! sacamelá puto ay ay ay!!!!
En realidad no creo que le doliera mucho, pero su orgullo herido hacía que gritara defendiéndose.
Seguí presionando hasta que entró toda, aguardé unos segundos quieto y comencé un movimiento de mete saca cada vez más rápido y furioso.
Cada tanto me detenía unos segundos, cuando notaba que iba a acabar, para después continuar sodomizándola. Mi vista era magnífica,
podía ver completamente su culo recibiendo mi pene mientras corría a través de ese anillo de carne tantas veces deseado, mientras sujetaba sus nalgas abriéndolas aún más de lo que estaban. Y se sentía glorioso sobre el pito, apretado fijamente por su culito.
Mis compañeros deambulaban alrededor nuestro, algunos masturbándose, otros toqueteándola por todos lados.
Ella gritaba de a ratos, después se callaba y lloraba, mientras temblores sacudían su cuerpo. Después volvía a gritar, a suplicar, a insultar. “H” le dijo en un momento:
- Shhh... tranquila Elita!!! no me vas a decir que nunca te hicieron la cola?
Todos soltamos la risa, cosa que yo sabía la humillaba más que mi penetración, que para entonces era despiadada, veloz, vertiginosa, y por fin llegué. Me vacié completamente dentro de su culo, tremendamente dilatado ahora.
Me quedé un rato dentro hasta que mi pene volvió a estar flácido, y la saqué del interior de Eli.
Por detrás de mi órgano salió de su ano una mezcla horrible de excrementos mezclados con esperma, chorreándose todas las piernas y haciendo un desastre en el piso y hasta salpicando los alrededores. Ella lloraba con ganas ahora, desconsolada, mientras oía nuestras exclamaciones de asco.
Te vaciaste íntegra mamita!!! - dijo alguno -
Y ahora quien limpia este desastre? - preguntó “A”
Primero hay que terminar de limpiarla por dentro para que cuando acabe el próximo no se vuelva a cagar - apuntó “H”.
Alguien trajo un enema, y en esa misma posición le volcamos dos litros de agua dentro. Gritaba como poseída ahora mientras sentía ese líquido tibio entrar en su interior.
Una vez dentro el agua para evitar que la expulsara allí mismo no encontramos mejor tapón que las bolas chinas, las cuales entraron perfectamente en su culo salvo la última y más grande que costó un poco de mayor esfuerzo.
La soltamos y llevamos al inodoro donde retiramos las bolas y salió una catarata de su interior.
Luego de su limpieza interna, otra vez la a la bañera para higienizarla por fuera, mientras otros limpiaban el piso y demás charcos de inmundicia que había por ahí.
Vuelta a colocar y sujetar al potro los muchachos procedieron a inocularla por el culo, previa lubricación obligatoria.
Era el turno de “H” que no tardo nada en arrodillarse detrás de Eli y comenzar a comerle la concha y el ano, siendo recibido con estremecimientos y suplicas por parte de ella, pero al principio, porque pude notar después que dejó de hablar para quejarse despacito, mientras pequeños temblores acompañaban la tremenda lamida que “H” le daba.
Después de lubricarle ambos agujeros la penetró limpiamente por el culo ahora ya tremendamente dilatado.
Alternando gritos con jadeos y llanto Eli se erizaba atada al potro mientras su violador convertía la sodomización en un acto vertiginoso, mientras un constante sonido de aplausos indicaba cuando la penetraba totalmente.
Fue sometida analmente por todos, y cada uno de nosotros incluso la anaconda de “JM” entro limpiamente en el culito desvirgado de Eli. Una gran cantidad de sustancia blanca borboteaba en su ano en el momento que desalojaba uno y entraba otro, resbalando por sus torneadas y abiertas piernas secándose lentamente.
Tarde ya en la noche se dio por terminada la sesión anal. La bañamos nuevamente, esta vez sin atarla, no hacía falta, estaba completamente desmoronada y abatida. Ni siquiera lloraba, era una autómata que hacía lo que le pedíamos.
Después del baño la acostamos desnuda en la cama colocada a tal fin en la misma habitación, esposándole una sola mano al respaldo, y nos fuimos todos a comer y dormir arriba, para recuperar fuerzas.
Día 2 – sábado
Desperté temprano, en realidad no dormí mucho. La situación vivida ayer había generado en mi un continuo flujo de adrenalina que me mantenía sobreexcitado.
Me levanté, me duché y bajé al sótano dejando a mis socios durmiendo.
Ella estaba dormida, se ve que había llorado hasta hacerlo por las marcas en su cara, pero en este momento dormía. Me detuve a observarla un momento, desnuda, esposada por una muñeca, acurrucada en posición fetal. Que hermosa estaba, con su depiladita vagina y sus carnosos glúteos.
Me acerqué, la puse boca arriba suavemente y levantándole una pierna se la separé de la otra. No se despertó. Ahora pude apreciar toda su concha, al estar rasurada se veía perfectamente la cicatriz que habían dejado las episiotomías. Pasé mis dedos sobre ella. Abrí sus labios mayores.
Suavemente me situé entre sus piernas lo más cómodo posible y me dediqué a practicarle una cunnilingus larga y pausada. Más de 20 minutos después ella aún no se despertaba. Solo se lubricaba más y más dejando escapar de vez en cuando un sordo quejido apenas audible, la penetré con dos dedos mientras mordisqueaba su clítoris. Ahora si abrió los ojos, se estremeció bruscamente sorprendiéndose de encontrarme entre sus piernas y susurró mientras se le escapaban las primeras lágrimas del día.
-No, basta por favor… bastaaa no doy másssss… dejame en paz bastaaa…
Como se me paró instantáneamente la verga al escucharla con voz ronca decir eso.
Inconscientemente su vagina se lubricaba cada vez más, aparte de mis babas, y un movimiento muy pequeño de caderas comencé a percibir.
Lamí y lamí su concha y jugué mordisqueando su clítoris hasta notar un mar de jugos saliendo de ella, mientras se retorcía al sentir algo que no me atrevo a llamar placer pero se asemejaba. Su cuerpo la traicionaba y eso la destruía anímicamente, metí dos dedos en su vagina y continué lamiendo, ya no lloraba y su respiración se agitaba más y más.
No aguanté más y lamiendo hacia arriba llegue a sus pezones que mordisqueé con ansias mientras con la mano apunté mi pija en su entrada para penetrarla una vez más, esta vez acostados.
-No! – dijo quedamente y sin convencimiento.
Pero yo en mi calentura ya la martillaba duramente. Un furioso mete y saca que provocaba jadeos en ambos y una lágrima se despegaba de sus ojos y apuesto mi vida que era de bronca por estar sintiendo placer.
Solo un instante después eyaculé violentamente dentro de Eli y sentí que ella se estremecía violentamente para quedar completamente inmóvil después, sollozando quedamente.
-Ya estás usando la clienta!!! –una voz masculina exclamó desde la escalera.
Volteé a mirar y venían bajando “A” y “J” con una bandeja con comida y agua. Se divertían con la situación de encontrarme temprano usando a Eli. Le ofrecieron agua que bebió con ganas después de varias horas sin hacerlo, pero no quiso comer nada, se ve que algo de estúpido orgullo aún perduraba en ella y se rehusó olímpicamente y con desprecio a probar nada.
Subí yo a comer algo, mientras los dos se quedaron con ella dándole masa tras masa, litros de semen habían entrado ya en mi cuñada por todos sus agujeros.
Arriba me encontré con “JM” y “H” desayunando, hicimos unas bromas y bajaron enseguida a ayudar a los otros dos. Me entretuve unos 20 minutos y volví a bajar al sótano.
Mientras bajaba la escalera hice un paneo de la situación. “JM” estaba acostado en la cama con Eli sobre él, la habían desatado del respaldo, ahora estaba esposada muñeca con muñeca a la espalda, el tipo la tenía ensartada por la concha mientras “A” le abría los cachetes del culo a ella y “H” apuntaba sus 18 cm. A su hasta hace poco virgen ano.
Cuando se lo metió pude observar en la cara de Eli todas las sensaciones que la recorrieron, primero dijo:
-No no no no!!! –rapidito y bajito como queriendo convencerse que no iba a pasar lo que pensaba.
Después cuando la sintió entrar abrió la boca y los ojos desmesuradamente como para soltar un alarido terrible, pero luego de unos segundos así solo emitió una especie de bufido exhalando todo el aire contenido, unos lagrimones comenzaron a bajar de sus ojos.
Estaba siendo víctima de una doble penetración espectacular dejando escapar sordos quejidos mientras las lágrimas le mojaban toda la cara.
Poco a poco fueron acelerando el ritmo hasta que se volvió un mete saca vertiginoso y atroz dejando escapar Eli ahora si gritos de angustia, dolor, y me atrevo a decir que algo de excitación. Terminando por llenarle el culo de leche cuando con un bufido “H” descargaba. Segundos después “JM” también acababa dentro de Eli, pero en su útero.
Llegó el turno de “J” que ni bien dejaron lugar los otros se posicionó en el lugar ocupado antes por “H” apuntando su verga al enrojecido y lubricado con semen culito de Eli. Apoyó el glande y con extrema facilidad se deslizó para adentro, sin casi oposición de ella, solo dio un respingo cuando los huevos de “J” chocaron contra vagina. Se la había clavado de una hasta el fondo.
-Ahhhhh….-salió de Eli y otro pequeño grito cuando “J” le sacó toda su herramienta dejando solo la cabeza dentro del culo de ella. Y nuevamente:
-Ahhhhhhhhhhh… - Eli cuando le volvió a enterrar todo ese pedazo de carne en sus entrañas.
El comenzó con un bombeo furioso entonces haciendo que Eli derramara más y más lágrimas.
Entonces “A” la incorpora un poco, lo suficiente como para sentarse en la cama y que la cabeza de Eli descanse en sus muslos. Mientras “J” convertía su culo en la camisa de su pistón “A” jugueteaba con su pene sobre la cara de ella, ya sea dándole azotes, ya sea masturbándose, pero no se la metía en la boca por miedo a que se la muerda.
Tras rigurosos 15 minutos de bombeo “J” se derramó completamente en el interior de Eli, con un bufido de satisfacción se la sacó de golpe haciendo que ella diera un respingo y un grito. Una cantidad de líquido blanquecino comenzó a salir de su ano, ahora tremendamente dilatado y enrojecido.
“A” tomó posición entre las nalgas de Eli, siempre continuaba ella boca abajo esposadas las muñecas a la espalda. Se agarró el pito y apoyó el glande entre los labios mayores de la depilada concha; hizo un movimiento arriba abajo y la penetró completamente de un tirón.
-¡Ayyyy!!! – exclamó Eli sintiendo su intimidad nuevamente violada.
Instantaneamente “A” comenzó un furioso vaivén porongal dentro de ella mientras con ambas manos le abría los cachetes del culo y penetraba sin dificultad ambos pulgares en el ano.
Los quejidos de Eli eran un constante:
-Ah! Ah! Ah!- que acompañaba el vertiginoso ritmo que “A” le impulsaba a su pene en su vagina, mientras seguía explorando su culo con los pulgares y haciendo que brotaran chorros de semen de él.
Cuando parecía que eyaculaba, la sacó de golpe y sin más la clavó toda en ese ano ya tantas veces ultrajado.
Fue un golpe de escena en la tranquila violación que estábamos llevando a cabo la violencia que le imprimió “A” haciendo que Eli volviera a gritar y suplicar para que se detenga. Lejos de hacer caso, él continuó ese ritmo hasta que se vació completamente en su culo llenándole los intestinos de esperma. Una vez flácida le sacó la verga del culo y se retiró, dejando a Eli llorando nuevamente y maldiciendo su destino.
El tiempo pasó rápidamente, sobre el medio día mientras alguno cocinaba “A” y yo bajamos al sótano para darle un baño a nuestra amiga, estaba dormida en la misma posición que quedó luego de la enculada del propio “A”.
-Se te fue la mano – le dije
-Puede ser, pero me calenté mucho y ya no pude dominarme. Igual no estamos en plan conquista ¿no?
Tenemos que cojerla todo lo más posible antes de devolverla jajajaja
-Si negro pero quedamos que no la vamos a golpear o romper, sin marcas, sin moretones.
-No le quedó ninguna marca! – exclamó “A” – Pero prometo controlarme.
-La verdad que se me está parando de nuevo viéndola esposada así culo para arriba ja. Pero no, tenemos que bañarla y darle algo de comer que todavía le queda camino que recorrer jajajaaj.
Pusimos mano a la obra y trasladamos a Eli hasta el inodoro para que haga sus necesidades y después a la bañera así esposada detrás como estaba la bañamos una vez más fregando exhaustivamente sus partes íntimas acompañados con un nuevo lloriqueo por parte de ella, aunque mucho más quedo. Parece que su voluntad se estaba haciendo añicos por fin.
Comimos y le dimos a ella, esta vez si comió y bebió bastante. Luego la dejamos descansar mientras nosotros hacíamos lo propio para recuperar fuerzas para la noche, la última noche de su pesadilla.
No fue hasta las 10 de la noche que volvimos a bajar al sótano. Los cinco descansados y algunos tonificados con pastillas milagrosas volvimos a la carga con los huevos llenos de lefa.
Resumiendo, la volvimos a violar varias veces anal y vaginalmente, con la mordaza puesta hizo nuevas mamadas a la fuerza y recibió varias dobles penetraciones y hasta en un momento la cojimos por la vagina “H” y yo a la vez. Costó un poco que entraran nuestros penes pero forzándola al extremo, dilató lo suficiente como para recibirnos. Gritó mucho otra vez, sufrió, se que fue así, sintió mucho dolor y nada de excitación pero valió la pena, después de tantos polvos y con los huevos secos necesitábamos algo distinto para calentarnos. La concha le quedó como un túnel y tardó un rato en volver algo a su tamaño normal, mientras expulsó chorros y chorros de leche de su interior, así como su esfínter que tampoco volvió a ser el mismo dejaba escapar nuestro esperma.
Ya muy entrada la noche la bañamos por última vez, retirando toda prueba comprometedora de su cuerpo, le hicimos enemas vaginales y anales con lo que quedó completamente limpia y la volvimos a dopar.
Así dormida le pusimos su ropa y la dejamos en la plaza del barrio, eran las 4 de la mañana y nadie deambulaba por la calle con lo que resultó todo un éxito la devolución.
La encontró un policía cuando aclaró y la hospitalizaron.
Nosotros volvimos a aparecer en sociedad ese mismo domingo a noche, nuestra coartada había sido asistir a un espectáculo musical todo el fin de semana y nadie sospechó de nosotros. Es más, a pesar de ser ella de mi familia yo jamás me enteré que había sido secuestrada. Se ve que prefirió mantener silencio debido a la vergüenza y sus padres, hermanos y marido acataron su deseo.
No fue hasta 15 o 20 días después que la volví a ver en casa de mis suegros. La vi muy triste y desmejorada, no es para menos pensaba yo.
Lentamente fue recuperando su habitual comportamiento y unos meses después ella y su marido nos dieron la noticia de que esperaban su cuarto hijo.
Resultó ser una niña, que hoy tiene 15 años y es muy bonita, al igual que su hermana mayor de 18.
Siempre quedará la duda sobre quien es su padre.
FIN