Aquél sábado
Varios años de amistad y cenas cargadas de conversaciones sexuales, tenían que acabar así.
Aquel sábado era como otros cualquiera, nada hacia pensar en lo que la noche nos depararía.
Habíamos quedado para cenar a las 22 en un nuevo restaurante de la ciudad, mi mujer Carolina y yo los pasamos a recoger con nuestro coche y fuimos a cenar. En la cena debido al vino y alos chupitos, acabamos hablando de lo de siempre la cama, Rebeca que era amiga de mi mujer tenia un cuerpo normalita pero desprendía ese deseo sexual que desprenden algunas mujeres, Andrés su marido era un chico normal aunque su mujer siempre alardeaba de que estaba bien armado.
Al salir del restaurante era pronto para ir a bailar y decidimos pasar por casa ya que teníamos unos gramos de coca y nos apetecían unas rayas. Subimos y puse unos cubatas algo de música pusimos la tele y estaban dando una película erótica, eso hizo que yo me empezara a calentar, no se como pero empecé a acariciar a mi mujer por debajo del vestido sin que ellos se dieran cuenta descubriendo que estaba encharcada.
Un cubata trajo otro y otro y la conversación sobre sexo animada por la película empezó a subir estando los 4 sentados en sofá y con solo la luz de la TV empecé a besar a mi mujer y a acariciar sus piernas, como estaba al lado de Rebeca cada vez que acariciaba el culo de mi mujer rozaba el suyo, me di cuenta de que ellos estaban liados ella no paraba de acariciarle el paquete que de verdad que se notaba una buena herramienta. Yo mientras ya le había levantado el vestido a mi mujer y acariciarle su coño, mientras Rebeca habría sus piernas para que ala vez que acariciaba a mi mujer ella notara mi mano a todo esto Rebeca tenia la poya de su marido en la boca, subía y bajaba por esa poya eso a mi me ponía cada vez mas cachondo mi mujer se giro y al ver la poya de Andrés se le noto que quería unirse a la mamada, solo la mire y ella supo que tenia mi aprobación, como Andrés tenia los ojos cerrados, al notar dos bocas en su poya se levanto de un susto, pero les dejo hacer, mientras yo tenia el culo de las dos delante, les levante el vestido, y empecé a chupar sus coños por igual.
Rebeca se giro y empezó a chuparme la poya al ver a mi mujer con Andrés no pude aguantar y me corrí enseguida, pero cogí a Rebeca y empecé a comerle el coño lo que hizo que enseguida estuviera otra vez listo.
Mi mujer no aguantaba y se subió encima de Andrés, empezó a meterse la poya primero poco a poco y después cada vez más rápido yo sabia que no tardaría en correrse, mientras Rebeca había tenido un orgasmo y se me puso a 4 patas quería que la follara y no perderse detalle de lo que la hacían a su marido, corriéndose y dejándome lleno de sus jugo a lo que aproveche para ponerme detrás de mi mujer que iba camino del segundo orgasmo encima de la poya de Andrés, despacio la eche para adelante y le puse la poya en la entrada del culo no tardo nada en ir para dentro lo que nos hizo tener un orgasmo a los tres que se tuvo que oír en todo Sabadell.
Después nos despedimos sabiendo que aquello era el principio de algo que ya no habría vuelta atrás.