Aquel fotografo
Un fotografo bastante interesante, y un parque sin gente...
Asistí a la presentación de un libro sobre fotografía, el autor, un hombre como de unos 30 años; al parecer era el primer libro que presentaba sobre su obra. El era un hombre bastante atractivo, alto, muy buen cuerpo, y unas canitas que empezaban a salir en su pelo; blanco y con unos ojos color miel que realmente impresionaban. Antes de la presentación, nos invitaron un poco de vino, después Uriel (autor de aquellas fotografías) se dispuso a platicarnos sus experiencias y algunas cosas que tenían que ver con el libro.
Durante su presentación, al escucharlo hablar con voz fuerte, bastante claro en sus palabras y mirando hacia la gente, me iba prendiendo poco a poco, no podía dejar de mirarlo, el se percato de eso, y como no, si estaba sentado casi hasta delante y frente a el. Muchas veces dejaba ir su mirada hacia mi lugar, en dos ocasiones me sonrió, y realmente eso me prendía mas, pero no le tome importancia ya que sonreía a cada momento.
Yo asistí al evento con un par de amigos, los cuales se fueron un poco antes de que acabara la presentación del libro, al termino de esta, decidí acercarme a el y ver si había la oportunidad de que pasara algo. Tuve que andar entre la gente un rato, ya que había mucha gente a su alrededor, después de un rato, lo dejaron solo, así que me dispuse a ir a platicar con el. Le pedí que firmara mi libro y así le empecé hacer la platica.
De cerca se veía muchísimo mejor, y me pude dar cuenta de aquella barba, de aquellas piernas bien torneadas, y de sus manos grandes y fuertes. Nos miramos fijamente por cinco segundos y entonces me di cuenta de que algo podía pasar, le sonreí y el a mí, en eso se acercaron unas personas y tuve que hacerme a un lado, salí a fumar a la parte de afuera, revise el libro, el cual decía:
11:30 parque el reloj
Esto bajo un gracias por asistir a la presentación y su firma, vi el reloj y eran las once, así que decidí salir por un café para después ir a esa cita, que ya esperaba con ganas.
Iba llegando al parque cuando me percate que había alguien ahí, era él, con una gabardina negra y un cigarro en la mano, nos saludamos nuevamente, nos miramos, y el tomo mi mano y la apretó, así anduvimos caminando un rato por el parque, como si nada nos importara, que de hecho a esas horas nadie pasaba por ahí, solo se veían sombras alrededor del parque.
Platicamos sobre sus fotografías, sobre él, sobre mi, llegamos hasta un pequeño lugarcito donde pudimos sentarnos, y donde el se atrevió a besarme. Me besó sobre los labios, las mejillas y así fue recorriendo toda mi cara; por momentos sentía su barba sobre mi rostro, lo cual me prendía muchísimo, yo lo abrace, y le acaricie la cara, lo tome del pelo y lo bese en la boca fuertemente, hundiendo mi lengua en su interior; el comenzó a desabotonarme la camisa, a besar mi pecho y bajando poco a poco, lamiendo cada centímetro por donde pasaba, yo solo miraba alrededor para percatarme que nadie viniera hacia nosotros.
Desabrocho mi pantalón y saco mi verga ya endurecida al cien, la besaba, la acariciaba, y poco a poco la fue hundiendo en su boca, se la metía y la sacaba muy lentamente mientras acariciaba mis piernas, los huevos y toda esa parte debajo del pene, yo lo disfrutaba placenteramente. Lo subí nuevamente hasta mi boca, lo bese, y le desabroche el pantalón, el ya no tenia camisa, pero al parecer ninguno de los dos sentía frió, así que seguimos, nos tiramos en el pasto y experimentamos la famosa posición 69, pude sentir su verga en mi boca, como de unos 20 cm, muy gruesa, bastante jugosa, la disfrutaba mientras le acariciaba las nalgas, las piernas que ya antes se me habían antojado tanto.
Lamía todo lo que podía, cada centímetro de su cuerpo lampiño, su piel realmente era muy suave, al igual que sus riquísimas nalgas, por las cuales varias veces deslice mis dedos entre ellas, de repente de igual manera podía sentir sus manos acariciándome el culo sobandolo y hundiendo poco a poco sus dedos.Por momentos sentía sus labios apretar fuertemente mi glande, lo cual disfrutaba, sentia su lengua jugando en toda mi verga, mientras yo jugaba con la suya; la lamía de arriba abajo, besaba sus huevos , los lamía y los tocaba suavemente.
Después de un rato de caricias besos y disfrutar nuestras vergas, no pude mas y me vine en sus labio, el, deslizo toda mi verga sobre su cara mientras sentía como el también se corría sobre la mía, lamí su glande durante un rato hasta dejarlo limpio , mientras, el hacia lo mismo con el mío.
Nos levantamos y nos abrazamos fuertemente. Al día siguiente asistí a su estudio para conocerlo y para repetir esos momentos que habíamos vivido la noche anterior, pero ahora en privado, solo con algunas cámaras fotográficas a nuestro alrededor.