Apuesta perdida parte 4 (Final)

Último día de mi feminización. El misterio de tanto semen resuelto y tomo mi decisión final sobre si permanecer en este mundo o no y las razones que llevaron a Laura a hacerlo.

Mi último día en la feminización. Tras despertarme Laura, esta estaba llena de semen. Abajo todas lo estaban: desde las tetas, cara y barriga, hasta espalda y culo. Lamí lentamente, mientras ella me decían que sintiera el sabor a hombre.

  • ¿Te gusta el sabor a macho, verdad preciosa? — Gemía Sandra. Todas rieron.

Cuando terminé de lamer, untaron semen desde preservativos a un vaso y me bebí entero sin derramar gota alguna. Luego de eso regresaron una vez más a las revistas perfumadas con olor masculino. Lamí y besé vergas y pectorales sin semen y luego con semen. Y así transcurrió hasta el medio día, hora en la que almorcé tortilla rellena de leche. Laura no se equivocaba al decir que me esperaba un día de “mucha leche”. Luego la escuché hablando por teléfono mientras lamía los restos de los platos con la lengua:

  • Sí, hola Carlos. Soy amiga de Marina, la nena del otro día. Está deseosa de follarte otra vez. Ven hoy a casa en cuanto puedas. Vivimos...

Pasé dos horas limpiando la casa vestida como criada, planchando y tal. Luego fuimos a la ducha. Allí, desnuda, me afeitaron y lavaron. Tuve que enjabonar las tetas y demás cuerpo de las chicas y ver como ellas se duchaban, se tocaban el coño o las tetas y se besaban con aire lesbico para excitarme.

Me vistieron solo con braguitas de Minnie y colonia de nena. Luego llamaron al timbre y al abrir yo, era obviamente Carlos. Se me quedó mirando con deseo y sorpresa. Luego dijo:

  • Estás hermosa putita.

Empezó a besarme y me metió la mano bajo mis braguitas. Ya no tenía el cinturón, por lo que sentir su contacto hacía que mi verga estuviera durísima. Aún no me había venido en los cuatro días y estaba demasiado caliente. Las chicas nos habían dado intimidad. Nos tumbamos en el sofá y seguimos besándonos. Yo como la nena caliente, él, como mi macho.

Me bajó las braguitas mientras me besaba el cuello y yo inconscientemente gemía de nena. Vi como las chicas nos miraban a través de la escalera, riéndose discretamente. Mi chico estaba tan inmerso en follarme que ni se dio cuenta.

Le quité los pantalones y los bóxer y vi aquella polla tan preciosa delante mía. Lamí la cabecita y sentí su juguito tan delicioso. Seguí lamiendo, besando su hermosa polla y mamando. Finalmente me abrió de piernas y me penetró varias veces hasta que se cansó y me puso a cuatro patas. Luego le hice otra mamada hasta que se vino en mi boca y, antes de tragarme su leche, Laura exclamó:

  • ¡Espera!

Vino con una cámara de fotos y tuve que dejar que me hiciera una foto así. Luego me hizo otra limpiando la polla de mi macho. Ocurrieron las presentaciones y luego por fin me enteré de porqué tenían tanto semen:

  • Creo que te he visto alguna vez por mi Club de compañía — mencionó Violeta.
  • He estado un par de veces sí.

Las chicas, tras una charla, me otorgaron el placer de ver como mamaban, cabalgaban y eran folladas a cuatro patas por mi macho.

Luego de todo aquello, Carlos por fin se marchó no sin antes darme un beso en la boca. Tras eso, las chicas se hartaron de reír y me dijo Laura:

  • Bueno, solo son las nueve de la noche. Aún podemos disfrutar de ti.

Lo que hicimos fue ver vídeos porno de travestís y luego de eso, contrataron a una escort travestí. Era guapa, cabello moreno, largo. Era bien dotada. Me penetró a cuatro patas, luego me dio la vuelta, abrió de piernas y siguió penetrándome. Hicimos un 69 bien rico y finalmente tuve que cabalgarla. Y para terminar le hice una mamada en su polla, se corrió en mi boca, Laura me hizo otra foto y yo luego tragué. Cuando la travestí se marchó, Laura empezó a hacerme una mamada. A pesar de correrme enseguida (sorprendido por su dulzura y delicadeza) ella rió y volvió a lamermela tras una paja de cinco minutos. Me corrí en sus tetas y tuve que lamer. Hecho eso, ella dijo:

  • Bueno la apuesta a concluido. Ya si quieres seguir con esto o no, es cosa tuya.

Volví a mi casa, me duché, aunque no me vestí. Me quedé desnudo tumbado en la cama pensando en todo. En parte quería repetir la experiencia y en parte no. Aún tenía el número de Carlos. Pasaron dos semanas antes de que descolgara el teléfono para llamar a Carlos.

Durante los siguientes meses fui la nenita de Carlos pero para mí solo era un juego. Tristemente el falleció once meses después a causa de un paro cardíaco. Luego de aquello Laura y yo nos hicimos novios (pasaron cinco meses) y fui su nenita. Ella me reveló entonces algo:

  • Hice lo que hice no solo por la apuesta. Se que en el fondo te gustaba aquello y solo lo saqué a la luz. No lo hubiera hecho de saber que no te gustaba en realidad. Nada fue forzado y lo sabes. Tú lo querías.

Y era verdad. Pensándolo fríamente, era cierto. Sino, me habría negado. Podría haber huido, rechazado la oferta de ser feminizado, pero no lo hice.

Aunque era feminizado a veces, eso no evitó que tuviéramos relaciones normales. Con el tiempo nos fuimos a vivir juntos y bueno, toda esa historia.

Espero que la historia os haya gustado tanto o más que a mí. He de decir que incluir a travestís en la historia es una forma de decir que también me gustan y si alguna quiere contactar conmigo... Correo: Bebita1869@hotmail.com :)