Aprovechandome de mi madre (III)

El segundo encuentro con mi madre supone ligeros avances

La vuelta a la rutina diaria tras el fin de semana que pasé en casa de mis padres me sirvió para ir ordenando las ideas después de lo que había pasado entre mi madre y yo, el trabajo y el día a día con la mujer, los amigos, me hizo coger un poco de distancia y poder valorar convenientemente que había pasado y porque.

No era ajeno a que lo que había hecho mi madre lo había hecho en base a un engaño y a haberme aprovechado del cariño/amor que una madre tiene por su hijo, ser consciente de estos hechos no hacía que me sintiese precisamente orgulloso, los sentimientos de culpa y de sentirme "sucio" me asaltaban más a menudo de lo deseado, pero a la vez, con ellos convivían los sentimientos del morbo y la excitación de lo prohibido que tanto tiempo llevaban alojados allí. Es complicado en definitiva, describir las sensaciones que me asaltaban esos primeros días tras ese primer episodio sexual con mi madre, un buen resumen sería decir que me hallaba presa de un morbo excitante jalonado de sentimientos de culpa.

El transcurrir de los días no obstante matizó en cierta manera la parte culposa a la vez que mantenía la morbosa, hablar por teléfono alguna que otra vez con mis padres y notar a mi madre con el mismo tono y maneras de siempre ayudo bastante a ello. Esto hizo que la parte más morbosa tomase un tanto la delantera y mi mente comenzó a elucubrar sobre futuros pasos y actuaciones que llevaría a cabo con ella, la imaginación en estos casos es libre y mi mente pasó rápidamente de mamadas a penetraciones, de ahí a enculadas y derivó rápidamente en orgías y desmadres mil; en todos los casos con situaciones que poco o nada tenían que ver con la realidad, una realidad donde, no lo olvidemos, mi madre me habia hecho una mamada forzada y engañada...asumo que muy consecuente no era.

De todo ello la más beneficiada acabó siendo mi mujer, al menos esas primeras semanas, los polvos que le echaba tenían su causa directa en el estado de excitación en el que me había sumido lo acontecido con mi madre. No se puede decir que follasemos todos los días, pero si normalmente nuestra vida sexual se concretaba una vez a la semana, en esos momentos era fácil que 3 veces semanales me descargase en la cara, boca o resto del cuerpo de mi mujer.

Pero inevitablemente el tiempo pasaba y la "obligación" de volver a mi casa a visitar a mis padres poco a poco crecía.

  • Vamos este fin de semana a tu casa a ver a tus padres? - me sorprendió un mediodía durante la comida mi mujer

  • Hmmm...

No supe qué decir, lo primero que me vino a la cabeza fue la imagen de mi madre con mi polla en su boca.

  • Va -dijo mi mujer- que hace casi un mes que no vamos y ya toca

  • Vale, pero llamala y diselo tu

  • La llamo ahora, si

Y siguió hablando de cuestiones de su trabajo, yo entré en el estado ese que desarrollamos muchos hombres cuando llevamos tiempo en una relación, donde parece que escuchamos lo que nuestra mujer nos dice, asentimos como si lo hiciésemos realmente, pero mientras estas en tu cabeza dándole vueltas a lo que sea que te este rondando por ella en ese momento...y precisamente lo que tenía era la imagen de mi madre arrodillada, con mi pene en su boca y mirándome.

Esa misma tarde mi mujer me dijo que había hablado con mi madre y que le dijo que íbamos a ir este fin de semana a pasarlo allí.

  • Que más te ha dicho - Comenté

  • Nada, hemos estado hablando poco la verdad

  • Y como estaba

  • Pues no se, la he notado algo callada, más que otras veces

  • Vaya - quede un poco sorprendido, cuando me lo dijo.

No quise indagar más y deje de lado el tema.

Esa misma noche al irnos a dormir, no pude quitarme de la cabeza toda la situación que se había generado con mi madre, mi mujer me noto taciturno y aunque me preguntaba si me pasaba algo siempre le respondía que eran cosas de trabajo, incluso cuando la note un poco más cariñosa que de costumbre, imagino que buscando algo de sexo nocturno, mi cabeza no se dio por enterada y siguió a lo suyo, por lo que un poco enfurruñada se dio media vuelta y se puso a dormir.

El resto de días hasta el viernes el ánimo fue muy similar, si cabe con más nerviosismo conforme se acercaba el momento de coger el coche para irnos al pueblo.

Y el viernes llegó.

Durante el trayecto hasta llegar a mi pueblo ambos permanecimos callados, mi mujer imagino que pensando en sus cosas, en mi caso pensando únicamente en que hacer cuando llegase a casa de mis padres, había pasado tiempo y aun no tenia claro como comportarme y sobre todo cómo actuar con mi madre.

Aparcamos el coche en la puerta y empezamos a bajar las maletas, imagino que dentro de la casa oyeron el ruido porque a medias salieron mi padre y mi madre a recibirnos.

  • Ya estais aqui? - nos recibieron

  • Ya, ya estamos - respondió Julia

  • Ala venga para dentro

Acabamos de descargar y entramos las maletas en casa, apenas había cruzado la mirada con mi madre, pero la sensación es que todo era normal, no parecía que la situación fuese muy diferente a la de cualquier fin de semana que solíamos ir alli.

La tarde transcurrió tranquilamente mi madre y Julia estuvieron casi todo el tiempo hablando, arreglando un par de cosas de casa y preparando la cena mientras mi padre veía la televisión y yo iba y venía un poco tratando que se me viese lo menos posible. A la hora de la cena todos tomamos asiento en la mesa y mientras tomábamos lo que habían preparado, las conversaciones giraban en torno a cuestiones baladíes, yo apenas crucé un par de palabras con mi madre y nuestras miradas se cruzaron acaso dos veces más. Para el que no sabía nada de lo que había pasado entre ella y yo hace apenas un mes todo era normal, sin embargo para quien lo hubiera sabido estaba claro que ambos tratábamos casi de evitar mirarnos.

Después de cenar nos pusimos a ver la televisión mientras mi mujer y mi madre seguían hablando sobre diversas cuestiones. Yo apenas atendía a lo que decían y tras un rato de vegetar allí, decidí subirme a la habitación, tumbado en la cama no dejaba de darle vueltas a cómo debía actuar, me parecía claro que si tenia que pasar algo de nuevo entre mi madre y yo, debía ser yo quien lo forzase, ya que ella me había dejado claro que solo actuaría cuando yo se lo pidiese y que yo solo se lo pediría cuando no pudiese aguantar más, era un mes suficiente para decirle "ya no aguanto mas"? pues no se si el morbo o la razón me hacía pensar que si, que era un periodo en el cual podría justificarle a mi madre que necesitaba de sus atenciones.

Transcurrido un tiempo en el que seguí dándoles vueltas a la cabeza, oí los pasos de mi mujer que subía a la habitación, llego a ella y mientras se cambiaba y se ponía su pijama yo aprovechaba para disfrutar de sus curvas, su perfecto culo y sus dos pechos, pequeños sí, pero a su manera también bonitos. Cuando acabó se echó sobre la cama y tapándose me dio un beso.

  • Buenas Noches cariño

  • Buenas noches

  • Estoy muerta del viaje perdona

  • No te preocupes, duerme y descansa

Apague la luz y me dedique a mirar en la oscuridad mientras notaba como mi mujer se iba quedando dormida.

Creo que debió pasar una hora cuando decidí que no aguantaba más allí tumbado puesto que el sueño no parecía tener intención de visitarme, intentando hacer poco ruido me levanté despacio y salí de la habitación, baje tranquilamente las escaleras y por debajo de la puerta vi luz en el comedor, despacio me acerque y abrí la puerta. Allí estaba sentada mi madre en uno de los sillones, mientras mi padre roncaba estirado en el sofa.

  • No os habéis ido a dormir?

Mi madre me miró, volvió la cabeza hacia el televisor y un par de segundos después contestó.

  • No, nos íbamos a ir ya

En ese momento dude si volverme a mi habitación o sentarme y esperar a ver que pasaba, la situación comenzaba a parecerse a lo que ocurrió un mes atrás y quieras que no empezaba a pensar ya más con el rabo que con la cabeza...como imagináis, entre y me senté en el sillón que quedaba libre.

En la televisión no recuerdo que estaban poniendo, yo solo prestaba atención a mi madre, desde la posición que estaba no podía ver lo que yo miraba por lo que no tenía problema alguno en prestar atención a lo que ella hacía, además con mi padre durmiendo, no había riesgo de que me pillase en falta observándola de más.

Todavía no se había puesto la ropa de dormir, por lo que iba con la ropa que había llevado todo el dia, un pequeño jersey fino de punto y una falda que le llegaba hasta las rodillas con las zapatillas de andar por casa, el pelo lo tenía recogido en una pequeña coleta, no podía decirse que fuera sexy en absoluto, sin embargo ver cómo sus pechos ceñían el jersey dándole esa forma tan femenina a la altura del busto o ver como la falda se le subía en algún momento por encima de las rodillas, hacia que estuviera disfrutando, tanto yo, como mi polla, que por momentos se iba poniendo morcillona.

Tras un rato de observar, decidí que era momento de actuar, no sabía si seguiría habiendo agua en la piscina, pero con mi pene ya en estado de pre-guerra y empezando a quitarle ya oxigeno al cerebro, las decisiones empezaron a tomarse de manera más sencilla.

  • Mama

  • Dime

  • Veras, es sobre lo que hablamos la última vez

  • Ahora no

  • Es que…

No me dejo acabar, giró la cabeza y con cara de pocos amigos señaló con ella al bello durmiente de mi padre

  • Ahora no

  • Vale

Me recosté en el sillón y me dedique a ver lo que había en la televisión mientras le daba vueltas al “ahora no” de mi madre, parecía claro que sabia sobre que quería hablarle y también que seguramente no era el momento con mi padre alli.

Transcurridos 10 minutos mi madre le dio un golpe en el hombro y le dijo de irse a dormir ya, mi padre se desperezó e incorporándose se levantó para irse a la cama. Pensaba que mi madre se esperaría allí, pero para mi sorpresa se levantó también y siguió a mi padre camino del dormitorio.

Cuando salieron me quedé allí sentado mirando como un zombi el televisor, no terminaba de entender la actitud de mi madre, su “ahora no” que entendí como un “espera un poco”, quizá se refería más bien a “esta noche no”, o quizá simplemente mi madre se había echado atrás y la piscina de repente había dejado de tener agua.

En esas elucubraciones estaba cuando oí pasos que venían por el pasillo, era mi madre que abriendo la puerta me miró y cruzó el comedor.

  • Voy a beber agua

Me callé y no dije nada mientras con mis ojos seguía su andar percibiendo el leve bote de sus pechos a cada paso que daba...no, no iba a ser fácil quitarme a mi madre de la cabeza.

Oí el frigorífico abrirse y como mi madre sacaba una botella, volviendo después sobre sus pasos, cuando entró de nuevo en el comedor, no pude seguir callado.

  • Mamá, tenemos que hablar

  • Esperate un rato, cuando tu padre se duerma salgo y hablamos de lo quieras

  • Vale, te espero aquí viendo la tele

  • Y Julia?

  • Ya se ha dormido

Y se fue en dirección al dormitorio.

Me dejo alli y la verdad es que como siempre con sensaciones encontradas, por un lado parece que esa noche no iba a ser echada en balde y por otro no tenía muy claro si con lo de hablar mi madre se refería solo a eso, hablar, o implícitamente estaba dando por supuesto algo más que la simple palabra. En ese mismo momento me convencí internamente que mi madre no se iba a ir a dormir esta noche sin probar un poco mas de mi polla.

Al cabo de algo más de media hora, y cuando ya comenzaba a asaltarme el sueño tambien a mi, oí de nuevo pasos que se acercaban por el pasillo, inmediatamente los ecos de Morfeo que me asaltaban desaparecieron como por ensalmo y mis sentidos se pusieron alerta alimentados como siempre por la expectación del morbo.

Abrio la puerta despacio y mi madre paso sin mirarme hasta que se sentó en el sofá donde mi padre había estado durmiendo, espero un par de minutos donde ni ella ni yo nos miramos ni dijimos nada, hasta que se dirigió a mi.

  • Bueno, ya estoy aquí, de qué querías hablar?

  • Supongo que lo imaginas

  • No se, tu diras

  • Es sobre lo que hablamos la última vez

  • Que pasa?

  • Era para pedirte de nuevo lo mismo

  • Ya veo, seguis igual entonces?

  • Ya te lo dije, no era una cosa de un dia para otro mama, es una situación que es como es y no tiene visos de cambiar

  • Si, me lo comentaste, pero entiende que no es muy normal que me pidas eso

  • Ya, ya lo se mama, no es normal, pero tu misma te ofreciste a ayudarme para evitar que hiciera otras cosas

  • Si, si, lo se...pero entiende hijo que es muy dificil para mi

  • Lo se mama, lo se, y no sabes como te agradecí lo que paso la ultima vez

  • Espero que te sirviese para una temporada

  • Bueno me sirvio si, pero ha pasado un mes...y vuelvo a estar igual mama…

Mi madre calló, me miró durante un rato y echándose para atrás se puso a mirar a la televisión, ninguno dijimos nada durante cosa de 5 minutos, hasta que de nuevo fue ella la que hablo.

  • Cuando quieras vamos al baño

  • Pues por mi ya

  • Ya veo

Y sin decir nada más se levantó, sin mirar atrás se dirigió hasta el servicio que había en la planta baja, la seguí en silencio mientras mi pene poco a poco comenzaba a bombear sangre y el bulto en el pantalón comenzaba a notarse ya. Entre en el baño y me encontré a mi madre de espaldas.

  • Bueno, vamos a ello - me dijo y se sentó de nuevo en la taza del water

  • Espera, quería decirte algo mama

  • Tu diras

  • Quería darte las gracias por hacer esto, se que es muy difícil para ti, pero sabes que me estas haciendo un gran favor

Mi madre calló y no dijo nada, simplemente siguio mirandome sin cambiar excesivamente la expresión, aunque me pareció intuir un cierto reflejo de agradecimiento en su mirada, siempre he pensado que, como dice el refrán “se saca mas lamiendo que mordiendo” y la verdad es que prefería que este tipo de relacion con mi madre fuese más por el camino del agradecimiento que de la imposición, seguramente era un poco egoísta, pero pensaba, como luego comprobaría con el paso del tiempo, que podría sacar más y mejor de ella de esta manera.

  • Hijo, yo...sabes que esto no es fácil para mi, pero como te dije haré lo que pueda por ti

  • Gracias mama

Y por primera desde que comenzamos con esta situación mi madre me miro y sonrio.

No quería esperar más y dando dos pasos hacia delante situé mi paquete al alcance de mi madre, la cual bajó la cabeza y se quedó mirándolo, inspiró profundamente y tras un momento de duda, se dispuso a desabrocharme el pantalón.

Ella debía estar viendo claramente el bulto que formaba mi polla que, sin estar completamente empalmada, ya superaba el estado de morcillona, desabrocho los pantalones y dejo que estos cayeran al suelo, ya con en slip delante el estado de mi rabo dejaba pocas dudas de lo que se iba a encontrar cuando se deshiciese de él. Sin dejar pasar mucho el tiempo, subió una de sus manos y por encima del slip, sopeso todo el paquete, sin lujuria, más bien como un reconocimiento del terreno, lo sopeso unas cuantas veces y, para mi sorpresa, levantó su mirada para decirme.

  • Si que estas caliente, si

  • Uffff, ni te lo imaginas mama, ni te lo imaginas

De nuevo bajó la cabeza y siguio tocandomelo, estuvo así apenas un par de minutos, que la verdad me parecieron gloria, lo cual se reflejo en mi polla que dentro del slip ya había alcanzado el estado de potente erección.

Me gustaba, pero quería más, por lo que levanté mi mano y lentamente comencé a acariciarle la cabeza, ella parece que salio de una ensoñación y como movida por un resorte puso sus manos a los lados de mi slip y procedió a bajarlos.

Cuando mi polla quedó liberada el primer bote que pegó casi le dio a mi madre en la cara, tuvo que apartarse un tanto mientras acababa de bajar los slips, tras ello se echó para atrás y se quedó mirando fijamente a mi pene, sin decir nada, sin hacer nada, solo mirándolo.

Yo la deje hacer, no quería presionarla, y tras otro par de minutos, lentamente levantó uno de sus manos y me agarró la polla, completamente, no como la primera vez cuando la cogía casi con miedo, esta vez la agarró por completo con precisión y fuerza, con su mano abarcando completamente, de nuevo me miro y comenzo muy despacio a moverla arriba y abajo, lentamente, arriba y abajo, sin parecer que me masturbaba pero haciéndolo.

  • Uf mama, que bueno, lo haces genial

  • Ya veo que te gusta ya

  • Ni te lo imaginas

Bajo la cabeza y aumento aumentar la cadencia de su mano sobre mi polla. La deje hacer durante un rato, pero era evidente que no me iba a conformar solo con eso, así que de nuevo puse mi mano sobre su cabeza y comencé a acariciarla, ella parece que se dio por aludida y lentamente comenzó a acercar su boca hacia mi pene, cuando apenas estuvo a un par de centimetros, la abrio y paro de marturbarme, casi con miedo, se fue introduciendo mi pene en su boca...la sensación era espectacular, su mano agarrándome el miembro a la vez que mi capullo iba comenzando a entrar en su boca, mirar hacia abajo, y verla con su coleta, los ojos cerrados e introduciendose mi polla en su boca hizo que disfrutara de aquello más si cabe.

Se introdujo la polla hasta la mitad, algo menos quizá y cerró sus labios sobre ella, después, igual que había comenzado la paja, lentamente, de manera casi imperceptible comenzo tambien a chuparla, suavemente al principio, sin introducirla mucho, pero también sin terminar de soltar su mano de ella.

Estaba disfrutando mucho de ese inicio de mamada, con menos miedo y más seguridad que la primera que me hizo hace un mes, sabía chuparla mejor de lo que lo hizo ese primer dia, segun me estaba demostrando ahora.

  • Que bien lo haces, mama, que bien

  • Hmm...Glshhmmm

  • Ah, sigue, sigue...usa la lengua porfa

Se dio por aludida y lentamente comenzó a usar su lengua sobre mi capullo, suavemente, casi como una caricia, pero esa caricia hacía que la mamada hubiese subido varios enteros. Miré hacia abajo y la vi concentrada en lo que hacía, con los ojos cerrados...y también vi su pecho debajo de la mamada, abultando ese fino jersey, un pecho maduro, grande sin ser enorme y no me pude resistir, lentamente quité la mano de su cabeza y la dirigí hacia uno de esos pechos.

No vio venir el asalto, así que cuando toque uno de sus pechos, ella abrió los ojos, miró hacia arriba y saco mi polla de su boca.

  • Que haces?

  • Quiero tocarte las tetas

  • Eso no era así, habíamos quedado en lo que habíamos quedado

  • Mamá por favor, no ves cómo estoy? que más te da

  • Como que que mas me da, hijo, soy tu madre, estoy haciendo esto por ti, no querrás que luego acabamos acostandonos

  • No, no lo quiero - que falso soy - pero déjame que lo disfrute como me gusta por lo menos

  • Pero esto es que no es de disfrutar, yo te lo estoy como un favor

  • Y yo te lo agradezco, pero sabes tu que el sexo no es un sota, caballo y rey, es un poco como una ensalada con un poco de todo

  • No, ya veo, ya, que lo que tu quieres es la sota, el caballo y el rey

  • Venga, anda no se asi, dejame solo un poco

  • Yo creo que esto se está yendo un poco de madre, eh, vamos a dejarlo y ya está

  • No mamá, por favor, solo te pido un poco, solo quiero acariciartelas, sabes que Julia tiene un pecho pequeño y me llama la atención tocar unos mas grandes

Este argumento parece que la convenció un poco, o que al menos le hizo valorar la situación.

  • Vale, pero sin pasarte eh?

  • Te lo prometo, mama

Agacho su cabeza y de nuevo, agarrandolo volvió a introducirse mi pene en su boca, yo, con su aquiescencia, de nuevo dirigí mi mano a su pecho y la pose sobre él, ella paró un rato la mamada, pero siguió poco después. Mientras me la seguia comiendo poco a poco hice de mis caricias sobre su pecho algo más que un mero toqueteo, no las amasaba, pero si palpaba a conciencia ese pecho que tras el jersey y el sujetador se me antojaba grande y lleno.

Así estuvimos un rato, yo meciéndome en la boca de mi madre que me estaba haciendo una mamada húmeda y lenta, a la vez que su pecho se mecía en mi mano, lentamente iba subiendo a la cima del orgasmo, pero para hacer lo mismo que la otra vez, prefería ir un paso más allá, por lo que casi sin pensar solte.

  • Enseñamelas mama

Paro de chuparmela, sin sacarsela de la boca me miro, seguramente la imagen más erótica que tuve hasta ese momento, no dijo nada, solo me miro.

  • Por favor mama

Sin decir nada más, cerró los ojos, se echó para atrás, soltando mi pene y echándose mano al jersey comenzó a sacarlo por arriba, allí aparecieron sus dos pechos, grandes dentro de un sujetador bastante normal, blanco y sin puntilla, muy del día a día. Dejo el jersey a un lado y echandose mano a la espalda desabrocho el sujetador, que no cayó, sino que se quedó sobre sus pechos, cubriendolos. Lentamente acerco sus manos a las copas y poco a poco fue retirando la prenda.

Mi madre tenía dos señoras tetas, grandes, redondas y blancas, algo caídas y con dos grandes pezones muy, muy oscuros...una preciosidad, me contuve de agarrar ambas tetas en ese mismo momento, pero eso no fue óbice para que disfrutara de la visión, yo con la polla empalmada, húmeda de la saliva de mi madre, apuntando a un rostro que sin atreverse a mirarme, coronaba dos preciosos pechos que no iba a tardar mucho en sobar, jamás pensé que podría llegar a una situación así.

  • Son preciosas mama, preciosas, me dejas que los toque

  • Esto ya es demasiado, por favor, es demasiado

  • Déjame, te lo pido por favor, nunca he tocado unas asi, nunca he disfrutado de unas asi

  • Pero es que esto está siendo ya demasiado

  • Mamá, hazlo por mi, esto es entre nosotros, nada mas, solo entre nosotros

Ella calló de nuevo, no dijo nada, así que sin esperar su permiso, me acerce y quitándole las manos de sus pechos con las que intentaba taparselos, dirigi las mías para sopesar ambas tetas, cuando las pose allí dio un pequeño respingo pero me dejo hacer, no quería asustarla por lo que me dedique a acariciarlas con cariño, lo que parece que agradeció.

Tras un rato, pense que mi polla de nuevo requería de sus atenciones, por lo que con un gesto de cadera la acerque a su cara, ella que parecía que estaba en otra cosa, se dio por aludida y abriendo la boca se la introdujo de nuevo comenzando a chuparla como antes, el hecho de estar sobandole las tetas a la vez que ella me la estaba comiendo, hizo que en poco tiempo mi calentura subiera bastante y el orgasmo se acercaba peligrosamente.

La otra vez intente correrme en su boca pero apenas recibio la primera lefada, esta vez pense que queria echarsele entera allí, pero lo veia dificil.

  • Mama, me voy a correr

  • Gffmmm...Fspera, espera

  • No, no quiero correrme en tu boca, pero entera

  • Otra vez nene? otra vez?

  • No, la otra vez no acabe entero alli

  • Que quieres entonces?

  • Quiero acabarte entero en ella, luego ya haces lo que quieras, lo escupes, te lo tragas…

  • Tragarmelo? tu estas loco

  • Pues lo escupes

Pareció dubitativa, me miraba a mi, me miraba la polla

  • Ya te dije que no me gusta

  • Hazlo por mi anda, es lo que me gusta y no puedo nunca, solo contigo

  • Hoy estás muy pedigüeño tu

  • Por favor mama, y no te pedire nada mas

  • Nunca?

  • No, nunca no...solo este fin de semana

  • Ah es que ibas a pedirme mas aparte de lo de hoy? es que no es bastante?

  • Más que bastante, solo te pido que me dejes ponerle la guinda

  • ...Veré lo que puedo hacer, pero ya te dije que me da asco y no se si podre...lo hago solo por ti, que conste

  • Gracias mamá, gracias de verdad, tu solo hazme caso a lo que te diga y ya veras como si puedes

  • Si, claro…

Acerque de nuevo mi polla a su cara y deje de sobarle sus tetas, ella me la cogió de nuevo y se la introdujo en su boca, seguía sin pasar de la mitad, me propuse para otra vez, tratar de que se la metiese hasta donde pudiese.

Ella quería seguir con el ritmo de antes, pero yo quería ya llenarle la boca de leche, asi que le ayudaba en la introducción en su boca y fui acelerando el ritmo, cuando ya estaba cerca de correrme, se la saqué y comencé a pajearme yo.

  • Mamá, levanta la cabeza, levanta la cabeza y abre la boca

Ella lo hizo como le dije, acerque la punta de mi polla a su boca, mientras seguía pajeandome.

  • Saca la lengua mama, saca la lengua...ya estoy casi

Dubitativa asomo un poco la lengua y apoyé la punta del capullo sobre ella mientras seguía pajeandome, me faltaba muy poco ya.

  • Aguanta mama, por favor, aguanta….ya voy, ya voy…

Mi madre cerró fuertemente los ojos pero mantuvo la boca abierta, en ese momento comencé a correrme, el primer lechazo le entro directo en la garganta, hasta el fondo, hizo ademán de cerrar la boca.

  • Abre, abre

La volvió a abrir y los dos siguientes también cayeron en la boca, sobre la lengua esta vez, la pobre aguantaba mis disparos de leche como una campeona, mientras la boca se le iba llenando de leche que ya tapaba casi su lengua, los dos últimos manguerazos también cayeron en ella y acabaron de llenarle la boca que amenazaba con desbordarse de lefa.

Me aparté a un lado y ella cerrando la boca para tratar de echarlo en el servicio, no pudo aguantar y empezó a escupir sobre sus tetas y el suelo.

La imagen era morbo puro, mi madre delante de mí, con las tetas al aire, llenas de la leche que había escupido, tosiendo y con babas de semen colgando de la boca y la barbilla, a la vez que en el suelo a su lado varios goterones de semen daban muestra de lo que había pasado.

  • Mama, ha sido maravilloso, fantástico

  • Cof, Cof, Cof…

  • Gracias, gracias, me ha gustado mucho

  • Uff, esto no está bien hijo, no está bien…

  • Mama, a mi me haces un mundo, de verdad, un mundo

Y sin dudarlo, me acerque a ella, le di un gran abrazo y pose mi cabeza con la suya

  • Nunca te agradeceré lo suficiente lo que estás haciendo por mi, tengo la mejor madre del mundo

  • Anda, zalamero...deja que me arregle

Parece que la tormenta había pasado.

  • Lavate y vete a dormir, y no hagas ruido cuando subas

  • No te preocupes

Acercandome al lavabo comencé a lavarme la polla y las manos, mire para atrás y vi a mi madre limpiándose con unas toallitas tanto sus pechos como su cara, estaba preciosa, guapa, ya de pie vi que sus dos pechos estaban algo caídos pero aún mantenían la pose de haber sido algo impresionante, blancos y con los dos pezones grandes y oscuros, pensé que no tardaría mucho en comermelos a placer, no sabía que ese mismo fin de semana iba a cumplir esa “profecía”.

Abrí la puerta y saliendo al pasillo me giré.

  • Gracias de nuevo mama

  • Soy tu madre, qué quieres que haga?

  • Nada, porque eres la mejor madre del mundo

  • Zalamero…

Le mande un beso y me dirigí hacia mi habitación, donde dormía mi mujer, creía en ese momento que el fin de semana ya estaba aprovechado, no sospechaba que al día siguiente me esperaba algún episodio más con mi madre.